MARÍA
Acabamos de comer y le dijimos a mi madre que iríamos a ver a Gabriela. Ella al principio no se lo creía, pero le contamos lo que nos dijo Marcos y supo que era verdad. También le dije que tendríamos que hablar los cuatro a la noche sobre esa persona que tiene mi hermana por novio, un novio que tendríamos que estudiar porque algo me decía que había cambiado desde la última vez y que dice la verdad de que ama a Gabriela, estoy más que segura que antes no hubiera hecho nada para protegernos y hoy lo hizo. Pero eso no era lo más importante, sino que era que Gabriela lo amaba de verdad y no íbamos a poder hacer nada para evitar que estuviese con él.
Ahora mismo estábamos yendo hacia la casa de Marcos y en cuanto estuvimos delante de esta timbramos. En cuanto la puerta se abrió vimos a una Gabriela sonriente pero esa sonrisa se esfuma en cuanto nos ve. Se quedó unos segundos mirándonos y luego cerró la puerta sin dejarnos hablar con ella.
-Gabriela abre la puerta que tenemos que hablar contigo de una vez por todas.
No hubo respuesta de ella, pero Carlos acabó por abrirnos la puerta y entramos.
- ¿Y Marcos decía que nos quería ver? Porque no es lo que pareció.
-Puede ser que no os lo parezca, sabéis como es ella de terca.
-Creo que eso es lo peor de mi hermana de verdad te lo digo.
-Puede llegar a ser molesto, pero pasad, está en la cocina con los demás.
Entramos en la casa y nos dirigimos hacia donde nos había dicho Carlos. Antes de entrar pudimos escuchar a ella y a Marcos teniendo algo así como una discusión, pero se calla en cuanto entramos en la cocina.
- ¿Qué hacéis aquí vosotros dos?
-Alex nos dijo que no estabas bien y ya que no quieres contestar nuestras llamadas pues vinimos a verte.
- ¿Qué Alex os dijo que?
-Lo que escuchaste, asique no vamos a hacer que su esfuerzo sea en vano y vamos a hablar.
-No tenemos nada de qué hablar sinceramente.
-Gabriela no empieces.
-Marcos lo dije en su día que no quería hablar con ellos, sabes las razones que tengo, y entre todos me hacéis una encerrona para que tenga que hablar con ellos.
-Si esas razones son que según tú fue tu culpa, pues déjame decirte que no es verdad, tú no tuviste la culpa de lo que nos ha pasado.
-Oh vale, ¿Entonces como explicáis eso de que os mandaran saludos para mi departe de ella?
-Pues que esa chica está loca y quiere sacarte a la persona que amas.
-Ella solo está buscando la manera de hacerte daño y sabe tus puntos débiles, a por el siguiente que irá es a por ellos o a por Alex. No queremos que sufras por culpa de esa perra Gabriela.
Eso último lo dijimos señalando a Marcos y a su hermano ya que me estoy más que segura que ella sabe lo importantes que son ellos en la vida de Gabriela, y en ese saco se puede incluir a Carlota.
- ¿Y desde cuando os importa lo mío con Alex?
-Desde que está mañana él nos defendió de esos tipos que nos golpearon la última vez. Nos dimos cuenta de que es posible que hubiese cambiado.
No estoy segura de que escucho todo lo que dijo Mario, pero estoy segura de que se quedó con la primera frase, eso era lo que decía su cara y vi cómo se puso tensa.
- ¿Os intentaron golpear de nuevo?
-Claro Marcos, ¿por qué te piensas que estaba Alex junto a nosotros?
- ¿Y no me dijo nada?
-Estoy segura de que era para no preocuparte más de lo que ya estas Gabriela.
-Como para no estarlo, os quisieron golpear de nuevo y no estaba ahí para ayudaros. Soy la peor hermana que os pudo tocar.
En ese momento se echó a llorar y Mario y yo nos acercamos sin dudarlo un segundo, acabando por abrazarla. Estuvimos un rato abrazados a ella hasta que notamos que ya no lloraba, fue en ese momento en el que llegó a la cocina Ana.
-Mamá ¿estás bien?
Con esas palabras nos giramos para verla, porque su madre no estaba aquí como para que dijese eso.
-No me pasa nada cariño, no te preocupes.
- ¿Entonces por qué lloras?
-No es nada, de verdad.
- ¿Quieres un abrazo?
-No me vendría nada mal la verdad.
Con eso la niña se acercó más a mi hermana y la abrazo por las piernas ya que era algo baja, pero Gabriela no dudo en devolvérselo, estando así por un par de minutos, mientras que todos los que estábamos en la habitación nos quedamos mirando la escena con cara de bobos, siempre supimos que mi hermana sería una gran madre, pero creo que nunca la habíamos visto así, estoy segura de que si lo ve nuestra abuela se echaría a llorar o algo, pero estoy segura de que le emocionaría bastante la idea de tener un nieto.
- ¿Por qué no vas a jugar un rato?
- ¿Ya no tengo que hacer los deberes?
-Claro que sí, es lo primero que tienes que hacer antes de ponerte a jugar.
-Entonces me tienes que ayudar.
-Voy ahora mismo, tú ve sacando las cosas.
Con eso salió de la cocina y Mario y yo nos quedamos mirando para ella sin entender lo que acababa de pasar ahora mismo aquí.
-Cambiad esa cara antes de que os de un tortazo a cada uno.
- ¿Es que no escuchaste como te ha llamado?
- ¿Y eso que?
En definitiva, no entendíamos lo que había pasado aquí ni entendíamos que a Gabriela no le importase lo que acababa de decir Ana, igual era uno de esos juegos que tenían entre ellas.
-Mirad, hablamos en otro momento que ahora tengo que ayudar a Ana a hacer los deberes.
- ¿Y si te vienes a casa? A mamá y a la abuela les gustaría verte.
-Iré más tarde ¿de acuerdo?
-Más te vale Gabriela o venimos a buscarte nosotros mismos y te llevaremos en contra de lo que tú quieras.
-Ya os dije que iría.
-No os preocupéis chicos que si es necesario la llevaremos nosotros.
-Gracias Marcos.
-No es nada chicos.
Intercambiamos un par de palabras más con ellos y nos fuimos. En cuanto llegamos a casa le contamos a mi madre que Gabriela vendría más tarde a casa y se puso contenta, más de lo que la habíamos visto en esta semana en la que no vio a Gabriela. Llamó a mi abuela y le contó que vendría a casa, lo cual hizo que en poco menos de una hora aparecieran por casa.
Sobre las siete y media aparece Gabriela por casa y al principio se podía notar tensa y evitaba hablar conmigo y con Mario, pero a medida que fueron pasando los minutos dejaba de estar tensa y empezaba a parecerse a la Gabriela de siempre.
Serían algo así como las nueve de la noche cuando dijo que se debía marchar lo que hizo que nos pusiésemos tensos y estoy segura de que todos teníamos en la cabeza esa pregunta del por qué no quería quedarse en casa a lo cual nos contestó que volvería mañana, que hoy tenía que acostar a Ana y hacer algo importante, de lo que no tenemos ni la mínima idea claro está.
Ahora mismo estábamos todos reunidos en el comedor y mi madre se giró hacia nosotros, seguro para que empezáramos a hablar, pero debíamos esperar a que mi padre volviese de donde fuese en este momento, lo cual no tardó demasiado en hacer.
-Haber, ¿Qué era eso tan importante de lo que nos queríais hablar?
-Es sobre Gabriela
- ¿Qué pasa con ella?
-Es cierto lo que dice de que ese chico ha cambiado.
- ¿De qué hablas Mario?
-Lo que Mario quiere decir es que deberíamos apoyar a Gabriela en esto, se puede decir que ese chico la ama más que a nada.
-Eso es imposible.
-Papá, créeme que yo diría que es casi imposible, pero en este caso es cierto.
- ¿Se puede saber el porqué de vuestro cambio en eso?
-Hoy se intentaron meter con nosotros y él nos defendió y pudimos notar que está pendiente de nosotros desde que Gabriela fue expulsada, nos está cuidando.
-Eso no quiere decir que se preocupe por nosotros.
-Lo sé papá, pero al parecer Gabriela se lo pidió y lo hizo sin que ella estuviese delante, no se lo dijo a los demás tampoco, no se lo contó a Gabriela para no preocuparla más de lo que ya estaba. Ese chico la ama de verdad.
- ¿Vosotros estáis seguros de lo que decís?
-Si, además hemos escuchado que fue Alex el que la separó de Paula para evitar que le hiciera algo peor, eso solo lo hacen Carlota, Marcos y la familia.
-Yo ya os dije que ese chico cambió y que la ama de verdad.
-De no ser porque Gabriela dijo que no lo sabías, creeríamos que si lo sabías.
-Es que lo sabía, ella dijo eso para que no os enfadarais.
- ¿Entonces te lo contó?
-Me lo contó porque la presioné, pero se puede decir que yo me enteré antes que ella de que estaba en la misma universidad.
- ¿Lo sabías y no nos dijiste nada de que iba a ir a la misma universidad que ella? De esa manera se podía haber evitado que lo pasase mal.
-Lo pasó mal al principio porque ahora está bien, por lo menos a lo que se refiere a Alex.
-Claro, ahora los otros problemas son Paula.
-No os deberías preocupar por Gabriela, ella se sabe cuidar.
-Sé de sobra que lo sabe hacer mamá, pero ¿qué pasará si vuelve a los ataques de ansiedad ahora que los tiene bajo control?
-Sabrá cómo tiene que actuar y si vuelve a pasar, están Marcos y Carlota en la universidad, ellos saben cómo deben actuar y Alex la ayudará, no te preocupes tanto por ella Lara.
-Pues dejadme decir que yo sigo sin fiarme de él para nada, ni de él ni de Paula.
- ¿Y después te quejas de la terquedad de tu hija Sergio?
-Eso es cierto papá, ella lo sacó de ti, pero créenos cuando te dicímos que ha cambiado, ahora no es capaz de hacerle nada, se podría decir que vive por y para ella.
-No intentéis convencer porque no lo vais a conseguir.
-No es a nosotros a quien nos deberías creer, sino a Gabriela.
-Ya veremos si la creo o no.
Nuestros abuelos no tardaron demasiado en irse y en cuanto ellos se fueron nos fuimos todos a la cama ya que era tarde, por lo menos esta noche dormiríamos mejor sabiendo que Gabriela volvería a casa mañana.