Avon Ophyris
Sali de mi casa con mi hermano para ir a clases, sin embargo, pronto noté que se me había quedado mi lanza, por lo que me devolví. Al hacerlo, me encontré con que mi nueva hermana se estaba escabullendo. La verdad no confió mucho en ella, desde que llego a la aldea a estado actuando de una manera muy rara, se la pasa observando todo con mucha atención y no habla ni actúa como una niña de su edad, por lo que decidí seguirla.
Ella se dirigió al rio en donde puso la carne dentro del agua, aunque no es común limpiar la carne antes de comerla, muchas personas dentro de la tribu realizan esa acción para deshacerse de los residuos de sangre que quedan en ella. Yo en lo personal no hago eso, sencillamente por que se me hace que la carne sin sangre es más difícil de masticar y comer.
Ummm
Aunque es raro que ella con su corta edad decida hacer eso, puede que lo haya visto en sus paseos por la tribu, por lo que puede que este sobreactuando en mis sospechas con ella. Después de eso, ella en vez de comerse la carne se puso a caminar alrededor del rio donde encontró un árbol de limones y bajo uno. Luego uso una pequeña piedra para partirlo, lo exprimió sobre la carne y se la comió.
Apenas puso el pedazo de carne en su boca hizo mala cara y empezó a sacar la lengua. La verdad esa pequeña acción de ella me dio risa. Se veía muy tierna mientras trataba de comerse la carne con Limón. Todo sabemos que el limón no es comestible, solo se usa como tratamiento para una enfermedad en particular. Sin embargo, mi pequeña hermana decidió jugar a la cocina buscando ingredientes en el bosque para acompañar su carne.
Decidí no detenerla, primero por que se me hizo muy tierno el hecho de que, aunque sabia mal se negaba a dejar de comerlo y pronto sus ojos y mejillas se pusieron rojos. Y, además, quería darle una lección, esta vez experimento con algo poco peligroso como un limón, pero la próxima vez pudo intentar con otro tipo de planta más dañina.
Pensé en retirarme, ya que tenia que volver pronto donde mi hermano antes de que se preocupara por mí. Pero la siguiente acción de mi hermana me sorprendió. Ella se recostó sobre la yerba y cerro los ojos. Al principio pensé que se iba a quedar dormida allí y empecé a acercar para cargarla y devolverla a la casa. Pero ella pronto abrió los ojos y empezó a actuar extraño.