Chapter 83 - 83

Por todo el camino Akira ha estado serio, sin dirigirme ni una sola palabra. No veo el momento de llegar a la casa y poder huir de su lado. No sé qué pueda estar tramando y me preocupa lo que intente hacer ahora. El tiempo parecía eterno, mientras que miraba a través de la ventana esperando ver la casa. Al llegar, abrí la puerta del auto y caminé rápidamente a la habitación y me encerré, esperando que Akira no entrara a la habitación, por lo menos no mientras se le pasa su mal humor. Es muy impulsivo y no sé lo que pretenda hacer cuando me vea. Escuché que forzaron la puerta y ese sonido me dio escalofrío.

—Akira, será mejor que hablemos el tema mañana, no creo que estés en condiciones de discutir sobre eso hoy. Ve a dormir, me quedaré en esta habitación—le dije a través de la puerta, pero la puerta la abrió.

—¿Crees que es divertido jugar a las  escondidas, corderito?— mostró las llaves, por lo que me alejé de su lado.

—¿Qué crees que haces?— pregunté nerviosa.

—Vine a saldar cuentas con mi insolente esposa.

—¿No puedes respetar mi privacidad?— estaba realmente molesta, pero a la misma vez preocupada.

—Esta es nuestra casa, tengo llave de todos los cuartos para evitar que mi hermosa reina intente huir de mi. ¿Dirás qué no querías que te buscara?—me miró fijamente esperando mi respuesta.

—No, no quería. Duerme en este cuarto. Hablaremos mañana del tema— intenté pasar por su lado para salir del cuarto, pero él me haló por el brazo.

—Estas muy insolente, princesa. Creo que te hace falta un poco de educación —me tiró a la cama sujetándome ambas manos por arriba de mi cabeza.

—¡Suéltame, Akira! ¡No te atrevas a hacer una estupidez! —no quería forcejear mucho para no lastimarlo.

—No pensarás que luego de que me hablaste en ese tono delante de Jefferson y tú madre, voy a detenerme, ¿O si? No seas ilusa.

—Si no te detienes voy a golpearte.

—¿Mi corderito acudiendo a la violencia?— rio.

—Quítate de encima de mí y déjame dormir— dije molesta.

—Las reglas las pongo yo. ¿Por qué no me dices todas las palabras que me dijiste hoy?

—No tengo que decirte nada, idiota.

—No veo el momento de hacerte tragar esas palabras y de quitarte ese estúpido papel de niña insolente que tienes —me besó a la fuerza, robando cualquier palabra que pudiera añadir y yo solo lo mordí.

—¡Suéltame te dije! ¡Las cosas así no me gustan y lo sabes! —asumí una actitud retante.

—Veo que estás en modo de ser una perrita. Permíteme unirme — lamió sus labios y me besó con más fuerza, antes de morder mi labio inferior—. Ahora estamos a mano. ¿Dejarás de jugar a la difícil, o aún quieres más?—su sarcasmo me era irritante.

—¿Crees que siempre puedes salirte con la tuya, idiota? — gruñí molesta.

—Contigo puedo hacer lo que me plazca, que no se te olvide que me perteneces, corderito. Si dejaras de ser tan tonta y fueras más honesta contigo misma, más dijeras que lo deseas en este momento, quizá podría soltarte, pero mientras te hagas la difícil, solo me obligas a hacerte cosas como estas.

—No tengo que ser honesta de nada. Estoy cansada de que todo lo quieras decidir por mí. Haces este tipo de cosas, aún sabiendo que no debes hacerlo. Ni siquiera piensas en ti y en tu salud.

—Me tiene cansado que creas saber lo que siento o creo, cuando en realidad no sabes nada. En vez de pensar en mí, deberías ser más honesta contigo misma. Tu boca dice no quererlo, pero estoy completamente seguro que si toco sobre tu ropa interior ahora, vas a estar muy húmeda.

—¡Cállate, pervertido! No haré nada contigo hasta que te recuperes, mientras tanto, tendrás que aguantarte.

—Oh, ¿si? ¿Crees que vas a poder salir de esta sin ser cogida?— rio.

Soltó una de sus manos y agarró mi cuello obligándome a mirarlo.

—Eres muy entretenida, pero por más que quieras evitarlo, serás mía — bajó su cierre.

—No te atrevas o no te lo voy a perdonar — gruñí molesta.

—Si luego que me corra quieres que me detenga lo haré, mientras tanto me dejarás usarte hasta que termine, si es que no pides más antes.

—¡Eres un idiota, Akira! ¡Eres lo peor!—solo sonrió, mientras movió a un lado mi ropa interior y me penetró.

Ha pasado tiempo desde la última vez que pude sentir a Akira, pero no lo quería de esta manera. No me gusta cuando es así de impulsivo, su forma ruda de hacer las cosas me irritan y me lastiman.

—Me estás lastimando—me dolía de la manera que lo hacía, ya que no estaba del todo lubricada.

—Aunque dije que no me detendría, creo que es muy aburrido hacerlo de esta manera y que muestres ese desinterés — se levantó de la cama y salió de la habitación sin decir ninguna otra palabra.

Creo que una vez más, como la mayoría de las veces, lo hice enojar. Nuestra relación ha ido cambiando drásticamente. Todo lo hago por su bien, pero él no lo ve de esa manera. Supongo que ni para ser esposa sirvo. Pensando en todas esas cosas me quedé dormida.

A la mañana siguiente me tocaba ir al trabajo con él o eso pensé. Al salir de la casa, me di cuenta que había un chófer esperándome. Supongo que Akira no quiere dar la cara después de todo y fue lo mejor. Anoche estaba convertido en otra persona y fue capaz de abusar de mi otra vez. Cuando creo que ha cambiado un poco, vuelve a ser el mismo ser despreciable de siempre. Es inusual que permita que alguien me lleve, supuse que debía estar muy molesto. Al llegar a la empresa me dirigí a mi área. No lo he visto llegar, quiero asumir que no ha llegado todavía. No quise dar la ronda por la empresa, porque lo más seguro se moleste si lo hago. Estaría demás arrepentirme de lo que hice y dije, pero creo que sí me siento un poco culpable. No toda la culpa la tengo yo, su actitud también está fuera de lugar. Al estar pensando en todo esto, una mujer alta, pelo teñido de rojo y bien vestida se detuvo frente a mi escritorio.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarla?—le dije amablemente.

—Vine por la plaza de asistente. ¿Qué necesito hacer para que me entrevisten? —su forma de hablar y su apariencia, me hizo pensar en la venenosa de Ima.

—Debe dejar su currículum conmigo y la estarán llamando para citarla, claro, si cumple con los requisitos —le dije amablemente.

—Cumplo con ellos y más. Esperaré su llamada. Permiso—con ese única aire de zorra salió de la oficina.

No sabía que Akira estaba buscando otra asistente. Supongo que quiere deshacerse de mí. De igual forma, este trabajo no me gusta. Me hace sentir incomoda tener que verle la cara todo el día y, más, luego de esta situación. Pensando en esto, vi a Akira y se detuvo frente a mi escritorio. Tragué saliva de los nervios al encontrarme con él.

—Sr. Akira, trajeron un currículum nuevo para el puesto de asistente. ¿Desea que la llame?— le mostré el documento y él los arrebató de mis manos.

—Sí, citala para mañana —su frialdad me hizo sentir mal, pero ¿Cómo decírselo?

—Entendido —fingí una sonrisa y entró a su oficina sin decir nada más.

Tal parece que los días de ahora en adelante serán cada vez peor. Es tan orgulloso que ni siquiera se disculpa por lo que hizo ayer. Me quiso utilizar como si fuera una cualquiera. Su manera de hacer las cosas no me gustan. Antes de salir de la oficina, llamé a la mujer del currículum y la cité. Me dirigí a la casa, pero esa noche Akira no llegó a quedarse. Supongo que debe estar buscando afuera lo que no encuentra aquí. Típico de todo hombre. Me molesté al pensar de esa manera sobre él. Me duele tener que ser así, pero es lo mejor por ahora. Aunque me hace sentir un poco sola. Mi vida se ha puesto muy deprimente. Odio estar tan cerca y tan lejos a la vez. Cuando siento que todo va bien en la relación, damos dos paso hacia atrás y caemos en lo mismo. ¿Será que algún día vamos a poder ser una pareja normal?