—Quedémonos esta noche aquí — me propuso Akira.
—No, quiero ir a la casa.
—No te voy a llevar a la casa. Quiero que arreglemos esto ahora.
—No tengo nada más que decir. No quiero estar un segundo más en este lugar. Espero te haya quedado claro que no quiero que te vuelvas acercar a nosotros. Si vas a continuar con esta maldita actitud, no te quiero cerca de ellos ni de mi— Akira suspiró molesto.
—¿Así quieres las cosas? ¿Realmente quieres dejarme?
—Si, ya me cansé. No quiero continuar así, ya fue suficiente.
—No voy aceptarlo, ya se te pasará.
—¿Eso crees? Has ido muy lejos. ¿Crees que voy andar perdonando todo?
—Estás exagerando, no hice nada malo. Solo quería que mi hijo aprendiera a defenderse.
—¿Te escuchas? Si no puedes ver lo que has hecho mal, será mejor no continuar esta conversación. No quiero escucharte. Llévame a la casa o buscaré un taxi.
—Esta bien. Te daré algo de tiempo, pero no voy a dejarte. Ya te lo dije, no escaparás de mi fácilmente.
—Mientras me sigas viendo con un objeto de tu propiedad, no hay forma de que cambies. El amor se acaba, Akira. No puedes obligar a alguien a permanecer a tu lado solo por miedo a estar solo. Cuando me casé contigo lo hice aún sabiendo como eras, pero esto fue demasiado. No voy a seguir patrocinando tus errores.
—Significa que no me amas lo suficiente — su comentario me dolió.
—Ya veo. ¿Crees que porque te amo tengo que aceptar todo lo que hagas? Si así lo vez, pues entonces no te amo lo suficiente, Akira. Tú tampoco lo haces. Ya sabía que el amor se había acabado de tu parte y esto lo confirma— no podía hablar sentía un nudo en mi garganta y mis lágrimas estaban por salir, pero no voy a llorar más frente a él —. Se acabó todo. Espero que te vaya bien. Te deseo toda la felicidad del mundo y que consigas a alguien que si acepte esto, porque yo no— caminé a la entrada.
—Tu no vas a ninguna parte, lisa. No te atrevas a irte, porque no respondo. Ha sido suficiente con tu insolencia. Estás colmando mi paciencia.
—Esta vez no voy a escucharte, haz lo que tengas que hacer.
—No me provoques. Tú no puedes irte y dejarme como si fuera nadie.
—Eso eres para mí de ahora en adelante. Si quieres matarme hazlo, pero no cambiará el hecho de que esto se acabó, Akira.
—Tu no tienes el derecho de acabar nada.
—Lo tengo y ya lo hice. Adiós, Akira — caminé fuera de la casa y escuché la voz de Akira detrás de mí, pero aún así no me detuve. Si quiere matarme que lo haga, pero está relación tiene que llegar a su fin. No puedo dar marcha atrás. Mis hijos son primero, y aunque duela dejarlo, será lo mejor para todos.
Caminé sola por un largo tramo en lágrimas, tratando de buscar fuerzas dentro de mi para poder superar todo. Necesito reponerme antes de llegar a la casa.
"No me amas suficiente"
Esas palabras quedarán grabadas. Todo lo que he pasado por estar a su lado y eso no fue suficiente. No sé que más quiere de mí.
Tomé la decisión correcta por mis hijos. Ese debe ser mi consuelo.
De tanto llorar mis lágrimas ya no salían. Descargué todo lo que tenía por dentro. Cuando ya me sentía un poco mejor, busqué un taxi para irme a la casa de Mr. Jefferson. Necesitaba salir de todo de una vez. Al llegar a la casa, Akira no se veía por ninguna parte. Aún es temprano deben estar despiertos, no quería que mi madre se diera cuenta que había regresado. Le dije a la empleada que buscara a Mr. Jefferson, que lo estaría esperando en el estudio. Al rato entró Mr. Jefferson y sin avisarle lo abracé, necesitaba un fuerte abrazo realmente.
—¿Qué te sucede, lisa? ¿Por qué no estás con Akira? ¿Qué sucedió?—luego de calmarme, le dije todo lo que pasó. Necesito un apoyo ya que no tengo a nadie más.
—Lo siento, lisa— Mr. Jefferson casi no podía hablar. Se veía decepcionado y molesto—. Siento mucho que mi hijo te esté causando esta tristeza. Es mi hijo y lo amo mucho, pero esto no puedo perdonarlo ni pasarlo por alto.
—Lo siento, Mr. Jefferson. Yo no quería que termináramos, pero no podía más. Amo a su hijo cómo a nunca he amado alguien, es mi esposo y padre de mis hijos, pero no puedo aguantar más. Está fue la última gota que derramó el vaso.
—No te estoy pidiendo que te quedes con él. Está vez la culpa no la tienes tu, la tiene él mismo. Voy a cuidarlos, no dejaré que Akira cometa otro error y les haga daño. Yo tengo que hablar con él, no me puedo quedar con esto por dentro, lisa. Perdóname.
—No importa. Quiero su ayuda Mr. Jefferson. No puedo seguir viviendo en la casa con ese hombre o no podré superar todo esto que está pasando. Tengo unos ahorros guardados y he decidido alquilar un apartamento e irme con mis hijos. No quiero nada que me recuerde a Akira y sé que será imposible olvidarlo fácilmente, pero quiero estar algo distante por ahora. Necesito tiempo para asimilar la situación y tenerlo cerca duele más que cualquier cosa. Espero pueda entenderme, Mr. Jefferson.
—Te entiendo, perdóname por no haberme dado cuenta antes. Cuentas con mi apoyo incondicional y lo sabes. Te daré mi ayuda, eres como una hija para mí. Mañana me encargaré de conseguir un buen lugar para los tres. Sabes que en nuestra casa también eres bienvenida, lisa. Quédate por esta noche aquí, ya mañana pensaremos en algo, y no te preocupes, todo estará bien —Mr Jefferson me abrazó, él es como un ángel caído del cielo. Es el único en quien puedo confiar ahora.
—Me quedaré aquí por hoy, pero mañana a primera tengo que irme a trabajar y los niños tienen escuela.
—Yo los llevaré, no te preocupes. Solo descansa, lisa. Ha sido un día muy fuerte para ti. Yo me encargaré del resto.
Escuché la puerta del estudio y me giré, encontrándome con Akira. ¿Qué hace él aquí?
—Gracias, Mr. Jefferson. Buenas noches — pasé por el lado de Akira y no le dirigí la palabra. Él me siguió con la mirada, pero no dijo nada y fue lo mejor; solo haría que las cosas sean más difíciles. Subí a la habitación y me encerré. Solo necesito relajarme y concentrarme en mis hijos. Ellos son quiénes importan.
Akira
—Eres un descarado, Akira — Jefferson me dio una bofetada inesperada, no esperaba que se atreviera a tocarme.
—Por lo que veo todos se confabularon a querer golpearme hoy. Tienes suerte de que te veo como un padre o ahora mismo no estarías vivo para contarlo.
—¿En que mierda te has convertido, Akira?
—¿Te vas a ir del lado de esa ingrata?
—Cuidado lo que dices de tu esposa. No sé en qué mierdas estabas pensando. Eres una vergüenza para está familia. No voy a culpar a lisa por haber dejado a alguien como tú. Ella que mucho te ha patrocinado, y aún eres tan infeliz de hacerla llorar de esa forma.
—Ella fue la que decidió las cosas por su cuenta. Ella fue la quiso dejarme, yo no quería eso.
—¿Qué más querías? ¿Qué pretendías? ¿Qué te siguiera permitiendo que hicieras lo que se te diera la gana con tus hijos? ¿En qué mierdas estabas pensando, maldita sea?
—A mí no me grites. ¿Qué se cree todo el mundo? Sé muy bien lo que hago y no me arrepiento de nada.
—Si ese niño no te importaba, ¿para que mierda lo adoptaste?
—No es tu problema.
—¿Querías destruirle la vida como te lo hicieron a ti?
—¿Qué dices? A ese niño le he dado todo y lo he criado como si fuera realmente mi hijo.
—¿Así criarías a un hijo tuyo, Akira? ¿Convirtiéndolo en lo mismo que te convirtió tu padre?
—Yo no tuve elección, en cambio a él le di a escoger y eso fue lo que decidió. No sé porque cambió de opinión ahora.
—No puedo creer lo que estoy escuchando de ti. No eres digno de esa familia que tienes, Akira. Me decepcionas. Todo lo que lisa ha pasado por tu culpa, es imposible culparla. Está vez estoy de acuerdo con la decisión que tomó ella. Podía creer cualquier cosa, pero que te hayas metido con tu propio hijo, haciéndolo pasar por las mismas cosas que viviste y que tanto odiaste, es despreciable. Serás mi hijo, pero esta vez no voy a defenderte, porque no tienes la razón. Le has fallado a la única persona que a estado incondicionalmente para ti, a pesar de ser un maldito cabrón. A la persona que ha sufrido muchas desgracias por tu culpa, ¿No te da vergüenza? Lisa ha estado contigo apoyándote en todo y no sabes lo afectada que está con tu terquedad. Está vez estoy de su parte y no dejaré que vayas hacerle daño a ninguno de ellos. Serás mi hijo, pero ahora mismo te desconozco. Tú que habías cambiado o eso creí. Tú qué te llenaste la boca diciendo que amabas a tu familia y que la protegerías de todo, y mírate, resulta ser que el peligro eras tú mismo. Si tu madre estuviera viva se sentiría muy decepcionada de ti. Ella jamás quiso que fueras igual a tu padre, pero la realidad es que te has convertido en él. Tú pasaste por mucho y odiaste tener que vivir una vida miserable, llena de odio, rencores, muertes, tragedias y a eso estás arrastrando a tu familia. Odiaste a tu padre todos estos años por haberse metido con niños y tú has hecho lo mismo. Esto no te lo puedo perdonar.
—¿Me estás dando la espalda también tu?
—Si, Akira, lo estoy haciendo. Acabas de perderlo todo por esto. Espero estés feliz; acabas autodestruirte y junto a eso has destruído a tu familia también. Te amo, pero esta vez quién está mal, eres tú. Espero tomes el tiempo de pensar en lo que has hecho y logres abrir los ojos, porque acabas de perder lo único sagrado y valioso que tenías. Eso es algo que no se encuentra en ninguna otra parte, Akira.
—Ya veo. Haz lo que se te dé la gana, pero no quieras meterte en mis asuntos con mi mujer, eso es algo que voy arreglar yo mismo. A mí nadie me da la espalda y si lo acabas de hacer, considerame tu enemigo de ahora en adelante, padre.
—No voy a permitir que le sigas destruyendo la vida a tu familia. No te vas acercar a ella, ni mucho menos a tus hijos, así me toque matarte. Ya me cansé de tu maldita actitud e ignorancia. Estás haciéndole daño a las personas que más te aman y no te das cuenta. Será mejor que mantengas tu distancia y analices lo que vas hacer con tu vida de ahora en adelante. Este es tu castigo por no valorar lo que tienes. Mi deber es cuidar a mi familia, y es lo que voy hacer, pero ya dejaste de ser parte de ella. Eres un enemigo de mi familia y sabes lo que hacemos con los enemigos, ¿Cierto? Lárgate de aquí, y no te acerques a lisa o no respondo.
—Esa advertencia te la doy a ti, Jefferson. No interfieras con mi esposa y nuestros problemas. Ella es mía y su deber como esposa es estar conmigo en las buenas y en las malas. No dejaré que me deje por una tontería como esa. Le daré el espacio que pidió, pero tan pronto me canse de este teatro, voy a recuperarla. Cueste lo que me cueste y espero no interfieras, o seré yo quien no responda — salí del estudio como alma que lleva el diablo.
Jefferson
¿Qué mierda está pasando con Akira? ¿Desde cuando se convirtió en esto?