—Esta bien, querido— accedí entre dientes. Estoy segura que es una mala decisión, pero no tenía de otra. Le sonreí a Akira y me giré hacia las chicas.
—Gracias por haberme invitado. Me surgió un problema familiar, espero me disculpen.
—No te preocupes. Te esperamos mañana— respondió Laura sonriendo. Fingí una última sonrisa y me fui con Akira.
—¿Me puedes explicar qué mierda está pasando por tu cabeza?
—Guarda silencio hasta que lleguemos.
—¿A dónde me vas a llevar? ¿No puedes entender que no quiero hablar contigo ahora?
—Dices una palabra más y no respondo, lisa. No vamos para la casa, si tanto te preocupa.
—Siempre tienes la misma maldita forma de solucionar las cosas. Me tienes cansada— Akira detuvo el auto repentinamente.
—Te dije que guardes silencio— se giró hacia mí y jaló mi cabeza hacia él, besándome bruscamente y lo empujé. Este no es el Akira que conozco, está mucho más agresivo que nunca. Si busco la forma de hablar con él estando así como está, podemos terminar peor. No sé de lo que sea capaz. Ni siquiera su mirada es la misma. Será mejor que huya de aquí o no sé de que sea capaz este animal salvaje que estoy viendo en este momento.
—No creo que puedas entrar en razón ahora. Ya que no me llevarás a la casa y planeas comportarte como un demonio, será mejor que me vaya de aquí —abrí la puerta del auto y Akira se molestó más.
—Me estás colmando la paciencia, no te atrevas a bajarte o te voy a matar, ¿Me escuchaste?
—Si esa es la forma de solucionar tus problemas, adelante —me bajé del auto y caminé rápido para salir de ahí. ¿Qué está pasando con Akira? Está perdiendo la razón. ¿Qué puede hacerlo enojar tanto? De igual forma se supone que sea yo la que este herida con lo que hizo. Escuché el auto que lo aceleró y bajó el cristal.
—Súbete — se escuchaba furioso, pero no podía detenerme. No quería que cometiera una estupidez y sé que si hablo con él ahora, solo puede volverse más agresivo de lo que está. Yo no estoy en condiciones de hablar con él, sé que terminaré haciéndolo enojar más. Yo estoy consciente todavía, pero él no. Él está cegado por la rabia y cuando está así, es mejor dejarlo solo. Es extraño que no se haya bajado del auto, ya que con lo impulsivo que es, me hubiera tratado de llevar a la fuerza. Quiero creer que lo está haciendo porque no quiere empeorar las cosas. Vi un taxi estacionado y me subí a el. Quiero llegar a la casa y darle tiempo a él para que se calme un poco. Aceleró por el lado del taxi e iba furioso. No trató de hacerme bajar o llevarme con él. Fue lo mejor que pudo haber hecho. Sentí algo de alivio. Le pedí al taxista que me llevara a la casa, pero al llegar pude ver el auto de Akira ahí. Sentía mi corazón agitado, pensé en los niños. No quiero que vean a Akira así, ni menos que nos escuchen discutiendo. No pensé que vendría a la casa también. ¿Planea seguir la discusión aquí? Le pagué al taxista y me bajé. Según entré a la casa, Akira me estaba esperando.
—¿Ahora vas a volver a huir de mí?—estaba irreconocible.
—Baja la voz, los niños deben estar durmiendo.
—Vamos a la habitación— me ordenó.
—Contigo en este estado no. ¿No piensas en nuestros hijos? No servirá de nada discutir en este momento, solo vamos a complicar las cosas. Entra en razón de una vez.
—Te acabo de ordenar que vayas a la habitación, lisa. No me hagas repetirlo dos veces.
—Ya detente, Akira. ¿Qué está pasando contigo? — Akira se acercó a mí y me agarró del brazo tratando de obligarme a caminar, pero Lin intervino.
—Suelta a mamá— Lin se metió entre medio de nosotros. Akira se detuvo y miró a Lin, con una mirada muy fria y escalofriante. Agarré a Lin por el hombro y lo alejé de él—. No me gusta que peleen. ¿No son ustedes los adultos y mi ejemplo a seguir?—me quedé fria con sus palabras. Miré a Akira a ver si había alguna reacción positiva en él, pero no vi nada.
—Tienes razón, discúlpame, Lin — dijo Akira, fingiendo una sonrisa.
—Voy a dormir, mañana tengo trabajo— intenté caminar con Lin, pero evitó que me fuera.
—¿No vas a darle un beso a papá? — comentó Lin. No podía negarme, Akira solo esperó a que me acercara. Me acerqué a besarlo y lo abracé para acercarme a su oído.
—Estás destruyendo todo a tu paso. Espero pienses bien en lo que estás haciendo y entres en razón de una vez. Buenas noches —Akira no dijo una sola palabra, se quedó en silencio y no intentó hacer nada más. No creo en su supuesto cambio repentino, ni menos en esa sonrisa falsa que mostró. No creo que las palabras de Lin hayan hecho la diferencia, aunque quisiera creer que si.
Subí a la habitación con Lin y Akira se quedó abajo.
—Ve a dormir, mi amor. Ya todo está bien.
—No me gusta verlos discutir, mamá.
—No volverá a pasar, siento mucho que hayas tenido que presenciar eso.
—No importa, si necesitas ayuda con papá, yo te ayudaré— siempre tan lindo y protector.
—Te avisaré, mi cielo— acaricié su cabeza y le di un beso en la frente—. Descansa, mi amor.
—Te amo, mamá.
—Y yo a ti, amor—nos despedimos y me fui a la habitación.
Tenía que bañarme para poder descansar. Mañana tengo trabajo y de alguna forma tengo que arreglar lo que sucedió hoy. Me bañé y me vestí para poder acostarme a dormir, pero no podía. Estaba de lado a lado en la cama y bajé a la cocina a tomar algo, Akira no se veía por toda la casa. Debe estar en otra de las habitaciones poque su auto seguía ahí. Subí a mi habitación para ver si luego de haber tomado algo para dormir, me ayudaba un poco. La cama se sentía vacía, hubiera querido dormir con Lin, pero si hago eso va a saber que las cosas con su papá siguen igual. Me sentía entre dormida y despierta, cuando sentí que entraron a la habitación. Al abrir mis ojos me encontré con Akira encima de mí. Puso su mano en mi boca, evitando que dijera nada.
—No digas una sola palabra o vas a despertar a los niños— ¿No me digas que planea seguir con esto?