El grito de Tu Xiupei atrajo la atención de la esclava y el sirviente que estaban de guardia nocturna, y se apresuraron preocupados a preguntarle qué había sucedido.
Cuando escuchó sus voces afuera, Tu Xiupei se estremeció y rápidamente se subió a la cama. Su espalda miraba hacia la puerta, y su cuerpo todavía temblaba. Hizo todo lo posible por reprimir el miedo en su voz cuando dijo: "Estoy bien. Vayan y descansen. No importa qué sonidos escuchen, no entren a menos que los llame".
Nadie, absolutamente nadie, podía ver su rostro así. Los criados eran los peores guardando secretos. Una vez que uno de ellos viera lo aterradora que se veía, los rumores de su desfiguración seguramente se difundirían. El hermano mayor Jin todavía estaba en la ciudad paz del sur, y esos rumores llegarían a sus oídos.
¡No podía dejar que nadie la viera!
La esclava y el sirviente dudaron después de escuchar las instrucciones de Tu Xiupei, luego regresaron a sus habitaciones.
"Esa era la voz de la segunda señorita, ¿verdad?"
"¿Pasó algo adentro? ¿Quizás ella está siendo rehén?"
"No lo creo. La segunda señorita es muy hábil. Creo que tuvo una pesadilla".
"La segunda señorita fue derrotada hoy por Feng Tianlan, así que tal vez esté de mal humor y se haya deshecho de algunas de sus cosas".
Tu Xiupei aún podía escuchar las voces de la esclava y el sirviente, y no pudo evitar cubrirse la cara. Sin embargo, la voz del sirviente era como una voz del cielo. La hizo sentirse inquieta después de escucharlo. Su cuerpo se estaba volviendo más y más cálido, y necesitaba encontrar una manera de eliminar este calor rápidamente.
Tu Xiupei se calentó tanto que se quitó la manta, pero todavía estaba caliente. Se quitó la fina prenda interior y se quedó sin nada más que su ropa interior estampada de peonías rojas brillantes.
Cuando Feng Tianlan vio lo que estaba sucediendo, se volvió para mirar a Si Mobai solo para descubrir que se había apoyado en su hombro sin que ella se diera cuenta. Respiraba constantemente como si estuviera dormido. No pudo evitar preguntarse: ¿está realmente dormido? ¿O solo finge dormir ahora que Tu Xiupei se está desnudando?
¡Pensó que era lo último!
¡Solo estaba fingiendo ser un caballero!
Después de todo, él era un lascivo, actuando caballeroso después de aprovecharse de ella. Esta belleza frente a ellos ahora se había reducido a su ropa interior roja brillante, y sería una lástima que no aprovechara esta oportunidad para echar un buen vistazo.
Esta vez, Feng Tianlan realmente había entendido mal a Si Mobai. Realmente se había quedado dormido sobre su hombro.
Sabía mejor que nadie lo que le estaba pasando a Tu Xiupei, por lo que se había apoyado en Feng Tialan para descansar. Como sabía lo que iba a pasar a continuación, cerró los ojos para no ver nada que no debería.
Tu Xiupei sintió que había un fuego ardiendo dentro de ella, y cada minuto era doloroso. Si no fuera por la última pizca de dignidad que le quedaba, incluso podría haberse quitado la ropa interior. Su mente estaba llena de nada más que la voz del sirviente. Ella sintió que su voz sonaba maravillosa porque parecía deshacerse del calor que estaba sintiendo.
El calor en su cuerpo y las líneas negras en su rostro habían vuelto a Tu Xiupei tan loca que ya no podía pensar. Tomó una píldora embellecedora y se frotó la cara con ella. Pero su rostro no mejoró y se veía aún más aterrador.
Bebió vaso tras vaso de agua, pero su cuerpo aún estaba tan caliente que estaba a punto de incendiarse. Se acostó en la cama y no pudo evitar tocar su cálido cuerpo, lo que la hizo sentir un poco mejor y dejó escapar un gemido incontrolable.
"Segunda señorita, la tercera señorita le pide que vaya a su habitación por un rato".
Después de escuchar la voz del sirviente afuera, Tu Xiupei, que tenía hambre y sed como una persona varada en un desierto, sintió que de repente había encontrado un oasis para enfriarla. Parecía haber encontrado una manera de dejar salir todo esto.
"¿Mi hermana llamó?" La capacidad de Tu Xiupei para pensar lógicamente había sido completamente consumida por el fuego que sentía en su interior. Solo sabía que si no apagaba ese fuego, la quemaría hasta la muerte.