Han pasado dos semanas y media desde que empecé a trabajar. En el trabajo las cosas han ido fluyendo bien, el único problema es que Lin y Shuji me han puesto en apuros sin darse cuenta. A Akira no he tenido oportunidad de enfrentarlo acerca de Kazuo, ya que es muy poco lo que llega a la casa y en el trabajo, las veces que voy a buscarlo no se encuentra. Tuve la oportunidad de verlo una sola vez y estaba junto a Amaya, casi me ve con Lin. Casi me da un infarto, pero por suerte no lo hizo. He pensado en una forma de alejarlos porque les puede ocasionar problemas y no quiero. Me he ido encariñando mucho de Lin, es un niño tan bueno y tan lindo. Si pudiera hablar del tema con Akira y él entendiera, quizás podría tener más contacto con Lin sin tener que ocultarlo. No pienso que esté haciendo nada malo, pero conociendo a Akira y lo impulsivo que es, puede hacerles daño. Kaori está mucho más grande y más hermosa. Cada día que pasa se parece más a Akira. Hemos salido al parque junto a Gina para divertirnos entre los cuatro. No puedo negar que extraño a Akira, quisiera poder venir con él y nuestra hija también. Siempre las cosas tienen que salir mal entre nosotros.
Mi cumpleaños es mañana, Gina lo sabe y quiso invitarme salir con ella. Le expliqué la verdad de que estoy peleada con mi esposo ahora, y como siempre, busca la forma de hacerme sentir bien. No tengo con quien más desahogarme de igual manera.
Hoy el trabajo ha estado complicado, al ser solo nosotras dos, terminamos fuera de tiempo en realizar las demás habitaciones. Tenemos a cargo unas 20 habitaciones en nuestro piso y al tener que ir las dos a una misma nos retrasa. Recibimos un regaño está mañana, uno de los huéspedes se quejó de nuestra lentitud. Por suerte no fue con la supervisora. El día ha estado algo cargado.
—Creí que no terminaríamos nunca—suspiré de alivio.
—Yo pensé lo mismo—nos dirigimos al cuarto de la supervisora para firmar antes de salir y sentí unas manos alrededor de mi pierna.
—Hermanita—era Lin.
—Hola, chiquito, ¿Cómo se está portando el niño más lindo?
—Bien, hermanita. ¿Ya terminaste?
—Si, por fin.
—Mi hermano quiere que vayamos a comer. ¿Vienes con nosotros?— me agarró la pierna y la abrazó. Otra vez una situación incómoda. Esto parece que seguirá ocurriendo.
—Tengo unas cosas que hacer, pequeñito —otra vez puso esa expresión de tristeza.
—Será un ratito, por favor— ¿Cómo puedes negarte a un niño viéndolo de esa forma?
—Hola, Reiko—escuché la voz de Shuji y me giré.
—Hola, Shuji.
—Lin, vámonos. Ya escuchaste que ella no puede, no la molestes— dijo con una sonrisa.
—Pero es mi hermanita y quiero ir con ella.
—Si, pero entiende que tiene cosas que hacer. No seas imprudente — ahora me siento más incomoda.
—¿Por qué no vas, Reiko?— preguntó Gina en mi oído.
—No quiero que mi esposo se incomode—lo dije en voz alta, en realidad no lo había querido decirlo así. No es que me avergüence, pero no debí haberlo dicho.
—Lo siento, no queríamos causar problemas— dijo Shuji, en un tono algo nervioso. Parece que lo hice sentir mal.
—No pasa nada, no es que me haga mal salir con ustedes. Realmente disfruto mucho estar con los dos, pero... — diciendo esto Akira pasó con Amaya por nuestro lado. Se me paralizó el corazón, puedo jurar que fue como verlo en cámara lenta. ¿Habrá escuchado? Me miró de reojo y siguió caminando. ¿No pudo pasar en un mejor momento? Ahora menos que nunca puedo acercarme a ellos. Estoy segura que Akira los notó. Ya debe conocerlos, ya que me reclamó aquella vez de la cena. Cerré mis ojos suplicando que no haya notado nada, ni mucho menos que me haya escuchado.
—¿Te sientes bien? Te ves pálida—preguntó Shuji, y se acercó. No solo pálida precisamente, más bien siento que morí y volví a revivir en un instante. Mi corazón estaba tan acelerado, que creí que moriría de un ataque.
—Estoy bien, tengo que irme. Lo siento mucho. Por favor, no te vuelvas acercar a mi—no quería decir esas palabras, pero mis nervios acabaron conmigo. Tenía que terminar con esa conexión extraña que estaba teniendo con los dos. Si les pasa algo no me lo perdonaría. Shuji bajó la cabeza y le di un beso en la frente a Lin—. Pórtate bien, hermoso— acaricié su cabeza y miré a Shuji, quien aún estaba cabizbajo —. Perdóname, es lo mejor— le dije, antes de soltar las manos de Lin de mis piernas y entrar a la oficina de la supervisora. Lo hice sentir mal y lo entiendo, me siento la peor persona del mundo en este momento. Sentía una presión en el pecho y unas ganas de llorar. No quería que terminaran las cosas así. Me sentía muy cómoda con ellos. Todas estas semanas la hemos pasado bien juntos y sirvió para conectarme más a Lin. No puedo ponerlos en riesgo por mi marido.
—¿Qué fue lo que te pasó?— preguntó Gina, acercándose a mi. No pensé que algo me dolería tanto. Casi no los conozco, pero es como si hubiera perdido algo valioso o eso sentía.
—No quiero hablar del tema, por favor—le pedí a Gina.
Salí del trabajo para la casa. Aún me sentía mal con todo esto, no puedo dejar de pensar en la expresión de los dos. Se veían tan tristes y odio ser la causante de eso. ¿Qué es lo que sucede conmigo? En primer lugar no debí permitir que llegáramos tan lejos. ¿Por qué mierda me siento vacía?
Akira
Llamada telefónica
—Quiero que averigües sobre dos huéspedes del Hotel. Búscame el nombre y toda la información de ellos. Te enviaré una foto.
—Si, señor.
Lisa
A la mañana siguiente, me levanté temprano como de costumbre para ir al trabajo, me bañé y me arreglé. Al bajar a tomar un café, me encontré con Akira en la cocina. Tenía un ramo de flores en la mano.
—Feliz cumpleaños— me las dio y se acercó a darme un beso en la frente.
—Gracias—veo que las cosas no han cambiado. Supongo que tiene una mayor prioridad ahora. Quise preguntar por Kazuo, pero Akira salió de la cocina antes de que pudiera hacerlo. Es tan incómoda e insoportable está situación, pero si no tiene planes de terminar el plan de una vez, no voy a dar el brazo a torcer, quién falló fue él.
Salí al trabajo y me reuní con Gina.
—¡Feliz cumpleaños!—gritó a toda boca. Me dio una vergüenza de que alguien la escuchara. Es la única que sabe mi verdadera fecha de cumpleaños.
—Gracias, Gina—la abracé como agradecimiento.
—Esta noche nos divertiremos. Te tengo varias sorpresas— prefiero pasarla con ella, que quedarme en las cuatro paredes celebrando sola y lo más probable llorando como una tonta. No quiero que el día se me dañe más.
Hicimos el trabajo y estuvimos ocupadas todo el día. No pudimos casi hablar, además en horas de trabajo no hay que hacerlo. Al salir del trabajo pasé por la casa para ver a Kaori y estar un rato con ella, para luego vestirme y arreglarme para salir con Gina. Al entrar a mi cuarto, me encontré con una pequeña caja sobre la cama. Al abrirla me encontré con un hermoso collar en oro, tenía una placa con una foto de nosotros tres. Me dio algo de sentimiento el regalo, pero no sé dignó a dármelo personalmente. Hubiera preferido verlo aunque fuera un instante otra vez. No quería pensar en eso porque me haría afligirme. Me despedí de Kaori antes de salir.
¿Gina realmente planea que visitemos un Pub? Nunca había venido a uno, además no tenía la edad para hacerlo cuando me invitaron una vez. Al entrar, me pidieron la identificación y me dejaron pasar. Caminé a la barra y me encontré con Gina y alguien inesperado.
—¿Qué hace él aquí?— pregunté nerviosa, al darme cuenta que Shuji estaba ahí. ¿Qué fue lo que hiciste, Gina?