Otro día, Isabella se levanta temprano y va a desayunar, sola como siempre, ya se estaba acostumbrando a hablar sola y caminar de un lado al otro si tropezarse con nadie, se quedó pensando en Sam y en todo el tiempo que pasaban juntos cuando eran pequeños, ya no pasaban tanto tiempo así pues vivían en calles distintas y ambas casas estaban un poco lejos una de la otra y además ya habían crecido y ambos habían tomado rumbos un poco diferentes.
Mientras se encontraba perdida en sus pensamientos, escucho su teléfono sonar en su habitación y corrió a buscarlo, al llegar al cuarto vio que era un mensaje de Sam que decía:
-Buenos días Isabella. ¿Como estás?
Isabela está muy contenta, da brincos sobre la cama y está un poco nerviosa, no sabe si responder o no pero luego de un rato decide que lo mejor es contestar.
-Buenos días.... Sam. Estoy bien
Sam le responde
-Que bien. Vamos a salir a tu lugar favorito. Necesitamos hablar, es muy importante
Isabella se queda pensativa y un poco preocupada, de que querrá hablar Sam, le habrá pasado algo.
Isabella le responde
-está bien... Voy para allá
Sam le responde
-sí, estoy esperando por ti. Besos
Isbella está muy nerviosa, contenta y preocupada al mismo tiempo. Corre a cambiarse de ropa y como siempre se pone su ropa favorita, todo de color negro, ama ese color y lo representa con cada tipo de ropa, accesorios, decoraciones en su habitación que rotan entre el color negro y el color rosado. Se pone una camiseta negra un poco holgada, un pantalón que se pega bien a su cuerpo y define todas sus curvas y detalla todo su cuerpo, se pone unos zapatos rojos y se recoge toda su melena en una cola.
Camina un poco nerviosa. Piensa en todo lo que podría decirle Sam, camina lento pues tiene miedo a llegar, luego de un rato caminando llega a un pequeño parque cerca del mar y allí estaba Sam esperándola exactamente como había dicho. Isabella camina hacia él pues este aun no la había visto.
Al llegar le pide disculpas por llegar tarde, pero él no responde, solo la abraza fuerte. Durante ese cálido abrazo ambos corazones latían con mucha fuerza, ella se perdía en el olor que desprendía Sam, era un olor a jabón, pero era el jabón mas delicioso que había olido en su vida.
Luego de un rato Sam le dice que tiene que hablar con ella algo muy importante y que necesita que le preste mucha atención, Isabella asiente con la cabeza y se queda callada mientras que Sam se dispone a comenzar a hablar un poco nervioso pues no sabía cuál sería la respuesta de isabella a la gran decisión que este le iba a hacer tomar.
Sam le dice
- yo estuve pensando mucho en ti, ya no podía aguantar más y fui al trabajo de tus padres para hablar con ellos.
- mmm... está bien, pero que hablaste con mis padres- pregunta ella un poco nerviosa
Sam responde
Yo sé que tus padres están siempre trabajando y que tu estas sola en la casa y eso no me gusta
Ah sí mis padres siempre están fuera, en el trabajo, pero ya estoy acostumbrada, no tienes que preocuparte por mí.
Sam responde un poco nervioso
Si, pero.... me gustaría que tú fueras mi hermana. Quiero cuidar de ti toda la vida. me gustaría que tú vinieras a mi nueva casa para vivir conmigo y así no estás sola ni yo tampoco.
Isabella la mira un poco asustada
estás loco. Que hay de tus padres
Ya no vivo con mis padres. Acabo de mudarme a otra cuidad. Me gustaría que tú vinieras conmigo, iremos todos los días juntos a la escuela, coge todas tus cosas, tus pinturas y vente conmigo, vivamos felices.
El corazón de isabella late muy rápido
-Pero Mis padres ya lo saben
-Claro que sí, yo se lo dije a todos ya. Ellos nos entienden y están muy contentos con la idea, pues tampoco les gusta que estés sola tanto tiempo y además me consideran un hijo.
Isabella está sonriendo mucho y está muy feliz, se sonroja un poco ante la idea de ella y Sam viviendo juntos. Sam está un poco nervioso, ve felicidad en el rostro de Isabella pero esta no le dice nada.
está bien, me iré contigo a vivir, pero con condiciones.
Explíquese señorita- le dice Sam
Lo primero es que yo limpiare, pero eres el encargado de la cocina- le explica ella- lo segundo, nada de llevar chicas al apartamento.
Sam ríe a carcajadas y acepta sus condiciones, luego le da un abrazo y le dice que se prepare pues se van el fin de semana. Después se van a por un helado y Sam le compra a Isabella su helado favorito de chocolate con chispas y comienzan a recordar todo lo que han pasado juntos.
Luego de un largo rato hablando y con la noche casi acercándose Isabella le dice a Sam que ya debe irse hacia su casa y este decide acompañarla. Antes de despedirse Sam le dice que está muy contento con su respuesta y que es la mejor persona del mundo y la más hermosa ante sus ojos y se despide con un beso en la mejilla, Isabella entra dando pequeños saltos, estaba tan contenta de que todo esto le estuviera pasando hasta el momento en que pensó en todo lo que podía pasar viviendo con Sam, podría callarse los sentimientos teniéndolo bajo el mismo techo...