La fría y oscura noche provocaba un sentimiento de tranquilidad, junto con la lluvia en compañía de algunos leves estruendos, un chico de lamentable apariencia miro el charco formarse en el suelo.

Refugiado en lo que parecía ser una casucha echa de chapas entre otras cosas, el chico inquieto tragó saliva.

「 ...」

Sus nerviosas pupilas miraron hacia un costado, giro sus ojos hacia el otro y reiteradamente se repitió lo mismo. Miro hacia su izquierda, sus labios parecían moverse diciendo absolutamente nada.

«… ¿Q-Que hago…? Parece enojado…. Bueno, es normal estarlo después de todo fue culpa mía…»

A un lado, sus pequeños brazos sujetando ambas piernas y su cabeza levemente recostada sobre sus rodillas, el niño no giro siquiera a verlo, parecía algo disgustado por su presencia.

「 ¿C-Como te llamas…? 」

En un último intento por romper la agobiante tensión sobre ellos, volteo sus ojos hacia el niño y con nerviosismo hablo.

Intento poner un tono amigable, pero su voz titubeó, más bien parecía temblar, no sabía cómo aquel niño respondería.

Inmediatamente, una respuesta instantánea salió de su boca.

「 ¿Qué sentido tendría decirte mi nombre? No volveremos a vernos luego de que la lluvia pare.」

Sus palabras eran frías y secas, el niño aún si voltear su mirada dio su propia opinión en referencia a su nombre. El tono en su voz era apático, no mostraba interés alguna por mantener una amistosa conversación con el chico.

Por otro lado, su sonrisa se congelo e inmediatamente giro su pálida mirada, aquellas palabras fueron como miles de flechas atravesando todo su cuerpo.

«Tranquilo, tranquilo… Solo es un pequeño niño, debes disculparte adecuadamente con el… Pero parece no querer escucharme ¿Qué hago...?»

A pesar de ser un pequeño niño, esos penetrantes ojos serios no coincidían en nada con su tierna y encantadora apariencia.