En una habitación oscura Dimitri estaba reunido con una mujer de pelo dorado que utilizaba una ropa negra de cuero.
"Isabella, desde tu último fracaso en México, nunca pensé que te verías de esta forma lasciva.
Acaso el castigo por fallar fue demasiado…"
Isabella levantó su escopeta recortada y apuntó a la boca de Dimitri "Una palabra más Dimitri y me encargaré de volarte tu rostro."
Dimitri se empezó a reír mientras sostenía la escopeta para que pudiera apuntar en su frente.
"La diferencia entre tu y yo, es que prefiero morir que ser tratado como un accesorio para un estúpido Dios.
Ahora sí vas a disparar hazlo, sino simplemente no me vuelvas a apuntar con un arma, por qué no estás lista para matar.
Debes de saber que tener un arma en la mano te obliga a saber morir."
Isabella quien estaba enojada dió un grito y disparó su escopeta, cuando los perdigones salieron de la escopeta una sonrisa se formó en el rostro de Dimitri.
Esto ocasionó una explosión de sangre, huesos y trozos de cerebro que quedaron embarrados en la pared y techo.
Fue entonces que unos aplausos se escucharon detrás de Isabella, quien girando su cabeza pudo ver a Dimitri.
"¿Cómo es que sigues vivo?"
Dimitri solo mostró una sonrisa perturbadora y de su gabardina sacó un cigarrillo el cual encendió con una flama de su dedo.
"¡Por qué no puedo morir!"
Isabella se giró y volvió a disparar su escopeta sobre Dimitri, solo que esta vez se acercó a él y tras cargar su escopeta.
Se encargó de disparar múltiples veces al cadáver que acabó convirtiéndose en una masa sanguinolenta y sin forma.
"Eso fue muy grosero de tu parte, los cigarros no se deben de desperdiciar de esa manera.
Además sabes que esas cosas son caras con los impuestos sobre impuestos, una sola cajetilla tiene un valor el triple de lo que cuesta producirlo."
Isabella quien ya tenía algo de miedo subió su mirada y vio a Dimitri fumando en el techo.
Dando unos pasos hacia atrás apuntó su escopeta con miedo "¿Quién demonios eres?"
Dimitri sonrió y abrió sus manos "Pensaba que nunca dirías la pregunta correcta."
Tras esto Dimitri tomó algo de su cuello y arrancó una piel falsa dejando al descubierto su verdadero rostro.
Con su mano en su pecho y arriba de su cabeza hizo una reverencia "Mi nombre es Anders, soy un hijo de puta que disfruta ver el mundo arder solo por qué se ve mucho mejor de esa manera.
Soy un habitante errante del multiverso, mi nacimiento fue ocasionado en el momento que morí en una batalla contra mi más grande enemigo.
Einar."
Cuando Anders chasqueó sus dedos, la habitación empezó a girar y las paredes se expandieron creando un nuevo lugar.
El cual era una sala de espera que parecía pertenecer a una mansión, Isabella quien estaba mirando todo con miedo sólo tragó saliva.
"No tengas miedo Isabella, si hubiera querido matarte, lo hubiera hecho hace mucho tiempo.
Pero toma asiento en cualquiera de los sillones, te ofrecerle un trato que estoy seguro que te encantará."
Dijo Anders mientras preparaba un poco de café en una cafetera.
Cuando acabó sirvió dos tazas y las llevó hacia la mesita de centro que estaba frente a Isabella, después de dejar el café en la mesita.
Anders le dio un gran sorbo a su café y mostró una sonrisa perturbadora.
"Hablemos de negocios Isabella, esta es la primera vez en el multiverso que te permito vivir ya que por lo general siempre mueres en tu enfrentamiento con Shina.
Lo cual es demasiado simple y le quita lo divertido a este multiverso de los locos."
Isabella que no comprendía las palabras de Anders solo bebió un poco de café con el cual intentó calmarse.
"Comprendo que no entiendas que quiero decir con el multiverso, pero solo lo resumiré como que cada cosa que ocurre está escrita desde su nacimiento.
Somos solo creaciones de una mente maligna que decide nuestro destino, me gusta llamarlo el Autor, un ser superior cuya existencia está fuera del entendimiento.
Pero si sabes más solo te volverías loca como yo, solo debes de comprender que ese es el enemigo final con el que nos vamos a enfrentar.
Es por eso que en este reinicio del universo decidí cambiar todo, pero manteniendo la cosa más básica de todas, la cual es mi nacimiento.
Para que yo pueda nacer, Marie debe de ser mandada al infinito multiverso como se hizo la primera vez.
En ese momento yo desapareceré, pues mi misma existencia pone en peligro este lugar, por lo que tendrá que depender de ti entrenar a mi yo del pasado.
Quién perdió contra Einar para enseñarle sobre cómo manejar el poder, tu recompensa simplemente será conocimiento y la oportunidad de vivir como un error.
Ahora si aceptas el dios que te ha estado violando morirá y el estúpido rey morirá, tus dos enemigos acabaran muertos por Miyuki quien despechada por la desaparición de su hija se volverá casi loca.
Lamentablemente no podrás ver eso pues por tu propia seguridad te mandaré a un universo donde te encontrarás con mi yo del presente.
Tratar con él será algo difícil pero no será nada que no puedas hacer.
¿Cuál es tu opinión sobre esta propuesta?"
Isabella quien no sabía qué hacer miró su reflejo en la taza de café y tras ver su demacrado rostro levantó su cara y miró con seriedad a Anders.
"Aunque no sé exactamente que tendré que hacer, estoy de acuerdo en aceptar siempre y cuando esté lejos de ese maldito dios."
Anders sonrió y se levantó de sus silla para tocar la frente de Isabella.
Mientras esto estaba sucediendo Marie se encontraba usando su traje de oso mientras le mostraba a su madre un pequeño entrenamiento de su obra de teatro.
Miyuki quien estaba mirando a su hija, sintió en ese momento una sensación de incomodidad que no le gustaba pues era una señal de que algo malo ocurriría.
Aunque no sabía de qué se trataba cuando un dios siente una sensación de ese tipo sólo podía significar algo peligroso.
Por lo que cargó a su pequeña Marie quien no sabía que pasaba por lo que con sus ojos negros miró a su madre.
"Mamá, paso algo?"
Miyuki al ver el rostro de su hija le dió un pequeño beso en la frente.
"Siento una sensación de incomodidad sobre mañana, por lo que tenemos que ir con Quetzalcóatl para preparar algunas defensas.
Más vale prevenir que lamentar."
Marie sonrió y levantó su pequeño puño "Mamá, ningún hombre malo me podrá hacer daño contigo y mis hermanos cerca."
Miyuki asintió y acarició el cabello dorado de su hija "Te defenderé como una leona si alguien intenta hacerte daño."