Chapter 831 - Orco.

Tambores, trompetas y mujeres bailando era la vista en una de las calles más peligrosas de la ciudad de São Paulo.

Aunque muchos odiaran y le disgustara el Emperador Víctor, ese hombre había unido y estabilizado a varias naciones, trayendo una economía floreciente y en crecimiento en pocos años.

Sin embargo, algunas cosas no cambiaban y eso no era la pobreza, sino que el crimen y el poderío que algunas influencias locales mantenían sobre los barrios.

Las favelas eran en donde se reunían esos criminales y era un sitio en donde los turistas debían andar con cuidado para no terminar secuestrado, asesinado o apuñalado por algún robo menor.

Casas construidas en la ladera de la montaña, una sobre otra, en una vista tan desordenada como extraña para Nicole.

Algunas casas eran de chapas, otras de madera y en cierta forma se podrían decir que eran construcciones precarias y si bien estos sitios eran considerados como asentimientos precarios, en la actualidad se lo conocían como nidos de criminales.

Un área cerrada para los extranjeros, en donde las familias de los criminales y pandilleros se encontraban y que era evitada por la policía.

Sin embargo, hoy en el día que ella había decidido venir a esta zona, estaba totalmente poblada y Nicole vio como varias personas tocaban tambores mientras que mujeres bailaban.

"Me recuerda al carnaval." Murmuró Aldina en voz baja.

Nicole estaba usando la máscara blanca de Bastet y había bajado del auto en la calle que dirigía hacia la arena en donde se encontraría con los líderes de la favela, pero hoy se topó con que toda la calle estaba de fiesta.

Entre la calle, hombres y mujeres bailaban con bebidas en las manos y en balcones estaban las murgas que tocaban y mientras que en otros balcones otros grupos bebía.

A diferencia del carnaval que era conocido en la Ciudad de Río de Janeiro, aquí las mujeres y hombres bailaban por todas partes, disfrutando una fiesta libre y sin restricciones.

"Los jefes usan este tipo de eventos para ocultar las peleas en la arena." Murmuró María que estaba a su lado.

Aldina a un lado, María al otro, mientras que a su espalda estaba Ye An y el Conde Lakatos que vino a acompañarla a esta reunión.

La favela no era una organización completamente organizada, sino que una unión de varios grupos, mafias y pandillas que permanecían en estas tierras, adueñándose de este terreno.

Ellos usaban a la gente de las favelas para llevar a cabo sus crímenes y también como escudo en contra de las autoridades y del Emperador Víctor.

Usaban las fiestas para ocultar el hecho de que los jefes que conformaban esta organización estaban llevando negocios como lo era la arena, tan conocida por la zona.

"Vamos." Ordenó Nicole mientras volvía a caminar.

Era de noche y era imposible no sentir el ambiente festivo, escuchando la música, los gritos, las risas y los bailes que se hacían en la calle, arriba de las casas e incluso algunos volaban libremente con bebidas en las manos.

A pesar de que el ambiente festivo se podía sentir, Nicole también podía sentir las miradas de aquellos que la vigilaban y la esperaban.

Dos hombres de bajo rango la estaban siguiendo, varias personas normales la miraban de vez en cuando y comunicaban a sus jefes que ella estaba llegando.

No necesitaba escucharlos para darse cuenta de lo que sucedía, pero Nicole actuó como lo haría Bastet… Caminando con confianza y calma por medio del territorio enemigo.

Llevaba un vestido blanco ajustado y su máscara blanca tan intimidadora y la sonrisa hizo que la gente le abriera paso.

No era una sonrisa de confianza, era una sonrisa de alguien que sabía que habría conflicto y era imposible que no hubiera conflictos… No, cuando los que lo vigilaban lo estaban haciendo tan abiertamente y de manera cautelosa.

La calle estaba abarrotada de personas, pero María y Aldina abrieron un camino entre ellos, mientras que aquellos ebrios que la miraban lascivamente se ponían pálido cuando ella les devolvía la mirada.

Nicole sabía que el cabello blanco de 'Bastet' atraía a las personas, pero nadie podía resistir la mirada gatuna de los ojos de color rojo y menos cuando la mirada se combinaba con un deseo de batalla que ella emanaba naturalmente.

"Oh, que…"

Cuando un hombre con dos acompañantes se estuvo por acercar a ella y hablarle, guardó silencio cuando Aldina levantó la varita apuntándole.

El silencio se hizo incómodo y la música se detuvo de repente, llevando a que las miradas se dirigieran a ella y las auras se elevaron.

Quizás no había tantos rangos S, pero la fuerza combinada de varios rangos A y menor era en cierta forma un tipo de intimidación y Nicole los recibió con una sonrisa creciente.

"Deberías controlar a tu perra. Hoy ustedes no están en tu ciudad." Dijo el hombre escupiendo al piso al mirarla.

Aldina cubrió su varita en fuego y liberó su presión de rango S… Quizás no era la más fuerte de la organización, pero esa mujer, luego de haber soportado una tortura y convertirse en una mera esclava, se había vuelto más feroz.

Nicole sabía que el Emperador Víctor no le importaba ayudar a su gente a mejorar, incluso si esa gente era criminal que lo odiaban y Aldina era un claro ejemplo de los beneficios del emperador.

Su aura caliente cubrió varias decenas de metros y la otra parte, aunque fue intimidada, no se echó atrás.

"¿Quién dice que esta no es mi ciudad?" Cuestionó Nicole con una sonrisa y un tono que buscaba conflicto.

El rostro del hombre, las auras frías y las miradas como cuchillos de las personas que la rodeaban mostraban odio… Como animales protegiendo su territorio y ella vino de manera arrogante aquí, creyéndose la dueña.

No sería raro que la odiaran.

Nicole caminó hacia adelante y se enfrentó al hombre, hasta que ese hombre se hizo a un lado al no poder soportar las consecuencias de detenerla.

"Sí. Es mejor que te hagas a un lado, no quiero tener que ensuciarme las manos tan temprano." Dijo Nicole y al ver que el hombre y otros más cerca temblaban de ira, murmuró. "Y es muy pronto para cenar."

Fue ese murmullo que no fue tan elevado ni tan bajo lo que provocó una ola de expresiones cambiantes, serias, asqueadas y por, sobre todo, temerosas.

Nicole ni siquiera ocultó la risa al ver que se enojaban por ser intimidados y era una risa sincera al darse cuenta de que el título 'Caníbal' ayudaba mucho.

La gente le temía por su mero título y que ella fuera la conquistadora de Río de Janeiro y la jefa de la más reciente organización que surgió en Brasil, le daba una reputación que las personas de aquí no podían enfrentar.

Nicole siguió su camino hacia adelante.

No le podía importar menos estos criminales de poca monta, que probablemente caerían como moscas y los únicos que importaban eran los jefes… Así que ella siguió moviéndose por la calle en dirección al centro de la favela, entre los edificios, y luego encontró a varios guardias cubriendo una puerta.

Al verla, esos guardias abrieron la entrada como si la esperaran y ella descendió por la escalera del interior, bajando hacia la entrada subterránea.

La música de afuera desapareció y lo que vino fueron gritos, exclamaciones y rugidos enloquecidos de batalla junto al olor intenso de sangre y sudor.

Al descender lo suficiente, ella notó primero los escalones a cada lado con asientos rodeado una arena protegida por barreras.

Era un foso de lucha rodeado de una muchedumbre enloquecida por el deseo de sangre y la batalla que sucedía en el centro de la arena.

Dos mujeres estaban luchando en el pozo con cuchillos de cocina y ambas atacaban desenfrenadamente, tratándose de matar entre ellas.

Nicole se giró hacia María y esta le dio una sonrisa.

"Las personas deciden luchar por su cuenta. Eligen arriesgar su vida para ganar dinero. Las batallas son más emocionantes cuando dos rivales iguales arriesgan su vida por la victoria." Dijo María con una sonrisa perturbadora.

Básicamente, le estaba diciendo que las personas allá abajo no eran inocentes que fueron esclavizados para luchar, sino que personas que decidieron por su cuenta luchar en una batalla a muerte.

María conocía su verdadera identidad y no le dijo que no interviniera, sino que la miró esperando su decisión.

Nicole volviendo a dirigir su mirada a la batalla no intervino y dejó que una de las mujeres le cortara el cuello a la otra y tal como uno esperaría de este espectáculo sangriento, la ganadora trató de arrancarle la cabeza al cadáver de la vencedora y aunque con dificultades al cortar la carne con un cuchillo pudo conseguirlo y levantó la cabeza en lo alto.

Los gritos se volvieron intensos y la sonrisa de la ganadora creció cuando recibió los alaridos del público.

El público eran hombres y mujeres de diferentes edades y con diferentes estatus, algunos usando mascarás para ocultarse y otros revelándose abiertamente, sonriendo y gritando sedientos de sangre.

"Así que no nos recibirán." Dijo Nicole en voz baja.

A ella no le importaba el público deseos de sangre y lo único que le importaba eran aquellos con los cuales vino a reunirse.

El grupo de jefes estaba en una plataforma apartada viendo desde lejos con bebidas en sus manos y si bien algunos ocultaban sus identidades, otros revelaban sus rostros y Nicole reconoció a todos.

Incluyendo al jefe superior de todos que se acercó a la plataforma y aplaudió atrayendo la atención de todos.

El jefe entre jefes era conocido como el Orco por sus dos caninos puntiagudos y largos que sobresalían de su boca.

El hombre media dos metros de alto y como tenía el torso desnudo, todos podían ver el físico extremadamente musculoso del hombre.

Algunas heridas teñían el rostro del hombre y el cabello corto negro estaba desordenado dándole una apariencia salvaje.

"Hoy tenemos una visita especial." Dijo el hombre y volando al centro de la arena, la miró a ella y anunció. "La gobernante del bajo mundo de la Ciudad de Río de Janeiro y aquella que quiere controlar esta ciudad. Nuestra ciudad."

Las auras entre el público se elevaron desde todas partes y todas apuntaron hacia su grupo, pero ninguno de ellos mostró reacción.

Nicole sintió su cuerpo reaccionando en un temblor lleno de emoción por la batalla y sonrió al recibir la mirada del hombre.

Tal confianza hizo que el Orco revelara sus caninos con mayor énfasis y luego se giró mirando al público que estaba expectante y sonrió con salvajismo.

"¡Tenemos que demostrarles quienes son los gobernantes de estas tierras!" Dijo el hombre y sonriendo con salvajismo, le apunto a ella y ordenó. "¡Ven y enfréntate a mí!"

Por fin… Nicole ni siquiera ocultó la sonrisa y su burbujeante aura de rango S que emanó con ímpetu, llevando a que el hombre sonriera aún más.

Ese hombre era el jefe de jefes en esta organización porque controló la ciudad por completo con su fuerza y que dirigiera esta arena de batalla revelaba que clase de individuo era.

Alguien que le gustaba ver sangre, luchar y ver batallas a muerte y Nicole también le gustaba luchar con todo.

Así que dio un paso hacia adelante.