El día siguiente me levante más temprano para prepararme para recibir las enseñanzas de la tribu. Uno de los gemelos, Avon, no estaba muy feliz con el echo de que fuera a clases con ellos, no sé muy bien por qué piensa que es peligroso sentarse en un circulo a escuchar historias de una mujer. Se me hace algo exagerado de su parte tener esos miedos y preocupaciones, pero bueno… Lo voy a perdonar solo por que en realidad es un niño de 12 años.
Al salir de la cabaña me doy cuenta de los grandes cambios que han habido en la vida de los miembros de la tribu. Estos empezaron a reforzar las puertas y ventanas, agregando madera a estas para evitar que el viento las abra. En las ventanas, en vez de tener piel, empezaron a ser selladas con madera y la parte de las puertas agregaron madera y hicieron la entrada y salida de las casas un proceso mucho más complejo. La ropa de las personas también obtuvo varios cambios, se empezaron a poner mucha mas piel encima y se empezaron a limitar los adornos que llevaban. Parecía que se estuvieran preparando para el invierno, los últimos días son más fríos y amanece mucho más tarde que antes.
Pensar en la llegada del invierno me hace sentir bastante melancólica. Me hace recordar como hace unos meses me encontraba en mi casa con mi verdadera familia y como hace un año nos estábamos preparando para la navidad. Cumplo años en diciembre y asumo que este año no va a haber ninguna celebración. No me mal interpreten, no es que quiera una fiesta o algo por el estilo, es más que todo el hecho de que ahora me doy cuenta de que va a llegar mi cumpleaños y todos los eventos festivos de la navidad y nadie me va a felicitar o va a celebrarlo conmigo. Aunque tengo una nueva familia, esta y en especial este mundo no me hace sentir ningún sentimiento de apego, ni tampoco siento que pertenezco a algún lugar. En verdad quisiera volver entes del invierno. Pero parte de mi sabe que esto es imposible y cada día que pasa me doy cuenta más de ese detalle.