Chapter 245 - 42

Kanji

Llamada telefónica:

—¿Quién habla?

—Sr. Carter, es un placer poder hablar contigo.

—¿Quién es?

—No importa quien soy, solamente quiero hacer un trato contigo.

—Si no me dices quién eres, voy a colgar.

—Tenemos algo en común, odiamos a las mismas personas; ambos buscamos venganza por lo que nos hicieron, solo quiero que unamos fuerzas, juntos podemos acabar con Akira y con lisa.

—No soy herramienta de nadie, si quieres venganza, hazlo por ti mismo. No me mezcles en esos estúpidos planes. No cuente conmigo.

—Prepárense, porque lo que ocurrió está  noche, seguirá ocurriendo más a menudo — colgaron la llamada.

Lisa

—Akira, tu teléfono— murmuré entre jadeos.

—A la mierda el teléfono.

—Responde, puede ser importante. Luego de lo que pasó tenemos que estar alerta.

—Es Kanji— respondió, y lo puso en altavoz.

Llamada telefónica:

—Espero no interrumpir nada, me dejaron todo el trabajo sucio. ¿Con qué tipo de socios cuento?

—¿Qué quieres? Si llamaste para reclamar eso, será mejor que dejes de molestar. No estoy de humor para tus pendejadas.

—No, no es para eso. Acabo de recibir una llamada del culpable de la explosión.

—¿Una llamada? ¿Sabes quién es?

—No, cambió la voz. La amenaza iba dirigida a ustedes, es un enemigo de los dos. Dijo que lo que sucedió hoy, seguirá ocurriendo más a menudo. Quería hacer un trato conmigo para vengarse de ustedes, pero no me interesa en lo más mínimo meterme en eso ahora.

—No sé quién mierda puede ser. ¿Puedes rastrear la llamada?

—Si, eso trataré de hacer.

—Si logras conseguir algo llámame.

—Bien, continúen en lo que estaban.

— colgó la llamada.

—Eso es extraño. ¿Quién podría querer hacernos daño?— pregunté.

—No sé, no creo que sea ningún hermano mío. ¿Por qué buscarían ayuda de Kanji?

—Si dices que usó algo para cambiar la voz, entonces puede significar que es alguien que teme a que lo descubran.

—De todos los enemigos que tengo, será difícil saber quién pudo haber sido. Si se logra rastrear la llamada y es alguien inexperto, podremos saber quién es. Está fuera de moda usar cambiador de voz, a menos que lo haya hecho porque es una mujer.

—¿Mujer? La única mujer que conocemos es quien se está haciendo pasar por mi. ¿Crees que pueda tener algo que ver? Ella estuvo en la fiesta.

—No lo había pensado, puede haber una posibilidad. Tendríamos que averiguarlo. ¿Por qué querría meterse con nosotros? Sabe que le estamos pagando bien y que no le conviene.

—Todas las mujeres que se te acercan son problemáticas.

—¿Y tú estás celosa? De igual forma ella estaba en la fiesta y en el momento de la explosión conmigo, luego no la vi nada más. Espero que no sea ella, porque tener que buscar un reemplazo va a tomar tiempo.

—¿La vas a matar?

—Bueno, digamos que voy a investigar primero, aún no sé si logró salir de ahí.

—Hubiera querido investigar aquel tipo, pero no tuve forma.

—¿No sientes culpa? Es raro que lo menciones de esa forma tan despreocupada. La lisa de antes se hubiera querido morir antes de matar a alguien o estaría lamentándose ahora mismo. ¿Qué pasa, corderito? Haz cambiado mucho.

—Vi mi vida amenazada. Era mi vida o la de él, estaba más que claro que decisión iba a escoger, ¿No crees, mi amor?

—Como me encanta que hables así. ¿Por qué no continuamos en lo que nos quedamos?

—Si, por favor.

A la mañana siguiente, nos fuimos a la casa. Hicimos de todo, menos hablar del tema de Mr. Jefferson. Tenía que buscar la forma de hablarlo con él en un momento que tuviera. Buscamos a los niños a la casa para llevarlos al parque y salir juntos. Sabemos que no se supone que nos vean juntos, pero nuestros hijos también tienen derecho de salir con su padre y divertirse; aunque sea en pocas ocasiones tratamos de salir a lugares divertidos  y sacarlos de la casa. Estuvimos todo el día, hasta la tarde compartiendo en familia. Fuimos por el helado y regresamos a la casa. Los niños estaban cansados de tanto correr y pasarla bien. Akira y yo teníamos que ir a buscar a la mujer que se está haciendo pasar por mi. Akira y yo teníamos que saber la verdad para así sacar el problema raíz. Fuimos juntos a la casa donde estuvimos viviendo, que es donde ella se está quedando. Estaba acostada supuestamente durmiendo, y Akira la levantó de mala forma, la jaló del pelo haciéndola levantar de la cama.

—Podías haber sido más cuidadoso. Primero teníamos que preguntar de buena manera— le dije.

—No tengo tiempo para rodeos, princesa— nunca cambia.

—¿Qué es lo que les pasa?— ella estaba temblando del susto, a lo que Akira dejó ir su pelo, haciéndola caer al suelo.

—Iré directo a lo que vine. ¿Dónde te metiste ayer luego la explosión?

—¿Qué tipo de pregunta es esa?

—Mi esposo tiene poca paciencia. Responde— comenté.

—Regresé a la casa. ¿Qué más podría haber hecho?

—Dame tu teléfono— ordenó Akira.

—¿Para qué?

—Si sabes lo que te conviene, hazlo— le dije. Sacó el teléfono y se lo dio Akira.

—¿Hablaste con alguien ayer?

—No — Akira tiró el teléfono contra la pared.

—Quédate con ella aquí, vengo enseguida— dijo Akira, saliendo del cuarto. ¿Ahora qué mierda pasó?

Al rato Akira entró de nuevo al cuarto y le apuntó con el arma.

—No sé si lo hiciste tú, pero por si las dudas — Akira le disparó, sin si quiera dejarla hablar.

—¿Qué estás haciendo, Akira?

—Saliendo de la duda.

—¿Qué fue lo que estabas haciendo?

—Viendo la cámara de seguridad. Está pendeja se metió al baño con el teléfono anoche, ahí no puse cámaras. Es el único lugar donde no había puesto cámaras. No sé si fue o no ella, pero ya se conseguirá alguien que actué mejor. No funcionó lo de la fiesta, así que podemos usar a alguien más. Llamaré para que limpien esto.

—Si no estabas seguro, no debiste haberlo hecho.

—No me importa, de igual manera iba a morir tarde o temprano, solo adelanté su día. Tenemos que ir a la empresa, Kanji nos está esperando para hablar del asunto.

—Esta bien.