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Chapter 68 - 22 - "Agregando pecados"

Acechadora, una acechadora era la responsable de vigilar las acciones de Ise, Rey de los humanos.

Ella era «Afrodita» ella sería la diosa griega de la belleza, y el amor.

Afrodita posee una belleza sobrenatural, tiene su cabello rubio decorado con flores, posee una figura extremadamente voluptuosa, con pechos muy grandes y caderas anchas. Viste ropa tradicional griega de color blanco que apenas le cubre algunas partes de su cuerpo, es asistida por unos golem de piedra quienes son usados como silla o de apoyo para sostener sus senos.

Ella como los demás Dioses buscaban a Ise para que regrese a casa, pero Ise llamo demasiado la atención de Afrodita, que en los 8 años que lleva de ausencia, 6 los uso para admirar las actividades del Mortal nombrado en Rey, y convertido en Dios.

Ella quería, deseaba saber que es lo que lo hacía único, y porque tantas mujeres lo deseaban.

Y no es por el Dragón que habita dentro de el.

Sino que había algo en su personalidad que encantaba a las mujeres, y no era la excepción.

Una Diosa del Amor que no puede encantar a un mortal es muy ofensivo, u un reto muy interesante.

"En toda mi existencia, jamás había visto a un humano que fueron tan amoroso... ¡Sin duda es un Dios en el cuerpo de un Mortal!". - ella admiraba ver a Ise.

Afrodita mostró demasiado interés.

Ella no dejaría que la diversión terminará pronto.

Por lo que se quedó callada.

Mientras con Ise.

Ise incapaz de aceptar la benevolencia de los Dioses, se atrevió a usar la Lanza de Longinus para abrir una puerta entre el espacio y tiempo.

Una brecha que habré este mundo, con el Jardín del Edén.

Un pecado superior a los de su padre.

Poniendo sus pies en suelo sagrado, Ise miro todo a su alrededor.

Ise jamás había imaginado que el Jardín del Edén fuera así de asombro.

Los cielos tan llenos de luz.

La tierra regorante de animales increíbles.

Los mares limpios y virginales con animales increíbles.

Era algo inimaginable.

Ahora todo tenía sentido.

Siendo un lugar tan hermoso, ahora entiende porque lo escondió de los humanos.

Caminando sobre tierra santa, Ise se encontró con el Árbol más grande y más espléndido del mundo.

De sus ramas estaban las que eran conocidas como los Frutos del conocimiento.

Ise vio con interesa los frutos, y se propuso a ir por ellos.

Ise uso magia para crear 3 canastas.

Con ellas Ise tomo todas y cada una de los frutos.

Una vez que lleno todas las canastas, Ise procedió a comerselos todos y cada uno de ellos.

Para un paladar bien preparado, cada fruto sabía agrio.

Tanto que lo fue escupiendo.

Un pecado aún peor del que se imaginaba.

Ise siguió comiendo hasta que la mandíbula le doliera tanto masticar.

Para cuándo se hizo notar su presencia en el jardín del Edén, los dioses mandaron a sus guardianes.

«Valkyrja»

Una raza de Semi Diosas, mortales pero con la fuerza equiparable a la de un Dios.

Las Valkyrja vieron como una burla la acción de Ise al comer y escupir cada fruto del árbol del conocimiento.

Entonces una pregunta emergió de cada una de ellas.

¿Como un mortal llegó al jardín del Edén?

Fue ahí que se dieron cuenta que él no era un humano común y corriente pues antes de comer el fruto prohibido el ya era un ser muy poderoso como para abrir la Barrera espacio-tiempo.

Ise miro a las Valkyrja y pregunto.

"¿Quiero estar por aquí señoritas?".

Las diosas guerreras asintieron algo avergonzadas y humilladas al ver a un hombre que las tratara de una manera tampoco cercas al honor que merecen.

A sus ojos, Ise comió del Fruto del conocimiento y algo cambio en el.

En una completa amenaza para los cielos.

En un deseo de cumplir con su deber el cuerpo de Valkyrja concentrar todos sus nervios y fuerzas en sus manos creando lanzas de energía disparadas hacia Ise.

Él sintió la amenaza y sólo se quedó observando.

"¡Eh!". - fue el único sonido que pudo provocar para después una gran explosión se creó al tacto de su piel.

Las Valkyrja bajaron sus armas al creer que la victoria estaba asegurada, sin embargo las presentes estaban más que equivocadas.

Todo quedo en silencio para después todo el lugar cambio.

Era hermoso ese campo de flores... el sol deslumbraba, el aire limpió, el sentimiento de libertad, entonces ella interrumpió.

"¿Que haces solo?" - y el en respuesta volteo a ver de quien se tratase y sus ojos no lo engañaban, era la cabeza de un Dragón de llamas infernales oscuras.

Era uno de las 7 cabezas del Dios Dragón del Apocalipsis, el señor Trihexa.

"Por fin me prestas atención mocoso".

"¿Qué significa todo esto?". - Ise había peleado con el, pero pensó que solo era una existencia sin conciencia.

La cabeza le dice. - "Estás en el mundo coleptivo, aquí puedo por fin hablar contigo".

"¿Porque?" - no entiende nada.

"Estuvimos peleando por lo que parecieron Milenios… ¡Inconscientemente los dos nos conectamos atraves del Prana Divino que adquiriste recientemente!".

Ise no esperaba esto.

"Tranquilo, no quiero una Guerra… solo quería ver el mundo humano atraves de tus Ojos… sin embargo estoy notando que estás teniendo problemas para concentrar tu Prana".

Ise mira su mano izquierda y aparece un diamante negro en su palma.

"¿Qué es este poder?".

Ise mira a Trihexa para después este reír y explicarle.

"Te has convertido en mi vasija, o al menos para una de mis cabezas".

Ise se asusta.

"Todas las cabezas tenemos mente propia, y si obtengo algo de libertad dentro de tí, por mi está bien".

"E-E… ¡EH! ¿Porque debo dejar que tu me uses—?".

Trihexa se acerca a Ise.

"Porque… Shin Ise H' Diabolos Regulus, no, Hyoudou Ise, si tú me das lo que quiero, ¡Yo te daré lo que quieres…! ¡Te puedo dar el poder, y los requisitos para tu venganza!".

"¿Mi… ¡Venganza!?".

Ise miro a Trihexa.

"Sí, contra las personas que te dejaron morir en el infierno… aquellos que te hicieron olvidar a los que quieres. Por lo que no esperarán a tu regreso".

Ise se sintió frustrado porque no puede decir nada.

"Dime, ¿Porque quieres poder?".

Ise no sabía que decir a eso, le temblaban las manos.

"N-No lo se, no sé cuál es mi razón para luchar". - Ise dudaba de si mismo.

"¿Quieres una razón ... para luchar? ¿Por qué no lo aceptas ya, Ise?! Tú buscas peleas. Tú buscas poder. ¿No es cierto, Ise? Todo el que busca el poder, sin excepción, lo busca para la batalla! ¿Tu buscas peleas para llegar a ser más poderoso? ¿O quieres más poder para pelear? Yo no lo sé. Lo único que sé con certeza es gente como nosotros hemos nacido de esta manera! Hemos nacido para luchar, Ise! Tus instintos te conducirán hacia nuevas batallas. Es el único camino que tienes. La única manera de hacerse más fuerte. ¡Es luchar, Ise! Si deseas el poder para controlar a tu enemigo, toma tu espada en tus manos y córtalo! Esa es tu única opción! Ese es el camino que sigue en frente de ti y sigue detrás de ti, Ise!"

Ise no esperaba su apoyo emocional.

"Sabes, no soy del todo el monstruo que todos creen… solo quería una cosa, 'existir' pero Dios no me dejó, y me castigo. Mando a su querido Samael para que me dividiera en dos, cuerpo y conciencia".

Ise no dejaba de prestar atención. - "Mi cuerpo que enfrentaste, y mi conciencia que estuvo sellada por milenios, pero ahora que tú llegaste pude… puedo hablar contigo".

"¿Porque yo?".

"Porque tú y yo somos solo peones en el azar. Los viejos Dioses necesitan un relevo, y quién más si no es el que levanto el puño contra la bestia del apocalipsis".

Ise no le quedó otra cosa, por lo que dijo.

"¡Si!".

Un trato extraño que se sello con Trihexa lanzandole su aliento.

Dándole una bendición, y una maldición.

Cuando sólo quedó el silencio, los presentes escucharon sonidos de pasos, acercándose lentamente.

Nuevamente Ise apareció, pero... diferente.

Su cuerpo y alma brillaron.

Un resplandor divino capaz de superar a los Dioses.

Ise mostró el aspecto de un hombre joven de complexión robusta y cuerpo tonificado. Su cabello es de color negro platino y sus ojos son color azul claro. Ise está casi completamente desnudo y únicamente cubre sus genitales con una una Hoja de Parra.

"Me he vuelto uno con la naturaleza, puedo escuchar claramente la voz de mi padre, y del mundo que el pudo ver... oír la vos del viento, de los comandos, de la madre tierra... toda mi vida espere por este momento, pero el siempre estuvo conmigo, finalmente lo he comprendido, ¡Finalmente logré comprenderlo papá!".

Ise miro a los cielos con indiferencia mientras cargaba el Fruto mordido.

"Ahora lo veo todo". - Ise esperaba que su acción llamará demasiado la atención de los Dioses.

Las Valkyrja por momento sintieron favor al imaginar al monstruo que se había creado al devorar todos los frutos del árbol del conocimiento.

"¡¡Me estorban!!". - Ise Y si tomó la molestia para mirarlas, y eso fue lo que más les molestó Por lo que procedieron a dar el siguiente golpe.

Con indiferencia Ise comió por última vez el último de los frutos del árbol de conocimiento provocando nuevamente la ira de las Valkyrja quienes cegadas por la ira atacaron.

"¡¡¡CASTIGO DIVINO!!!" - todas le lanzaron una pesa de lanzas de luz.

Mientras que Ise observó todo, hasta el más mínimo detalle.

"¡Atacan sin protección alguna! ¡Qué estúpidas! ¡¡Muy bien, desaparezcan de mi vista... ¡Valkyrja!!!".

Concentrado todos sus nervios en un solo, Ise hizo arder cada molécula de su cuerpo para después concentrarlo en un solo punto.

No había forma de explicarlo, pues sólo cuestión de tener buena vista para saber qué Ise acumuló todo el Prana Puro del Jardín del Edén.

Y con un cierre de ojos.

Ise dijo.

«¡¡Castigo Divino!!»

Con el roce de su dedo índice, todas las Valkyrja cayeron en el silencio, más no en la muerte.

Ise había mostrado piedad.

Algo muy poco común en un humano nombrado Rey.

Sin embargo, este acto de generosidad vinieron con una consecuencia.

Todas y cada una de las Valkyrja abrir los ojos luego del ataque para después ver que sus cuellos tenían un símbolo peculiar.

Círculos de obediencia.

Todas las Valkyrja habían sido víctimas del primer círculo de esclavitud.

"¡¡Ahora decídid, vivir para pelear a mi lado como fieles siervos al rey de la humanidad, o seguir peleando contra mí hasta la muerte!!". - las Valkyrja lo pensaron demasiado. - "¡Nadie tiene derecho a detenerme!".

Para cuándo las Valkyrja tomaron una decisión, Ise yo tenía en su poder más que cualquier otra cosa.

Pues él no buscaba el árbol del conocimiento.

Lo que quería era una semilla que pudiera dar la misma vida que el árbol que odia más que cualquier cosa.

Afrodita vio sus movimientos, su destreza, su forma de doblegar a otros y quedó facinas.

"¡Hacía Miles de años que no me exitaba así!".

Afrodita dejo que su exitacion fuera pública a los Olímpicos.

Su descuido llamo la atención de Zeus que puso la mirada sobre lo que ella miraba, y lo que vio lo dejo perplejo.

Un nuevo Dios había nacido.

Un Dios capaz de crear el ‹Ragnarok›