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Chapter 2 - Viajero de recuerdos-Parte 2

Un chico camina con calma por un extraño y oscuro lugar.

Eso era todo lo que ocurría.

Alex iba con ropas muy holgadas, teniendo esa polera que es blanca con la diferencia en sus mangas grises y como parte inferior lleva un buso gris.

No tiene zapatillas, solo calcetas negras.

—¿Cuánto más? ¡¿Cuánto maaaaasss?!

¿Te dije que él se encontraba tranquilo? Hace unos momentos era así. Pero por ser un camino prácticamente sin fin y muy tedioso.

Después de tanto avanzar en una soledad que llega al punto de ser incomoda, su agotamiento mental y físico se hacían evidentes.

Para su buena suerte, cuando sus pasos se volvieron menos precisos y más toscos haciendo parecer que caería al suelo.

Ese mismo suelo se transformó de su fría presencia a una muy reconfortante sensación y sonido que hacía parecer que estuviera sobre pasto.

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Su cansada mente todavía no lo asimilaba, pero sería forzado a hacerlo después del siguiente cambio.

El oscuro y frio túnel por donde vagaba, fue remplazado por un deslumbrante sol que transmitía su calidez en su piel. Con ruidos de niños jugando que eran acompañados de una briza agradable y.… nostálgica.

Termino por acostumbrar sus ojos al cambio de oscuridad a una fuerte iluminación y durante ese tiempo, ya tenía una idea de a donde fue a parar.

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Era obvio para él.

Paso muchos años en el mismo lugar.

Un gran edificio que abarca a todos los niños del Sector Común donde vive.

Mas concretamente él estaba en el patio del establecimiento que se ve enorme y bien reforzado.

Analizando mi entorno para saber realmente donde estoy, pues el colegio de nuestro Sector, no diría que es el más avanzado o bonito, pero sí que debe ser de los más grandes.

Mi visión panorámica era de la siguiente forma.

Frente a mi había unas canchas de cemento, de estas que son multiusos. Y de fondo de esas canchas estaba el colegio en general, el gran edificio.

A la derecha, un espacio de terrazas que están junto a un área de pasto y árboles que va como un círculo dándole un límite al patio.

Yo estoy pisando ese pasto.

Y a la izquierda de las canchas había unas gradas que ocupaban un gran espacio y que eran de cemento.

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Además, en lo más bajo de las gradas había un grupo de estudiantes conversando.

En ese grupo y dándole la espalda al edificio del colegio...

Estaba yo.

<¡¡¿Alex?!!>.

Ósea no soy el yo que te está relatando, es otro yo más joven como un recuerdo.

Tenía la pinta de escolar con el uniforme. Y como te dije, estaba rodeado de gente que conversaban sin detenimiento entre todos.

Risas y anécdotas que cada uno aportaba a excepción de él.

Parecía estar un tanto perdido, pero mantenía una sonrisa en la cara.

Se veía tranquilo. Mientras los demás hablan con alegría y risas desatadas, él solo observa con una sonrisa que no es tan expresiva.

Parecía algo desconectado de esa conversación y era raro porque miraba hacia donde estaba yo.

—¿No pude verme verdad? Hmmm..

—¿H-Hola? ¿¿Holaaa?? ¡¡Ey!!

Hacia señales intentando llamar la atención del chico. No lo consiguió y él seguía viendo un punto fijo que estaba cerca del Alex intruso.

Pero no era él.

—No... No me está viendo y tampoco pareciera importarle mucho la conversación de sus compañeros... ¿Qué le habrá ocurrido?

El día era cálido.

Bastante agradable.

Si bien, yo no estaba cerca de ellos. Quizás unos 50 metros nos separaban, pero aun así los escuchaba y oía a la perfección.

Eso era muy extraño.

Hablaban de ir a un lugar.

Mientras hacían eso y como ya había explorado de manera general el lugar. Comprendí algo...

<¡Esto debe ser un sueño! De otra forma no podría pasar algo así. Pero no entiendo cómo es que estoy viendo mi pasado de esta manera tan detallada>.

—Es increíble que los vea... Es como una muy útil habilidad para no olvidar. Pese a que solo es un sueño.

Estaba fascinado viendo los detalles del patio. Cada cosa que ahí estaba me traía nostalgia porque es más que seguro que lo viví en su momento.

Pero algo me saco de estas apreciaciones pues era un ruido que no parecía acorde a los chicos que escuchaba.

Eran jadeos similares a los que haría una persona que está corriendo y no venía de nadie que estuviera con Alex.

Comencé a mirar la cancha, las terrazas para saber de quien se trataba. Y se volvía mucho más enigmático porque me di cuenta de que solo puedo escuchar al grupo de mi joven yo.

A aquellos que juegan a la pelota o que están conversando en las terrazas, no soy capaz de oírlos.

Solo están ahí.

—Entonces... ¿De dónde viene ese ruido?

Justo cundo tenía esa gran incógnita comiéndome la cabeza, sentí un gran portazo que provino de la salida del edifico hacia el exterior.

Las puertas son azotadas y aparece una niña que corre a toda velocidad por los caminos del patio.

Una chica que también era una estudiante.

Va con mucha velocidad y dando un esfuerzo bastante grande... Además, el camino que tomo hace parecer que Alex era su objetivo.

La niña me era reconocible.

Era Mia... Mi hermana menor que en este recuerdo debe tener entre 10 a 11 años. Una linda joven de pelo castaño claro y largo, que además tiene un listón azul. Va con una chaqueta negra que posee algunas líneas y decoración según la escuela.

En nuestro caso las decoraciones son verdes.

Finalmente llego.

Dejando su bolso en el suelo y frenando detrás del chico, tomo aire, se concentró, se mentalizo y entonces...

—¡¡HERMANO!!

Alex estaba de espaldas a ella en todo momento, por eso no la previno.

Con un gran grito, llego a saltar del susto. Girando de inmediato se encontró con esa chica que sonreía determinadamente.

—¡¿M-Mia?! P-Pensé que mamá te recogería hoy...

—¿Le ocurrió algo a mamá?

Hablaba sorprendido y preocupado.

—¡Nada le ocurrió! Solo le dije que hoy no se preocupara porque tú me ibas a llevar al centro a almorzar.

—¡¿Ah?! ¿Y-Yo? Pero yo no puedo aho...

—¡Nooo! ¡¡Quiero que me lleves sin importar que!!

Haciendo un puchero frente a todos y llenando a Alex de nerviosismo por intentar calmarla para que sus amigos no los sigan observando.

A ella no parecía importarle y era determinante en su actuar para lograr su objetivo...

—M-Mia, Mia, tranquila... tranquilízate ¡Cálmate, por favor! Cálmate...

Intento de varias maneras frenar el espectáculo de su hermana, hasta rogándole... Nada servía y solo va empeorando.

Lo que inquieta a Alex, era que estaba con sus amigos y no quería ser el centro de atención.

—¡¡Vamos a ir al restaurante de juegos!! ¡Tú me lo prometiste!

—Espera... ¿C-Cuando prometí eso?

—¡¡Hace seis meses!!

Ella estaba molesta y a la vez con los ojos llorosos. A Alex en este preciso momento lo que más quería en todo el mundo era frenar a Mia y que dejara de gritar

Porque en cualquier momento comenzara a sentir las miradas de la gente sobre él. Miradas incomodas.

.

.

—¡¿Como quieres que recuerde una promesa de hace seis meses?!

—Una promesa... ¡¡Es una promesa!!

Pisoteando el suelo como parte de su puchero, Alex no parecía encontrar otra salida y solo pudo tomar la vía fácil que le daría la ventaja a su hermana.

Resignado observaba discretamente su entorno.

No era capaz de aguantar la presión de ser la atención de todos pues los gritos de la pequeña atrajeron los ojos de todos hacia ellos.

Y ya podía sentir los murmullos de quienes miran...

Se dio cuenta.

—Ya entendí... ¡Ya entendí! ¡Está bien!

—¡Te llevare! Pero ya no sigas gritando ¿Sí? Todos en el patio nos están mirando...

Alex le hablo bajo a su hermana, advirtiéndole que los observan, pero a ella no le importo porque...

Mia obtuvo las palabras que quería oír generándole alegría y complaciéndola. Soltando una gran sonrisa angelical y ganadora.

—¡¡Siiii!!

Un gran salto y el puño extendido al cielo, mostraba su aplastante victoria.

Esa fue una postal que creo un gran impacto en Alex... Siendo como un disparo directo en su pecho.

—¡¡Q-Q-QU-QUE TIERNAAAA!!

—¡¿Qué es esto?! ¿Qué está pasando? ¿Cuándo fue que dejo de ser tan linda y tierna? ¡No puede creerlo!

Simplemente, esta Mia no se compara con lo amargado, mandona y estricta que es hoy.

Por otro lado, quien está frente la pequeña fue girando lentamente para encarar a sus amigos, pero su rostro delataba todo su nerviosismo por saber cómo se lo habrán tomado.

Como era de esperarse, ellos los observaban en silencio y esa era una de las escenas que siempre ha querido evitar.

Miradas tajantes sobre su persona a las cuales no sabe cómo complacer o quitar.

Ahora estaban aquí.

—L-L-Lo siento, p-pero hoy no podré acompañarlos.

—C-Cuando vuelvan a ir... L-Los acompañare.

Se disculpaba con una reverencia mientras que detrás de él se escuchaban con felicidad, cosas como... "Vamos a comer pizza y tacos" "Y muchas cosas más. ¡¡Yeihh!!".

Seguían los canticos de victoria.

Sus amigos permanecieron en silencio, pero de repente todos entonaron una sonrisa que demostraba comprensión y algunos hasta reían por la divertida conversación del par.

—¡Cosas de hermanos ¿No?!

—JeJeJe... E-Eso creo.

—No te preocupes, ya iremos otro día.

—¿¿Eh?? ¿N-No van a ir?

—No... esperaremos a que estén todos juntos para ir. ¡No puede faltar nadie!

—Además Mia también debe tener apuro en intentarlo.

—¿Intentarlo?

—Nada hombre... Solo vallan, no se preocupen de nosotros.

—Ya veo. N-No quería arruinar el panorama ¡De verdad, l-lo lamento mucho! ¡¡Lo siento!!

—Es difícil hacer que todos tenga disponibilidad y puedan ir. ¡¡Lo Lamento!!

Haciendo varias reverencias innecesarias pues sus amigos lo comprendían completamente y dejarían que su hermana se lo llevara esta vez.

Ninguno alegaba ni un poco.

—¡¡Vamos hombre!! No es para tanto. Ya podremos ir en otro momento...

—Tal como dice... ¡Buena suerte, en el centro!

—¡Tengan cuidado!

Comenzaban a partir...

Cada uno iba despidiéndose de Alex y de su hermana menor.

—¡Adiós Mia!

—¡¿A-Ah?! Um...A-A-Adiós...

Mia se ponía muy nervios a ver las miradas de las amigas de Alex, haciendo que no supiera como responder normalmente y trabándose para terminar poniendo la mirada en el suelo, acompañada de un sonrojo.

—¡Aaaay! ¡¡Que tierna!!

—Vamos... Vamos, Andando.

—¡¡Pero es que, ella es tan tiernaaaaa!!

Mia miraba de reojo con ese sonrojo demostrando su timidez y aquello solo aumentaba aún más la emoción de la amiga de Alex.

<¿Le dio vergüenza decir adiós... pero no le avergonzó cuando gritaba por todo el patio?>

Estaba bastante sorprendido de lo extraña que es.

—Cuídate hombre.

—S-Si... lo hare.

El grupo entero se desplazó con dirección a una de las salidas para poder ir a sus casas... Ya es la hora de dejar el colegio.

Solo Mia y Alex se quedaron parados en esas gradas.

Los dos hermanos tenían una expresión de vergüenza en sus rostros acompañado de un sonrojo.

Pero Alex sin perder más tiempo, recogió el bolso de Mia y se puso su mochila regalona para comenzar a caminar en dirección contraria a la de sus amigos.

Mia seguía mirando el suelo con el rubor de sus mejillas y al darse cuenta de que su hermano ya se estaba yendo, rápidamente se dio la vuelta y corrió para alcanzarlo, colocándose a su costado izquierdo.

Comenzaron a caminar juntos.

—¿A d��nde ibas a ir?

—No lo sé. Ellos nunca me lo dijeron e insistían en que fuera sin hacer preguntas.

—Oh.

Iban a un paso tranquilo y en un día bastante bonito. Se dirigen a una de las tantas salidas de este gran recinto, más Mia se portaba un tanto extraña, un tanto inquieta y avergonzada pese a que solo camina.

Mira un punto fijo mientras frotaba la punta de sus dedos incides. Comenzó a caminar más lento y Alex la estaba dejando atrás.

Hasta que...

Levanto esa expresión que seguía siendo avergonzada y con un pequeño brinco tomo la mano despejada de su hermano.

Seguramente la reacción que Alex tomaría la ponía tan nerviosa. Espero en silencio y mirando de reojo la cara de su hermano, sin que este se diera cuenta.

Mas el chico no dijo nada y solo volteo para verla con una expresión indiferente que luego cambio a una pequeña sonrisa que demostraba no importarle llevarla de la mano.

Una simple y pequeña sonrisa hizo que Mia se alegrara completamente y volviera a adoptar una eufórica actitud...

—¡¡Vamos por esos juegos!!

Con el puño arriba... quería demostrar toda su felicidad.

—¡¿Ah?! Pero si eres muy mala en los juegos.

Alex se burló de ella.

—Eso no será un problema... ¡¡Voy a intentarlo hasta ganarte!!

—¿Enserio? Que fastidio.

—¿¿Ah??

Se sorprendió la pequeña Mia.

—Tendré que traerte a rastras porque no hay forma de que me ganes...

Alex sonaba competitivo.

—¡¡Pues ya lo veras!!

Mia también lo era.

Siguieron caminando con tranquilidad...

Una conversación tan casual y tan llenadora para mí que solo observo.

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¿Por qué me alegro tanto?

Porque sé que algo así, hoy en día no pasa y mi hermana es distante a mi como yo lo soy de ella.

No es una situación tan mala, porque si hablamos un poco o jugamos un rato...

Cualquier cosa es mejor que los años anteriores.

Pero siempre me comerá la misma duda...

—¿Por qué ya no es así? ¿Por qué todo dejo de ser así? ¿Por qué ya no podemos ser así?

Es obvio que para que todo terminara mal y para que un lazo tan fuerte como el que teníamos se rompiera...

Tuvo que pasar algo igual de fuerte.

Pero cuando lo pienso. Cuando me digo a mí mismo que recuerde lo que paso en ese entonces y que me llevo a separarme de ella...

Mi mente se queda en blanco...