Chereads / La Divina comedia / Chapter 50 - PURGATORIO CANTO XII

Chapter 50 - PURGATORIO CANTO XII

A la par, como bueyes en la yunta, con el alma cargada caminaba, mientras lo consintió mi pedagogo.

3

Mas cuando dijo: «Déjale y avanza; que es menester que con alas y remos empuje su navío cada uno»,

6

enderecé, cual para andar convieneel cuerpo todo, mas los pensamientos se me quedaron sencillos y humildes.

9

Me puse a andar, y seguía con gusto los pasos del maestro, y ambos dos de ligereza hacíamos alarde;

12

y él dijo: «vuelve al suelo la mirada, pues para caminar seguro es bueno ver el lugar donde las plantas pones».

15

Como, para dejar memoria de ellos, sobre las tumbas en tierra excavadas está escrito quién era cuando vivo,

18

y de nuevo se llora muchas veces por el aguijoneo del recuerdo,que tan sólo espolea a los piadosos;

21

con mayor semejanza, pues tal era el artificio, lleno de figuras

vi aquel camino que en el monte avanza.24

Veía a aquél que noble fue creado más que criatura alguna, de los cielos como un rayo caer, por una parte.

25

27

Veía a Briareo, que yacíaen otra, de celeste flecha herido,por su hielo mortal grave a la tierra.

28

30

Veía a Marte, a Palas y a Timbreo, aún armados en tomo de su padre, mirando a los Gigantes desmembrados.

31

33

Veía al pie, a Nemrot, de la gran obra ya casi enloquecido, contemplandolos que en Senar con él fueron soberbios.

34

36

¡Oh Niobe, con qué dolientes ojos te veía grabada en el sendero,entre tus muertos siete y siete hijos!

37

39

¡Oh Saúl, cómo con la propia espada en Gelboé ya muerto aparecías,que no sentiste lluvia ni rocío!

40

42

Oh loca Aracne, así pude mirarteya medio araña, triste entre los restos de la obra que por tu mal hiciste.

43

45

Oh Roboán, no parece que asuste aquí tu efigie; mas lleno de espantole lleva un carro, sin que le eche nadie.

46

48

Mostraba aún el duro pavimento como Alcmeón a su madre hizo caro

50aquel adorno tan desventurado.51

Mostraba cómo se lanzaron sobreSenaquerib sus hijos en el templo,

53y cómo, muerto, allí lo abandonaron.54

Mostraba el crudo ejemplo y la ruina que hizo Tamiris cuando dijo a Ciro:

56«tuviste sed de sangre y te doy sangre».57

Mostraba cómo huyeron derrotados, tras morir Holofernes, los asirios,

59y también de su muerte los despojos.60

Veía a Troya en ruinas y en cenizas;¡oh Ilión, cuán abatida y despreciable mostrábate el relieve que veíal61

63

¿Qué pincel o buril allí trazaralas sombras y los rasgos, que admirarse harían a cualquier sutil ingenio?

66

Muertos tal muertos, vivos como vivos: no vio mejor que yo quien vio de veras, cuanto pisaba, al ir mirando el suelo.

69

¡Ah, caminad soberbios y altaneros, hijos de Eva, y no inclinéis el rostro para poder mirar el mal camino!

72

Mas al monte la vuelta habíamos dado, y su camino el sol más recorridode lo que mi alma absorta calculaba,

75

cuando el que atento siempre caminaba delante, dijo: «Alza la cabeza,ya no hay más tiempo para ir tan absorto.

78

Mira un ángel allí que se apresura por venir a nosotros; ve que vuelve la esclava sexta del diario oficio.

79

81

De reverencia adorna rostro y porte, para que guste arriba conducirnos; piensa que ya este día nunca vuelve.»

84

Acostumbrado estaba a sus mandatos de no perder el tiempo, así que en esa materia no me hablaba oscuramente.

87

El bello ser, de blanco, se acercaba, con el rostro cual suele aparecer tremolando la estrella matutina.

90

Abrió los brazos, y después las alas; dijo: «Venid, cercanos los peldaños están y ya se sube fácilmente.

93

Muy pocos a esta invitación alcanzan:oh humanos que nacisteis a altos vuelos,¿cómo un poco de viento os echa a tierra?»

96

A la roca cortada nos condujo;allí batió las alas por mi frente,y prometió ya la marcha segura.

99

Como al subir al monte, a la derecha, en donde está la iglesia que dominala bien guiada sobre el Rubaconte,

100

102

del subir se interrumpe la fatiga por escalones que se construyeron cuando sumario y pesas eran ciertos;

105

tal se suaviza aquella laderaque cae a plomo del otro repecho;mas rozando la piedra a un lado y otro.

108

Al dirigirnos por ese caminoBeati pauperes spiritu, de un modo

110inefable cantaban unas voces.111

Ah qué distintos eran estos pasosde aquellos del infierno: aquí con cantos se entra y allí con feroces lamentos.

114

Por los santos peldaños ya subíarnos y bastante más leve me encontraba, de lo que en la llanura parecía.

117

Por lo que yo: «Maestro ¿qué pesada carga me han levantado, que ninguna fatiga casi tengo caminando?»

120

Él respondió: «Cuando las P que quedan aún en tu rostro a punto de borrarse, estén, como una de ellas, apagadas,

123

tan vencidos los pies de tus deseos estarán, que no sólo sin fatiga,sino con gozo arriba han de llevarte.»

126

Entonces hice como los que llevan en la cabeza un algo que no saben,y sospechan por gestos de los otros;

129

y por lo cual se ayudan con la mano, que busca y halla y cumple así el oficio que no pudiera hacerlo con la vista;

132

extendiendo los dedos de la diestra,

sólo encontré seis letras, que en mi frenteel de la llave habíame grabado: 135

y viendo esto sonrió mi guía.