Antes de que el tiempo fuera tiempo, antes que la tierra fuera tierra, existía el paraíso, poblado por ángeles... y regidos por un Dios.
Pero un día, el cosmos niveló la balanza y así como existía un Dios lleno de bondad, se creó uno lleno de maldad, para crear el equilibrio universal.
La fuerza del bien y del mal, creó un territorio de nadie y de todos... el mundo, y mientras el Dios benigno la pobló de humanos y ángeles menores con capacidad de decidir, el Dios maligno se encargó de crear la tentación y también su propio ejército, a los cuales llamó Demonios.
Cuenta la leyenda, que el ángel favorito del Dios Benigno, un día custodiando la paz de su territorio vio a un hijo del Dios maligno, el primogénito, el favorito y se enamoró.
Ambos mantuvieron sus miradas, el mundo, el paraíso y el infierno ya no importaban, solo estaban ellos dos y aquel sentimiento que crecía en sus corazones.
—Inspirado en la publicación de Natalia Valverde, 2011.