—Mr. Jefferson, quiero hablar con usted.
—¿Pasó algo?
—Quiero que me ayude a sacar a Akira de esta clínica.
—¿Qué? ¿Por qué pides eso? ¿Pasó algo?
—Escúchame bien, Mr. Jefferson. No puede confiar en mí madre, ella no quiere que Akira esté cerca de mi. Por culpa de ella el se puso como estaba. Ella le recordó al parecer cosas que no debía. No quiero que alguien así esté cerca de Akira en un momento como este, así sea mi madre no voy a permitir que lo lastime. Espero pueda ayudarme. Quiero sacar a Akira lo más pronto posible y llevarlo a un lugar donde nadie sepa dónde está. Mi madre está irreconocible y representa un peligro en este momento.
—No entiendo nada, lisa. Es tu madre, no la creo capaz de hacer nada en contra de Akira y menos de ti.
—Hazme caso, Mr. Jefferson. Si le digo que representa peligro es porque lo hace. Ayúdame a proteger a Akira.
—Está bien, lisa. Haré lo que está a mi alcance. Hablaré con el doctor.
—Gracias.
—Señorita lisa, tuve que acudir a cedarlo. Akira estaba muy alterado. Sus recuerdos son vagos y eso es más peligroso para su salud mental.
—Doctor, quiero pedirle una cosa. Voy a sacar a Akira de esta clínica y lo llevaré a una de mis casas de seguridad, quiero que venga con nosotros para que cuide de él— le dijo Mr. Jefferson
—¿Sacarlo de aquí? ¿Cómo se les ocurre?—dijo el doctor molesto
—Doctor, la vida de Akira se encuentra en peligro y no precisamente por el accidente. Necesitamos sacarlo de aquí, estoy segura que estando en un ambiente diferente y junto a su familia, él podrá recuperarse más rápido. No puedo dejar que se quede aquí, necesito protegerlo.— respondí
—No es recomendable, señorita. Aquí puede tener todo tipo de ayuda accesible.
—¿De que vale la ayuda? Su vida es más importante ahora y la ayuda la podrá recibir en la casa.
—Siempre hacen este tipo de cosas. Nunca quieren escuchar mis recomendaciones. No me queda de otra que aceptar, pero es la última vez que acepto algo como esto.
—No sabe lo agradecida que estoy con usted, doctor.
—Gracias, doctor—dijo Mr. Jefferson
—Lo mejor será hacer el traslado ahora mismo, ya que Akira está dormido. Llenaré los documentos, tú quédate con Akira y mi nieta.
—Si, Mr. Jefferson. Gracias por todo.
Entré a la habitación de Akira. Se veia muy pálido.
—Has debido pasar un mal momento con mi madre, lo siento tanto por no haber estado aquí para protegerte. De ahora en adelante no me voy a separar de ti.
Kaori salió llorando y me acerqué a su camita
—No te preocupes, princesita. Estaremos bien. Papá se va a recuperar y vamos a poder ser felices los tres. Debes de tener hambre, no sé cómo hacer esto, pero supongo que solo debo acercarte a mí.— tomé a Kaori en mis brazos y me senté en la silla
Moví a un lado mi camisa y la acerqué. Ella encontró rápido su fuente de alimento, se sintió un poco raro al principio. Mi seno cada vez se sentía mas aliviado, mientras iba alimentándose. Es tan hermosa y tan chiquita.
—Debes tener mucha hambre, toma todo lo que quieras, princesa.—Kaori tenía sus ojos cerrados mientras lo hacía. Parece un angelito, se ve tan serena.
Al rato entró Mr. Jefferson y el doctor
—Lo siento, no sabía que estarías haciendo esto—Mr. Jefferson miró a otro lado
Tapé con una pequeña sábana a Kaori para que no se viera mucho
—Lo está haciendo muy bien, para ser la primera vez que lo hace. Todo se trata de intuición.—el doctor se veía más calmado
Sé que siempre lo ponemos en una situación difícil, nunca seguimos sus recomendaciones.
—Gracias, Doctor, ¿Ya todo está listo?
—Si, ya la ambulancia lo está esperando. En unos instantes llegarán las personas que lo llevarán.
Otra vez huyendo. Cuándo será que por fin acabemos con todos los enemigos de Akira y podamos estar felices y en paz. Cada vez las cosas salen peor, ahora mi madre también. Aún no puedo entender su cambio tan repentino. Yo que creí que ella estaría preocupada por lo que le pasó a Akira y que nos apoyaría, pero no, ahora está en nuestra contra. Me molesta saber que le pudo hacer daño a Akira, me he confiado demasiado en las personas. Ya veo que no puedo confiar en nadie. Acabaré con quién sea que trate de lastimar a mi familia, no dejaré que me quiten lo que me queda.
Al llegar a la casa de seguridad de Mr. Jefferson, llevaron a Akira al cuarto. Ayudé en lo que pude, aunque no era mucho lo que podía hacer. Mr. Jefferson quedó en mandar a traer todas las cosas que compramos de la niña. Solo queda esperar que Akira despierte, espero que no siga de esa manera. No me gusta verlo así, me duele.
—Creo haber traído todo. Les traje ropa para los tres. En breve las traerán.
—Gracias, Mr. Jefferson, no sabe lo agradecida que estoy con usted. Le pido que no le diga nada a mi madre sobre dónde estamos. Sé que son pareja ahora, y debe ser difícil para usted ocultarlo algo, pero sé lo ruego, no diga nada.
—No se preocupe, lisa. No diré una sola palabra. Yo no pondré en riesgo la vida de mi hijo y menos la tuya. Si esto les sirve para sentirse tranquilos, me hace feliz a mi. —Mr. Jefferson salió de la habitación para encargarse de las cosas
Será mejor que me dé un baño y bañe a mi princesa. Akira no creo que despierte todavía. Busqué lo que necesitaba y me di un baño. Jamás había bañado a un bebé antes, pero no creo que sea difícil, solo tengo que tener mucho cuidado. Es demasiado pequeña y frágil. Al terminar fui al cuarto para vestir a Kaori y al terminar la puse en su moisés, para irme a vestir. Me hacía falta ese baño, el olor a hospital es desesperante. Al ponerme la ropa miré en dirección a Akira, había despertado y estaba mirándome fijamente.
—Despertaste, ¿Cómo te sientes?— le pregunté
Desvió la mirada y no me dirigió palabra alguna
—Supongo que no quieres hablarme. Lo siento.— bajé mi cabeza
—¿Por qué te quitaste la ropa ahí? ¿Querías que te viera?
—Claro que no, tú estabas dormido. — me ruboricé
—Todo parece que eso querías. Debe ser frustrante tener un esposo que no puede cumplirte, ¿No es así?—tal parece que el Akira orgulloso de antes ha vuelto
—¿Qué estupidez dices? Será mejor que me vaya, supongo que quieres estar solo.— caminé para la puerta, pero Akira habló
—No te vayas, solo acuéstate aquí.
Me sentía molesta ante su trato, aún así caminé a la cama e hice lo que dijo. Akira no me quiso mirar a la cara.
No sé de qué hablarle y no quiero recordarle lo del hospital, así que será mejor quedarme callada.
—Te vez bien. — comentó
Pude sentir mis mejillas calientes por su comentario
—¿Qué dices?— pregunté nerviosa
Akira giró su cara a mi dirección y me miró fijamente
—Te ves bien desnuda, ahora entiendo porque mi cuerpo se pone así al verte.
—No digas esas cosas tan de repente. Iré a preparar algo de comer, ya regreso— sentí su mano cuando aguantó mi camisa
—Mi beso...— miró a otra parte
Se ve tan tierno cuando se pone así. Me acerqué a su cara y lo besé. Su mano sujetó mi cuello, obligándome a no soltarlo. Sus besos así me hacían sentir algo caliente, sé que no debo ponerme así en un momento como este, pero ¿Cómo puedo evitarlo? Me solté de su mano y me levanté de la cama, si seguía un segundo más perdería la fuerza de voluntad.
—Será mejor que cocine algo—Akira me siguió con la mirada y cerré la puerta de la habitación
Fue lo mejor, mi cuerpo estaba algo sensible.