GABRIELA
No volví a ver a Sara y Clara hasta que llego a la hora de descanso, y la verdad se me olvido esperarlas como hacía siempre, porque en mi cabeza seguían las palabras que me dijera Alex a la mañana. Lo odiaba por todo lo que me dijo. Ya lo odiaba de antes, pero ahora lo odio más aún No sé muy bien como ellas me encontraron por el campus, porque ni yo sabía muy bien donde estaba. Parecía que no cogía nada más en mi cabeza que sus estúpidas palabras.
"Gabriela, ¿nos estás escuchando?" preguntó no sé quién exactamente "¿Qué?, perdona estaba pensando." dije centrando de nuevo la mirada en mis amigas "¿Que te pasa? Estás rara desde que hablaste con ese chico."
"No me pasa nada, ¿pero que tenía que escuchar?" pregunté para intentar que dejaran el tema en paz "Como nunca me hablaste de ese chico, es muy mono, y no es feo."
Que me hablara de Alex, me ponía de muy mala leche porque no quería volver a oír su nombre en mi vida, y cuando estaba olvidado, aparece de nuevo.
"Sara no quiero hablar del tema, ¿podríamos hablar de otra cosa?" pedí "Porque no quieres hablar de él, ¿si es majo por lo que yo sé?" preguntó y rodé los ojos "Pues por eso, que tu sepas, pero no lo conoces."
"¿Te pasó algo con él en el otro colegio?" preguntó y negué, porque no quería hablar del tema "No Sara, solo que no me gusta hablar de personas como él, nada más." aseguré "Sara déjalo, si no quiere hablar de él, no hablemos de eso."
Justo en ese momento aparece Marcos que viene corriendo y se acerca a nosotras en cuanto nos ve. Cuando se fija en que no estoy de muy buen humor mira para Sara y Clara a ver si le podían aclarar que era lo que me pasaba, pero ellas no se dan cuenta, por lo que opta por preguntar.
"¿Qué es lo que le pasa a Gabriela para que este enfadada ya por la mañana y el primer día?" preguntó mirando a nuestras amigas y luego centrando su mirada en la mía "No lo sé, no lo quiere contar. Estás así después de hablar con un chico."
"¿Acabamos de empezar el curso y ya tienes pretendientes que quieren salir contigo?" preguntó riéndose, pero esto no era para reírse, y menos lo haría él en caso de saber quién era "Marcos, esto no es una coña de verdad. Si supieras quién es sabrías el porqué de que este tan enfadada por la mañana."
"¿Y me lo vas a decir o lo tengo que averiguar por mi cuenta?" preguntó cruzándose de brazos "Eso te lo puedo decir yo. ¿Ves aquel chico de allí? El alto y de pelo rubio oscuro. Ese es el chico que habló con ella." dijo Sara y la mirada de Marcos pasa a centrarse en él.
"¿Lo tengo que conocer Gabriela?, porque así de espaldas no lo..." pero no tardó nada en parar en seco, dándome a entender que ya sabía quién era y la razón por la que estaba de mal humor. "No me jodas que es quién yo pienso. ¿Qué coño hace aquí? ¿Y por qué habló contigo?" preguntó frunciendo el ceño y algo de enfado evidente en su voz, al menos evidente para mí.
"Espera ¿tú también sabes quién es?" preguntó Sara sorprendida "Si, pero ¿podéis ir a por algo para Gabriela?, me da a mí que está en shock." dijo cogiéndome la mano y dándome un apretón "Pero si hasta hace un momento estaba bien, enfadada pero bien."
"Por favor necesito algo, traedle agua." En ese mismo momento se van y quedamos nosotros solos. Me pasa un brazo por encima de mis hombros y me lleva a un lugar donde me puedo sentar.
"¿Que te dijo que te afecto tanto Gabriela?" preguntó, dejando su mano en mi rodilla "Es que no te lo vas a creer si te lo cuento." dije notando como empezaba a formarse una risa en el fondo de mi garganta "No lo sé, inténtalo."
"Me dijo que me quiere y que luchará por mí para que vuelva con él. Ósea, primero me deja por aquella tía ¿y ahora se da cuenta de que me quiere? Es muy gracioso que después de ocho años se acuerde de mi nombre siquiera." dije, empezando a reírme "Pero ¿qué le pasa en la cabeza a ese tío? ¿No sufriste bastante por él ya?"
"Seguro que lo que quiere es hacerme más daño, no le encuentro otra explicación." afirmé "Bueno, por eso no te preocupes que no pienso dejar que te haga nada. No quiero volver a ver a la Gabriela deprimida que eras cuando te dejó."
"No estaba deprimida." rebatí, a pesar de que puede ser que lo estuviese un poco "Si que lo estabas y no intentes engañarnos, porque a pesar de que para tus padres estabas mejor de lo que en realidad estabas, tanto Carlota como yo sabemos que eso no era verdad, una fachada que te pusiste para que no te vieran mal, por lo que no intentes decirme que no lo estabas. Sé que es así."
"¿Podemos dejar de hablar de esto? No quiero que seguir hablando de un gilipollas como lo es él." dije molesta "De acuerdo, no hablaremos más de él, pero espera cuando Carlota se dé cuenta de que está en esta universidad. La va a quemar hasta los cimientos con él dentro."
"Y yo la ayudaré, no lo quiero volver a ver en mi vida." En ese momento aparecen Sara y Clara con una botella de agua la cual dan a Marcos para que me la de a mí y cojo más que nada para que no pasaran el trabajo de haberla ido a buscar a la cafetería.
"¿Estás mejor?" preguntó Clara y asentí "Si, lo estoy. Gracias por el agua." dije "De nada, ¿pero ahora me puedes contar que os pasa con ese chico?" preguntó Sara y negué "No voy a hablar de él con nadie, por lo que no insistas porque no lo pienso hacer."
"Estás rara Gabriela des de que hablaste con él, quiero saber qué es lo que pasa." dijo y negué, porque no iba a hablar de él "Sara déjalo, si no quiere hablar no lo hará." dijo su hermana.
"Pero algo raro le pasa a Gabriela con ese chico Clara, solo quiero saber el que. Aparte, ¿es que no te fijaste como está ese chico? Parece ser que es de eses chicos que tienen a todas las chicas detrás de él." afirmó y la verdad es que me molestaba, pero no por celos ni nada, sino que fuese cierto a pesar de la personalidad que tenía.
"Pues te lo dejo todo para ti Sara, si es lo que quieres, pero no creo que sea la mejor persona para ti." dije y esta frunció el ceño "¿Por qué? Qué es lo que sabes que yo no sé."
"Gabriela tiene razón, no es la mejor persona que puede haber en la universidad." contestó Marcos negando y dándome un pequeño apretón en la rodilla "Entonces contadme, ¿qué es lo que pasa con él para que os caiga tan mal?"
"No voy a hablar, ya te lo he dicho." afirmé y esta levantó las manos en el aire "Vale, vale. Entonces si no quieres hablar de eso ¿cuéntame cómo se tomaron tus hermanos el venir a la universidad?"
"No lo sé, no los he visto desde que llegamos." dije encogiéndome de hombros "Pero podrías saber si están emocionados o algo." dijo y asentí, porque eso sí que lo sabía "Emocionados con que ahora pueden controlar más lo que hago, supongo que eso les agrada y les gusta."
Eso era verdad, ahora tenía a mis dos hermanos en la misma universidad en la que estaba estudiando yo, por lo que cualquier cosa que hiciera probablemente se enterara mis padres, pero no me importaba la verdad, ya soy lo bastante mayorcita para cuidarme yo sola, no hace falta que me cuiden ellos, debería ser al revés ya que yo soy la hermana mayor, pero parecen no entenderlo hasta que me enfadara de verdad y me dejaran en paz de una vez por todas.
"Pues yo lo llevo de maravilla, solo que más les vale no molestarme mucho, porque como me enfade se arrepentirán." confirmé, porque si mis hermanos podían ser algo, era cotillas.
"Solo te vi una vez muy enfadada, y la verdad es que das miedo." dijo y me reí "Bueno, si se enfada mucho sí que es mala, pero de verdad que no se enfada así tanto como piensas." afirmó Marcos "Se que no se enfada muchas veces Marcos, pero aquella vez dio miedo, o por lo menos a mí."
"Yo me enfado solo cuando no me dejan en paz y les avisé muchas veces de que no me molestaran, pero si no hacen caso yo no tengo culpa de nada. Y no doy miedo." dije frunciendo el ceño "Es que no te viste. Pero no siempre te enfadas tanto. Conmigo te enfadas y no me dices ni haces lo que le haces al resto."
"Porque aparte de que te considero como una hermana, si te digo todo lo que pienso no creo que te guste, y no creo que te guste que te dé un par de bofetones, porque está claro que a veces ganas no me faltan." afirmé y ella se rió "¿Por eso no me hablas?" preguntó.
"Si, por eso. Pero siempre volvemos a hablarnos, así que no deberías preocuparte tanto por eso, porque siempre te volveré a hablar." confirmé y la sonrisa no desapareció de su rostro "Bueno, vamos a tomar un café."
Salimos del campus a dar una vuelta, porque de verdad que estaba deseando que se acabara el día e intentar no volver a cruzarme con él en lo que queda de curso, porque me volvería a enfadar, y no quiero que eso pase en mi último año en la universidad.
ALEX
Sabía de sobra que Gabriela estaba enfadada conmigo, y no era para menos después de todo lo que le hoce hace ocho años. Me odio por todo eso que le hice y fue culpa mía que se fuera del instituto. A pesar de que la amaba tanto, y lo sigo haciendo, le hice daño por dejarme comer el coco y se hace peor cuando veo que con ella está Marcos, la razón de porque la dejé, bueno, razón que no lo era porque al fin y al cabo todo fue una mentira de Paula. La cuestión es que desde que Gabriela se fue no fui capaz de pensar en nada, solo pensaba en el daño que le había hecho. Ahora lo que intentaba era que me perdonara, ya no digo recuperar la relación que teníamos, porque no creo que sea posible, pero por lo menos ser amigos, es lo menos que pido. Aunque de ser ella no me perdonaría en la vida. En ese momento en el que yo estaba sentado en la cafetería con un café en la mano, se acerca Dani. Era mi mejor amigo, y que llegó después de que Gabriela se fuera, el año siguiente.
"¿En qué piensas tanto?" preguntó Dani "En Gabriela." dije sin dudarlo una sola vez "No sé para qué pregunto." respondió rodando los ojos "Yo tampoco." admití "Entonces ¿qué te dijo?"
"Nada." dije, encogiéndome de hombros "¿Como que nada?" preguntó sorprendido y asentí "No Dani, no me habló, ni siquiera miraba para mí." afirmé "¿Crees que te escuchó?" preguntó con curiosidad y me encogí de hombros una vez más.
"No tengo ni idea, ahora no soy capaz de ver lo que le está pasando por la cabeza." dije, recordando las pocas veces que podía ver que es lo que pasaba por su cabeza "Pero antes tampoco." dijo "Algo si sabía, siempre se le notaba algo, pero ahora no soy capaz."
"Eso quiere decir que cambió en estos ocho años." dijo y asentí, porque no me esperaba otra cosa que no fuese una Gabriela cambiada "Como para no hacerlo, después de todo lo que le hice es normal."
"Nunca me contaste que pasó entre vosotros." dijo "Pero te sabes la historia." respondí, porque todo el mundo en el colegio en el que habíamos coincidido ambos era así "Ese es el problema, me la sé, pero no sé hasta qué punto es cierto."
"Seguro que todo es cierto." dije "¿Porque no me cuentas que pasó?" preguntó algo frustrado "Porque no puedo." aseguré "Ya pasaron ocho años Alex, deberías poder hablar de lo que pasó."
"No puedo por el simple hecho de que yo aun la quiero, más que a mi propia vida, y no sabes cuánto me arrepiento de haberle hecho lo que le hecho." dije mirándolo por un par de segundos "Desde que te conozco, no has dejado de querer a esa chica. ¿De verdad crees que ella te quiero como hace ocho años?"
"No lo sé Dani. Algo dentro de mí me dice que aún me quiere." contesté, pero ya no sé si era cierto o solo era la esperanza de que fuese cierto "Pero eso es porque tú quieres que eso sea verdad. "
"Si, no lo voy a negar, pero es la verdad, algo me dice que me sigue queriendo." dije gustándome más la primera opción "Yo no me fiaría de tu intuición, porque no es buena."
"¿Pero sabes quién tiene una muy buena intuición?" pregunté y este rodó los ojos "Gabriela, me lo dijiste como un millón de veces desde que nos conocemos. Nunca me dejas de hablar de ella y de cómo es, pero por lo que vi hoy, no se parece en nada."
"Eso no tiene nada que ver, nunca fue de mostrar sus sentimientos." afirmé "Lo que tu digas, yo solo te digo le que veo." respondió "Deja de hacer el idiota y vayámonos que dentro de nada empieza la siguiente clase."
Dani se echó a reír mientras íbamos andando para la clase. Estaba deseando ver a Gabriela, aunque fuera a lo lejos, pero eso era lo que llevaba necesitando estos ocho años, y que al principio no sabía que era lo que necesitaba, hasta que me di cuenta de que la necesitaba más que mi vida y haría lo que fuera para conseguir que al menos fuéramos amigos. Eso sí, como alguien se atreviera a meterse con ella le partiría los dientes, porque no iba a dejar que nadie le haga ni el menor daño como yo le he hecho hace ocho años. No iba a volver a cometer el mismo error y menos que otras personas se lo hicieran, tendrían que pasar por encima de mi cadáver.