Ya habían pasado los días, y gracias a las fotos de Esther de nuestro picnic nocturno algunos nos decidieron ayudar y montar guardia, los policías accedieron pero con un permiso firmado y sellado, junto con un castigo claro esta.
Aunque estábamos algo en calma porque algunos de ellos sabían del tema y cuidarían los huevos de las tortugas, los 3 pillos como les digo yo, se la pasaban con Pablo y Alejandro queriendo aprender sobre las carreras de ellos, no sabía porque pero parece que realmente querían cambiar su vida para bien y aunque aún tenía mis distancias con ellos, solo podía observar.
Alejandro había logrado atraer a mi lado frío y a veces paseábamos por algo de comer o ir a tiendas, Esther siempre me decía "ese chico es indicado para ti" es cierto que desde el incidente del bote había dejado que me abrazara, aún sin tener nada.
No podía negar que sabía ser paciente, aunque a veces tenía que darle su "stop" porque se pasaba un poquito de cariñoso, pero me encantaba estar con el y disfrutar el paseo, para mi suerte ya podía nadar y ese fue la mejor noticia de esa tarde luego del paseo con el.
Para celebrar mi "vuelta al mar" fuimos por unos ricos helados, el mío fue de vainilla con menta y el de el fue chocolate con fresa, aunque quería probar el mío yo sólo podía reír y decirle en modo pícaro un *no* lo cual le hacía reír y luego de terminar el helado fuimos a la librería, ya luego de las compras me escolto hasta casa y en gesto dulce dijo
Alejandro: majestad -se inclina un poco- hemos llegado a su castillo.
Luz: -ríe- estas muy cómico pero vale -siguiéndole el juego- gracias caballero, os agradezco vuestro servicio, vuestra compañía me fue placentera.
Reímos a carcajadas por mis ocurrencias, luego se acerca a mi y mientras despeina un poco mi cabello se inclina para darme un beso, yo en parte estaba apenada aunque no podía negar que estaba nerviosa, junto cuando nuestros labios estaban por rozarse el teléfono de el había sonado.
Nada más entrar a casa y ver a Rosa con Esther y 2 personas más que no conocía, salude a todos y cuando me disponía ir a la cocina por algo de beber Esther me siguió y me contó que el delfín le habían dado de alta hace poco, eso me había puesto feliz y calmada ya que sólo fue un rasguño.
Me explico quienes eran esas 2 personas y que hacían acá, yo al ver el café hecho busque las tazas para servirles a Rosa y a las 2 chicas, al ir con el café me presente y Rosa para ser creativa me presento como la estrella principal del bar, aunque no había dicho quien era en si eso me hizo reír.
Las chicas eran del refugio marino y vinieron en parte a hacernos preguntas, de ¿Por qué estábamos allí?, ¿Qué hacíamos? Y ¿Quiénes eran esos hombres armados?, Esther les contó y mostró las fotos marinas; ocultando claro esta las nuestras como sirenas, luego un vídeo de los delfines y su juego con ellos.
Yo les explique a las chicas que aparte de trabajar en el mar hacíamos labor social en mar y arena, junto con buceo y fotos del mundo marino para crear conciencia. Tanto Amelia como Guadalupe quedaron fascinadas al saber de ese trabajo.
Luego de allí nos explicaron que habían seguido el bote y cerca de otro muelle los esperaba una mujer, pero aunque dieran su descripción comentaron que parecía que usaba peluca. Cuando Esther quería preguntar el por qué ya Amelia se le había adelantado y por lo que nos contó nos hizo reír.
Luego de despedirnos, Rosa me mostró un nuevo diseño y quería que lo usará para ver como había quedado. Esther al verlo no pudo evitar decir "vamos al mar"
Guardamos todo y avisamos al grupo, queríamos la opinión de todos y ver bien que le faltaba, esta vez no iríamos a los corales sino más cerca de la orilla.
Por alguna curiosa razón Alejandro se llevó a los 3 chicos de la otra vez, yo los apodaba "los tres pillos" en si sus nombres eran Carlos, Mateo y Julio; yo aún no los aprobaba del todo pero claramente no puedo negar que han arreglado un poco su conducta desde ese día, hicieron labor social y han estado más aplicados en la universidad ya que Syoran lo ha ayudado.
Al llegar a la playa ya Selene y Pablo nos esperaban con una rica merienda, Esther había comprado un Dron, donde tenía cámara por los 3 ángulos, también un Dron reflector por las dudas, pero como hacía buen sol no creímos que se necesitaría, por sugerencia de Rosa debía mojar mis piernas bien para que el traje encajara a su perfección, al verla puesta su color negro resaltaba mucho y era más larga que la de un tiburón blanco, entendí que era en memoria del gran Megalodon.
Me coloque todas las piezas, en la parte cerca de la cintura está su aleta, era algo grande pero flexible, su tela parecía entre seda con stretch se pegaba muy bien al cuerpo tanto que no sentía mucho peso y la parte que usan para los leggins lo mantenía fijo y resaltaba las caderas y las piernas, se que había usado otra tela como brillante para ese negro escarchado.
Les encantó el traje, Rosa de nuevo había capturado esa magia que sentí cuando use mi primera aleta, con la ayuda de las chicas tomaron y grabaron las fotos y piruetas que pude dar cerca de la orilla, di mi gran salto y luego volví a la orilla para retirarme el traje, según Rosa se secaba rápido al sol, dijo que los otros estaban casi listos y por lo que comento seria muy variado, Carlos y los chicos ayudaban en nada y nada menos que en la construcción del nuevo bar, Mateo agradecía conocer a Alejandro y de allí a Pablo para ver realmente su vocación, así que dejó la carrera de Derecho por irse a Arquitectura y tendría un excelente tutor.
Todo estaba más que excelente, ese día la pasamos genial y luego de un festín volvimos a nuestras casas, yo hablaba con Esther de la hermosa pareja que hacían Selene y Pablo; Esther sólo podía sonreír y comentar lo hermoso que sería si ella aceptará ser su pareja, y no era para menos Pablo era un reconocido Arquitecto en gran parte de Madrid y Mallorca. Se podía decir que ambos congeniaban, ella no era arquitecto sino topógrafo y se sabía bien que era un trabajo duro.
Pero lo más hermoso es que a pesar de todo lo ocurrido Pablo la amaba de una hermosa manera, claro esta desde mi punto de vista, aunque a Esther le costaba inclinarse por la mejor relación, si la de Pablo con Selene o la de Alejandro conmigo.
Mientras sólo podía reír de las ocurrencias de Esther decidió dibujar dos hermosas portadas una mía con Alejandro y otra de Pablo con Selene, yo al ver la portada sólo le pude decir *eh!, eso tiene derechos de autor* Esther sólo me podía ver y reír sin parar, ya sabía que quería hacer y le dije *vale, vale, te ayudare con un Fanfic* está animada sólo podía decir "Yay".
La ayude con las portadas y varias ideas, subimos las últimas fotos del picnic y a muchos les encantó, con lo que contaba era que los tres pillos nos ayudarán con las ideas del Fanfic de manera voluntaria.
Toda esa semana fue genial, los trajes de las demás chicas fueron geniales e únicos, cada uno era más hermoso que el anterior que había diseñado, todos fueron únicos y aunque la idea base era de One Piece ella supo poner su diferencia y toque especial en cada aleta; la construcción del nuevo bar iba viento en popa, pero aun un no podíamos entrar de lleno al mar, como muchos no sabían porque el tiburón había estado allí teníamos más vigilancia que un nuevo ídolo de música, pero no nos impedían hacer fotos para publicar de medio ambiente.
Gracias a nuestras fotos como modelos sireniles muchas personas nos ayudaban, no nos hicieron un reportaje como tal pero si lo pasaron por la tv, la única que se podía mostrar ante público como tal era Destino ya que no era sirena, hizo entender que nuestra "protesta por cuidar el medio ambiente y mundo marino" no era algo de juego ni de seguidores o ser famosas; sólo exigíamos respetó por todos los seres vivos.
Pero como en un "cuento de hadas" nuestro final feliz no estaba tan cerca como habíamos pensado. Como quienes nos cuidaban nos conocían fuera del disfraz prometieron cuidarnos y en sus turnos decidimos entrar y tomar más fotos junto con una pequeña limpieza. Apenas tenía 10 minutos de nadar y me sentía rara, creí que era porque usaba el nuevo traje y aún me adaptaba a el, pero mi sospecha no estaba ni cerca de la verdad.
Luego de sentirme unos minutos más así, les indique a las chicas para subir y al ver sus caras una preocupación se hizo presente, respire con calma y algo confundida dije
Dita: chicas algo no anda bien, el mar está pesado.
Marina: ¿tu lo sientes igual?, esto no pinta nada bien.
Miki: el mar tiene algo, hasta ahora no he visto ningún pez y ellos son de jugar con nosotras.
Albedo: no veo a los delfines, tal ves se sienten incómodos con tanta vigilancia.
Eso me parecía extraño ya que ellos de por sí no eran tímidos y les gustaba jugar, de los peces lo aceptaba y lo creía pero de los delfines no, les pedí a las chicas buscar por los alrededores mientras yo les avisaba a los chicos, les pedimos que vigilarán el mar, yo también iba a sumergirme para buscar.
El mar daba una sensación turbia como si me avisará de algo malo, el mar estaba muy tranquilo para como era hace unas semanas, creí que podía ser por la amenaza del tiburón pero sentía que algo me decía que no hasta que pensé *venga luz, no te metas mucho en tu papel o te volverás paranoica, seguro es algo bobo y ya* me centraba en esa idea y decidí que lo dejáramos por hoy, cuando salimos a superficie llego un bote de motor de rescate marino y nos avisaron que lograron colocarle un sensor al tiburón.
Cuando preguntamos donde estaba nos informó y mostró su ubicación, estaba cerca de las costas de Nueva Zelanda, eso en parte nos alivió y Marina decidió contarle a Mario lo ocurrido hace pocos minutos, este le pareció curioso pero nada extraño, aunque mi cabeza le daba razón mi corazón sentía que no era por eso. Las chicas se habían quitado su traje y hablaban con los chicos hasta que al mirar en tierra firme a una mujer familiar decidí disimular por las dudas mientras pensaba quien podía ser.
Mientras cenaba y copiaba en el blog seguía pensando quien podía ser, Esther me saco de mi burbuja para avisarme que debíamos ir al bar para ver los detalles ya avanzados y si todo seguía bien en menos de un mes ya estaba listo, con el Restaurante sacaba nuevas recetas y las ponía en marcha, claramente quien las probaba primero eran Alejandro y el de cruce Mac Fly cuando podía ir. Esa noche fue difícil para mi ya que ni preste atención a los detalles, les mentí diciendo que aún era por el mar pero la verdad era por esa mujer en la orilla quien me intrigaba.
Alejandro quien me conocía muy bien me abrazo y mientras en un susurro me pregunto que pasaba yo sólo podía negar con la cabeza y suspirar ya que no sabía ni por donde empezar
Luz: verás, han estado pasando cosas muy raras. -preocupada y pensativa-
Alejandro: pues explícamelas y así te entenderé. -confundido-
Luz: -suspira- la cosa es que hoy nos metimos al mar y cuando salíamos vi a una mujer muy familiar.
Alejandro: se metieron al mar, Luz y si algo de nuevo pasa, tengo miedo de que les ocurra algo. -me abraza-
Luz: -Lo abrazo- lo se, lo se, el mar estaba tranquilo y se que te avisaron del tiburón, pero tengo una mala espina.. No se como describirlo.
Luego de haberle contado a el como me sentía me relaje, me dijo que tal vez era impresión mía y lo de la mujer no era nada conmigo y en eso tenía toda la razón habíamos 7 personas allí y no lo podía tomar como sólo para mi aunque así lo sentía.
Luego de tres día ya no le paraba mucho a esa loca idea pero me centraba en el mar, la ventaja del Restaurante es que podíamos vigilar el mar y más yo que sentía una sensación extraña, hacer mi torta fría de galletas Marías con chocolate fue algo estupendo y las tres leches se vendieron rápido, a muchos clientes les encantó y eso me hizo feliz.
Alejandro se ponía algunas veces en su mesa favorita, pero ese día decidió estar en una de las que yo atiendo y así lo podía consentir un poco mas pero sin descuidar a los demás clientes de mis mesas respectivas. Como jugaba con los niños no note varias cosas y una de ellas era que Alejandro había ido a hablar con Andrea y que luego de eso había entrado una mujer misteriosa a lo que Esther sin duda le susurra Alejandro de manera cautelosa de que esa la mujer que yo había visto.
Como los niños jugaron sin parar en nuestra área que da a la playa entraron conmigo por estas más que satisfechos por jugar y divertirse conmigo, como estaba atenta de ellos no vi por donde iba y menos que me toparía de frente con una mujer que tenía meses sin ver.
Al chocar con ellos algunos niños sólo reían bajito y otros me preguntaban si estaba bien, pero cuando iba a hablar la mujer dijo
Mujer: estas loca mujer, mira lo que has hecho. -mira su ropa sin siquiera verme-
Luz: -me alzó y la miro mientras me llevo la mano a la cabeza- discúlpame, no te vi de verdad. -un minuto de silencio y la veo bien- ¿Gloria?.
Al decir dicho nombre Alejandro cambio su gesto de risa a uno de incomodidad y Andrea al ver dicha cara sabía que no era buena señal.
Gloria: -alza una ceja y me mira fijo- ¿Luz?, enserio eres tú amiga. –me abraza fuerte- estaba tan preocupada por ti, tengo tanto que preguntarte.
Gloria: la verdad ni te reconocí y estos niños son ¿tus sobrinos?. –los mira de arriba a abajo-
Richard: señora, no sea metiche, voy donde mi padre luz. –me abraza-
Luz: -risa nerviosa- que lindo.
Camila: no me agrada esa señora Luz, voy con mi abuela. –me abraza-
Luz: vale chicos volver con sus familiares. -los abrazo fuerte-
Entendía porque los niños habían dicho eso y no era para menos ya que la primera vez que conocí a Gloria me dio la impresión de ser la nena de papá, y como el cartel de esos juegos "princesa-plebeya" no lo decía por su físico sino por su humor.
La invite a una mesa desocupada y la atendí con cariño, Andrea no se pudo negar ya que se lo pedí de manera especial, pero me dio curiosidad sentir el ambiente tenso y pesado, no sabía porque me había recordado al mar.
Le serví un rico almuerzo con su jugo de durazno favorito, me contó lo que había hecho esos meses, de un hombre que conoció que podía ser el amor de su vida y del ex. No negaré que a veces sentía que me había buscado sólo para que le diera consejos y nada más, aunque eso rondaba mi cabeza de una la descartaba pero me quedaba la sensación de esa duda.
Alejandro no se acercó a mi ya que ella no le inspiraba confianza, yo me sentía feliz por verla y me encantaba que pudiéramos compartir de nuevo como en los viejos tiempos.