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Chapter 4 - CAPITULO 4: La princesa de la torre

La mañana había llegado y con ella todos los recuerdos también se encontraba en una habitación enorme que era iluminada por una enorme ventana de cristal por la cual se colaba el sol, parecía la cabaña de un cazador con tanta cabeza de animales y pieles, pieles hermosas y suaves que podrían ser cosas maravillosas si ella podía acceder a tenerlas pero por un momento toda esa emoción y tranquilidad se vio alejada y casi extinta al girar la cabeza y ver que la observaban unos ojos rojizos la sangre que en algún momento calentó su cuerpo se heló de golpe, Era todo un dios con un aspecto diabólico le dio la sensación de que no estaría nada bien al momento que hablara; su boca temblaba en un intento de preguntar pero la sonora de su anfitrión la hizo guardar silencio no quería provocar al hombre frente a ella, no tenía idea quién era y no pondría su vida en peligro.

Ani quién toda su vida había estado sola y no le tenía miedo a los hombres puesto había techado a muchos no sabía cómo enfrentar al que estaba frente a ella tomando en cuenta que si este era un cazador ella no sería para nada más rápida que los cuerpos de los que despojaron sus cabezas las cuales ahora adornaban la pared.

mientras tanto el príncipe en su cabeza no podía dejar pasar la belleza que tenía frente a él.

las emociones de Ani y Al están a flor de piel ambos intrigados con la belleza del otro, ninguno de los dos comprendía por qué aquel repentino silencio para Al siendo el príncipe acostumbrado a dirigirse a grandes cantidades de personas y dar órdenes no podía formular ninguna frase y Ani con lo fácil que se le daba el comunicarse con personas nueva se sentía abrumada por los ojos que la miraban y aún más apenada desde la posición en semejante cama que en lugar de llenarla de energía la hacía sentir totalmente cansada y ganas de volver a dormir para despertar de este mal sueño.

los pensamientos de ambos se vieron interrumpidos cuando una bola de pelos rosa pastel giro por la cama y callo al suelo

—pero qué demonios...

Al que al ver la peña cosa en su habitación se sintió totalmente confundido parando tan bruscamente que por acto reflejo Ani salto desde su posición en la cama en rescate del afelpado amigo somnoliento, la reacción de Ani le pareció hasta graciosa a Al de no ser por que ese eres el regalo de su sobrina extendió la mano y exigió

—entregamelo pertenece a mi sobrina

—no lo are

la respuesta de Ani había sido contundente pero para el anfitrión esa frase era un desafío caminó hasta ella y arrancó al pequeño animal de sus manos el cual al sentirse amenazado mordió al príncipe y este lo azotó contra el suelo en un intento de soltarse de la mano, el pequeño animal rebotó contra el suelo y ya no se movió la desesperación de Ani estalló en la forma más inesperada tirándose al suelo a llorar con la bola de pelos rosa en las manos Al estaba consternado y camino hacia una de las puertas y se marchó.

Ani que no paraba de llorar se sorprendió al ver a su pequeño amigo moverse como despertando de un sueño había sido un gran golpe para la pequeña criatura que ahora se movida de alegría en sus manos.

mientras tanto afuera de la habitación el príncipe apretaba su pecho con una de sus manos por qué su corazón se sacudía desbocado semejante imagen de la ninfa Ana Vellar lo había enloquecido al punto de querer sujetar por los brazos y besarla. Esto sería una situación inquietante pero existente el príncipe de hielo se había enamorado de una ninfa ladrona del bosque.

La mañana había llegado a su fin y el nuevo acompañante de Ani un joven caballero le sería de su escolta esa era la orden del príncipe que Zerad que era el nombre del joven se encargaría de todas las necesidades de Anna Vellar y se encargaría de que no saliera de la habitación de la Torre ya que si eso sucediera el primero en probar la altura de la torre sería Zerad, las palabras entre Zerad y Ani habían sido porfas pero se comunicaban tan bien que no necesitaban muchas palabras también el joven le había explicado el cómo había perdido al Gritt que era la raza del afelpado y para quien lo requería el príncipe también le había comentado que él lo había sacado de su jaula para llevárselo a ella por qué creía que estaría mejor en sus manos que en las de la sobrina del príncipe, Ani también había preguntado por muchas cosas y sobre todo por la razón que no podía salir y por qué tanto misterio pero Zerad se había revisado a contestar y a decir

—eso debe preguntárselo al príncipe

y con eso terminaba todo intento de saber más.

llegada la noche Ani estaba lista para dormir viendo el príncipe entró y comenzó a despejar el de toda su ropa para dirigirse al baño, Ani lo observaba con tanto detenimiento que llegó a pensar que babearia si continuaba viéndolo así que decidió girarse en la cama y esconderse bajo las sábanas para no parecer tan desesperada por el cuerpo fornido, tonificado y bien definido del príncipe Al IV la luz de ciudad capital Alunia, y el pequeño pueblo de Luzal.

el joven príncipe estaba muy cansado para detenerse a mirar detenidamente su habitación y peor aún recordar a su bella invitada cautiva en la habitación de la torre, había sido un pésimo día tubo demasiado trabajo y también tenía que mandar recursos a la frontera por daños ocasionados en uno de los caminos estaba demasiado sumergido en su mundo cuando desde la puerta de su baño logro ver una pierna delgada, torneada y pálida salir desde sus sábanas la ronda en sus mejillas se hizo presente al verse desnudo en el marco del la puerta del baño y recordar que se había desvestido completamente frente a ella aunque la imagen del príncipe era la de un vil tirano nunca había tenido compañera de cama mucho menos a quien cortejar y está haría su primera vez durmiendo en la misma cama con alguien tal pensamiento lo llevó a deslizarse por la puerta hasta llegar al suelo y esconder su cara caliente y roja de la vergüenza entre sus piernas en un intento de calma y pidiendo serenidad a su mente y cuerpo.