¿Quien inventó la escuela? ¡En serio! Es aburrida, molesta y está llena de adolescentes hormonales. Me refiero a que ¿Por qué no estudiar en casa? Desde la tranquilidad de tu hogar, ser tu propio jefe, elegir cuando entregar los trabajos, ¡Dormir!
Extraño mi cama.
Pero peor aún ¿Quien inventó la trigonometría? ¿QUIEN TUVO EL DESCARO DE JUNTAR LOS NÚMEROS CON LAS LETRAS? Es tan innecesario. Solo necesitamos aprender a sumar, multiplicar, restar y dividir. Lo demás está de sobrevalorado.
—Señorita Lawrence, ¿Está usted prestando atención?
Oh profesor Adams...
—Si.
No. No tiene sentido hacerlo. Ya acepte que seré stripper. Es mi destino, mi meta, mi futuro.
— ¿De que estaba hablando?— me pregunta desafiante. Quiere probar que miento.
—De matemáticas— respondo con una sonrisa inocente. El profesor Adams está apunto de protestar cuando la campana suena.
Ya no tienes poder aquí Adams.
Recojo mis pertenencias y me encamino fuera del aula. El Sr Adams grita mi nombre pero...eso es problema para la Elizabeth del futuro.
—¿Que se siente tener un mejor amigo tan sexy?— esa es Maddie. Mi vecina y amiga. Y está hablando de Cole, el idiota de mi mejor amigo.
—No se, Nunca me ha pasado.
Admito que Cole es atractivo, pero honestamente no entiendo porque todas están tan obsesionadas con el.
—Hace unos años no decías lo mismo.
Paro de caminar y me volteo lentamente para encararla.
—Te he dicho millones de veces que no menciones mi pasado oscuro. Jamás, never.
Ella comienza a reír pero no estoy bromeando. Ok si, tuve un pequeño Crush con Cole hace unos años, caí en sus redes como todas aquí, pero el nunca demostró interés en mi. Así que acepte lo inevitable, ser su mejor amiga.
—Y hablando del Rey de roma— dice Maddie señalando algo a mis espaldas.
Me volteo y veo a Cole. Tiene el cabello ligeramente despeinado aunque no me sorprende, desde que lo conozco siempre ha sido así. Camina a paso lento con sus botas militares. Sus manos están en los bolsillos de sus Jeans. Tiene un polo gris y encima su habitual chaqueta de cuero.
—Liz— dice en forma de saludo.
—Idiota— sonrió, así lo saludo siempre.
—Siempre tan dulce— dice sarcástico.
— perdón— me aclaro la garganta— Hola babe, ¿cómo estás? ¡Te extrañe tanto!— hablo con voz chillona para después darle un casto beso en la mejilla.
El rueda los ojos y me mira sonriendo divertido.
—Tengo entrenamiento hoy, no podré llevarte a tu casa.
Cole es boxeador. Uno de los mejores, algún dirían que el mejor. Como por ejemplo el.
—¿Me harás caminar? ¿En serio?— digo haciendo un puchero. Me veo estúpida haciéndolo pero no me importa. No quiero caminar.
—Tu casa está a 15 minutos de aquí.
Lo miro indignada y sigo caminando. Tengo un examen de biólogo que reprobar. Maddie me sigue detrás tratando de alcanzarme.
—¡Dramática!— grita Cole a mis espalda. Yo levanto mi dedo del medio. El sonido de su risa ronca llega a mis oídos, eso me hace sonreír.
*
Reprobar biología es un don que pocos valoran. Es un arte, un reto. Las personas hablan de los mejores estudiantes, ¿pero por qué no hablamos de esos que son malos en la escuela y de alguna manera encuentran la forma de pasar? ESOS SON LOS VERDADEROS GENIOS.
Hablo de mi, soy una genio.
—Mi mamá va a matarme—digo mirando a Maddie. Ella me mira confundida.
—Creí que serias Stripper.
—Si, pero mis padres aún no saben eso. Creen que seré doctora.
—Creo que necesitas saber biología para ser doctora.
Abro mi boca exageradamente fingiendo indignación.
—¿Insinúas que no podría lograrlo?— pongo mi mano en mi pecho para verme más dramática.
—Insinuó que te demandarán cuando mates a tu paciente— responde divertida.
Estoy apunto de responderle con otra broma cuando veo dos Agentes federales. ¿Por qué dos agentes del FBI estarían aquí? Lo más emocionante que ha pasado en los últimos años fue la guerra de comida del 2017. Fue asqueroso por cierto, era día de Chili.
—¿Que hacen dos agentes del FBI en un lugar como este? ¿Acaso hackearon la contraseña del internet otra vez?— Me burlo señalando a los agentes federales, quienes caminan con aspecto serio a nuestra dirección.
Maddie Voltea a verlos. Me preocupo cuando veo como empieza temblar y sus ojos se abren exageradamente, podría jurar que están apunto de saltar fuera de su cara. Maddie tiene un hermoso y brillante cabello rubio, su piel blanca como la nieve lo cual hace que sus carnosos labios rosados destaquen. Pero cuando vio a los agentes federales, esos labios que alguna vez fueron rosados, se tintaron de blanco. Esta pálida, temblando y podría jurar que va a vomitar. Sus hermosos ojos verdes me miran con pánico.
— Maddie ¿que sucede?
Ella no responde. Creo que está teniendo un ataque de pánico. ¡No puede respirar!
—¡MADDIE!— gritó desesperada. Creo que está tratando de decirme algo. —Vamos al baño.
La empujó a paso acelerado. No sé qué está pasando. No entendió porque Maddie reaccionó de esa manera al ver los agentes federales.
¿Y si robó un banco? ¿Mató a alguien? ¿Robó un banco y mató a alguien? ¿Es un agente secreto del gobierno que tenía una misión súper secreta pero renunció por Amor, y ahora la necesitan de regreso para una última misión?
—Maddie mírame— hablo lenta y cautelosamente— sopla las velitas — pongo mis dedos cerca de su cara, para que empiece a soplarlos como si fueran velas. Hacemos ese ejercicio alrededor de 3 minutos cuando por fin se calma.
La miro fijamente esperando una explicación pero lo único que dice es...
—¡COLE! Tenemos que decirle. ¡LLAMA A COLE! ¡¡AHORA!!.
Asustada y confundida por su reacción buscó mi celular en mi mochila. El número de Cole está en marcado rápido, así que solo tengo que oprimir un botón. Después del tercer ring finalmente coge el teléfono.
—¿Liz? Te dije que...
Cole no llega a terminar de hablar cuando Maddie me arranca el teléfono del oído.
—Cole, Están aquí...
Sus hermosos ojos verdes que siempre suelen tener un brillo de alegría están llenos de lagrimas.
—Vienen por nosotros.