Chapter 8 - o c h o

En el cielo nunca había una noche ni un atardecer, solo una mañana y un amanecer.

En el cielo solo hay nubes y más nubes, se pueden observar ángeles entrenando habilidades o simplemente descansando mientras observan el paisaje.

En el paraíso, hay lagos, árboles, plantas y animales de toda especie, hay regiones desérticas o hasta nevadas. En el paraíso encuentras los lugares de descanso de los querubines, en cada tronco están sus viviendas así como otros lugares.

Louis se encontraba en el paraíso, estaba reflexionando sobre todo lo que le había pasado hasta ahora.

El sabía que los actos que estaba haciendo eran imperdonables, pero no sabía porque, si su padre que todo lo ve y todo sabe, no le había dicho nada aún.

Decidió dirigirse a investigar de inmediato y empezó su marcha a la vieja biblioteca.

Aquel lugar se encontraba en la región de un bosque frondoso, con cocodrilos en las lagunas y llovía mucho, pero eso no le importó al querubín, debía encontrar una respuesta.

Cuando arribó al lugar, entró por el tronco y bajo las escaleras en caracol, eran de madera muy antigua y empezaban a rechinar con cada paso que daba.

—¡Louis! Qué gusto volvernos a encontrar. —Dijo el bibliotecario.— ¿A que se debe tu presencia después de tanto tiempo?

—Hola Niall, que gusto verte.—expresó Louis para entonces acercarse y darle un abrazo.— De hecho necesito tu ayuda ¿Hay posibilidad de que existan libros con información sobre nuestra creación? —dijo Louis un poco apenado, realmente esas cosas no se preguntan ya que nadie duda de Dios.

Niall un poco sorprendido le contesta con un movimiento de arriba abajo y le hace señas que lo acompañe.

Louis lo siguió por los pasillos que ni el conocía, después bajaron por unas escaleras para llegar a un cuarto pequeño pero todas las paredes estaban llenas de libros y había una pequeña mesa de madera en el centro de esta.

Louis agradeció al bibliotecario para que este entonces se retirara del lugar.

Louis tenía libros sobre demonios, ángeles, la historia de la vida, sobre los humanos, sobre qué religiones existen en la tierra, la historia en el paso de los años y cómo acabará.

Estaba sorprendido con todo lo que existía frente a sus ojos, todos aquellos libros podrían volver loco a cualquiera. Pero decidió que solo debía investigar lo necesario.

Louis sacó los libros, tenían mucho polvo así que sopló ligeramente sobre ellos y abrió el primero, "La historia de la vida" y después "Ángeles."

Pasó horas leyendo y llegó a la conclusión de que se volvería loco, no era para nada lo que les habían contado a ellos: "El diablo nació de una criatura mitológica griega qué perdió el control así que Dios tuvo que intervenir, para ello creó un lugar debajo de la tierra donde estaría encerrado para el resto de la eternidad, y con el abatía todo pecador de la tierra." y "Milenios después un ángel trató de reinar el cielo, era egoísta y grosero, así que simplemente dios lo hecho de su reino y el ángel al no tener donde mas ir bajo hasta el infierno y allí permaneció."

Era todo una mentira, la criatura griega jamás pasó, tampoco el ángel egoísta. Louis no podía creer que lo que había estado leyendo, debía estar incorrecto, debe estar incorrecto.

Así que, el querubín sabía quien podría ser el único en decirle la verdad... Harry.

Se dirigió a la tierra lo más rápido que pudo, en unos segundos se encontraba en el mundo de los humanos buscando el lago donde habían quedado.

Cuando estaba cerca pudo notar una figura en el mismo lugar de el día anterior.

Al llegar detrás de él, pudo notar que el diablo estaba recostado contra el árbol bajo la sombra y con sus ojos cerrados, nunca lo había observado tan detenidamente, hasta emanaba Paz.

Quería contemplarlo más cercas, se arrodilló a un lado de el y pasó sus dedos por las pestañas de Harry, después por sus pómulos notó que tenía una que otra peca, miró su nariz y por último sus labios.

Acercó su mano delicadamente hacia ellos, tenían un color rojizo, posó su mano sobre su mentón y con el pulgar pasó el dedo sobre ellos tocándolos, notó que estaban muy suaves y un poco voluminosos.

—¿Cuánto tiempo más debo hacerme el dormido para que llegues a besarme? —expresó el diablo y con ello el ángel se alejó completamente de él, asustado y avergonzado de sus acciones.

—Van a pasar milenios para que hagas el primer paso, mejor lo hago yo. —dijo el diablo juguetón mientras se levantaba y se acercaba a él con una sonrisa.

—¡No gracias ya me retiraba! —dice el querubín sonrojado mientras se da media vuelta para irse, pero el diablo está vez toma su muñeca, con un calor leve lo detiene mientras le susurra.— Pero quiero estar contigo, quédate un poco pequeño querubín. —su voz estaba ahora más grave de lo normal y sus facciones habían vuelto a ser como antes, no existía nada delicado en el.

Louis sintió algo por dentro, no sabía describirlo pero decidió quedarse y algo dentro de él quería estar con el diablo solo un poquito más.

—Ten tu recompensa. —dijo Harry cuando tomó la mano de Louis suavemente para entrelazar su dedos y acercar el dorso de la mano de Louis a sus labios, mientras le susurraba.— "No te haré daño querubín." —para después besar el dorso de su mano al mismo tiempo que veía la expresión del ángel, sonrojado como nunca y con un azul más oscuro en sus pupilas.

—Agradezco tus palabras... pero quería preguntarte algo sobre la vida ¿Cómo fue que realmente se desarrolló esta rivalidad entre ángeles y demonios? Y no me digas que fue en la mitología griega. —dijo amenazando al demonio frente a él mientras aún seguían con sus manos entrelazadas.

Respirando hondo el demonio se decidió en comenzar a hablar. —Así que... ¿Ya no crees en la gran mentira? ¿O solo eres un curioso querubín? —preguntó.

—Yo sigo confiando en las palabras de mi padre, solo necesito saber la verdad y con ello tal vez saber la razón de haberla ocultado de todos nosotros... —dice Louis agachando la cabeza, claramente estaba dolido.

—La última vez que nos vimos te dije que yo no te mentiría, puedes preguntarme lo que sea y confiar en mi cuando necesites ayuda pequeño." —dice mientras lo rodea con un brazo acercándolo más.— Pero necesito que ahora seas más fuerte de lo que ya eres ¿Puedes hacerlo por mi?

El querubín vuelve a alzar la mirada para encontrarse con los ojos del demonio, involuntariamente sostiene con un agarre más fuerte la mano de éste y asciende con la cabeza, esperando la verdad.

—Todo empezó cuando nuestros ancestros estaban en paz en el cielo, los tuyos y los míos. —el diablo alza la mirada al cielo y continúa.— Estaban en paz, pero no tranquilidad, dios había tomado la decisión de destruir la tierra con la caída de meteoritos, acabaría con la vida de las especies de animales y plantas que en ese entonces existían, la razón de ello era porque a dios no le gustaba el mundo como tal, así que con ello empezó de cero y creo a los humanos basándose en la estructura de los chimpancés.

—A muchos ángeles no les gustó esa idea, estaba acabando con la vida de todo el mundo como si de un juego se tratará, desde ahí el mundo no fue el mismo sitio con paz, la llegada de los humanos empezaron guerras, destruyeron los hábitat de los animales, mataban a los animales cuando podían sobrevivir sin su carne, la peor plaga hasta ahora.

—Gracias a ello el cielo se dividió en dos y el lado que estaba en desacuerdo pidió hablar con Dios, expresar sus sentimientos ante los actos cometidos, con el respeto y amor que caracteriza a los querubines, pero a Dios no le gustó.

—Los desfiguró y exterminó del cielo, del paraíso, y los hundió en lo más bajo, creó un hábitat horrible solo para ellos y todo por haber llorado al haber visto las acciones crueles hacia la tierra.

—Mi progenitor se convirtió en el líder por haber sido el que habló sobre todo ello con Dios, a él le fue peor que a todos, siendo destinado a ser inmortal y vivir por siempre observando los actos que seguía cometiendo dios, entonces se volvió como el, ya no había nadie que protegiera el mundo y por ello ahora las criaturas que alberga el infierno son así de crueles, no nos crearon así, nos convirtieron en estos monstruos. —expresó finalmente el

demonio para terminar de relatar la historia, observando de nuevo al querubín quien se encontraba relajado viendo al frente pero con una lagrima cayendo lentamente por su mejilla.

—Querubín esa es la historia de la vida, por favor no cometas actos de locura en el cielo al tener esta información, lo mejor que puedes hacer es no hacer nada. —expresó el diablo para entonces limpiar la lágrima del Ángel.

Harry al tener de esa forma a Louis, sabia que debía protegerlo a toda costa por el resto de los milenios. Y en ese momento, el demonio se dio cuenta que sus sentimientos se habían desarrollado gracias al ángel.

—Harry... gracias por contarme la verdad, es exactamente lo que leí, se que no me mientes. —dijo Louis cuando nuevamente decide hablar pero esta vez lo observó a los ojos.— Quería agradecer todo lo que haz hecho por mi y antes de iniciar mi trayecto hacia la tierra encontré algo para ti.

El querubín saca dos claveles rojos y se los extiende al demonio, con la mirada baja y muy sonrojado. —Ten, son claveles del paraíso, tal vez mueran rápido así que disfrútalas mientras puedas por favor.

—Me encantan Louis. —dice el demonio finalmente soltándolo de la mano pero ahora tomándole la cara con las dos manos, viéndolo fijamente a la cara y acercando sus labios rápidamente a su frente, para dejar un beso en ese lugar y separarse del querubín.— Este es mi agradecimiento.

El demonio decide quedarse con una flor y la otra dársela de vuelta al ángel. —No la dejaré morir en un lugar tan horrible como el inframundo, tú no la dejes morir en un lugar tan hermoso como el paraíso.— expresó Harry.