Chereads / ALICE FAIRY TALE / Chapter 30 - MALESTAR

Chapter 30 - MALESTAR

Allí estaba Serena observando aquel libro.

Al inicio solo pasó las hojas para encontrarse una versión de relatos caricaturescos de criaturas del bosque. Imágenes de seres regordetes y deformes, y junto a ellos unos escritos que más bien parecían sátiras descriptivas de dichos seres.

Serena lograba interpretar muchas de las escrituras presentes, pues claramente estaban escritas en Celtibero, y aunque en ocasiones combinaba palabras en Rúnico no era un gran problema pues ambas lenguas eran necesarias para desatar hechizos.

Aquel contenido en ocasiones logró sacarle una sonrisa pero también gran malestar, pues no le agradaba mucho ver como aquel escritor que se tomó tiempo en redactar ello, se deleitó narrando historias tenebrosas de sus hermanos de Avalon.

Reconocía muchos de ellos, pero desde hace algún tiempo había dejado de toparse con algunas razas, no era un secreto que algunos tomaron la decisión de migrar junto con Avalon y que muchos otros habían sido perseguidos y exterminados.

Los relatos mencionaba a los Puka, seres capaces de transformarse en una gran variedad de apariencias animales, su habilidad de convertirse en caballos, cabras, duendes, perros, conejos pero casi siempre de color negro les daba cierta ventaja al momento de hacerse uno con el ambiente.

Pasaba las hojas y continuaba viendo y leyendo acerca de más de ellos, narraciones sobre Banshees, Fachens, Kelpies, Fuaths, Morgens y demás que trasegaban desde lo benigno a lo más maligno. Las palabras que acompañaban sus historias no eran agradables, solo alimentaban más el morbo humano para ratificar su existencia maldita, su esencia traicionera que solo consideraba al humano como una presa necesaria para satisfacer cualquier tipo de necesidad. Era una gran cadena alimenticia donde tanto cuerpo como el espíritu cubrían desde el hambre hasta los placeres.

Ver la retrospectiva de eso lo convertía todo una hipérbole en sí misma, era una completa exageración, pero de cierta manera le daba la razón a Skuld cuando ella mencionaba que no quería ser más parte de eso.

La memoria de Skuld aún presente la acompañaba, y aunque no compartió su decisión, aquella que la llevó a cometer errores tan inútiles, las palabras de buscar rehacer su vida estuvieron presentes siempre allí.

No pudo darle la espalda a las absurdas ideas de Skuld que le calaron tan profundo que la misma Serena decidió vivirlo en carne propia, pero muy a su manera luchando a toda consta para cubrir su verdadera naturaleza, por supuesto sin cometer la inútil tarea del olvido, simplemente ahora finge un papel, porta una máscara de mentiras.

Continuó pasando las hojas pero el cambio fue tan abrupto, las letras se tornaron caóticas y las imágenes antes caricaturescas se transformaron en espectros oscuros.

Era evidente lo que las imágenes transmitían, el escritor de aquello fue un espectador de ese trágico instante, fue el cronista del momento exacto donde se derrumbaron las vánales esperanzas de aquellos que en algún momento confiaron en restaurar el dominio de los seres de Avalon.

La imagen del rito atroz, del caos por doquier, la ira y el castigo, la imagen de la transmigración... Serena solo suspiró, pues ella también había estado atada a ese instante, huir de "él" era imposible en ese entonces de la misma manera que le fue imposible huir de "él" en este momento.

Era simple, la fuerza de Skuld era insuficiente para mantener el hechizo del pacto, por lo tanto todos los participantes mantenían un vinculo y cuando Skuld fue víctima de la tragedia, el hechizo transportó allí a Serena para cuidar de su obra.

Fue así como veinte años atrás se encontró de frente en ese momento y lugar, y fue así como hasta hace unas horas ella volvió a reunirse con aquello que pensó se había ido para siempre, con aquella presencia sobrenatural de un ser que despertaba, que con tan solo una chispa de energía restauró el vinculo que la arrastró a través de un vórtice que cruzó el infinito y el espacio.

La cabeza de Serena se agitaba con negación, al tiempo que su rostro se retorcía en insatisfacción y malestar. Respiraba profundamente, cerraba sus ojos para intentar relajarse y sobrellevar todo eso.

Una vez fue transportada, su juicio se nubló apenas vio aquel ser espeluznante y enardecido carente de conciencia.

El escenario era como una bomba en su cabeza, cuando rodó su vista no daba cuenta de las múltiples bestias metálicas que despedían gas y humo de sus chirriantes cuerpos mientras se desplazaban y producían sonidos agudos de manera copiosa.

Ni que decir de las gigantes edificaciones megalíticas que alcanzaban los cielos junto con sus innumerables ojos que reflejaban las luces bajas que remplazaban las estrellas mientras vibraban con los truenos .

La lluvia bañaba aquel lúgubre escenario carente de colores vivos y de plantas que lo tornaban más siniestro con los relámpagos y los rayos reflejados en caminos húmedos y grises.

Era difícil respirar allí, el aire era pesado, le maltrataba su nariz y le saturaba los pulmones.

Y rodeado de ello estaba "él", la esencia sobrenatural que ambas habían reducido, que ambas habían sumergido dentro del cuerpo de Skuld para hacerla humana a ella también. Esa esencia que suprimió consigo el poder bendecido de Skuld y con ello hacer real ese capricho de apagar las voces y visiones que atormentaban a la antes Norna.

Serena en ese entonces no tenía clara la identidad de aquel ser, pero las escrituras se lo confirmaron.

"Amo del trueno y el relámpago,

Dios del día y de la noche,

trasciende al cielo a través del universo, el tiempo y el infinito,

TARANIS el temible atronador"

<¿Con que eras tú? … Así que tú eres TARANIS…>

-- ¡Qué complicado!

Tomó y rascó su cabeza con disgusto.

Una molestia la rondaba, un malestar, un sin sabor. ¿Por qué después de tantos años, en una era donde la presencia de dios era única, él regresaría? Ya no era el momento para regresar a la fe ciega por las existencias ya olvidadas.

Ya no era más la era de los dioses, ahora se hallaban en la era de la cruzada por la única fe Cristiana, todo aquello que rompiera la norma era considerado impío y por tanto debía pasar por crisol de la purificación, debía arder en el fuego e ir al mismísimo infierno.

<¿Por qué a todos les gusta quemar cosas?>

ESUS y TEUTATES hermanos de poder de TARANIS se habían ido junto con Avalon. Los seres rebeldes y abandonados como ella solo decidieron dejar atrás las plegarias y dar la espalda a la protección de sus dioses.

El regreso de TARANIS traería complicaciones, además el encuentro no fue agradable ni tranquilizador, pues verlo alimentarse de la carne y el espíritu de un ser vivo estaba lejos de ser reconocido como el benevolente actuar de un dios, los cuernos que emergieron de él le dieron a pensar todo lo contrario.

-- ¿Cuándo ya no eres un dios qué eres? ¿Un demonio? ….

La fuerza de su ser no pensaba con claridad pues aunque el pacto fue un éxito las circunstancias de su nacimiento fueron traumáticas, no debía haber pasado así, y ahora algo nuevo había interferido, algo lo había convocado de regreso.

Meditó por un momento para darse cuenta que si TARANIS había regresado a su mundo original él no vendría solo.

Tanto la imagen del libro como el pacto la mostraba a "ella".

Con mucha concentración recordó el hechizo

"....Toma mi poder y arrúllalo en tus brazos,

consiéntelo en mi vientre virgen,

tomarás la mano de tu amada eternamente

mientras cuidas la morada de su existencia.

acompáñala desde la concepción

hasta la muerte..."

* * * * *

"...La promesa que atraviesa el tiempo y el espacio,

la promesa que calentarás y protegerás

entre tus brazos,

la promesa que amarás

por siempre.

Serás tú, carne de mi carne,

niña de mi yo humano

heredera de mis egoístas deseos..."

Definitivamente había sentido allí la presencia de alguien más, una esencia débil pero conocida le dejó el presentimiento que la hija de Skuld también habría sobrevivido.

Era obvio que el pacto implicaba la unión de dos seres, TARANIS jamás llegaría solo y muy dentro suyo sabía que ellos ya no pertenecían allí, ya no era el momento para revivir los viejos tiempos, la era de la magia, las razas sobrenaturales y los sacrificios de sangre ya no eran necesarios. Serena ya los consideraba inapropiados, el mundo humano no necesitaba de ellos y Avalon viviría alejado para siempre, Arthur se había extendido por toda la región y la religión y el poder humano se había consolidado.

Además, Skuld tenía razón, ella también había engendrado un mestizo.

Nuevamente suspiró. Pues sintió una pesada carga en sus hombros ya que el encuentro con la Dracae le daba a entender que solo era cuestión de tiempo.

-- Debo encontrarlo, o más bien debo decir que debo encontrarlos.

---------------------------------------------------

< Tengo que asearme... con urgencia.>

Los ojos de Alice daban vueltas a su alrededor mientras fruncía sus labios de un lado al otro. Estiraba su cuerpo mientras se frotaba la cintura y la espalda.

Qué confuso, la escena era desalentadora, no tenía ni jodida idea de que hacer, la tarea más sencilla de la era moderna se volvía allí en la situación más compleja y complicada.

Decir, "voy al baño a lavarme la cara" y luego abrir el grifo con un caudal inclemente era tan natural como inconsciente, en cambio allí ¿Qué se supone que había? .

Se vistió el saco amplio que traía, pues el clima lucia algo frió en la mañana. Calzó sus gastados tenis y se aventuró inspeccionar el lugar.

La habitación no era tan amplia, una cama doble con hermosos tendidos, los encajes y adórnanos le parecían tan bellos como suntuosos.

Giró sus ojos al tiempo que los recogía.

Abrió un armario con al menos 10 vestidos completos de dulces telas y colores pastel, de escote y volantes decorados. Debajo de ellos había unas adornadas sandalias con hilos plateados o dorados trenzados de la manera más precisa y armoniosas posible.

Le causaron una sonrisa, sería interesante medirlos. Pero Goldie no tenía tanto tiempo en ese momento pues sus prioridades eran otras.

Subió la cabeza y por fortuna en la parte superior habían más tendidos.

extrañamente no había polvo, no había olor alguno, estaban limpios e inmaculados.

---Esto es un total absurdo.

Tendió la cama y se fijo en la mesa que se encontraba debajo de la ventana, la madera pulida era impecable y brillante, los muebles modernos eran basura al lado de eso. Se veía tan pesado y macizo, tan costoso. Sintió deseos de deslizar su dedo para acariciar su suave textura.

Vio en una esquina una cortina, la corrió para darse cuenta que había allí una tina de cobre, algunos frascos y lociones. Esto la hizo nuevamente preguntarse por la dueña de ese lugar, pues el sitio era muy delicado y acogedor para estar sumido en la nada.

Una vez que salió de la alcoba sufrió el baldado de agua fría, ya que podía recordar la chimenea, la mesa con los adornos y las decoraciones, las silla, esa silla donde él siempre la esperaba.

Resistirse a pensar en la realidad de eso era un signo de la cordura que clamaba a gritos.

A diferencia de la alcoba ese lugar si tenía polvo y mostraba abandono de muchos años. Definitivamente su anterior dueña o dueños habían abandonado ese lugar. Era evidente. Pero la diferencia entre ambos ambientes era total, la única explicación posible era tan ilógica como probable…

<¿Esto es mágico?>

Vio en la chimenea una especie de caldero y una parrilla, seguramente era una estufa rustica, también observó que en un estante se encontraban ordenados una serie utensilios y recipientes algo ordinarios pero con decoraciones simples y armoniosas.

Cada detalle era importante, pues tenía que hacerse a la idea que se encontraba en un asunto de supervivencia, que todo ahora era una cuestión de vida o muerte…

Era muy obvio, el elemento vital era de gran necesidad, tendría que salir, pero no si antes encontrar algo que pudiera ayudar a protegerla.

Junto a los utensilios habían unos cuchillos simples, tomó uno mientras le temblaba la mano debido a su paranoico y terrible pensamiento. Nadie carga algo como un arma si no tuviera la intensión de usarlo… era un reflexión criminal y aterradora, esto cada vez se ponía peor, pero si volvía a encontrarse con aquello que la persiguió el día anterior debía tomar una decisión y ella ya había tomado una.

Lo guardó en el amplio bolsillo central del saco, luego cubrió su cabeza, tomó un recipiente amplio para transportar el valioso liquido, para finalmente girar la llave de la puerta y asomarse con cautela.

Los rayos del so se atravesaban entre las ramas del frondoso árbol, era un enorme roble que cubría las cabaña y hacia parte de la estructura de la misma. La maleza era incomoda pero no estaba tan alta como para no poder cruzarla… rodeó la vivienda mirando a su alrededor para identificar alguno puntos de referencia pero tenía que admitir que ella no tenía buen sentido de orientación.

<¿Qué voy a hacer? No puedo perderme. >

Rodeó la vivienda y fue muy afortunada, en la parte trasera había un pozo de piedra, solo debía destaparlo y rogar porque hubiera su preciado contenido.

Efectivamente, allí estaba, había suficiente, qué suerte al menos algo sonreía a su favor y la llenó de optimismo.

Ahora solo debía extraerlo y buscar la manera de hervirlo. Su mente trabajó para pensar estructuralmente que más necesitaba; leña, comida, ropa, en fin, cubrir las necesidades básicas no parecía una tarea simple.

Con su jarra llena y pesada siguió caminando alrededor de la vivienda, vio un cobertizo abierto, seguramente se empleaba para almacenar algo, efectivamente habían unos pocos maderos tirados aquí y allá, lo bueno era que podía regresar para utilizarlos y continuó su recorrido hasta llegar a la entrada .

Pero lo más desconcertante seguía siendo que al tocar la cerradura con su mano la puerta brillara y se abriera.

< Mmmm… es mejor no pensar en ello. Sencillamente dejaré así.>

El caldero era algo pesado pero logró arrástralo al pozo y lavarlo, le tomó un largo tiempo ponerlo en su lugar y llenarlo con agua, ahora solo debía prender la chimenea y dejar que todo fluyera.

Llevó la madera, la acomodó y con gran frustración e impotencia masculló

---¿Cómo demonios le haré para prender esto?