Chapter 68 - 68

Al ver a Mr. Jefferson sentí un gran alivio.

—Por favor, dígame que sabe algo de Akira.

—Vamos a otro lugar, por favor—me sujeté de Mr. Jefferson y caminamos a una de las oficinas.

—Srta. Lisa, ¿Cómo llegaste aquí?

—Es el único lugar que creí poder encontrarlo.

—¿Estás con alguien más?

—Sí, con un empleado de Akira y una amiga.

—Es muy importante que me respondas varias preguntas antes de hablar sobre Akira.

—¿Por qué? Pero ¿Sabe algo sobre Akira?— pregunté asustada.

—No dudo de ti ni mucho menos, pero necesito saber todo lo que sepas sobre Akira, para poder saber quién lo traicionó.

—Me está preocupando.

—¿No te obligaron a venir aquí? ¿No tienes ningún dispositivo encima o algo? Lo hago por tu seguridad y la de Akira.

—Claro que no, ¿Qué pregunta es esa?

—Confío en usted, señorita. Akira está vivo, aunque muy delicado.

—Por Dios, sabía que iba a estar vivo—puse mi mano en el pecho al sentir un gran alivio—. Necesito verlo, por favor.

—Yo la llevaré, pero necesito que me respondas varias preguntas antes de hacerlo, lo hago por la seguridad de Akira.

—Esta bien, lo haré. Diré todo lo que sé.

—Lo primero, ¿Quién te sacó de la fiesta?

—Un empleado de Akira me sacó del lugar para llevarme a un sitio seguro.

—Entiendo, ¿Dónde está ese empleado?

—Afuera.

—¿Está contigo?

—Sí.

—Dijiste una amiga también, ¿No es así?

—Sí, ambos están conmigo.

—Tenemos que sacarte de este edificio sin que ellos lo sepan. No sé cuánto confías en ellos, pero mi instinto me dice que alguien cercano a Akira lo traicionó. No podemos confiar en nadie, ¿me entiende, señorita?

—¿Qué? Pero, ¿Quién pudo haber sido?

—No sé, señorita, es por eso que no podemos confiar en nadie.

—Está bien, sólo lléveme con Akira, por favor.

Salimos del edificio por otra salida y sin decir nada. Mi corazón estaba agitado, muero por ver a Akira, pero no sé si esté preparada mentalmente.

Al llegar a la clínica a la primera persona que pude ver, era a mi madre.

—¡Mamá!—ambas nos abrazamos por un largo tiempo.

Jamás pensé que la iba a encontrar aquí, ni mucho menos que iba a estar bien. No podía contener la emoción y las lágrimas.

—¿Estás bien, mi niña? Por Dios, ¿dónde estabas? ¿Te hicieron algo?— preguntó en llanto.

—Tranquila, estoy bien. Estaba en un lugar seguro. No sabes la alegría que siento de verte, mamá. Me hacías mucha falta, pensé que algo malo te había ocurrido.

—No, mi amor. Mr. Jefferson nos ayudó. Gracias a él estamos bien.

—Quisiera hablar más, pero quiero ver a Akira. ¿Dónde está, mamá?

—Te llevaré— mamá me llevó a la habitación donde lo tenían.

Mi corazón estaba aún más destruido al verlo de esa manera. Me acerqué a la camilla y le sujeté la mano.

—Akira, por Dios mira cómo te dejaron. ¿Por qué? ¿Por qué tuvieron que hacerte esto? Estábamos tan felices, no sabes cómo me parte el corazón verte de esta forma —casi no podía hablar por el llanto.

Verlo de esta forma hacía que mi corazón duela. ¿Cómo alguien es capaz de hacer semejante cosa? Y lo peor, el día de nuestra boda.

—Guardaba la esperanza de poder verte de nuevo. No quería creer que estuvieras muerto. Tu lo prometiste, me dijiste que estarías con nosotros siempre. Quédate conmigo, Akira. Te necesito. No puedo ver una vida sin ti. No sabes lo que he sufrido estos días sin saber qué te sucedió. No quiero que sigas dormido, despierta —mi cuerpo estaba temblando, quería evitar estar así, pero verlo conectado a todos esos cables y ver su cara tan pálida me dolía, me lastimaba más de lo que pudiera describrir—. Te amo; te amo como jamás he amado a nadie. No quiero verte así, recupérate. Prometí estar a tu lado en la salud y en la enfermedad y lo voy a cumplir, te lo juro. Tienes que ser fuerte y mejorarte para que puedas ver crecer a nuestro hijo. Por favor, quédate siempre con nosotros—besé su frente, y su mejilla.

La puerta se abrió y Mr. Jefferson entró.

—Srta. Lisa, sé que no es el momento y que quiere estar más con Akira, pero necesito toda la información que pueda brindarme para encontrar los culpables —sequé mis lágrimas y salí de la habitación junto a Mr. Jefferson—. Señorita, tiene que contarme todos los detalles que tengas sobre los empleados más cercanos a Akira; en especial de ese chófer que me habló.

—No tengo conocimiento de quienes se asocian con él, todos los empleados son apegados a él, pero el único que es de confianza es Keita.

—¿Ese es el nombre del chófer?

—Sí, señor.

—¿Qué sabe sobre él? Me dijiste que te sacó de la boda, ¿no es así?

—Sí, señor. Me llevó a un lugar seguro que Akira le indicó llevarme, por si sucedía algo.

—¿A notado algo extraño?

—Varias cosas; él me sacó a la fuerza de la boda y me llevó a ese lugar. Le supliqué que regresara por Akira, pero se negó.

—¿Por qué se negó?

—Porque pensó que Akira estaba muerto y, por mi seguridad no quiso volver. Yo quise creer que Akira estaba vivo, así que por eso regresé a la casa y me encontré con Yuji, mi amiga.

—Todo lo que me cuentas es muy raro. ¿No le hizo nada?

—No, señor. Estoy segura que él, al igual que Yuji se preocupan por Akira. No creo que ellos hayan tenido algo que ver.

—No confíe en nadie, señorita. Podría asombrarse de lo que las personas son capaces de hacer. Mientras esté conmigo, no dejaré que nadie le haga daño ni a usted ni al bebé. No voy a dejar que nadie más les destruya la vida. Me encargaré de encontrar a los responsables y los haré pagar. Tanto usted, como ese bebé los voy a cuidar con mi vida. Será como mi nieto, así que debe cuidarse. No llore más, Akira se pondrá bien. Él necesitará un trasplante de pulmón.

—¿Qué?

—No se preocupe, me encargaré personalmente de encontrar un donante. Me haré las pruebas, y si soy compatible yo mismo se lo daré.

—Pero la condición de Akira es más complicada de lo que pensé—no pude evitar preocuparme.

—Confíe en mí, no dejaré que nada le pase a mi hijo. Él es fuerte y tiene ganas de quedarse en este mundo por estar con usted y ese bebé. Confíe también en él que se pondrá bien. Van a poder sobrepasar todos estos obstáculos que la vida les ha puesto — secó mis lágrimas y me abrazó—. Sé que el amor que sienten es genuino, es por eso que haré todo lo que esté en mis manos para protegerlos —sentir el apoyo de Mr. Jefferson me hizo sentir un poco mejor.

Mr. Jefferson salió de la habitación y me quedé con Akira

Yukine

—Doctor, quiero que me haga las pruebas. Quiero saber si soy compatible con Akira, pero no quiero que nadie sepa de esto.

—Permítame examinarla. Venga conmigo, por favor.