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La saga de Einar

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Synopsis

Chapter 1 - Era hace una vez

En una habitación relativamente oscura la tranquilidad se vio interrumpida por el ruido de la puerta que se abría de manera lenta.

Poco a poco la puerta se abrió y el ruido de unos pequeños pasos empezó a escucharse, en la oscuridad del cuarto solo se podía ver una pequeña sombra la cual caminaba de puntillas hacia la cama.

La pequeña silueta se acercó lo suficiente a la cama para usar sus manos y subirse a ella, tras esto con mucho miedo se acercó al hombre que estaba durmiendo en la cama y se acurrucó en su pecho.

Max quien se encontraba durmiendo solo pudo sentir que alguien se recargaba sobre su pecho, por lo que abrió los ojos y pudo ver a su pequeña hija que se encontraba abrazando su pecho.

Con una sonrisa en el rostro abrazo a su hija "Erika, ¿qué pasó tuviste una pesadilla de nuevo?".

Erika abrazo a su padre y con algunas lágrimas lo miró "Papá yo, no quiero viajar en avión, soñé que había una explosión y que …"

Max interrumpió a su hija con un beso en la frente mientras le limpiaba las lágrimas "No te preocupes Erika todo fue un sueño, además papá prometió a mamá que te cuidaría y jamás te pondría en peligro.

El avión es uno de los medios más seguros para viajar a demás es un vuelo operado por miembros de la fuerza aerea así que va ser muy seguro ya que no habrá gente peligrosa.

Pero si eso no te convence te prometo que cuando lleguemos a Atenas te llevaré a ver las fantásticas ruinas de la ciudad."

Erika acarició la mano de su padre y asintió mientras volvía a cerrar sus ojos para poder dormir mientras sentía cómo la mano de su padre la abrazaba.

Max acarició el cabello negro de su hija y puso su mirada en el buró de la habitación donde estaba la foto de una mujer que no tenía cabello y se encontraba sosteniendo a Erika con una pirámide Teotihuacana de fondo.

"Margaret ojalá pudieras estar con nosotros, pero donde quiera que estés estoy seguro que velaras por nosotros dos."

Tras esto Max se acomodó con su hija y volvió a quedarse dormido.

Por la mañana la radio en la habitación se encendió y una canción empezó a escucharse.

"Imagine me and you, I do

I think about you day and night…"

Erika al escuchar la música abrió sus pequeños ojos y miró a su padre "Papá es hora de levantarse, mamá se enojaría si sabe que te quedaste dormido un poco más de tiempo."

Max bostezó para después abrir los ojos y mirar a su hija quien estaba sonriendo mostrando una sonrisa que le faltaban dos dientes, por lo que una pequeña risa salió de su boca mientras apretaba la nariz de Erika con cariño.

"Vamos a bañarnos y preparemos la maleta que vamos a llevar, todavía tenemos tiempo pero no queremos llegar tarde o la coronel Ana se podrá enojar."

Erika hizo un pequeño puchero y miró a su padre con duda "Papá por qué siempre hablas bien de la coronel Ana, es que le tienes miedo?"

Max sonrió de manera forzada mientras recordaba algunas cosas "Algún día lo entenderás hija, pero empezemos nuestro día ya que hoy estaremos en Grecia."

Erika se levantó de la cama y se dispuso a salir de la recámara de su padre no sin antes ver la foto de su madre y darle los buenos días, Max por su parte se levantó de la cama y apagó el radio para poder empezar con sus preparativos para el día.

Mientras Erika se bañaba Max bajo a la cocina donde empezó a cocinar el desayuno el cual consistía en un licuado de chocolate, unos huevos revueltos y tortillas de harina.

Cuando Erika salió de su habitación pudo oler el aroma del desayuno y su estómago empezó a hacer ruido, por lo que bajó las escaleras para poder desayunar.

Max sirvió el desayuno y lo puso en la mesa "Hija me voy a bañar recuerda lavar tus trastes y tus dientes."

Erika quien estaba tomando su licuado de chocolate volteo a ver a su padre con unos bigotes de chocolate "Sí papá ."

Tras esto Max subió las escaleras y se metió al baño, Erika por su parte disfruto de su desayuno y cuando acabó empezó a lavar los trastes que utilizo para desayunar, cuando se encontraba se casó escucho el timbre, por lo que dejó lo que estaba haciendo y se dirigió a la pantalla en la pared para poder ver quién era.

En la pantalla pudo ver a una mujer vestida con un uniforme militar azul "Coronel Ana buenos días."

Ana miró a la cámara y le dió una sonrisa

Erika sin tiempo que perder apretó el botón debajo de la pantalla y la puerta de la entrada se abrió, cuando Ana miró a Erika y se agachó para poder darle un beso en la mejilla.

"Siempre tan hermosa, ojalá tu padre pudiera ser un poco como tu.

Pero hablando de Max sabes si ya está listo, tenemos que estar en dos horas en el aeropuerto, también quiero preguntarle algunas cosas"

Erika usó sus pequeña manita y rascó su cabeza con duda "Papá se está bañando y todavía no tenemos hechas las maletas."

Ana sostuvo el tabique de su nariz "Muy bien Erika te ayudaré a preparar tu maleta y la de Max."

Max quien se estaba vistiendo escuchó el ruido de unos tacones subiendo las escaleras lo que ocasionó que una pequeña gota de sudor cayera por su frente.

Cuando Ana abrió la puerta de la habitación solo pudo ver a Max con su uniforme militar mal puesto "No es posible que sea tan tarde y no estés preparado, sabes que tienes suerte que Margaret me hubiera pedido que cuidara de ti y de Erika.

Te ayudaré con tu maleta mientras Erika me trae su ropa,"

Max miró la foto de su esposa y se acomodo su corbata "Gracias Ana, realmente aprecio tu ayuda, desde que Margaret perdió la lucha contra el cáncer me cuesta un poco estar centrado."

Ana suspiró mientras caminaba hacia donde estaba Max para quitarle la corbata mal hecha que se había puesto y empezó a arreglar el nudo "Max no tienes por qué agradecerme, Margaret era una gran amiga y la consideraba como mi familia.

Ayudaré en medida de mis posibilidades, pero recuerda que Erika te necesita."

Con una sonrisa Max permitió que Ana le acomodara la corbata y le arreglara el uniforme "Ahora que lo pienso por qué veniste antes de tiempo pensé que nos reuniríamos en el aeropuerto."

Las manos de Ana continuaron arreglando el uniforme de Max "Ayer por la noche recibí una video llamada del General Andrade quien me informó que por órdenes de más arriba el sargento Pérez no viajaría a nuestro vuelo.

En su lugar un miembro del INAH llamado Armando viajará con nosotros."

Max frunció el ceño cuando pudo ver la seriedad en el rostro de Ana.

"En la plática me dijo que el servicio secreto le informó que cuidariamos de él en Grecia ya que era un personaje VIP y tenía que estar protegido ante cualquier problema.

También me envió una copia de la información sobre él y en unas de las hojas aparece tu nombre, el general me pidió que si era posible te preguntará sobre él".

Max se rascó la barbilla y camino hacia un cajón de su buró de dónde saco un álbum de fotos "Si es el Armando que conozco no estuve mucho tiempo con él, lo conocí en el último año de la carrera en mis prácticas profesionales en la biblioteca de la universidad.

Un joven normal y de buen carácter, si recuerdo bien también tenía una novia japonesa llamada Miyuki si mi memoria no me falla.

Tengo una foto de él y de su novia en este álbum."

Ana pudo ver una gran cantidad de fotos de Max, Erika y Margaret, hasta que en unas de las últimas hojas del álbum Max señaló una foto donde estaba él un poco más joven parado frente a la entrada de la universidad y a su lado estaba un pareja joven.

"El es Armando y la chica a su lado es Miyuki, accidentalmente Margaret me tomo una foto donde él estaba presente con su novia.

Claro que han pasado años de eso y desconozco si cambió de alguna manera pero en lo personal no parecía ser alguien con influencia o con alguien conocido poderoso."

Ana miró la foto por algunos segundos y de su bolsa del uniforme sacó una pequeña tablet y se la entregó a Max.

"Ya que confirmaste que conoces a Armando serás el encargado de protejerlo durante nuestra estancia en Grecia.

No te preocupes yo cuídare de Erika, en la tableta viene el intinerario y todo lo que debes de saber."

Max sostuvo la tableta y dió un saludo militar a Ana, una sonrisa se formó en el rostro de Ana "Puedes descansar Max, no tienes que preocuparte de Erika cuidare de ella."

Erika salió de su habitación cargando una gran cantidad de ropa y se dirigió al cuarto de su padre donde la puso en la cama. "Papá, Ana aquí está mi ropa, solo tome lo suficiente para una semana aunque también viene conmigo el señor oso."

Max se acercó a su hija y la cargó en sus brazos mientras ella tenía en su mano un pequeño oso de peluche "No te preocupes si falta ropa Ana podrá ayudarnos a comprar más y el señor oso siempre puede venir con nosotros."

Ana asintió y empezó a ayudar a Max a guardar la ropa en la maleta, al finalizar los tres salieron de la casa para posteriormente subir todo el equipaje en el coche de Ana.

En el camino al aeropuerto Max se puso a leer el contenido de la tableta mientras que Erika quien tenía su pequeño oso de peluche en sus manos miraba por la ventana los autos pasar "Oye Erika dime qué se siente poder viajar en avión por primera vez."

Erika dejó de ver los coches en la calle y enfocó su mirada hacia el cielo "Creo que va ser una oportunidad para poder estar más cerca de mamá en el cielo, aunque debido a la pesadilla que tuve en la noche tengo algo de miedo a volar."

Ana miró por el retrovisor a Erika quien abrazó a su pequeño oso de peluche y le sonrió "Es normal tener miedo cuando uno descubre algo nuevo, sabes tu padre no soporta las avispas y durante algunas semanas tuvo pesadillas con ellas.

Pero puedes estar segura que el avión es sumamente seguro, el capitán del vuelo es un amigo mío que trabaja en la fuerza aérea.

Puede pilotar un avión en situaciones extremas y si eso no fuera suficiente están nuestros compañeros militares, quizá la única persona incómoda en el avión sea tu papá que le tocó el asiento de enmedio".

Ana pudo ver por el espejo retrovisor el rostro más relajado de la pequeña Erika "Además tu lugar es en la ventanilla del avión por lo que podrás ver el cielo sin problemas junto con el señor oso."

Max volteo a mirar a su hija y le acarició el cabello "Ya estamos cerca del aeropuerto, recuerda no separarte de mi mano y de la de Ana."

Erika acarició la mano de su padre mientras asentía, cuando Ana estaciono el vehículo pudo ver qué del vehículo estacionado enfrente salía un joven que pudo reconocer como Armando quien tenía un cigarro en la boca.

Su ropa estaba bastante desordenada y en sus ojos podían ver unas grandes orejeras, Max se percató de la mirada de Ana y tras voltear su rostro se dió cuenta que aquel joven había conocido años antes había cambiado demasiado.

Con algo de incomodidad pero muy firme Max salió del auto y se acercó a Armando "Hey Armando, buenas tardes te acuerdas de mí."

Armando quien no estaba prestando atención volteo a ver a la persona con uniforme militar y se le quedó viendo por algunos segundos "Creo que te llamabas Max si no me equivoco, supongo que el mundo es demasiado pequeño.

También vas a tomar un vuelo o te están acompañando" dijo Armando mientras veía descender del carro de Max a una niña y una mujer vestida con uniforme militar.

Max sonrió "Si ellas van a viajar conmigo y de hecho creo viajaremos juntos en el vuelo a grecia según la lista de pasajeros, quieres acompañarnos?."

Armando miró como la niña que bajó del coche corría hacia Max, con una mirada melancólica volteo a ver a Max "Claro, por qué no."

Erika miró a la persona a lado de su padre y con una sonrisa lo saludo pero se sorprendió al ver que unas lágrimas salían de sus ojos, Max pudo sentir la mirada de su hija quien no sabía si había hecho algo mal, por lo que solo negó con la cabeza.

"Te encuentras bien Armando?"

Armando limpió las lágrimas en sus ojos y tiró el cigarrillo que tenía en la mano "No es nada solo recordé a una persona importante para mí que ya no está conmigo pero será mejor que avancemos no creo que sea bueno retrasar el vuelo."

Erika sintió un pequeño dolor en su pecho pues las palabras de Armando le hicieron recordar a su madre pero tras apretar la mano de su padre y de su pequeño oso de peluche recuperó la tranquilidad en su corazón.

Ana cerró la cajuela del auto y con tres maletas revisó su reloj "No quiero ser una aguafiestas pero si no nos movemos retrasaremos el vuelo."

Los tres miraron a Ana y empezaron a caminar hacia el aeropuerto, todo el proceso de registro y abordaje se realizó sin problemas a excepción de un pequeño incidente dónde a Armando le decomisaron dos pequeñas cantimploras llenas de tequila pero tras una llamada de Ana la policía del aeropuerto lo dejó pasar sin consecuencias.

Dentro del avión Max quien estaba sosteniendo la mano de Erika avanzó a hasta sus lugares los cuales estaban cerca del ala derecha del avión, Erika se alegro cuando miro la ventanilla de su asiento por lo que rápidamente ocupo su lugar y sentó a su pequeño oso de peluche en sus piernas.

Por su parte Max se sentó a lado de su hija y sacó sus audífonos, pensaba escuchar la canción que le gustaba a su esposa y que tenía de despertador, Armando quien entró un poco después al avión se acomodó en su asiento el cual era el que estaba junto a Max.

Con solo un vistazo pudo ver a Max con los ojos cerrados mientras escuchaba música y a Erika demasiado emocionada con su peluche mirando por la ventanilla por lo que decidió solo tomar asiento y dormir todo lo que pudiera.

Max escuchó su canción una y otra vez hasta que el avión estaba por despegar por lo que abrió los ojos y le explicó a Erika como debía de sentarse, tras despegar Max dejó que su hija apreciará el hermoso cielo contaminado de la ciudad de México mientras que él poco a poco se quedó dormido en su asiento.

En su sueño Max apareció en un pasillo de hospital el cual pudo reconocer como el hospital donde su esposa Margaret estuvo durante dos años, Max se sorprendió pues era la primera vez que tenía un sueño tan lúcido por lo que decidió caminar hasta la habitación donde debería estar su esposa.

Conforme más caminaba más se sorprendía por la realidad del sueño incluso llegó a tener curiosidad de saber que había en las otras habitaciones pero al final se mantuvo firme con la idea de llegar a la habitación de su esposa.

Tras caminar por algún tiempo llegó a la habitación 43 dónde se encontraba su esposa, con sudor en su mano tocó el pomo de la puerta y lo giró hasta que una pequeña luz le deslumbró.

Usando su mano cubrió su rostro por un momento y cuando la bajó pudo ver una sencilla pero cómoda habitación blanca que tenía la ventana abierta y aún lado de la ventana pudo ver a su difunta esposa quien estaba disfrutando del aire que entraba por la ventana.

Max quien tenía lágrimas en los ojos caminó hacia ella pero antes de poder llegar a Margaret pudo escuchar un pequeño grito de alegría que venía de la puerta.

Con sorpresa Max giró su cabeza y pudo ver a su pequeña hija Erika correr hacia su madre quien de manera elegante la abrazo, pero cuando Margaret levantó su rostro una sensación de frío recorrió la espalda de Max quien se dió cuenta que la mujer que estaba abrazando a su hija no era su esposa.

Max intentó correr a la ventana pero el ruido de una explosión lo despertó, cuando abrió los ojos pudo ver cómo se abría un agujero en el fuselaje del avión donde se estaba sentado Ana.

Impotente solo pudo ver cómo Ana y otros pasajeros salían volando con sus asientos más sin embargo no tuvo tiempo para hacer algo pues el ruido de una explosión retumbó en cerca de su oído, al mismo tiempo que pudo sentir parte de su cuerpo siendo quemado por unas flamas las cuales solo estuvieron por unos segundos antes de ser absorbidas por una fuerza abrumadora.

Esto provoco que Max perdiera por un pequeño momento el conocimiento pero usando toda su fuerza de voluntad se despertó ignorando el dolor de su cuerpo y su incapacidad para poder respirar, con todas sus fuerzas volteo a ver el lugar donde se sentaba su hija pero solo pudo ver un gran aujero en el fuselaje mientras el ala derecha del avión se desintegraba en el aire.

Max intentó gritar el nombre de su hija pero pudo sentir como salía disparado del avión y empezaba su caída hacia la tierra, la falta de oxígeno lo hizo caer en un estado letargico por lo que las últimas cosas que pudo ver fue a Armando a su lado y el callendo hacia lo que parecía ser un templo griego.

Una lágrima cayó del rostro de Max y lo último que pudo ver fue un gran pilar de mármol.