Chapter 168 - 168

—¿Quieres empezar primero, cariño?— le pregunté.

—Para eso tenemos que irnos de aquí— salimos de la habitación de Kaori y nos fuimos a nuestro cuarto.

—¿Serás directo, querido?

—¿Desde cuando hablas con tanta confianza con Kazuo?

—Desde que empecé a trabajar en el Hotel.

—Parecían grandes amigos.

—Digamos que tenemos varias cosas en común.

—¿Cómo qué?— se acercó.

—Gustos.

—¿Qué tipo de gustos?

—Verás que el día que nos conocimos fue el día de la fiesta, y estaba desesperado buscando a la trepadora de su mujer, y yo buscando al perro pervertido de mi marido, que estaba en los brazos de otra. Desde ese momento nos acercamos más de lo que él pueda creer, pues su mujer tenía los mismos gustos que yo. Él tuvo ese cruel destino por confiado y por estúpido. Si hubiera controlado a su mujer un poco más, quizás no le hubiera pasado lo que le pasó, ¿Cierto? Tal parece que contigo tendré que hacer lo mismo, primito. ¿Crees que no me di cuenta que estabas tratando de ponerme celosa con esa mujer?— Akira rio.

—¿Así de directa te has vuelto? Me gustas.

—Creo que te salió mal el jueguito, primo.

—Tal parece que ese Kazuo te gusta.

—No está nada mal.

—Entonces, ¿Te gusta más que yo?

—No, sería imposible.

—No te quiero cerca de él, lisa.

—Yo no hice nada malo, él fue quien se acercó a mi.

—No te quiero en el Hotel nunca más.

—¿Tanto te molesta que me haya sacado a bailar?

—No juegues conmigo, corderito.

—Creo que deberías actuar un poco mejor, casi echas todo a perder con tus celos. No se supone que un primo cele tanto a su prima.

—No eres mi prima, tonta.

—El que empezó este estúpido juego fuiste tú, amor.

—Por tu necedad de haber aparecido.

—Oh, ¿Entonces quieres que me vaya?— se quedó callado por unos instantes.

—No, solo quiero que no vuelvas a aparecer en el hotel o no sé como pueda reaccionar.

—¿Es una amenaza, cariño?— sonreí.

—Tiene mucha suerte de que está mi hermana en el Hotel o ese pendejo no estaría respirando ahora mismo— rozó su dedo pulgar en mis labios.

—Eres muy celoso, Akira. No puedes ir matando a todo el mundo, solo porque se me acercan.

—¿Y quién dice que no puedo?

—No es para tanto, no seas tan tonto. ¿Te dejas provocar por la más mínima cosa? ¿Dónde está el auto control y tu inteligencia, querido?

—Se fue a la mierda cuando te conocí.

—No sé si tomarlo como un halago o como un insulto — sonreí maliciosamente.

—Tómalo como quieras.

—Te ayudaré con esa mujer. Procura no echar todo a perder por tus impulsos o no tendrás una mejor oportunidad.

—No te quiero en el Hotel y hablé en serio.

—Eso lo decido yo, estoy bastante grandecita, ¿No crees?

—No me provoques, corderito.

—¿O qué? ¿Me darás las mismas nalgadas de hoy?— me agarró los dos brazos, pegándome a la pared. Su rostro daba miedo.

—Si te acercas a ese hombre otra vez no respondo.

—No sabía que estabas tan celoso. ¿No sé supone que sea yo la que esté celosa al verte tan acaramelado con otra mujer? ¿Vas a formar tanto berrinche porque haya bailado con otro, cuando tú hiciste lo mismo?

—Lo mío es negocio, lo tuyo no.

—No tengo ningún interés en otro hombre que no seas tú, Akira. ¿No puedes confiar en mí?

—Confio en ti, pero no en él. Conozco hasta donde llegamos los hombres cuando nos gusta una chica.

—El ladrón juzga por su condición, ¿Eh?

—Sí, ¿Con todo lo que ha pasado no te da algo de asco estar cerca de otro hombre? ¿No fue suficiente para darte cuenta hasta dónde pueden llegar ciertos hombres?

—Es tan interesante que hayas traído el tema, querido. ¿Por qué no me sueltas?— Akira me soltó—. ¿Tienes algo que decirme sobre Keita?

—¿A qué viene ese nombre indeseable en este momento?

—¿No tienes nada que me estés ocultando, amor?

—No sé de qué hablas— se veía confundido.

—Lo siento, debo ser más directa contigo, ya verás que lo olvido en muchas ocasiones— dije en un tono sarcástico.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué no me dijiste que Keita abusó de mi?— se quedó en silencio—. Creí que entre nosotros no iban haber secretos.

—No es algo de lo que quiera hablar, lisa.

—No me voy a molestar, sé que si lo ocultaste fue para no lastimarme, pero me hubiera gustado saber. Ahora puedo entender porque le diste aquel trato tan especial.

—Se merecía eso y más.

—¿En qué momento pudo haberlo hecho? Recuerdo que no había entendido el comentario que dijo cuando me secuestró, eso de que habíamos estado juntos, yo no recuerdo haber tenido nada con ese hombre.

—Habían unas grabaciones en su teléfono, dónde mostraba todo eso, aunque te veías dormida...— desvió la mirada.

—Ya eso pasó. Si no me siento mal ahora, no tienes porqué sentirte mal tu. Solo quería saber los detalles, pero dejando eso a un lado. ¿Por qué no nos divertimos un poco, Akira? Te vez muy estresado— me acerqué a él y puse mis manos en sus hombros.

—No creo que sea el momento.

—¿Me estás rechazando querido?— sonreí maliciosamente.

—Hablar de ese tema luego de lo que mencionaste no me gusta.

—Ya que no vas a atenderme adecuadamente por esa estupidez, entonces es el momento de hacer lo mismo que haces tú en estas ocasiones— Akira me miró.

—¿Y qué hago yo, según tu?

—Salir de la habitación como un cobarde. Supongo que debo atenderme yo sola— lo besé en la mejilla y sonreí maliciosamente, antes de dar la espalda para salir del cuarto, cuando sentí que sujetó mi brazo.

—No tan pronto, corderito.

—Eso fue rápido.

—Extrañamente me sentí mejor.