Chereads / La saga de Einar / Chapter 69 - La alegría de Ansgar

Chapter 69 - La alegría de Ansgar

Ansgar miró con tristeza la pared inclinada de la montaña "Es el cuarto camino que está bloqueado por estas montañas si no encuentro pronto un pasaje seguro que me permita pasar.

Pronto me quedaré sin alimentos"

Al acabar de decir esas palabras Ansgar se dio la vuelta y empezó a caminar de regreso por el pequeño sendero por donde había caminado.

Conforme caminaba miraba con asombro cómo en algunos salientes el agua que se había congelado formaba unas inmensas estalagmitas

Estas eran completamente azules y se podía ver a través de ellas, sin mencionar que también, había de distintos tamaños, lo que creaba una vista mística y hermosa de aquel sendero donde se encontraba.

Cuando por fin regresó al origen de los senderos que estaba recorriendo, sacó su daga y realizó algunas runas de la pared de la montaña.

"Espero que estas runas puedan servir como advertencia, pues a pesar de que esté sendero tiene una bendición de Skadi.

Es un camino sin salida y los picos de hielo, pueden caer y matar o lastimar a quienes recorren este sendero. "

Ansgar al terminar de dibujar las runas, empezó a caminar por el otro camino que quedaba, no le había dado mucha confianza pues tenía que cruzar lo que parecía ser una gran cueva.

Debido a que no sabía que tan profunda era la cueva sacó tres ramas gruesas de madera de su improvisada bolsa hecha de piel de zorro.

Una vez las tenía afuera, las dejo a un lado mientras preparaba una pequeña fogata.

Al ver que el fuego de la fogata ya estaba completamente encendido se quitó su casco y lo colocó en el fuego para posteriormente colocar un gran trozo de grasa.

Con el calor del fuego empezó a derretirse lentamente, mientras esto estaba sucediendo Ansgar cortó un gran trozo de tela de sus pantalones.

Con el pedazo de tela en su mano espero a que la grasa estuviera completamente derretida esto tardó sólo algunos minutos, por lo que cuando ya estaba completamente líquida.

Sumergió el trozo de tela en la grasa y usando uno de los palos de madera, se encargó de hacer que la grasa impregnara completamente la tela.

Cuando la tela ya estaba humedecida completamente sacó su casco del fuego y lo dejó en la nieve, para no desaprovechar el fuego que ya tenía encendido sacó un trozo de carne de zorro y usando su daga lo puso a calentar.

Lamentablemente no midió el tiempo de cocción de la carne por cuidar la tela en su casco, por lo que con una sonrisa forzada miró el pedazo de carbón que había en su daga.

Ignorando el sabor amargo de la carne acabo de comer y fue entonces que con mucho cuidado tocó la tela la cual ya no estaba caliente sino tibia.

Así que aprovechando que tenía la temperatura ideal, la sacó de su casco y usando su daga la partió en tres trozos iguales.

Usando las ramas gruesas de madera y los trozos de tela que había hecho fabricó 3 antorchas artesanales.

"Espero que puedan durar lo suficiente para poder cruzar esa cueva, de otra manera, posiblemente acabe muriendo en sus oscuras entrañas."

Antes de partir hacia la cueva Ansgar revisó todas sus cosas y comprobó que sus antorchas estuvieran en buen estado.

Al ver que tenía todo en orden tomó una de las antorchas y la colocó en la pequeña fogata está se prendió fuego y fue entonces que Ansgar se encomendó a Odín.

Pues sabía que si la cueva no tenía una salida entonces, su único camino sería la muerte, ya que quizás en ese momento no tenga manera de como poder ver por dónde camina en la oscuridad.

Parándose frente la entrada de la cueva, Ansgar respiro profundamente y cerró los ojos para posteriormente suspirar mientras caminaba al interior de la cueva.

Dentro de la cueva, Ansagr sólo podía ver algunos cuantos metros con la luz de la antorcha.

Se sorprendió al sentir que entre más se adentraba en la cueva, está se empezaba a poner más calurosa, esto era bastante extraño pues por lo general las cuevas que él conocía eran frías y en algunos casos había tanta humedad que se le dificulta poder respirar.

Por lo que con curiosidad empezó a caminar hacia donde provenía el calor de la cueva y fue entonces que pudo ver iluminado con la luz de la antorcha una gran piscina de aguas termales.

Tragando un poco de saliva por su descubrimiento, sacó de su bolsa un trozo de carne, el cual sostenido por su daga colocó en el agua.

Cuando la carne tocó las aguas termales, no pasó absolutamente nada, por lo que Ansgar se alegró debido a que si hay un camino para salir de la cueva este lugar se podría convertir en un buen punto de descanso.

Tras guardar el pedazo de carne usó su daga para hacer algunas marcas en la pared de la cueva, esto lo repitió durante cada cierto tiempo mientras caminaba.

Al cabo de un tiempo la antorcha que lo estaba alumbrado empezó a apagarse por lo que una sensación de incomodidad se hizo presente en Ansgar.

Con la segunda antorcha encendida empezó a caminar un poco más rápido mientras buscaba alguna señal que le permitiera encontrar una salida.

Pero incluso caminando más rápido no evitó que eventualmente su segunda antorcha se apagará, por lo que Ansgar quien ya tenía su tercera antorcha en su mano decidió tranquilizarse y quedarse parado en donde estaba.

Cerrando sus ojos prestó atención a la gran cantidad de ruidos que había en aquella cueva y que salían de la oscuridad.

Escuchaba desde el goteo de agua hasta algunos ruidos extraños que no sabía a qué pertenecían, pero concentrándose todo lo que podía intento ignorar esos ruidos y buscar el ruido característico del viento.

Tardó algunos minutos hasta que una fría brisa le tocó su mejilla izquierda y el silbido del viento se hizo presente, en ese momento Ansgar abrió sus ojos y empezó a correr hacia su izquierda.

Conforme más avanzó en la cueva pudo sentir el aire frío del exterior al igual que pudo escuchar el ruido característico del aire chocando con las rocas.

Al dar la vuelta en un pequeño pasadizo de la cueva pudo ver un pequeño rayo de luz que entraba de lo que parecía ser la entrada de la cueva cubierta de nieve.

Con una sonrisa y sosteniendo su antorcha corrió hacia la entrada para posteriormente usar su mano para empezar a quitar la nieve que bloqueaba la entrada.

Cuando pudo quitar suficiente nieve que cubría la entrada los rayos del sol lo deslumbraron por algunos segundos pero esto no detuvo su perseverancia de querer salir de aquella cueva.

Por lo que cuando hizo un aujero en la nieve lo suficientemente grande sacó su cabeza y fue cuando pudo ver la majestuosa costa de Islandia en todo su esplendor.

Esto hizo que una lágrima de felicidad saliera de uno de los ojos de Ansgar ya que a partir de ese momento solo tendría que seguir la costa para poder llegar a casa.