Chapter 347 - 144

Lisa

—Quédate aquí, Kaori— me bajé del auto, y al Akira verme, se sorprendió demasiado. 

—¿Qué rayos haces aquí? ¿Estás bien?

—Nosotras estamos bien, pero James no.

—¿Nosotras? ¿Kaori está ahí?

—Sí, pero no le sucedió nada. Quiso acompañar a Lin al hospital y no tuve de otra que venir detrás de ustedes.

—¡Maldición! Por lo menos pudimos deshacernos de ellos, o no sé qué hubiera pasado.

—Tenemos que ir al hospital, te ves muy pálido, Lin.

—Sí, ha perdido mucha sangre. No te preocupes que no te vas a morir todavía, tonto— le dijo Akira.

—Lo sé.

Akira le ayudó a subirse al auto y Kaori vio a Lin.

—Dios mío, ¿Qué fue lo que te pasó?

—Nada, no te preocupes, todo estará bien— respondió Lin.

—Tenemos que llevar a James al hospital también, ayúdame acomodarlo.

—Yo lo hago, tiene su pulso muy bajo. Entra al auto, lisa.

—Esta bien.

Akira acomodó a James en el asiento de atrás junto a Lin. Al terminar, nos fuimos directo al hospital. Los atendieron al llegar, ya que vieron lo grave que estaban ambos.

—¿A ti como se te ocurre hacerle eso a Lin? Si hubiera sabido que ese era tu plan desde un principio, no le hubiera dicho todo eso que dije, ni hubiera entrado a la casa— dijo Kaori.

—Tranquila, princesa. Él estará bien, no fue para tanto; además él no me dio opciones tampoco.

—Lo importante es que están bien. ¿Qué fue lo que sucedió ahí, Akira?— le pregunté.

—La gente de mis hermanos querían llevarnos a verlo, ya sabes, para hacerle una visita de cortesía.

—No tienes que ser tan sarcástico, papá, puedo entender muy bien en lo que estás metido— comentó Kaori.

—Lo siento, pero a tu madre no creo que le guste que hable el tema frente a ti.

—No, no me gusta.

—¿Lo ves?

—Ustedes dos son tal para cual — añadió Kaori, sacudiendo su cabeza y riendo—. ¿Será que ahora cuando Lin se recupere, podemos irnos a otra parte?

—No puedo dejar a James en ese estado, él no tiene nadie más.

—Te has encariñado con ese gorila más que conmigo— soltó Akira.

—No le llames así, él ha sido leal y me ha ayudado mucho. Le tengo mucho aprecio. ¿De verdad tienes que salir con eso ahora?

—Pues sí, en otras circunstancias, ya no estaría respirando. Se ve que tienen muy buena conexión.

—Este no es el momento, ni el lugar para hablar sobre esto.

—¿Te gustan los hombres así musculosos y grandotes?

—¿Podríamos cambiar el tema, Akira?

—Vaya, mi padre celoso de un empleado. Si vieras que la defiende, creo que hasta más que tu— añadió Kaori.

—Eso no ayuda, Kaori— comenté.

—¿Estás de acuerdo con que ese gorila sea tu nuevo papá o qué, Kaori?

—Puede ser.

—¿Has escuchado eso, lisa? Parece que ya aceptaron a tu nuevo amante.

—Cuando estás celoso te pones tan irritante e insoportable, Akira.

—Sí, porque eres mía — me acercó repentinamente a su cuerpo.

—Me lastimas, idiota.

—Cuando te le lanzaste abrazarle, no te dolió. ¿Qué te cuesta abrazar a tu esposo?

—Eres un idiota.

—Y tu una necia que me hace enojar, pero que amo demasiado —me besó desprevenida y me agarró el trasero.

—Akira, este no es lugar para esto.

—Soy tu esposo y te puedo tocar como y donde quiera. No parece desagradarte, cuando te pones tan nerviosa.

—¡Idiota! — Akira sonrió malicioso.

—Efectivamente no es lugar para hacer ese tipo de cosas, pero dado el caso de que han estado separados por mucho, deberían quedarse así.

—Ya escuchaste la aprobación de Kaori.

—Ustedes son igualitos.

—Es mi hija, tiene que parecerse a mi.

Horas después

El doctor salió con noticias de que James estaba estable y me volvió el alma al cuerpo. Lin estaba estable, le hicieron una pequeña transfusión de sangre y le asignaron un cuarto. Kaori fue la primera en subir a verlo y me quedé con Akira a solas en el pasillo.

—¿Pensaste con detenimiento lo que te dije?

—¿Sobre qué?

—De empezar de cero en otro lugar, al lado de nuestros hijos.

—¿Qué te dijo Lin?

—Hicimos un trato. Dejaré que esté cerca de Kaori, aunque suene enfermo, ya no hay de otra. No me agrada para nada; a no ser por lo que ocurrió, ahora mismo tendría la boca llena de moscas. Por otra parte, va a cuidar del bebé de nuestro hermano.

—¿Qué? ¿Qué estás diciendo? ¿No dijiste que dejarías toda esto a la basura?

—Ese bebé se convertirá en un dolor de cabeza si se lo entrego a  mi hermano. Lo entrenará para que sea otro matón más y venga por nuestra cabeza. Es entregárselo a Lin, o darlo en adopción.

—Ellos van a tener un bebé. ¿Cómo se van hacer cargo de otro?

—Podemos criarlo nosotros dos.

—¿Para que hagas lo mismo que con Lin?

—No, no lo haré. Te dije que dejaré todo esto, muñeca. Solo acepta estar conmigo, acepta de una vez que me amas y que tanto tú, como yo, no podemos vivir el uno sin el otro. Déjate querer, mi amor. Déjame amarte y estar contigo otra vez.

—No me mires así. Deja de controlarme con esa mirada triste, que eres tremendo demonio.

—No conoces nada, mi reina. Deja que estemos solitos, voy a darte mucho cariñito— arqueó una ceja y sonrió con malicia—. Volviendo al tema principal. ¿Te atreverías a regresar conmigo? — me agarró la mano.

—Akira…

—Vuelve conmigo, lisa. Sé mi mujer otra vez. No veo una vida, si no es contigo.

—Será la última oportunidad que te dé, ¿Me escuchas?

—¿La última?

—La última.

—Te amo —puso sus manos alrededor de mi cintura y me encaró—. ¿Aún me sigues amando?

—Sí, lo hago.

—¿Mucho?

—Mucho.

—Ven aquí, mi reina — entralazó su mano en mi pelo y me besó intensamente. A pesar de los años, sigo sintiendo las mismas cosas cuando me besa de esa manera.

—Las personas nos están mirando. Contrólate, por favor— puse ambas manos en sus hombros, tratando de evitar que continuara.

—Que sepan que eres mi mía, toda mía.

La alarma de incendio en el hospital sonó.

—¿Ahora qué está sucediendo?— pregunté.

—No sé, pero lo voy averiguar.

—No vas a ir solo, te voy a acompañar.

—Solo espero que no sea otro problema para nosotros.

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