Cuando Marie ya estaba en medio de la calle, levantó sus dos manos y cerrando sus ojos recordó el entrenamiento de su madre para poder recrear.
Una proyección del pasado por lo que dejó que su energía divina saliera de su cuerpo y empezará a recorrer todo el lugar.
En ese momento la carretera empezó a recuperar su color y textura antes de ser destruida, los carros dejaron de tener óxido.
Mientras que a los huesos les empezó a crecer carne, los edificios destruidos volvieron a su antigua forma haciéndolos ver en todo su esplendor.
Toda la ciudad en algunos minutos volvió a verse como una verdadera metrópolis, lo único que no se percató Marie es que cuando ya estaba todo reconstruido el tiempo empezó a retroceder.
Por lo que cuando abrió sus ojos se dio cuenta que el tiempo estaba rebobinando por lo que rascó su cabeza y estiró sus manos para adelantar el tiempo de la proyección.
Cuando supo que ya había llegado a los últimos momentos de la ciudad, dejó que la proyección se estabilizara.
En ese momento el ruido de unas sirenas se pudo escuchar en el lugar, todas las personas en la ciudad que habían estado haciendo sus vidas de manera normal.
Se quedaron detenidas por un momento antes de que la tranquilidad se viera alterada cuando en los parlantes de la ciudad se pudo escuchar que se habían detectado misiles nucleares desde Rusia.
En ese momento toda la gente intentó correr hacia el refugio de la ciudad, Marie quien ya estaba arriba de su Humvee, empezó a conducir siguiendo el flujo de la población.
Esto con la intención de encontrar un refugio donde posiblemente pueda encontrar alguna persona con vida.
Mientras avanzaba pudo ver todo el caos en las calles, desde familias que estaban sentadas en las calles rezando, hasta otras personas robando de negocios.
En algunos lugares los enfrentamientos entre asaltantes y personas armadas fue brutal, la policía que había en las calles solo hizo lo mejor que podía para detener las peleas.
Pero era lanzar una gota de agua en un incendio forestal, no había manera de detenerlo.
Cuando Marie llegó a las afueras de una estación del metro se dio cuenta que había un grupo de soldados cuidando el lugar por lo que pudo suponer que era la entrada a un refugio.
Por lo que bajó de su Humvee y lo convirtió en un pequeño coche de juguete para poder usarlo después.
Cuando entró en las escaleras del metro, pudo ver a personas llorando en las escaleras, otras estaban intentando usar sus teléfonos celulares pero solo podían hacer eso.
Debido a que parecía no haber señal, por lo que la angustia se podía ver en sus rostros.
Marie simplemente bajó las escaleras hasta llegar a la entrada del metro donde los soldados estaban organizando a todos los ciudadanos.
Con algo de curiosidad pasó el retén militar y siguió a todas las proyecciones de personas a través de la estación de tren hasta que llegó a los andenes donde los soldados bajaron a las personas.
Mientras los guiaban a través del túnel, en el camino personas de otras estaciones fueron agregadas a la ya gran fila que había.
Después de algún tiempo llegaron a lo que parecía ser una desviación dentro del túnel, la cual las llevó hacia una gran puerta de metal.
Marie pudo ver que las personas estaban entrando por lo que decidió detener la proyección, haciendo que todo volviera a su forma original.
En ese momento miró la puerta de metal cerrada frente a ella como a los miles de esqueletos que había en el suelo.
Con algo de tristeza Marie los miró y caminó hacia la puerta de metal rompiendo algunos huesos que hacían un sonido espeluznante.
Al llegar a la puerta usó su energía divina y siguiendo el entrenamiento de Quetzalcóatl atravesó la puerta de metal para poder llegar al otro lado.
Cuando lo hizo lo primero que pudo ver fue a cientos de soldados apuntando sus armas mientras miraban con horror a la niña que había atravesado una puerta capaz de sobrevivir a impactos nucleares directos.
Marie mirando esto solo ladeó su cabeza y posteriormente se rascó la frente "Hola…"
Los soldados quienes estaban nerviosos y tenían miedo empezaron a sudar, por lo que Marie puso su mano en su barbilla.
"Salut, je suis Marie, quelqu'un parle francais"
Los soldados se miraron entre ellos y fue entonces que una mujer se acercó a la niña.
"Qu'est-ce que tu es et comment pourrais-tu franchir cette porte"
Marie sonrió de manera inocente "Soy una diosa que llegó a este lugar tras sufrir una desgracia en mi universo."
En ese momento el rostro de Marie mostró algo de tristeza "Lamentablemente no tengo forma de poder llegar a casa, por lo que estuve vagando en mi Humvee todo el día.
Buscando alguna señal de vida hasta que encontré esta ciudad llamada Chicago, tras esto lo único que hice fue crear una proyección para ver dónde podía haber gente."
La mujer que tenía su arma relajo su guardia por lo que bajó su arma "Tu, fuiste quien ocasionó esa ilusión?"
Marie asintió y estirando su mano creó una proyección del lugar, en dónde la puerta parecía abierta mientras entraban las personas al refugio.
Fue entonces que la mujer dejó caer su arma cuando miró a una pareja joven que tenía en su mano una bebé.
La mujer, quien no había podido ver a sus padres con vida, reconoció por una foto que se trataba de ellos.
La pareja quien estaba cuidando a su bebé miró a un soldado.
"Disculpe, sabe dónde está la enfermería, nuestra hija tiene fiebre y nosotros parecemos tener el mismo problema."
El soldado asintió y empezó a guiar a la pareja dentro del búnker, todos ellos atravesaban a las personas como fantasmas.
La mujer quien había derramando algunas lágrimas miró a la niña.
"Puedes dejarme ver a mis padres, por una última vez?"
Marie sonrió y girando su mano la proyección se rebobino hasta el momento en que los padres de la mujer estaban cerca de ella.
La mujer se acercó a ellos y pudo verse así misma como una bebé, por lo que apretó sus manos y dió la orden que los soldados bajarán sus armas.
Por lo que todos lo hicieron debido a que tenían miedo de hacer enojar a la pequeña niña que parecía romper las leyes de la realidad con tanta facilidad.