El taxi se movió por medio de la carretera abarrotada de autos y en su interior una joven miró los altos y modernos edificios con una expresión de aburrimiento.
"Entonces, ¿la Academia de Héroes?" Preguntó el taxista con una expresión agradable, intentando dar conversación.
"Si, la academia de héroes…" Respondió la joven mirando los altos edificios mientras pasaban.
"Eso es genial. Nuestra academia ha estado llamando la atención de todo el mundo, es agradable tener visitantes que vienen para convertirse en héroes." Comentó el taxista con una sonrisa.
"¿Y más trabajo?" Preguntó la joven con un tono en broma y el taxista sonrió como si hubiera sido atrapado.
"Bueno no es fácil para un taxista vivir en una ciudad en medio del océano atlántico… Antes del 'Gran Cataclismo' nunca hubiera pensado que una ciudad podía ser creada en medio del océano atlántico con magia." Dijo el taxista con un suspiro y agitando la cabeza comentó. "El mundo cambia demasiado rápido."
"¿Cambios para mejor o peor?" Preguntó Aurora en su mente con una expresión agotada.
Veinte años han pasado del 'Gran Cataclismo', la catástrofe de magnitudes mundiales que cambio el mundo.
Nadie hubiera pensado que el mundo se transformaría tanto cuando la energía mágica conocida como maná se adentró en este mundo a través de sus barreras dimensionales ligeramente debilitadas.
Los dioses que siempre protegieron la tierra manteniendo esas barreras no pudieron soportar la carga de ese gran trabajo y pidieron ayuda a otro Dios de un mundo lejano y ahora…
"Veinte años han pasado de 'Terra nova', y creo que la humanidad va progresando. Una academia de héroes para la nueva generación. Una ciudad segura para sus habitantes. Un mundo pacífico, sin guerras y una vida tranquila sin temer por nuestras vidas." Comentó el taxista mientras rememoraba.
Aurora miró al taxista que parecía ser un hombre en sus cuarenta, y no dijo nada.
Él seguramente habría pasado por mucho luego de que ese 'Dios' advirtió sobre el 'Gran Cataclismo', los monstruos, la energía mágica… Y los miles de lunáticos que eran conocidos como los 'jugadores' dentro del juego 'Terra nova' que en realidad terminó conectando con otro mundo.
"No pongas esa mirada niña, la vida hubiera sido peor sin el Dios del Tiempo y el Espacio. Es cierto que crear una máquina virtual que permitía conectar a otro mundo como 'jugadores', en el cual nadie sabía que era real, fue una mala idea tras diez años de libertad creyendo que uno estaba dentro de un 'juego', pero eso nos permitió sobrevivir las primeras apariciones de monstruos tras el 'Gran Cataclismo'." Comentó el taxista notando que la expresión de Aurora temblaba.
"Y creo miles de lunáticos avariciosos de poder…" Agregó Aurora.
"Y miles de héroes para contrarrestarlos…" Refutó el taxista haciendo que el silencio ocupara el taxi.
Aurora soltó una ligera risa y asintió ante su optimismo.
"Eso es cierto." Respondió Aurora sin poder negarlo.
"Tu dirección es…" Preguntó el taxista cambiando tema, pero no terminado sus palabras para dejar que Aurora le guiara directamente.
"A dos cuadras de aquí, en una mansión en el centro." Informó Aurora señalando el lugar cómodamente.
"Oh, ¿vas a hacer turismo? La 'Primera Mansión' es muy conocida por los alrededores, aunque no es oficial es un puesto de turismo muy recorrido." Informó el taxista con un tono alegre, seguro pensando en los pasajeros que había traído.
"¿'Primera Mansión'?" Aurora sintió una mala premonición.
"Sí. Aunque lo llaman 'La Primera Mansión' en realidad se dice que es el primer edificio de toda Atlántida." Informó el taxista mientras conducía lentamente.
La mala premonición de Aurora se hizo más evidente cuando de repente los altos edificios desaparecieron dejando a la vista una larga y alta muralla que no dejaba ver el interior.
Sin embargo, uno podía notar los árboles que crecían al otro lado tan alto que superaban la muralla.
Una vista extraña para una ciudad moderna llena de grandes y altos edificios.
"¿Dónde te dejo? Recomiendo la parte trasera, hay un restaurante y desde su balcón se puede ver el interior de la mansión." Comentó el taxista y como si recordara agregó. "Venías del aeropuerto, así que… Si vamos a una cuadra del restaurante hay un buen hotel decente y seguro."
La expresión de Aurora tembló cuando miró a los turistas de diferentes nacionalidades sacando fotos a la muralla y a la entrada de la mansión, como si de verdad fuera un lugar turístico.
Arreglando su expresión y murmuró. "Déjeme en la puerta."
El taxista sin molestarse por el rechazo de sus recomendaciones, asintió y aprovecho el aparcamiento en la entrada de la mansión, estacionándose cómodamente.
Aurora pagó al taxista y rápidamente abandonó el taxi, con una expresión extraña observó a los turistas que seguían sacando fotos y el líder del tour que estaba empezando a explicar.
"Se dice que la isla Atlántida fue creada alrededor de 'La Primera Mansión' y tomándola a esta como centro de la isla. No se sabe a quién pertenece, algunos dicen que fue del gran mago que creó la isla, otros dicen que un multimillonario tuvo suerte de que la isla fuera creada a su alrededor. Pero no importa la teoría, este es el primer edificio de la isla y el único que por más de veinte años ha permanecido intacto."
Notando como los turistas aplaudían ante el líder del tour, Aurora puso una expresión aún más extraña.
Sacó una llave y… Entró apresuradamente a la mansión.
"…"
Antes de cerrar la puerta, ella pudo notar como el taxista la miraba incrédula y como algunos turistas sacaban fotos sorprendidos.
Con una expresión media enfadada, ella entró a la mansión.
Sin importarle que los muebles estaban limpios y muy bien mantenidos, sacó su teléfono y marcó un número.
"¿Cariño? ¿Cómo estás? ¿Ya llegaste? ¿Cómo fue el vuelo? ¿Tranquilo? ¿Llegaste a salvo a casa?"
Las preguntas de una mujer adulta se escucharon al otro lado del teléfono y Aurora respiró hondo.
"Estoy bien. Ya llegué. El vuelo fue bien, no hubo problemas. Y ya he llegado a casa, pero me encontré con un grupo de turista afuera de la mansión, ¡y con la noticia de que esta mansión fue el primer edificio de la gran ciudad en medio del océano atlántico!"
"Hahahaha..."
Aurora escuchó como su madre se reía secamente al otro lado.
"Entonces madre, ¿eres la gran maga o la multimillonaria?" Preguntó Aurora con un tono sarcástico.
"Ninguna de los dos… En realidad, esta mansión es de tu hermano, ¿no habías preguntado por él antes?" Preguntó su madre y soltó una risa entretenida. "¿Qué tal? ¿Te sientes más cercano a tu hermano?"
Antes de que Aurora pudiera decir algo, su madre, continuó.
"Vamos, no puedes quedarte toda tu vida en una 'tierra de nadie'. Debes descansar y hacer amigos. ¿Cuándo eras una niña no querías ser una heroína? La Academia de Héroes es mundialmente conocida, y ya te he inscrito… Ah, también va a asistir Alice así que no estarás tan sola cuando empieces." Dijo su madre con un tono serio.
"... No es la tierra de nadie, es áfrica… ¿Y no temes que tu querida y débil hija se quede sola en una ciudad desconocida?" Preguntó Aurora con un tono deprimido y 'asustado'.
Su tono normalmente hubiera cautivado a cualquier oyente, lamentablemente la persona que estaba al otro lado era su madre y…
"Eres muy graciosa cariño." Dijo su madre sin un tono de preocupación, sabiendo que ella seguiría insistiendo rápidamente agregó. "Tu padre me está llamando, me debo ir. Adiós cuídate y manda saludos a Alice…"
"¿Amor me llamabas?"
Lo último que escuchó fue la voz de su padre al otro lado del teléfono…
"…"
Aurora se quedó mirando el teléfono incrédula y luego de unos minutos, finalmente suspiro exhausta.
Había preguntado sobre su hermano que, a pesar de ser nombrado desde que tenía memoria, nunca había conocido ni siquiera en fotos. Como un tema del que no se hablaba y no se revelaba nada, lo usó con su madre para que ella terminara la conversación sobre su vida y que no la obligara dejar las 'tierras de nadie', pero…
Al otro día se enteró de que tenía un pasaje para viajar a la ciudad en medio del océano atlántico y que ya estaba inscrita para ingresar a la 'Academia de Héroes' que empezaba solo al día siguiente y ahora...
Estaba en la mansión de su hermano desconocido, inscrita como una futura heroína en una ciudad que básicamente no conocía y con un futuro académico por delante como héroe, a pesar de que ya tenía veinte años, trabajo y una 'buena vida'.
Había querido ser una heroína… Hacia 8 años.
A pesar de esa ocurrencia tan salvaje en su vida, Aurora solo agitó la cabeza sin verse perturbada.
Desde pequeña había estado rodeada de esta clase de situaciones… Situaciones extrañas o eventos repentinos, que una niña normalmente no tendría.
Como mudarse repentinamente a un lugar distante debido a la decisión de su madre o como un sistema que le daba una espada cuando por primera vez deseo tener una… Tras ver una serie animada por televisión.
—Ese fue mi único error.
Un texto apareció en la mente de Aurora proveniente de su 'sistema', pero ella con una expresión imperturbable preguntó. "Entonces cuando tenía ocho años y perdí el cuchillo favorito de madre, ese cuchillo mágico que imitaba cuchillos de mi memoria y que podía cortar el metal como si fuera tofu, ¿no fue tu culpa?"
—Ese fue un descuido…
Aurora no supo cómo responder ante tan descarada respuesta…