Érica revisó uno de los pilares que estaba cerca de la entrada.
El pilar era de piedra, dura y de color gríseo, llena de polvo y con algunas grietas que evidenciaban que el pilar fue construido hace mucho tiempo.
Las formas en los grabados eran geométricas, quizás de algún sistema mágico o tal vez de algún idioma que daba vida a lo que sea que el pilar tuviera.
Érica se agachó lo suficiente cerca del pilar y notó que iba profundo en la tierra y luego de cerrar los ojos, trató de sentir la energía mágica, pero fue inútil.
Levantándose de vuelta, tocó el pilar con cuidado y sus dedos rozaron el pilar con suavidad y a pesar de que trató de introducir su energía mágica no funcionó.
¿Eran decoraciones? Érica tampoco podía ver ninguna forma o alguna clase de dibujo que diera a entender algo y todos los grabados eran formas geométricas de distintos tipos que se superponían como algún tipo de formación mágica, pero que a su vez no tenía tanto sentido.
Al menos no era el sistema mágico de la tierra ni el sistema mágico de Terra nova o algunos de los sistemas mágicos que ella había leído en los libros de la Luz de Plata.
Para decirlo de otra forma, ella no podía explicar de qué se trataba y al girarse mirando la puerta fue lo mismo.
La gigantesca entrada era de metal no oxidado y de color gris, lleno de polvo lo suficiente como para mostrar que nadie había entrado por un buen tiempo.
También parecía gruesa y lo suficiente sólida como para detener a un luchador de rango S… Tal era la prueba de la resistencia y dureza de la entrada.
"¿Vamos a entrar?" Preguntó Sasha luego de acercarse a Cécile y Meredith que miraban desde el frente a la entrada.
"¿No me digas que estás asustada?" Preguntó Meredith con una sonrisa entretenida en su rostro.
La forma que la Directora de la Academia de Magos sonreía parecía amigable, pero sus ojos buscaban y analizaban, mostrando que la mujer los estaba poniendo a pruebas a todos… Incluyendo Érica que fue mirada de la misma forma.
Todos se reunieron al darse cuenta de que la conversación estaba empezando.
"No creo que sea fácil abrir la entrada." Dijo Artorius frunciendo el ceño y golpeando el mango de la espada en su cadera, murmuró. "Tampoco creo que pueda cortarlo."
Noah, que estaba cerca, asintió estando de acuerdo.
Ambos eran espadachines y Noah era capaz de usar magia, mientras que el príncipe era conocido por su poderío y que ambos dijeran que no podrían cortarla, evidenciaba la dureza de la entrada.
El metal por el cual fue creado la puerta era de este mundo y parecía tener cualidades mágicas y alta dureza.
Si el grosor era más de lo que ella esperaba, entonces podrían demorarse días o quizás más tratando de abrir… Aunque no estaban solamente rangos S en esta expedición.
"Los jóvenes no se equivocan." Dijo Cécile y mirando la entrada, agregó. "Sin embargo, llevamos días en este mundo y no hemos visto nada. Ni la supuesta civilización, ni el problema o la enseñanza. Seguimos pistas como niños siguiendo dulces en el suelo."
Érica le dirigió una mirada a la Profesora Cécile por la analogía que acababa de usar y si bien estuvo de acuerdo que estaban siguiendo pistas pequeñas que los atrajeron aquí, escucharlo de este modo era extraño.
Aunque estaba acertado.
Todavía no habían logrado descubrir nada de este mundo y ese era un verdadero problema y más cuando querían salir… Para Érica la prioridad era la salida y una vez que descubrieran la ubicación del portal podrían decidir que más podrían hacer.
"Bien, ¿entonces preparamos un campamento?" Preguntó Morgan con un tono casual.
Como no tenían otra pista era necesario abrir la entrada, aunque les llevara días y tuvieran que esperar en un campamento aquí.
Meredith sonrió con orgullo y luego de mirar a Morgan, se dirigió a la entrada.
"Abriré la puerta. Prepárense para entrar."
La mujer dio la orden y Érica que recibió la mirada de sus compañeros, se encogió de hombros y sacó su varita mientras se posicionaba.
Noah y Artorius estaban al lado de Cécile y al igual que Érica y Morgan en los límites, dejando a los demás detrás de ellos.
Cécile era una invocadora y por la manera que miraba atentamente y en calma era obvio que estaba lista para traer sus invocaciones.
Érica al darse cuenta de que sus compañeros estaban listos, se quedó atenta a Meredith que había llegado al frente de la puerta.
No todos los días se veía de primera mano la fuerza y capacidad de una maga tan importante como era la Directora de la Academia de Merlín.
Meredith reunió energía mágica y empezó.
"…"
La ropa desapareció de repente y Érica por menos de un segundo vio el trasero desnudo de la mujer y al instante siguiente un humo de color negro se elevó y de repente una gigantesca bestia tomó forma entre ese humo negro.
Las nalgas redondas de la famosa directora desaparecieron de su mente cuando vio piel de color marrón y una gruesa espalda llena de huesos que se extendían desde el pelaje.
El gigantesco monstruo que apareció media cerca de seis metros de altura, con una espalda llena de huesos como si su columna vertebral tuviera protuberancias y era alto, musculoso y grande.
Dos patas peludas con pezuñas y brazos musculosos con garras lo suficiente poderosas como para clavarse en la puerta de metal.
Érica abrió los ojos al ver que la Directora incrustaba las garras en la puerta de metal y luego tiraba de ella, creando un agujero en la tierra y haciendo temblar toda la pared.
"¡GRAAA!"
Bestial e indómito, la criatura en la cual la directora se había convertido tenía una fuerza estruendosa y un rugido fuerte junto a un olor a boca asqueroso… Érica frunció el ceño por el olor, pero se maravilló por la fuerza de rango SS.
La directora tiró una vez y luego otra vez, entonces rugiendo de repente empujó con todas sus fuerzas y al final dio una patada a la entrada.
*BOOM*
La patada fue vigorosa y la puerta de metal se abrió en dos, siendo una de las entradas la que cayó al suelo en el interior del otro lado y la tierra tembló por ese golpe.
Érica entrecerró sus ojos tratando de mirar el interior y como estaba en la esquina de la formación y Meredith en su forma de criatura no cubría su lado de la visión, ella pudo ver el interior.
Pilares altos, en algún tipo de construcción similar a las salas de palacios que ella había visto en el palacio del Emperador Víctor, y en el fondo un trono, que estaba ocupado por una estatua.
No, la figura negra que tragaba la luz e impedía que ella observara, no era una estatua, era algo vivo.
"Teng…"
Ella trató de advertir, pero la figura abrió los ojos y por un momento, Érica fue tragada por completo por los ojos de color rojo que brillaban como focos de luz.
Su mente quedó en blanco y lo siguiente que vio fue como la figura levantaba la mano mostrando un guantelete metálico con uñas afiliadas y lo siguiente fueron lanzas que atravesaron a Meredith.
Dos lanzas atravesaron el estómago, otra lanza el cuello y una tercera el cráneo de la Directora Meredith y fue en ese momento que Érica reaccionó levantando una barrera con su magia de hielo.
"HAAAAAAAAAA!"
"¡GRAAAAAAA!"
El sonido gutural de una bestia herida vino de Margaret y se juntó al mismo tiempo con un chillido que vino de la sala del trono y Érica vio a través de la barrera de hielo como una onda expansiva se acercaba.
Lo siguiente que percibió fue como la barrera de hielo se hizo pedazos y como sus sentidos se apagaban por un segundo, para volver a reaccionar por un dolor en su estómago y en su espalda junto a un dolor de cabeza agudo.
Ella abrió los ojos y sintió el sabor a hierro en su labio, pero en vez de rendirse volvió a levantarse lo más rápido que pudo y a mitad de camino, cayó por el dolor.
"Gaaa…"
"¡HAAA!"
Su gruñido de dolor por el estómago se combinó con el grito enloquecido de la Directora Meredith y Érica levantó la cabeza, viendo como la antigua directora, que fue empalada en un instante, se quitaba las lanzas del cuerpo, transformándose en una gigantesca serpiente de varias cabezas que se regeneraba en un instante.
Ella, al darse cuenta de que la persona más fuerte de la expedición sobrevivió a un ataque mortal, dudó al mirarse el estómago y notó un trozo de hielo incrustado en su estómago.
Su barrera se convirtió en un arma que la hirió.
"¡Reaccionen! ¡Y corran!"
El grito vino de Cécile que levantó su varita al cielo y desde el suelo al frente de ella salió un gigantesco gusano de seis metros de grosor y saltó hacia arriba, mientras que desde el hueco salían arañas.
Ver refuerzos aliados la ayudó a relajarse, pero al mirar hacia arriba se dio cuenta de que era un error relajarse tan pronto.
Desde arriba estaban descendiendo escorpiones por las paredes del acantilado y lo más aterrador era lo que venía detrás de los escorpiones.
Una larga serpiente se deslizaba por el cielo, revelando escamas de color celeste, y la cabeza era para Érica la de un dragón con grandes bigotes… Era un dragón oriental sacado de los mitos y la presión de rango SS fue abrumador.
Érica notó que sus compañeros se estaban dirigiendo al hueco que el gusano de la profesora Cécile había creado, pero ella, al igual que otros, estaban muy lejos.
El príncipe Artorius estaba ayudando a Morgan cuyos oídos sangraban y Sasha estaba tirada en el suelo siendo apoyada por Dennis.
Érica supo de inmediato que no podía correr y su expresión se volvió aún más difícil al ver que desde el cielo descendían otros dragones serpentinos más pequeños que la gigantesca bestia principal y ella reaccionó de inmediato.
Con su varita en la mano lanzó hielo a cada lado del acantilado y el hielo conformó un círculo mágico que brilló al instante.
"¡GRAA!"
"…"
A diferencia del rugido de Meredith que estaba deteniendo a lo que fuera que se enfrentaba en la entrada, el dragón oriental abrió la boca liberando aliento de fuego celeste que cayó en picada.
La profesora Cécile hizo que el gusano se adelantara para detener el fuego celeste con el cuerpo y Érica activó los círculos mágicos que había formado en el hielo conformando una rápida defensa.
*Boom*
El aliento no se extendió, sino que se condensó y atravesó el gusano y luego descendió atravesando la barrera precaria que ella había levantado y cayó al suelo, extendiendo una onda explosiva.
Érica voló por el aire, chocando con los límites del acantilado y siendo lanzada decenas de metros, pero a diferencia de lo que esperaba, no sintió dolor y al chocar otra vez con el suelo y girar por la tierra, se dio cuenta de que una barrera de luz la protegía.
"…"
Ella suprimió el dolor y se mordió los labios, creando el lancero de hielo y dando una orden hacia adelante.
"VE!"
El dolor en su estómago era intenso, pero como lo que la atravesó era su propia magia de hielo, no congelaba su interior y no fue tan intenso, al menos no comparado al dolor de cabeza, los oídos, huesos y el cráneo combinado que estaba sufriendo.
A pesar de que la sangre caía de su cabeza cubriendo sus ojos, Érica podía notar a sus compañeros que estaban tirados en el suelo. Sasha estaba inconsciente, quizás al haberla protegido a ella y a los otros, más adelante estaba Artorius con su brazo roto y cerca estaba Morgan que tenía un hueso saliendo de su pierna.
Los demás no se podían ver, pero si se podía escuchar el ruido de batalla desde adelante y más lejos, se sentían las presencias poderosas.
Ellos fueron lanzados cerca de cien metros hacia atrás, pero la neblina gris había vuelto a engullirlos y Érica sintió como sus pelos se ponían de punta al tratar de ver por medio de la neblina.
"Corran…" Murmuró Érica mientras trasmitía una orden al lancero de hielo para que se adelantara.
El lancero obedeció y corrió hacia adelante con la lanza de hielo y avanzó, superando a Artorius y Morgan que se recuperaban, clavando la lanza en la neblina y atrapando a un pequeño dragón oriental que estaba por atacar al príncipe.
"Mierda…"
Érica no se había quedado quieta, sino que fue a Sasha y la recogió en sus hombros, ignorando al príncipe que se metió por una grieta junto a Morgan tratando de escapar, salvando únicamente a su amante.
Ni siquiera trató de luchar… Tal idea pasó por su mente y Érica no tuvo tiempo para pensar, ya que otra serpiente voladora vino hacia ella y fue detenida por el lancero de hielo.
Luego los escorpiones se mostraron y ella, cargando a Sasha en su hombro, corrió por el camino principal mientras se sostenía el estómago.
Girándose con su varita en la mano para lanzar un ataque, Érica notó que dos dragones orientales más pequeños trataban de liberar ese aliento celeste que el gigantesco dragón oriental había lanzado.
Uno apuntaba a la grieta por la cual el príncipe y Morgan fueron, mientras que otro le apuntaba a ella.
Érica ordenó a que el lancero la protegiera a ella sin dudarlo y para su sorpresa, el lancero atacó a la serpiente que atacaba al príncipe.
"…"
El aliento celeste se acercó hacia Érica mientras ella abría los ojos por la sorpresa de traición de su propia creación… El Lancero de Hielo, su hechizo personal, diseñado y lanzado por ella, no la defendió a ella, sino que al príncipe.
El espíritu artificial que era réplica del Líder de la Guardia Real de la Reina mostró su autonomía eligiendo al príncipe por sobre ella.
Érica reaccionó instintivamente y giró su espalda, protegiendo al mismo tiempo a Sasha de manera instintiva y recibió el golpe activando todas sus barreras.
El dolor fue tan abrumador, que perdió la conciencia por un segundo y al despertar se dio cuenta de que estaba volando mientras que la carne a su espalda ardía.
Los objetos que usaba de artefactos se rompieron y al caer al suelo, ella gritó de dolor cuando las piedras tocaron la carne quemada a su espalda.
El dolor era intenso, irracional y enloquecedor… Ser quemado a carne viva hizo que ella apenas mantuviera una noción de conciencia.
Su corazón latía con temor y miedo, mientras que las lágrimas salían de su rostro en un llanto de dolor, pánico y terror a la muerte.
¿Iba a morir así?
No. La respuesta llegó al instante y Érica se mordió los labios tratando de usar el dolor para reaccionar, pero incluso luego de clavar sus dientes en su labio, no sintió tanto dolor comparado al infierno ardiente que sucedía en su espalda.
Así que lanzó un hechizo de emergencia que la cubrió en hielo ayudando a evitar el dolor en su espalda y luego lanzó otro hechizo y dos soldados de hielo se formaron.
Un soldado la levantó a ella, permitiéndole ver como dos dragones orientales volaban con cautela hacia ella mientras cinco escorpiones se acercaban por el suelo y la pared.
Sasha seguía inconsciente mientras sangraba y Érica llegó a la conclusión que no iba a poder sobrevivir con alguien más a cuesta.
"Llévatela…"
La idea de huir y dejar a Sasha como una carnada vino a su mente y por más atractiva que fuera, ella ignoró la idea de inmediato.
Quizás Érica no era la mejor persona, pero no entró a la academia de héroes para abandonar a sus compañeros y tampoco trató de mejorar para huir sacrificando a otros.
Si bien su supervivencia era prioridad y antes había priorizado a ella sobre el príncipe, esta vez podía luchar y lo haría.
Así que Érica no dudó en darle una orden al soldado de hielo lanzando varios artefactos de ocultación para que cuando se alejara se ocultara con Sasha.
El soldado de hielo era básico y tenía inteligencia casi nula, pero seguía comandos simples y esta vez se movió con Sasha en sus hombros, dirigiéndose por una grieta y alejándose.
Érica liberó su aura de rango S, que, si bien estaba debilitada por las heridas, fue lo suficiente como para hacer que sus enemigos dudaran y en ese momento de duda, ella exhaló.
Su aliento era blanco hielo y se extendió por el suelo, por la grieta, expandiéndose cada vez más a lo lejos y sus oponentes retrocedieron con cautela.
La neblina gris se enfrentó a una neblina blanca que distorsionaba la visión y Érica al darse cuenta de que los dragones estaban por atacar, dio un paso hacia atrás.
Delante de ella, una figura de hielo con su forma quedó a la vista y Érica sacando un núcleo de rango S lo lanzó al interior de la figura de hielo.
Entonces voló con un artefacto mientras activaba la capacidad de sigilo y voló a lo lejos, sin girar hacia atrás.
Su hechizo para crear un lancero de hielo autónomo o cualquier soldado de hielo autónomo fallo y el resultado de cada fallo era el mismo.
*Boom*
La explosión vino desde su espalda y Érica se metió por una grieta, volando apretada entre ambas paredes y avanzó por la zona, moviéndose y alejándose lo más que podía.
Usando cambio rápido se cambió a otra túnica y también utilizó varios pergaminos de curación para tratar de impedir que se desmayara.
En su mente, su propia voz, que le decía que no se rindiera y que sobreviviera, era lo único que la mantuvo consciente.
Sobrevivir a esta desastrosa expedición.