Cuando el dinosaurio al fin se aleja lo suficiente de su grupo, Delma sale de su escondite de regreso al laboratorio.
— Siganme, quiero comprobar algo. — Dice, y Makarova y Geiss la acompañan.
Mientras tanto, el tiranotitan está llegando a la ubicación donde se encuentra Visa, quién lleva esperando en el techo de la pizzería con el rifle que le quitó al francotirador durante varios minutos, a tener una oportunidad de colarse en aquel sitio donde los soldados bajaron aquellas cajas sospechosas.
Y ésta extraña distracción es exactamente lo que necesita. Los soldados salen a la carga al escuchar el ruido del colosal lagarto cargando contra sus vehículos con violencia. Algunos de éstos parecen salidos del siglo pasado, teniendo en cuenta la fecha aproximada en la que se ubica éste supuesto mundo. Otros parecen mucho más avanzados, casi a la altura de la tecnología a la que Visa venía acostumbrada.
Así que aprovecha y va saltando de techo en techo hasta llegar lo más cerca que puede del hangar. Aprovecha una escalera de incendios para bajar a la altura de la calle, y espera al momento adecuado para colarse en el hangar sin ser vista.
Cuando ya no salen más soldados del sitio, ella entra, con tanta mala pata que aún hay gente dentro.
— Otra vezz me olvidé de verificar. — Dice, recordando su vista infrarroja.
Pero no hay tiempo para lamentarse, ya que los soldados le están apuntando.
Mientras tanto, Amity está luchando por mantener a raya a Infinia.
La cronofénix vuela a metros del suelo para intentar conectarle algún zarpazo, pero aún con la diferencia de tamaño, Amity lleva la ventaja en éste aspecto gracias a su velocidad.
— Sé que no tienes intención de herirme. — Señala Amity. — Pero me lo estás dejando demasiado fácil.
— ¿También lees intenciones? Pensé que estabas limitada a emociones cómo todos.
— Picotazo. — Amity dice ésto mientras se prepara para volar hacia un costado exactamente al mismo tiempo que Infinia, efectivamente, intenta asestarle un picotazo.
— Increíble — Señala Infinia.
— Supuse que ya lo sabías, con lo de mirar hacia el pasado y eso.
— Pues no, no me fijo en absolutamente cada infimo detalle. Sólo miro lo que necesito saber. Sería un abuso de poder por mi parte el invadir así su privacidad.
— Zarpa izquierda arriba. — Nuevamente, Amity esquiva tras predecir el zarpazo, aprovecha una apertura y se ubica justo frente a Infinia. — Sleep.
Amity Intenta una vez más poner a Infinia a dormir. Ésta bosteza, lanzando una nueva oleada de tiempo, ésta vez a unos cuantos metros por encima del suelo.
— Ésta fue más — Bosteza — Fuerte.
Infinia entonces cierra los ojos, pero continúa aleteando. Por un momento, su aspecto se enrojece, pero de forma casi inmediata regresa a la normalidad.
— ¿Y eso?
— Me aceleré a mí misma. — Señala Infinia. — Fue cómo tomar una larga siesta, así que ahora estoy fresca cómo una enana blanca. Así que tus intentos de ponerme a dormir van a ser mucho menos efectivos.
— Que astuta. Tres zarpazos consecutivos.
— Gracias. — Dice Infinia antes de intentar propinarle, exactamente, tres zarpazos consecutivos. Sin embargo Amity retrocede lo suficiente para estar fuera del alcance de los tres.
Pero resulta atrapada por un cuarto zarpazo. Y ahora se encuentra sostenida con increíble precisión entre dos de las garras de la cronofenix.
— Efectivamente, soy astuta señorita Apfel.
— ¿Cómo lo hizo?
— Se lo diré después del examen.
Amity se queda pensando. — ¿Cuáles son mis alternativas? — Mira directamente hacia Infinia. — Si le hago sentir dolor puede que me aplaste por accidente. No puedo moverme para salir por mi dominio personal. ¿Tengo acceso a mi luz? — Amity emite una luz brillante desde todo su cuerpo. — Confirmado. Hmm, eso me da una idea.
Amity emite una señal de auxilio reconocida casi multiversalmente, el código Morse para las letras S.O.S.
Un destello le luz llega y se frena en seco en la calle. Infinia mira sorprendida hacia Elliot, parado en el centro de la avenida, y contempla como éste empieza a cargar contra ella a tal velocidad que incluso acelerando su percepción del tiempo lo ve borroso. Cuando por fin reacciona, ya lo tiene encima, de hecho, mira y nota que Amity ya no está por ningún lado. Se prepara para defenderse de lo que sea que Elliot fuese a intentar.
Pero nada sucede. Segundos después, Infinia está con las garras en el suelo, y Amity, por su lado, nuevamente anda volando frente a ella.
— ¿Y dónde está Onion? — Pregunta sorprendida la cronofenix.
— ¿Elliot? Ni idea.
— ¿Y cómo... Escapaste entonces?
— Con todo respeto, Suprema Infinia, se lo diré después del examen.
— Estoy de acuerdo.
Entonces, llega Elliot, ésta vez de verdad. — Recibí una señal de auxilio ¿Estás bien, Ames? — Pregunta gritando desde el centro de la avenida.
— Estoy bien, gracias por preocuparte. — Grita Amity en respuesta.
— Speed Zero. — Infinia anuncia su movimiento, pero ya es tarde para que ambos reaccionen. La velocidad de ambos ha sido reducida a cero. Con lo cuál se quedan estáticos dónde están.
— Perdón por eso — Dice la cronofenix. — Pero no debieron olvidar que ésto es una simulación de la realidad. Ustedes son los dos ases en la manga de su grupo. En mi posición, cualquier Supremo con dos dedos de frente habría hecho lo mismo.
Infinia se yergue y mira hacia el horizonte. Inhala, y piensa en su siguiente movimiento, pero algo la detiene. Un dolor agudo proveniente de su espalda alta, cerca de la espina dorsal.
Infinia se da vuelta, sólo para ver a Gail con una afilada espada oscura en lugar de su brazo. Sin poder reaccionar debido al dolor, la cronofenix sólo puede contemplar cómo el aspirante a capitán empieza a deslizarse hacia abajo arrastrando el filo por toda su espalda. Y así cae, la suprema, rostro a tierra.
Al ver la escena, Amity lo observa, horrorizada.
— Gail, eres...
— Una sombra, sí — responde — pero no le digan a nadie, o les juro que...
— Matarás a toda nuestra familia, ya lo escuché — dice Elliot.
— ¿¡Tú lo sabías!? — Pregunta Amity a Elliot con cierto enfado.
— Me acabo de enterar hace literalmente quince minutos.
Mientras tanto, Infinia sonríe y los mira de reojo
— Sí que tienen lo que hay que tener. — Piensa. — Aunque aún les hace falta pulirse en algunos aspectos. Apfel es compasiva, pero tal vez demasiado. Al punto que le cuesta tomar la iniciativa en el combate. Gail parece todo lo contrario, mientras que Onion está más equilibrado en ese sentido, pero se le nota a la legua que no tiene claras sus prioridades.
Es todo lo que le da tiempo a pensar hasta el momento en que su cuerpo empieza a colapsar sobre sí mismo. Los tres se quedan pasmados al ver cómo la masa de tiempo se empieza a concentrar en un sólo punto, cerca de donde estaría el corazón de la cronofenix.
El proceso tarda unos tres minutos. Al final sólo queda una singularidad en forma de huevo, de poco más de metro y medio de altura.
— Se informa a todos los aspirantes que el examen final ha concluido. — sonaba el altavoz en los brazaletes de todos — Por favor, siga las marcas en el suelo hacia la salida del área de simulación.