Chapter 257 - 54

Akira se detuvo en una farmacia y se bajó.

—Akira, ¿Qué estas haciendo?

—Vengo enseguida— se fue sin decir más.

Regresó rápido y me dio una bolsa con dos pruebas de embarazo.

—¿Me puedes explicar que estás haciendo?

—Quiero que te hagas la prueba, tenemos que salir de dudas.

—El mismo médico te lo dijo. Los medicamentos me podían causar mareos, náuseas y vómitos.

—¿Te está preocupando algo? — me preguntó.

—¿Por qué haces esa pregunta?

—No hemos hablado de este tema seguido, pero cuando lo hacemos, lo evades. ¿No quieres tener otro bebé conmigo?

—¿Qué dices? No es eso, es solo que sé que no es un embarazo, y tú quieres creer que si. Ha pasado mucho tiempo y aún sigues con ese deseo. No quiero que te vayas a frustrar y terminemos como antes.

—Solo quiero salir de dudas, no voy a molestarme si no pasa, solo que no creo que sea normal esos mareos tan repentinos; además no has tenido los días de chicas. ¿No los has echado de menos, o es que soy el único que está pendiente de eso?

—A veces eso de calculador te mata, Akira. Cambiemos  el tema mejor — sentí vergüenza al hablar sobre eso, y más con lo serio que se toma el tema.

Según llegamos a la casa, subí al baño.

—No creas que vas a entrar conmigo, Akira.

—Espero no hagas trampa, corderito. Quiero que te hagas las dos.

—No haré nada, eres muy desconfiado.

Entré al baño, pero saber que Akira estaba allá fuera esperando, me tenía muy ansiosa y nerviosa. La seriedad con la que hace las cosas es algo incómodo. Si hago esto, él estará más tranquilo, y así acabamos con este tema de una vez. Hice ambas pruebas y las dejé en el baño para salir.

—¿Ya? ¿Qué salió?

—Aún no he mirado. ¿Por qué no miras tu? —no me atreví a ver los resultados.

—Bien — entró al baño y me quedé afuera esperándolo.

Me sentía muy nerviosa para hacerlo yo. Akira tardó un poco en el baño y me fui a recostar a la cama mientras salía. Quizás está molesto porque no es lo que él espera. Al rato salió del baño con la caja y las dos pruebas, se veía algo serio cuando salió.

—¿Ya estás satisfecho, querido?—  caminó a la cama y se sentó en la esquina.

—Es extraño.

—No siempre salen las cosas como uno quiere, Akira.

—Supongo que tienes algo de razón.

—No te desanimes, quizás no es el momento. Deberías dejar de pensar en eso— llevé mi mano a su hombro y Akira recostó su cabeza en ella.

—No puedo dejar de pensar en eso y tú tampoco.

—Vaya que eres necio.

—¿Ya pensaste en un nombre?

—¿Vas a seguir con eso?

—No todo sale como uno quiere, pero hoy la suerte está a mi favor— Akira levantó su cara y me miró.

—¿Eso qué significa?

—Que vamos a tener que pensar en un nombre, querida. Creo que esa dieta en la que estuvimos nos sirvió de algo — sonrió con malicia

—Eso no puede ser — arrebaté las dos pruebas de sus manos, y efectivamente ambas estaban positivas. Casi me da un infarto, no puedo negarlo. ¿Cómo es eso posible? Quedé totalmente helada. Akira llevó su mano a mi cabeza y la acarició tiernamente.

—No todo sale como uno quiere, ¿eh?— sonrió.

—Eres un descarado. ¿Estos eran tus planes?

—Puede ser, al menos se que aún me funciona.

—Eres de lo peor.

—¿No estás feliz?

—Claro que lo estoy. La llegada de un bebé trae felicidad, es solo que no me lo esperaba.

—Te amo, gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo — acarició mis mejillas y me besó.

Akira siempre ha sido muy obstinado. so es algo de todas las cosas que me gustan de él. Estoy muy feliz de saber que tendré otro bebé y que es con él; al final de cuentas, es el único hombre que quiero en mi vida. No puedo ver una vida lejos de Akira. Ambos estamos felices por la noticia, a mi me tomó más por sorpresa que a él mismo. Me pregunto ¿Cómo tomarían la noticia los niños? No veo el momento de poder reunirme con ellos, abrazarlo y decirles cuánto los amo, y cuántos los he extrañado.

Pasaron dos días, cuando Kanji llamó a Akira para informarle que habían encontrado la ubicación del Jet de Mr. Jefferson. Estaban en Ohio. ¿Por qué Mr. Jefferson iría a ese estado? Era la pregunta que nos estábamos haciendo Akira y yo. Nunca habíamos viajado ahí.

—Ya preparé el Jet para que salgamos a Ohio hoy mismo.

—¿Cómo vamos a encontrarlos?

—Lo buscaremos, y créeme que lo encuentro porque lo encuentro. Buscaré hasta por debajo de las piedras, pero ese cabrón me va a tener que dar la cara.

—No hagas ninguna estupidez hasta que escuchemos sus razones, Akira. No sabes que sitúacion está enfrentando, no es normal que él haga algo así. Él ama a sus nietos y te ama a ti también.

—Lo vamos a saber cuándo lo encontremos. No hubiera querido que vinieras conmigo, pero eres necia.

—Claro que tengo que ir, son nuestros hijos y tenemos que traerlos de vuelta.

—Iré preparando las cosas. Espérame en el auto, princesa.

—Esta bien.

Me pregunto ¿Con qué intenciones Mr. Jefferson está haciendo esto? Entre más lo pienso, menos puedo entenderlo. Solo espero que estén todos bien y que podamos encontrarlos.

Al rato Akira bajó y subió las maletas al auto, para dirigirnos al aeropuerto. Según llegamos, sus hombres subieron las maletas, y Akira me ayudó a bajarme del auto. Subí junto a él al Jet, y nos sentamos juntos. En pocos instantes, el jet comenzó a moverse cuando el teléfono de Akira sonó. Lo pensó mucho para responder, pero terminó haciéndolo.

Akira

Llamada telefónica

—¿Quién es?— preguntó Akira.

—Cuanto tiempo sin hablarnos.

—¿Quién eres?

—La última vez fuiste muy inteligente para resolver mi acertijo, esta vez lo pondré mucho más fácil. Solo tienes una oportunidad, Akira.

—¿Quién demonios eres?

—No soy pájaro, pero puedo volar, llevando gente de uno a otro lugar, ¿Qué soy?

—¡Mierda!

Lisa

—¿Qué sucede, Akira?— le pregunté al ver que se veía pálido.

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