Chereads / Pasión Criminal / Chapter 76 - 74

Chapter 76 - 74

La relación entre Shiro y yo no ha sido perfecta, pero hemos logrado mantenernos juntos, aunque peleemos demasiado. No hemos podido casarnos; así como llegó nuestra reconciliación y felicidad, llegaron también los problemas y desgracias. El negocio ha ido progresando grandemente. Somos de dos bandos contrarios, pero aún así, hemos guardado ese secreto por todo este tiempo. Él atiende su negocio y yo el mío, no matamos a nadie sin consultarnos primero. Por otro lado vivimos en la misma casa, pero a veces por negocio tenemos que separarnos. Ha sido complicada la situación, pero nada que no haya valido la pena. Aún me sigo protegiendo a sus espaldas, me da algo de temor decirle que no quiero un hijo, pues ha estado ilusionado con eso y sé que si le digo la verdad, esta vez sí me mataría. Según él, le debo un hijo por ese que perdimos, pero un hijo no es lo que quiero yo; no mientras esté en este negocio. Estamos en constante peligro, enemigos por doquier y balaceras. No quiero traer un bebé al mundo a sufrir y pasar por lo mismo que yo. Ha estado sospechando que algo mal está pasando. Le ha dado con que vaya al medico y me examine. Piensa que puedo tener algún problema o algo parecido. Llevamos meses haciéndolo casi todos los días y nada sucede. Sé que es muy terco y no entenderá por más que le explique las cosas. Es muy inteligente para unas cosas, pero para otras es muy cerrado. Por otra parte, Shu sigue conmigo. Somos buenos amigos y es un empleado muy eficiente. Tenemos diferencias también de vez en cuando, pues aún no acepta que esté con Shiro, pero terminamos arreglando la situación. Shiro también lo tiene sentenciado y a él no le importa. A veces es complicado controlar a esos dos.

Recién acabé de llegar de un mandado que me hizo mi querido Shiro.

—¿Hiciste lo que te pedí?— me preguntó Shiro.

—Si, Shiro. Ese viejo ya no será un problema para los negocios. Guíe a sus hombres para el norte. No van a encontrarlo nunca.

—Bien hecho. ¿Recuperaste el maletín?

—Si, todo el dinero está ahí — abrí el baúl y se lo entregué.

—Es menos cantidad de la que pensé.

—De eso me di cuenta.

—Tenemos otro trabajo, linda. En la tarde tengo que viajar y esta vez vas acompañarme.

—¿A dónde?

—Tengo que resolver un asunto con mi madre.

—Hace mucho no la vemos.

—Así es, desde esa vez que te rescatamos.

—Ha pasado casi un año.

—Si.

—Tenemos problemas. Me acaban de informar que se recibió una señal desde el celular de uno de los hombres de K, y al parecer está por el área— nos informó Shu.

—No lo creo, él no es descuidado. Lo más probable es un trampa para hacernos creer eso. Iremos a la base para ir a recoger el material y transportarlo a la base central. Lo haremos personalmente y escoltaremos los camiones. No quiero errores y mucho menos pérdidas. Reúne a tus hombres, Rui.

—Enseguida, Shiro.

Es la tercera vez en esta semana que tenemos que transportar el material a otra parte. K es uno de los enemigos de Shiro. Al parecer quiere vengar la muerte del Sr. Jang, el tío de Shiro. Desde esa muerte, hemos tenido a todo un escuadrón detrás de nuestro trasero. Shiro no quiere arriesgar a ninguno de sus negocios y prefiere tomar medidas, aunque esas medidas sean muy arriesgadas y problemáticas. Shu me ayudó a organizar a mis hombres y salimos directo a la base Wiko, cerca del puerto. Shiro y yo nos fuimos en el mismo auto y Shu se fue con Scott en otro. Escortamos a todos los camiones y todo por el camino fue tranquilo, no hubo ningún movimiento extraño. Al llegar tomamos nuestras posiciones y Shiro se encargó de dar las órdenes.

—Comunícate con las 9 bases y asegúrate que todo esté en orden— ordenó Shiro a Tim.

—Si, Sr. Shiro.

—Guarden todo en la bóveda— ordenó Shiro.

—Si, Señor.

—Pude comunicarme con 6 de ellas, pero las otras tres no se comunicaron— informó otro de los hombres.

—Envía a tres de los nuestros a que vayan personalmente.

—Si, señor.

—¿Todo en orden? — le pregunté a Shiro.

—Algo anda mal. Lo presiento.

—¿Por qué lo dices?

—Llámalo intuición o como prefieras.

—No lo creo, hemos tenido presión durante estas últimas semanas.

—Sí, necesitamos relajarnos. ¿Me ayudarás con eso, preciosa?— esbozó una sonrisa maliciosa.

—Luego cuando estemos a solas.

—Me parece bien— me dio un nalgada y sonreí—. Voy a ver que todo esté en orden.

—Sí, Shiro.

Me quedé dando una vuelta por los alrededores. Esto ha cambiado mucho en las últimas semanas. Vi una marca roja en la tierra y me agaché para ver que era. Al tocarla y olerla me di cuenta de que era sangre. ¿Esto de que pudo haber sido? Al mirar hacia una de las cabañas, vi un cuerpo debajo de las escaleras. Me levanté rápidamente y al girarme me encontré con K.

—Que sorpresa tenerte por aquí, Rui — esbozó una sonrisa maliciosa y me quedé seria.

Solo lo había visto personalmente una vez. Su cabello es mucho más largo que el de Hotaka y era lacio; caía mucho más abajo de sus hombros, su piel blanca y el pelo así, lo hacía ver algo atractivo. Usa dos aretes en forma de cruces en sus orejas, y a diferencia de Hotaka, su voz es igual de fina a la de una mujer. Lo menos que pensé era que iba a encontrarlo aquí. Sus intenciones deben ser matarme, él cree que soy la protegida de Shiro, pero no sabe que en realidad sí somos pareja.

—Sabía que algo raro estaba sucediendo, K. ¿Qué haces aquí?

—Solo vine a buscarte, Rui.

—¿A mí? ¿A qué debo el honor?

—Voy a ser directo. Quiero que vengas conmigo a solas, hay alguien que te quiere conocer en persona.

—¿Quién es ese alguien y por qué tendría que ir contigo a alguna parte? Solo te he visto una vez y por otro lado, eres el enemigo de Shiro.

—Esta vez no vengo por él, ya te lo dije, vengo por ti. Conocerás a la persona cuando me acompañes. Por otra parte, no creo que tengas elección— miré alrededor y estaba rodeada de varios hombres.

—Eres muy interesante, K. Meterte en el territorio de Shiro, es algo que te hace ver como alguien valiente.

—Por supuesto que soy interesante, nena. No le tengo miedo a Shiro. Si no he acabado con él, es porque tengo órdenes de arriba, pero cuando me canse de todo, iré por él y por ti.

—Uy, que miedo.

—¿Vienes o te tengo que llevar a la fuerza?— me estoy arriesgando demasiado si trato de irme con él, no es de confiar y es enemigo de Shiro—. No te atrevas a querer atacarme o terminarás hecha polvo, y no creo que Shiro quiera eso. Te aseguro que no voy hacerte nada, a menos que colmes mi paciencia. Ya te dije que quiero que conozcas a una persona muy importante.

—Esta bien, iré contigo, pero con una condición.

—Tu no pones condiciones.

—Si las pongo. Iré, pero armada— suspiró molesto y volvió a mirarme.

—De acuerdo. Muévete.

Shiro se va a preocupar si no me encuentra, pero no tengo de otra. Si ataco a este idiota, terminaré hecha ceniza. Caminé con K hasta detrás de los matorrales y vi dos camionetas.

—No les hagan nada a la gente de Shiro. Quiero que todos nos sigan— ordenó K a sus hombres.

—Si, señor.

Quise mirar para dónde estaba, pero debido al matorral no se podía ver nada. Tengo que contactar a Shiro cuando pueda, ya que aún no se las intenciones de este imbécil. Me quedé en alerta en todo momento, miraba de reojo a K, pero no vi ningún movimiento extraño de su parte. Estuvimos bastante tiempo de camino hasta llegar a una casa. Nunca había estado en este lugar y por lo que me dejé llevar, todo fue campo. Nos bajamos y una mujer alta, pelinegra, tez blanca y una mirada muerta, se acercó a la camioneta. Sus ojos me parecían extrañamente conocidos, pero no creo haberla visto jamás.

—Bienvenida a mi hogar, Rui— sonrió amablemente.

—¿Quién eres y qué quieres conmigo? —pregunté directamente.

—Lo primero es lo primero. Vamos dentro.

Caminó al frente y la seguí, K se fue detrás de mí. No puedo bajar la guardia por más amable que se vea esa mujer. Ella se sentó en el sofá de la sala y me quedé de pie.

—Puedes tomar asiento, Rui.

—Estoy mejor así, no es como que esté de visita.

—Solo quiero hablar, no tienes que ser tan desconfiada.

—¿Por qué no me buscó personalmente y tuvo que enviar a terceros?— miré a K y él sonrió.

—No puedo aparecer delante de Shiro. Soy una total desconocida para ambos, es por eso que no quise arriesgarme. Quería asegurarme de que vinieras.

—¿Eres enemiga de Shiro?

—Digamos que no soy ni amiga ni enemiga, estoy en un punto medio.

—Ya veo. ¿Qué quiere hablar conmigo?

—Yo me retiro. Tengo que hacer unas cosas y luego regreso— dijo K.

—Está bien gracias por ayudarme, K.

—Bie— K se fue y me quedé a solas con ella.

—¿Me dirás tú nombre? —le pregunté.

—Mi nombre es Sachi. Supe que eras la mujer de Shiro— veo que ya lo sabe también, si esto sale a la luz, tendremos serios problemas.

—Veo que está bien enterada.

—Es un gusto conocerla en persona.

—Quiero que vaya directo al asunto. Tengo que regresar con Shiro o se volverá loco y me buscará.

—Sin duda lo hará. Me dijeron que tienen una buena relación. Estoy muy feliz de eso.

—Está dando muchas vueltas al asunto. ¿Qué es lo que quería decirme?

—Es una historia larga y no sé por dónde empezar.

—Por el principio, señora.

—¿Eres amiga de Fumiko?

—¿Cómo la conoces?

—No debes confiar en ella. Debes alejar a Shiro de esa mujer. Ella solo quiere quedarse con todo lo que le correspondía a Jang y para eso utilizó a Shiro. Sé que lo conoces, era el tío de Shiro.

—Esa mujer es su madre. ¿Por qué debería alejarlo de ella?

—De eso mismo quiero hablar. Lo que quiero decirte es que Fumiko no es la madre de Shiro, su madre soy yo.

—¿Ha perdido la cabeza, Señora?

—Sé lo que te digo. Si te mandé a buscar es porque necesito tu ayuda. Yo quiero vengar la muerte de Jang y recuperar a mi hijo. Esa mujer me lo arrebató y ahora es el momento de hacerla pagar por lo que me hizo. Necesito tu ayuda para lograrlo. No te lo pido, te lo ruego, Rui. Ayúdame a recuperar a Shiro.

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