—¡Suéltame, Akira!— forcejeó para tratar de sacar mi mano de su pelo.
—Quiero saber con qué intención la drogaste de esa forma, ¿Qué buscabas?
—¡Me duele, Akira!
—Responde mi pregunta. ¿Querías que se la cogieran o que pretendías?
—¡Alguien, ayúdeme!—solté su pelo y caminé a la puerta.
—¿Por qué no intentas caminar a la puerta? Permíteme abrirla por ti —abrí la puerta y la miré.
—¡No puedo mover mis piernas, maldito animal!
—Lástima, yo que pensé que querías irte— tiré la puerta y la cerré con seguro.
—Sácame de aquí, Akira.
—Dijiste que querías estar conmigo. ¿No quieres que te dé algo de atención?
—Si querías asustarme, ya lo hiciste, ahora déjame ir.
—¿Crees que se trata de eso?— la jalé por el pelo y la levanté.
—¡Duele!—gritó.
—Supongo que debo llevarte arrastrada, ya que no puedes caminar, ¿Cierto?— la dejé caer, y le agarré firmemente el pelo.
—¡Eres un animal!
—Aún no sabes nada, perrita. Eres fuerte, una persona con los efectos de esa droga que te di, estaría muda hace rato.
—¿Qué vas a hacer?— preguntó, agitada.
—Voy a darte lo que quieres. Tu cuerpo pedirá factura cuando vaya calentando. ¿No te sientes con ganas?
—¡Eres un cabrón, animal!—gritó molesta.
—Estás roja, tal parece que tu cuerpo ya está en calor y no puedes admitirlo, ¿Qué estás sintiendo?— hizo silencio—. ¿No vas a hablar? —le di una patada en la barriga—. Quitemos esto— arranqué su camisa y le quité el pantalón—. Eso te ayudará a sentirte mejor. Debes sentirte muy caliente, si pudieras verte como se ve tu ropa interior. Debe ser desesperante, ¿No es así?— le agarré la mano—. Tienes una mano liviana, ¿Por qué no la utilizamos aquí? — rocé su mano en la ropa interior y cerró los ojos—. No cierres los ojos, ¿No querías hacer esto hace unos momentos? Voy a ayudarte a que puedas bajar ese calor que siente tu cuerpo. Debes estar feliz, ¿No es así?—reí—. Mi esposa estaba sintiendo esos mismos síntomas, debe ser desesperante sentir esas ganas y que nada pueda quitártelas. Tienes que tener tu cuerpo en fuego. Lo mejor de esta droga es que te quita la movilidad de tu cuerpo, pero estás consciente en todo momento y mejor aún, puedes sentir placer de esto—caminé a un lado de la habitación—. Me encantaría poder ser yo quien te quite ese calor interno, pero verás que, no produces ningún tipo de reacción en mi, ni si quiera me lo paras, perrita; es por eso que seré bueno contigo y buscaré otra forma de complacerte—cogí la botella del vino que le serví y la señalé—. Espero me perdones, pero no estaba preparado para esto, así que verás, no tengo nada más en esta habitación grande que pueda satisfacerte; es por eso que usaré esto. Si hubiera sabido que tendría que hacer esto, hubiera venido preparado con algo que te llene completamente. Digamos que esto va por la casa, Lory— me arrodillé a su lado y acerqué la botella a su entrepierna—. Estás mojando todo el piso, deberás limpiarlo luego. Ahora, ¿por qué no seguimos en lo que estábamos?—froté la botella en su ropa interior—. Este vino es muy exquisito, por cierto, es mi favorito—le quité la ropa interior y abrí sus piernas—. Tus ojos muestran miedo, ¿Por qué? No he hecho nada malo todavía. He sido muy paciente contigo. Fuiste una buena herramienta en ese entonces, me serviste muy bien; lastima que tus padres tuvieron que interponerse en mis planes. Nunca me importaste, solo te utilicé para progresar en el negocio. ¿Crees que podía sentir algo por alguien como tú? —pasé la botella por su vagina y la bajé hasta llegar a su ano—. No sé porqué tuviste que aparecer en un momento como este— la penetré con la botella y se quejó, aunque no podía hablar—. Si no hubieras aparecido, estarías aún respirando y nada de esto estuviera pasando. Tu ojos muestran dolor y desespero, ¿Acaso es tu primera vez aquí?— la penetré más fuerte— Eres una pequeña tonta. Si hubieras mantenido tu distancia y no te hubieras metido con mi esposa, estuvieras teniendo una vida feliz junto a tu esposo. Estoy cansado de que se metan en mi vida y con lo que más amo. Siempre que estoy tan feliz tiene que venir un maldito cabrón o una perra a interferir, y eso me molesta— la penetré profundamente—. Tus celos y tu estupidez te llevaron a esto, Lory. Jamás podría sentir por ti, lo que estoy sintiendo por mi mujer. No pensé que alguien como yo podía conocer el amor, pero ya vez que sucedió. Supongo que hasta un ser despreciable puede sentir algo así. Mientras estamos hablando ella debe estar esperándome, será mejor que me de prisa— removí la botella y la tiré—. Tendré algo de lástima por ti, por todos esos años y recuerdos que tuvimos juntos. Te daré una última oportunidad de ser libre y feliz, Lory—la levanté en mis brazos y caminé a la terraza—. Las estrellas se pueden apreciar tan bien hoy. Es una noche especial, ¿No lo crees? Antes no podía apreciar esto, pero ahora puedo hacerlo gracias a ella—miré al cielo y sentí una profunda nostalgia—. Te enamoraste de quien no debías. Siento romper tu corazón así, pero está charla termino hasta aquí— la tiré de la terraza y la observé caer.