El príncipe que había planeado todo en su cabeza no parecía estar calibrando o siquiera funcionando, quería viajar a caballo sin ser detectado se había puesto ropas de viajero que fuera de verse como pobre lo cual quería se veía como extranjeros y de esos muy guapos pero todo su plan se caía al ver a sus hombres no importaba en cómo se les vieran gritaban la palabra soldado por doquier sin importar que fueran vestidos como campesinos al final decidió esperar a que el chico al cual habían apaleado por el cuadernos que pertenecería a la guardia se recuperará ya que por su edad y el poco tiempo que tenía de haber ingresado parecía ser el más indicado para acompañarlo era aún muy joven y poco experimentado lo cual lo había notado muchas veces junto a los demás y lo más importante era que recuperarán al dicho animal que regalaría a su sobrina.
Los días pasaron rápido para el príncipe que estaba ansioso por viajar había hablado con él joven en muchas ocasiones durante la recuperación y este le había comenta todas sus dudas y lo que sabía, el príncipe re reprendió mentalmente si todo esto lo hubiera sabido es vez de todo este tiempo perdido se hubiera ahorra la paliza y hubiera partió al día siguiente estaba tan emocionado por recuperar al animal y de darle a su habitación un nuevo artilugio que se sentía como niño recibiendo un regalo.
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Pará han los días habían sido muy pesados había salido a buscar el cuaderno en las pocas ocasiones que tuvo libre pero no lo había podido encontrar estaba triste y desanimada, su pequeño amigo ahora se había convertido en el centro de atención de la tienda y como si regalos diera habían muchas chicas queriendo comprar todos los productos que había sacado por el pero solo había uno que se quedaría en exhibición puesto era enorme y había llevado mucho tiempo y materias tenía la forma del amigo rosa como cojín pero era enorme y se podía ocupar como cama era el centro de atención todas las chicas querían aprender a hacer uno y las que no querían comprarlo.
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El príncipe que en su apuró no comprobó la hora y al llegar al pueblo la mayoría de chicas ya andaban en la calle hacia su casa él preguntó de forma extraña dónde podía encontrar una tienda de regalos por que en su cabeza lo que Ana Valer tenía era una tienda de regalos varias chicas dijeron que no pero que en el taller Vellar por día encontrar cosas parecidas y que también ahí encontraría a la diseñadora si quería algo exclusivo, de una forma muy propia de él había llamado la atención de las personas y sobretodo de las chicas con esos ojos exóticos.
Al entrar a la tienda la puerta hizo un reído de tintineo que lo puso alerta una voz dulce y totalmente fuera de este mundo lo hizo que su corazón se acelerara con un "lo siento ya hemos cerrado" pero lo que llamó más su atención fue el enorme peluche que parecía la bolsa de un canguro con la forma del dichoso animal escurridizo: ignorando la frase de la chica llegó hasta ella y le dijo me —me llevaré el peluche y tu vendrás conmigo— Ani quien tenía afelpado como ella lo había nombrado casi cayó del banco el pequeño al ver a su antes cautos combinó de color a un morado pastel Ani al ver esto estaba fascinada pero la emoción le duró poco por que unos fuertes brazos tiraron de ella y la subió a su hombre el príncipe no esperaría respuesta y tampoco daría explicaciones con sólo ver al animal sabía que ella era la dueña del cuaderno que más quería había ordenado al chico sacar el peluche y cerrar el lugar dejando una nota de cerrado temporalmente, las personas que vieron cómo se llevan a Ani se preocuparon cómo era posible que un extranjero hiciera hacer y los rumores de su ataque en el bosque fueron de lo que se habló más.
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La brisa del bosque era frío y Ani quien lloraba y pataleaba podía sentirlo más ver su pequeño compañero de trabajo saltar tras ellos y en ocasiones llorar Ani hizo una petición absurda—si me dejás llevar a afelpado en brazos ya no molestare mas— la sugerencia era tentadora pero el príncipe no tenía humor lo había golpeado 2 veces en la cara, 2 veces estaba que reventaba de la cólera y decidió hacerlo por su paz mental.
Afelpado que por fin pudo estar con Ani había vuelto al color rosa que era y eso le intriga a al príncipe el camino era largo pero con la chica entre sus brazos casi no lo sentía era hermosa, pequeña, natural y también tenía temperamento eso le encantaba una pequeña fierecilla hoy entendía cómo es que nadie la había podido agarrarla ese día.
Al salir del bosque e ingresar a ciudad capital los hombres de la guardia los esperaban el bajo a Ani para que la escoltaron pero ella quiso luchar el hombre al ver el forcejeo la golpeó dejándola inconsciente sin saber que esto causaría su muerte el príncipe quien no se percató le pareció extraño, Ani fue transportada al castillo y afelpado fue enjaulado y alistado para enviarlo de regalo pero el joven cambió los regalos dejó el enorme peluche en las cosas que serían enviadas y sacó a afelpado de la jaula y lo escondió intentó pasar rápido pero el príncipe lo vio —a donde crees que vas— dijo el príncipe serio y otro soldado lo jalo—a dejarle esto a la señorita Ani — dijo el chico el guardia que estaba apunto de doblarlo a golpe se quedó sorprendido por las palabras del príncipe que no levantó la cabeza para contesta mientras leía unos documentos —de acuerdo y revisa que tenga agua para beber quedate con ella hasta que yo termine no la quiero haciendo exploraciones en el castillo— si señor— había contestado el chico tironeando de la ropa y echándose a correr se había salvado por poco de otro par de golpes cortesía de sus superior al mando.