Después de hablar un rato con los chicos me dirigía a casa con toda la tranquilidad del mundo, quería relajarme.
Tal vez les juzgue antes de tiempo, pero estoy acostumbrada a mi soledad y mis antiguos amigos lo sabían.
Yo no diría que es miedo, más bien, precaución.
Hablar con Hugo y Sergio fue un poco divertido, cruzaban miradas seguido y su forma de hablar me causaba gracia. Querían que se mantuviera secreto, pero sus gritos decían otra cosa.
A lo que estos hombres han dicho, los Toledo no son del todo malos, al menos no cuentan con un muerto sobre su expediente.
¿Verdad?
—¡TYRA! Ven en este mismo instante— esa voz la siento de algún lado pero no recuerdo donde.
Gire a ver en todas las direcciones para encontrarme con algo que hizo que a mis ojos les diera una picazón enorme. Juraba haberlo superado, pero parecía equivocarme.
¿Por qué me hacía esto? Hablaré un poco sobre el idiota frente a mi. su nombre, Angelo Howard, un año más grande que yo y va para terminar la universidad. Su cabello castaño y su piel un poco morena. Realmente no sé perfectamente cómo fui a terminar con él.
En fin.
Era él... estaba aquí. ¿Por qué le lloro? ¡No lo merece!.
—¿Es que acaso estoy soñando?¡Angelo Howard ha venido lejos para ver a su ex!— Dije sarcástica.
—Vengo a arreglar las cosas Tata.
Tata... ese sobrenombre me lo puso cuando éramos los mejores amigos, fuimos pareja por dos años antes de llegar aqui; estuvo involucrado en muchas idioteces y un engaño no se perdona fácil.
—Puedes irte por donde viniste Howard— Comencé a caminar. —Que sabes que lo que hiciste no tiene perdón, no pierdas el tiempo.
—¡¿Y que hay de lo que tu hiciste?!¿Eso no cuenta?— Me pare en seco dispuesta a golpearlo pero a lo lejos vi como esos chicos, los Toledo, venían en nuestra dirección muy furiosos. —Pero miren nada más a quien me vine a topar. ¡Los pequeños Toledo!.
Vaya que oportunos, tal parece que son una especie de ángeles celestiales salvando a mi alma de otra decepción y otro dolor más por soportar. Pero la verdadera pregunta es...
¿Los conoce?.
Habló tan burlón y vi como por primera vez en muchos años alguien le daba la golpiza de su vida.
Y ese alguien fue nada más y nada menos que el mayor de los hermanos tormento, así es, Torin Toledo.
—¡Carajo hombre!¡Sueltalo lo vas a matar!— Grité intentando acercarme pero el menor de ellos me tomó del brazo y me alejó bruscamente.
¿Qué carajo le pasa a todo el mundo? ¡que se ne acercan con toda la confianza del mundo! ¡como si fuéramos amigos!.
—No te metas en esto— Se lo pensó y me soltó. —Por lo que veo a quien venían a buscar era a ti; a Torin le encantará saberlo.
¿Y a este loco que le pasa?
—Idiota has algo ¡lo va a matar!— Sabía que si no hacia algo la vida de Angelo colgarla de un hilo, y odiaba a mi ex novio pero no lo suficiente como para desear su muerte. —¡Debes parar! Torin, ya basta. ¡Deja a mi primo en paz!
El mencionado me miró penetrante, sabía que acababa de cometer un error tan grande que me iba a arrepentir.
—¿Ha dicho primo?— Cuestionó quien supongo es Tegan a Tirion que me miraba mordiéndose el labio inferior.
Les juro que de no ser por lo que me han dicho de ellos yo estaría a sus pies tirándole mis bragas a los tres.
Si a los tres, Torin, Tegan y Travis. No es por hacer menos a Tirion pero sinceramente no me parece tan atractivo como los otros.
—Tintín o como te llames— Me miro mal. —Pasame las llaves que tiene en la bolsa derecha.
—En primer lugar no se llama "Tintín", se llama Torin— Defendió Travis, el menor. —En segundo lugar no te pasará nada, tenemos un trabajo que hacer ¿Lo olvidas?.
—Sobre eso, querido Travis, ustedes escogen un libro y yo el otro— Dije a voz segura. —Lo leen y me lo muestran, mañana sacamos el debate y después decidiremos quién cojones hará la representación— Me encogí de hombros, entre menos los viera mejor.
No es miedo, era precaución y lo mejor para mi tener mi estadía aquí era pintar una muralla entre ellos y yo.
Desastre con desastre, nunca debe juntarse.
—Tú y yo haremos la representación— habló Tirion, yo iba a negar pero continuó. —Me importa un comino si quieres o no.
—Como ti digas genio— Dije sarcástica. —Ahora denme las putas llaves de la moto que debo irme.
—Te hemos dicho que no vas a ningún lado Tabueña, trabajos escolares son trabajos escolares—Habló Tegan mientras se acercaba peligrosamente hacia mi. —Y si no quieres ir por las buenas, te haremos ir por las malas.
—¿Que harán si no voy?— Dije intentando sonar pensativa. —¡Oh ya sé!¡Me van a violar y me darán hasta por los ojos!.
¡Me lleva la que me parió! ¿EN SERIO LO DIJE?
Aunque viéndolo por el lado positivo, que te follen cuatro chavales que se caen de buenos no suena mala idea...
—No lo había pensado así— Dijo el mayor de ellos con falsa picardía. —Pero si tu lo quieres así.
—Pero por los que veo ustedes si que son idiotas.
—Estoy seguro que ha de estar fantaseando en todo lo que podríamos hacerle— Dijo Tirion y yo solté una carcajada.
—Chicos no se ofendan pero ninguno de ustedes me serviría ni para el arranque— Dije mirando mis uñas indiferente. —Y si no me creen pueden preguntarle al idiota en el suelo.
——¡Te follabas a tu primo!— Dijo Travis sorprendido y le sonreí.
No fue una pregunta, aún que si bien podría pasarlo como tal.
—No es por darme de mucho, pero ese niño que está en el suelo— Dije señalando a Angelo. —Apesar de que se la paso presumiendo que su pene era el más grande, resultó ser que ni al dedo meñique llegaba.
—¿Y eso a nosotros que nos importa? La que fantasea con que le den duro y sin piedad eres tú— La ronca voz de Torin resonó en mi espalda.
Existen dos maneras de hacerlo callar, lo golpeo o lo golpeo. ¡Prefiero la segunda!.
¡Sí que tienen el ego más pesado que he visto!.
Negué con la cabeza. —Creo que no me han entendido Toledo, que ya me han dicho de lo que se presumen y créanme que no son nada comparado a lo que yo soy.
—¿Y eso que tiene que ver con que Howard la tenga pequeña?.
¡Para ser todos unos adonis, están más que pendejos!.
—Tegan, Tegan para tener un intelecto arriba de promedio me sorprende que seas tan tarado— Me acerqué y pellizque su mejilla. —Te lo explicaré, tanto ustedes como Angelo se las dan de muy Playboy y la realidad es que no lo son— sonreí. —Todos aquí mienten y se sabe— Todos me miraron mal. —Por cierto chicos, deberían analizar más a las personas con quien tratan, recuerden que la confianza en este mundo está de sobra— Hablé girando las llaves que acaba de tomar en mi dedo. —A menos de que quieran dejar de ser "Los Hermanos tormento" y convertirse en aquello que la nueva tormenta se lleve.
Les guiñe un ojo, parece que hasta acá no llegaron los rumores. ¡Puta que alivio!
—¡No te llevarás mi moto!— Gruño Angelo por lo bajo.
—Oh querido, claro que lo haré; digamos que lo tomé a cuenta de lo pendiente.
Me acerqué a él y di una patada a sus costillas.
—Chicos nos ponemos de acuerdo mañana.¡Adiós!.
Encendí la moto y salí a toda velocidad, la verdad es que si seguía ahí más tiempo hubiera dicho cosas sobre el pasado que tengo oculto y que no debe ser revelado, si no ser llevado a la tumba.
Sabía que ellos no estarían en paz, hablé demasiado más de lo que mi yo racional permitiría revelar.
—¡Qué mierda he hecho!.
Dije en cuanto baje de la moto y tire la llaves al bote de la basura. La frustración era obvia en mi voz.
No tenía nada que hacer con algo que viniera del idiota. Tenia que planificar cada paso que valla a dar, si es que quiero terminar la puta carrera que comencé apenas hoy.
Me había declarado la sentencia al sacar mostrarles mi lado perra pero no podía seguir ocultando que esta facha de chica "normal" no me pertenece ni me va del todo bien.
Comencé a quitarme la sudadera dejándome solo en brasier. Lanzando los lentes al sofá pude ser yo de nuevo.
Todos y cada uno de los tatuajes que tenia en el cuerpo se dejaron ver.
—¡Tabueña abre la puerta!— La voz de Travis se hizo presente.
¿Es que acaso no se cansan? ¡Un día! ¡Llevo un puto día en la universidad! y ya desate a cuatro chicos que se caen buenotes que tienen un pasado tan mierda.
—¡Abre la puerta mujer!— Volvió a gritar.
Me acerqué con toda la tranquilidad del mundo y abrí la puerta.
—¿Qué quieres Travis?— Mi voz sonó indiferente.
—Quiero la verdad— Dijo en un tono extremadamente cortante y frio que inclusive pareció impresionante.
Me obligue a mantener la postura desafiante.
—¿La verdad de qué? Y lo que es mejor aún. ¿Por qué tendría que decirte?.
Me crucé de brazos.
—Primero que nada, ponte una blusa — Dijo señalando mis pechos automáticamente me cubrí con las manos. —Aunque por mi no hay problema si decides quedarte así, digo si es que quieres terminar ahí —señaló el sillón y le saqué el dedo medio. —lindos tatuajes por cierto.
—Idiota, ¿Qué es lo que quieres?— Dije aún más molesta por su descaro.
—Ya te dije que sólo quiero la verdad— Dijo como si fuera de lo más obvio.
—Podrías ser más específico y quizá, solo quizá te diga la verdad.
—Angelo,¿No es tu primo cierto?.
A la mención de Angelo pude notar aquel toque agrio que adornó su sexy voz.
Negué. No,no lo es ¿Algún problema con eso?
Asintió. —Demasiados problemas, señorita.
—Ya te dije lo que querías saber ¿Por qué no te has largado aún?.
Se encogió de hombros. —Creí que eras más amable con tu futuro dueño.
¿Dueño?¿A este loco que mosco le pico?.
—Pudrete Toledo.
Sin más, cerré la puerta en su cara escuchando como maldecia.
—¡Puede que en estos momentos te niegues, pero sé que vendras a rogar por que te mire preciosa! ¡Yo nunca miento!
—¡Si claro y tú mamá es mi puta!
Escuché como golpeo la puerta pero decidí ignorarlo, puse el radio a todo volumen y me despoje de mis pantalones.
Viviendo sola y para mayor comodidad decido andar así por el apartamento.
Comencé a caminar hasta la cocina pero un estruendoso ruido se hizo presente desde la sala.
Alguien abrió la puerta... no mejor dicho.¡Alguien derribo la puerta!.
—¡Es que te has vuelto loco!— Grité a Travis que me veía mordiéndose el labio inferior. —Tumbaste mi puta puerta Travis.
—Al menos se que valio la pena— Dijo señalando mi cuerpo, y por segunda vez trato de cubrirme lo más que puedo pero esta vez tomando un cojín. —Hazme un favor, cada que venga debes recibirme así.
—Tú arreglarás eso— Señalé el hueco donde debía estar la puerta ignorando completamente su comentario.
—Solo quería que repitieras la estupidez que has dicho— Habló en tono retante.
Sabia a donde quería llegar con ese puto tonito, siempre me lo han querido aplicar.
Pues lo lamento Travis Toledo por que no voy a retractar lo que he dicho. Dejando caer el cojín y acercandome peligrosamente a él decido hablar.
—Dije "¡Si claro y tú mamá es mi puta!"¿eres sordo?.
Hablé en tono burlón y se tensó, debo admitir que se veía sexy en la forma en que sus músculos se contraian.
No estaría nada mal follarmelo en el sillón como ha dicho él.
¡Joder Tyra!¡Piensa en la Biblia!.
—Lamentaras lo que has dicho— Dijo acercándose más a mi, somos de la estatura así que no hay problemas en la guerra de miradas.
—Ahora, lárgate que necesito arreglar esa puerta.
—No sabes lo que has desatado linda, no lo sabes.
Comenzó a caminar rumbo a la salida dándome un último vistazo.
—Por cierto,el rojo te queda de maravilla.
Y con eso, ahora si se fue.
¡Idiota!.
¿Qué puede ser peor que un mal inicio de carrera?
Cierto, que un idiota desconocido te vea en ropa interior. CARAJO.