Los seis se marchan a su campamento, a informar a la princesa y prepararse para la posible batalla. Puedo ver sus miradas disimuladas a las mujeres de mi ejército, con claros signos de admiración por la belleza de mis mujeres, además de las armas y armaduras, como un ejército profesional.
Cuando se han marchado, me comunico con totas las chicas y empiezo a dar algunas indicaciones.
"Esta es vuestra primera batalla, no quiero que os pongáis nerviosas, tampoco hace falta destacar. Quiero que deis lo mejor de vosotras pero tenéis que priorizar la seguridad. La vuestra y la de las hermanas a vuestro lado. Si por alguna circunstancia sucede algo actuaré como un seguro, pero eso no quiere decir que podáis actuar de forma temeraria. Si alguna resulta herida, incapaz de luchar, debe volver a mi lo antes posible o avisarme para que me haga cargo de la situación.
Os avisaré cuando vaya a empezar el combate, con tiempo suficiente para prepararos. Vamos a mantener una formación de herradura, con las arqueras en el interior. Cuando comience la batalla, lanzaré una luz al cielo que iluminará todo el entorno igual que si fuera medio día, como estamos en un espacio abierto, los bandidos no tendrán lugar de esconderse de vuestras flechas y lo más seguro es que carguen tras la sorpresa inicial de la luz. Aprovechar esta oportunidad y aprovechad para reducir sus números todo lo posible. No mostréis piedad, como ellos tampoco la mostrarán si ganan. En vuestro caso, como mujeres hermosas, creo que sabéis lo que os sucedería si sois capturadas por el enemigo o si sois derrotadas." (yo)
"Ahora aprovechad para descansar todo lo que podáis." (yo)
Dejo a las chicas en el campamento y me dirijo al campamento de Hércules. Se me unen en el camino Alcmena y Megara, con el equipo y el casco puestos para que no las reconozcan.
"¿Podemos acompañarte?" (Megara)
Las asiento con la cabeza y las dos me siguen en silencio.
Nos detiene un soldado que esta de guardia.
"Alto. No podéis pasar." (guardia)
"Vengo a hablar con Hércules y su grupo, y con la princesa. Sobre los planes de defensa." (yo)
"Esperad ahí un momento." (guardia)
Llama a otro guardia cerca y le da instrucciones.
Seguimos al guardia, que no aparta la mirada de las dos chicas, con claro deseo en sus ojos. Llegamos a una tienda más grande y el guardia se queda al lado de la entrada.
Entramos y veo a siete personas reunidas, que dejan de hablar y nos miran cuando entramos.
"Perdón por interrumpir." (yo)
Veo a la princesa, entre Hércules y Atalanta, que me mira como si me estuviera evaluando.
"Es un honor, estar en la presencia de la princesa Ergenia. Mi nombre es Pedro." (yo)
Me acerco, me inclino ligeramente y le beso en la mano.
"Estas son mis escoltas, Alc y Meg, perdón por la descortesía, pero por ciertas circunstancias de su pasado no hablan y prefieren no mostrar sus rostros." (yo)
"No es ningún problema para nosotros." (Hércules)
"Nunca hemos oído hablar de una compañía de mercenarios, que consista en sólo mujeres a excepción del líder. Como se llama el grupo." (Anfiaro)
"Somos un grupo errante, viajamos por diversos reinos. Nunca estamos mucho tiempo en un lugar. Viajamos constantemente sin atarnos o rendir cuentas a nadie, además no hace mucho tiempo que somos un grupo mercenario." (yo)
"Empecé el grupo salvando a varias de ellas de destinos trágicos hace bastantes años y desde entonces el grupo a ido creciendo. Cuando me he querido dar cuenta, son un verdadero ejército de mujeres que viajan conmigo. Algunas tienen pasados trágicos y diversas circunstancias especiales, otras simplemente al vernos se han querido unir. De forma graciosa al grupo le nombré como El gran harén. Esto parece gustarles y están contentas con el nombre. Se ven todas como hermanas, como una gran familia, en la que soy esposo, padre y cabeza de familia para todas." (yo)
"Debe ser muy costoso mantener a un grupo tan numeroso y bien equipado." (Autólico)
"Se podría decir que hemos estado bajo la bendición divina hasta el momento y siempre hemos encontrado suficiente para mantenernos. Ahora si no os importa, me gustaría contar como vamos a proceder con la defensa. Según nuestras investigaciones y viendo sus movimientos, lo más probable es que ataquen de madrugada, por el sur. Lo más probable es que se centren en mi campamento y dejen este algo más olvidado." (yo)
"¿En que se basan esas suposiciones?" (Hércules)
"Desde que cree el grupo mercenario sólo con mujeres, tienden erróneamente a subestimar nuestra fuerza. Los hombres suelen pensar que las mujeres son débiles. Por eso estoy casi seguro que piensan que nuestras defensas son más débiles que las vuestras, debido a que son mujeres, que somos una especie de ejercito decorativo y fácil de manejar. Es un error que cuando quieren darse cuenta, ya es demasiado tarde." (yo)
Ninguno critica mis palabras, ellos mismos tienen a Atalanta como ejemplo de una mujer hábil.
"Para que no os cause sorpresa y confusión me gustaría informaros que tenemos en nuestro poder, un arma similar a un arco, que lanza unas flechas especiales, con las que conseguimos iluminar la zona como si fuera pleno día. Cuando comience el combate, planeamos cegar a los bandidos con el resplandor y aprovechar el momento de confusión para reducir en gran medida sus números y después barreremos el campo de batalla." (yo)
"Es muy considerado por tu parte informarnos, de esta manera no nos pillara de sorpresa." (Hércules)
"Ahora si me disculpan, debo regresar con mi grupo. Si la princesa y la señorita Atalanta, están dispuestas y quieren venir a mi campamento a observar la batalla, estaré encantado de acogerlas a mi lado y aseguro que puedo garantizar su seguridad y su integridad, invitaría también al resto de los presentes, pero en mi campamento hay muchas de las mujeres, que no están cómodas en presencia de otros hombres." (yo)
Tras una leve inclinación a la princesa, mostrando cortesía básica, salgo de la tienda, seguido de Megara y Alcmena.
Vuelvo al campamento con las chicas, pero en secretos, con uno de mis cuerpos me quedo allí escuchando lo que dicen. Cuando llego al campamento, las dos me dan las gracias por haberlas dejado acompañarme.
"Debéis estar cansadas, no es fácil olvidar y tener tan cerca a un ser querido sin poder interactuar con él." (yo)
Las dejo ir a descansar y yo me siento a contemplar en el mapa los movimientos de los bandidos. Mientras tanto, en la tienda de la reunión, después de habernos ido de allí, todos permanecen en silencio unos minutos. Al poco tiempo, entra un guardia, e informa que ya estoy de vuelta en mi campamento.
La princesa pregunta al resto, con un poco de desconfianza en mí. Es demasiada oportuna mi aparición y demasiado sospechoso que también aparezca un gran grupo de bandidos.
"¿Podemos fiarnos de él?" (Ergenia)
"No conozco sus verdaderas intenciones. Seguro que tiene alguna intención oculta, pero en esta situación con ese ejercito de bandidos a nuestro alrededor. Solo podemos permanecer alertas y esperar." (Anfiaro)
"No sabemos lo que está tramando, pero no es un enemigo, al menos no por el momento." (Hércules)
"Es muy raro que tantas mujeres lo acompañen si es una mala persona. No parece que estén sometidas por la fuerza o el miedo. A la vista le siguen libremente y parecen bastante contentas, incluso felices." (Atalanta)
"Me he fijado en sus equipos, todas sus armaduras y armas son idénticas, están hechas a medida, cada una de ellas es igual, pero ajustada al tamaño de cada una. Además llevan sus armas y armaduras sin dificultad, como si no pesaran en absoluto. Hay dos opciones para esto, todas ellas son muy fuertes o las armaduras y armas que llevan son muy ligeras." (Autólico)
"¿Insinúas que sus armas son falsas?, ¿te has fijado en sus caballos?, por todos los dioses, están distribuidos por colores según su posición de batalla y no son pocos que digamos, Si no supiera que es imposible, diría que es un dios jugando a la guerra con sus mujeres." (Anfiaro)
"Voy a aceptar su oferta, cuando terminemos aquí, iré a su campamento con Atalanta, allí veré como es realmente. No creo que sea malicioso para nosotras. Vosotros mantener la guardia alta ante posibles imprevistos." (Ergenia)
Atalanta, tiene sentimientos contradictorios.
"Creo que tiene algún plan oculto, no parece ser malicioso para nuestro grupo, pero nos oculta algo. Además le he visto observarnos a la princesa y a mí, como si estuviera evaluándonos. Cuando me ofreció un lugar en su grupo mercenario, estaba muy tentada de aceptar unirme. Si no estuviera en este grupo con vosotros, con todo lo que hemos vivido juntos. Lo habría aceptado ahí mismo, parece un buen grupo para las mujeres. El ambiente de su campamento es muy bueno, como una familia, como nuestro propio grupo y eso es muy difícil siendo tantas y teniendo diferentes experiencias. Voy a ir con la princesa y la protegeré, aunque no es su seguridad lo que me preocupa." (Atalanta)
Anfiaro mira a Autólico y le dice.
"Que injusta que es la vida, un hombre con tantas mujeres en su campamento, viene a nuestro campamento le pide a las mujeres en nuestro campamento vayan al suyo y lo consigue. Aún nos queda mucho por aprender." (Anfiaro)
La princesa ignora su conversación, pero Atalanta se sonroja ligeramente, recordando cuando le cogió la mano y se la beso, así como cuando la invitó a unirse a su grupo. De echo aún siente como si la estuviera mirando.
Se separan y van a informar a los soldados y dar las órdenes necesarias. La princesa y Atalanta van a prepararse, para ir al campamento. Aprovecho para volver con mi cuerpo oculto.
Pasa el tiempo y las dos vienen hacia el campamento. Vienen sin escoltas, solas ellas dos. Cuando llegan voy a recibirlas y las acompaño al medio del campamento donde todas las chicas están en grupos. Hablando y riendo, en voz baja.
Las luces en el campamento están muy tapadas, para que parezca que estamos descansando. Si alguien lo viera desde fuera del campamento, pensaría que son unas pocas, que están de guardia.
"¿Cómo lo consigues?" (Atalanta)
"¿Qué cosa?" (yo)
"Que todas se lleven tan bien." (Atalanta)
"Más que un grupo mercenario, nos vemos como una gran familia. Todas ellas se ven como hermanas. Yo solo soy el nexo de unión que las ha reunido y las ayudo en todo lo que puedo. Me siguen como líder, para mi, ellas son mi familia. Hago lo que sea necesario para que así sea, ellas lo saben y por eso me siguen." (yo)
Veo en el mapa que los bandidos se están reuniendo y acercando por el sur. Hago un gesto para que las chicas se preparen y que dejen de hablar. La chicas empiezan a guardar silencio. En un momento no se escucha nada mas que el leve crepitar de las hogueras y el sonido del viento. Se escucha como un murmullo traído por el viento.
"Preparaos. Escudos al frente, arqueras detrás." (yo)
Con mis palabras. Todas como una ola, se ponen en pie y cogen sus armas, haciendo el menor ruido posible. Atalanta saca también su arco y se prepara para la batalla. Ve a las mujeres a su alrededor trabajar como un ejercito bien disciplinado. Esa disciplina, esas armas y armaduras, no es en absoluto decoración o espectáculo, va a ser una carnicería. los bandidos se han metido en la boca del lobo.
La pongo la mano en su hombro para que se relaje y solamente observe.
"No lo necesitas. Si quieres unirte no te lo voy a impedir, pero eres mi invitada y no necesitas pelear sino quieres. Ellas solas pueden manejarlo." (yo)
Atalanta se relaja pero no guarda el arco. Los bandidos se están acercando, hay uno que permanece más lejos, debe ser el cabecilla del grupo. Con uno de mis cuerpos, me acerco invisible para evitar que se escape. Quiero capturarlo e interrogarle, para saber si alguien le ha enviado y si tienen algunas guaridas donde llevan lo que roban.
Los bandidos continúan acercándose en silencio, casi sin hacer ruido. Estamos en una llanura y no hay cobertura cercana a en la que ocultarse, solamente la oscuridad de la noche, con la luna tapada por las nubes. Vienen todos a pie, el único que tiene caballo es el jefe. Si tienen más caballos deben haberlos dejado en otra parte.
Todas las chicas están nerviosas, es su primera batalla y no quieren decepcionarme. Cuando están llegando los bandidos, se escucha como rasgan las tiendas vacías y empiezan a gritar para generar caos, confusión y miedo en el campamento. Para su sorpresa no encuentran a nadie en las tiendas y las destruyen para salir y pasar por encima.
Disparo al cielo tres bengalas al cielo con mis cuerpos invisibles, toda la zona se ilumina como si fuera medio día y con el cuerpo restante que había ido a buscar al jefe. Me pongo a su lado y con un golpe en la cabeza le dejo inconsciente.
Con todo el campo iluminado y todos los bandidos sorprendidos, alzo la voz que retumba en el campo de batalla digo.
"Fuego a discreción, que no escape ni uno solo de ellos con vida." (yo)
La primera andanada de flechas que pilla desprevenidos a los bandidos, diezma sus números. Los bandidos empiezan a caer por las flechas como la paja de un campo ante la guadaña del segador y sin lugar en el que refugiarse, cargan contra el muro de escudos.
En la lucha cuerpo a cuerpo, las chicas, con un equipamiento de élite, las mejoras corporales y la formación, no tardan en abrumar a los bandidos desorganizados. En pocos minutos, los bandidos son casi exterminados. Apenas unas decenas de ellos, que viendo la masacre de sus compañeros intentan huir despavoridos. Sin piedad son terminados por las flechas tras apenas alejarse.
Atalanta y la princesa Ergenia están asombradas por el desempeño del grupo y maravillada por la luz de las venga las que aún no se han apagado. las guerreras de primera linea, seguidas de las arqueras, avanzan y rematan a los heridos por si fingen estar muertos.
Una vez asegurado el campo de batalla, saquean los cuerpos y los amontonan en una colina para hacer una pira funeraria. es un trabajo metódico y aunque es desagradable lo realizan rápidamente. El olor de los cuerpos quemados pronto inunda todo el lugar de la batalla, mezclado con el hedor a sangre y muerte. todo lo saqueado ha quedado amontonado en el medio de lo que queda de nuestro campamento para que luego decida que hacer con ello.
"Buen trabajo todas. Estoy muy satisfecho. Ahora podéis relajaros y descansar. Voy a acompañar a nuestras invitadas a su campamento." (yo)
Indico a la sorprendida princesa y a Atalanta que me sigan de vuelta a su campamento. No han dicho una sola palabra desde que comenzó la batalla, pero he visto sus miradas de sorpresa y disgusto cuando han acabado con los que huían y hemos limpiado el campo de batalla, acabando sin misericordia con los heridos.
"Seguro que os estáis preguntando como son tan fuertes. Su equipo es muy bueno y saca lo mejor de cada una a relucir, pero lo mas importante es su fuerza de voluntad. Su entrenamiento es muy riguroso y muy intenso. Se esfuerzan por ser las mejores, no para destacar entre las demás, sino para poder protegerlas. Cuando detrás de tu escudo, no sólo está tu vida, sino la de tu familia, el escudo es más fuerte. La confianza en el escudo que tienes al lado, que también te protege, te alienta a aguantar y avanzar. Nunca soltar el escudo y no mostrar piedad, pues no la van a recibir de aquellos al otro lado del escudo." (yo)
Vamos avanzando hacia su campamento que estaban en guardia. Solo algunos bandidos habían intentado entrar en su campamento de forma furtiva. Están atados en el medio de su campamento.
Cuando llegamos, los guardias y el propio Hércules nos preguntan por la batalla.
"Eran bandidos desorganizados y débiles, nunca tuvieron la oportunidad de ganar, ni siquiera si nos hubieran triplicado en número." (yo)
Me dirijo a la princesa y a Atalanta, y me despido de las dos.
"Princesa Ergenia, señorita Atalanta, ha sido un placer poder gozar de su compañía en mi campamento. Están invitadas a volver cuando quieran y si lo desean unirse a nosotros. Ahora me debo despedir para revisar el estado de mi grupo y comprobar si alguna de mis guerreras ha sufrido alguna herida." (yo)
Me despido y me vuelvo a mi campamento casi destruido.