En la entrada de la recepción ya se encontraba dos sirvientes esperando el arribo del vehículo, al ver descender al mayordomo y dirigirse en la parte de atrás para abrir la puerta, uno de ellos salió a informar que el visitante ya había llegado.
Edrea salió del vehículo para entrar a la mansión, el sirviente demostró sus respetos al mayordomo ya que por jerarquía era la persona superior a el pero hizo caso omiso a la presencia de Edrea y solo se retiro cuando las dos personas ingresaron al recibidor.
El recibidor consistía en una gran cuarto donde en el medio colgaba un gran candelabro dorado y había pedazos de cristales que eran diamantes de diferentes tamaños como detalles a diseño, los pisos de mármol con un todo blanco que permitía reflejar la luz del candelabro así aumentando más la iluminación y dando un toque sofisticado de nobleza al lugar. Esta se conectaba con diferentes entradas hacia dentro de la mansión en la planta baja y al final había dos escaleras, cada uno en un respectivo lado en de forma en espiral que conectaba con el segundo piso.
Para Edrea este lugar no tuvo ningún impacto ya que el solía verlo diariamente cuando el vivía aquí, si fuese otra persona quedaría en shock por solamente ver esta parte de la mansión.
En ese instante, se podía a ver a un joven descendiendo de la escalera, al percatar la presencia de Edrea y el mayordomo, se dirigió a donde se encontraban ellos. Con una actitud de molestia impresa en la cara del joven, separo cerca de enfrente de Edrea apartando a un lado al mayordomo de su camino.
"!¡¿Qué es lo que vienes hacer aquí?!!. Se te había dicho que ya no tenías ninguna relación con esta familia y tenías prohibido acercarte a la casa. Un hijo de una puta no debería poner un pie en esta casa así que regresa por donde viniste, si no quieres que yo te saque a mi manera" Lo dijo con una intensión agresiva
El mayordomo tenía la intención de aclarar el motivo del por qué Edrea se encontraba en la mansión pero al ver la actitud del joven hacia Edrea prefirió mantenerse callado.
"No vine porque yo quisiera, Padre me mando a llamar porque quiere hablar conmigo. Si tanto te molesta que este aquí, quéjate con el no conmigo" Dijo Edre sin tomarse molestia la actitud del joven.
" No tienes derecho de llamarlo Padre, tu nunca fuiste su hijo. Desde un principio fuiste hijo de un bastardo y una puta de una pequeña aventura. Deberías de agradecernos por educarte acogerte en esta casa durante todo este tiempo" Dijo el joven chico con un tono
Cada vez que sacaban este tema, para Edrea era como una espina clavada en su cuerpo, una espina que nunca lograra quitársela por que el ya decidió llevar su vida con ella clavada. Pero si mencionaban a su madre, y mas que nada si la insultara era como golpear su talón de alquiles, cuando pasaba esto no importaba quien era la persona que estaba enfrente del, no le permitiría que la menospreciaran en su persona
Molesto, Edrea avanzo un paso plantando cara al joven hay que mencionar que Edrea era mas alto que este chico, con una altura de 1.80 m de Edrea a comparación de 1.65 m del chico es como si un chihuahua le ladrara a un pastor alemán.
" Puedes hablar mal de mí si quieres, tirarme toda la mierda que se te ocurra o mandar personas a intimidarme. ¡Pero que te quede claro, si involucras a mi madre no te lo vas acabar, vas a repetirte tanto hasta el punto de desearas no haber dicho nada!" Dijo Edrea con una voz gruesa y amenazadora.
El mayordomo que estaba en silencio apreciando la escena, no entendía como llego el punto a que Edrea estaba sosteniendo al joven chico desde el cuello de su camiseta. El rostro del joven carecía de color, le sorprendió el diferente cambio de actitud de Edrea. Desde que lo conocía nunca recordó que Edrea tuviera estas emociones de enojo, el siempre estaba con una sonrisa en la cara, haciéndolo de carácter sencillo.
De repente, un anciano con la cabeza blanca y una barba que se podía ver que le habían hecho un trabajo de la barbería hizo aparición junto con el sirviente que fue a notificar que había llegado. Al ver la escena, de inmediato se apresuro a donde estaban ellos tratando de evitar que las cosas se tornen mas peligrosas
"Edrea ya déjalo en paz, en fin de encuentra sigue siendo tu hermano menor y es actualmente el futuro heredero de la familia. Mejor evítate problemas y déjalo, sabes que su lengua es resbaladiza, déjalo pasar por tu abuelo" Dijo el anciano decrepito.
"Ya no soy nada de el, recuerda que Padre lo dejo claro, pero solo por ser usted lo dejare en paz" Dijo Edrea, en el momento que le arreglo el cuello a su pequeño hermano, Lin Xingshun
"Gracias" Dijo el anciano con sinceridad
" No me vuelvas a tocar si no te vas arrepentir" Dijo Lin Xingshun furioso mientras se dirigía a las escaleras.
Viendo lo partir, Edrea se dirigió hacia el anciano que estaba esperándolo
"Tu Padre quiere hablar contigo, pero al parecer por su actitud no es algo bueno. Solo vine para advertirte que tengas cuidado con el. El esta esperándote en el estudio principal"
"Gracias, lo tomare en cuenta. Entonces me voy" Dijo Edrea antes de partir en camino al estudio principal
...
El ya estaba al frente de la entra del estudio principal, este se encontraba casi al final de la mansión debido a que el padre de Edrea le gustaban el ambiente silencioso. El padre de Edrea era de aquellos que pensaban que las cosas se tenían que hacer a su manera y que todo lo que decía o hacia era lo correcto, debido que era la cabeza de la Familia Lin cada orden era como si era una encomienda de Dios y sus decisiones eran absolutas.
Ninguna persona se atrevería a cuestionar o ir en contra de sus órdenes. Y bien era conocida la personalidad de el hasta que los altos funcionarios de la Ciudad de Cargil y las Grandes Familias tenían que presentar sus respetos cuando el estaba en persona.
Con esta breve introducción, si fuera uno de nosotros tendría que apretar tan fuerte el ano para juntar algo de valor solo para estar en la entrada.
Toco la puerta, sin esperar una respuesta el ingreso al estudio principal.
Esta habitación era amplia con acabados de madera en el piso daba un ambiente rustico pero con un aire de sabiduría, un escritorio era lo primero podía ver cuando ingresara a esta habitación. La parte de atrás del escritorio estaban unas ventanas amplias estilo francés el cual permitía el paso libre de la luz en el dia y daba una vista hermosa al jardín. En este momento la habitación no esta en total iluminada, solo el blanco y traslucido luz de la luna es lo que permitía iluminar esta habitación.
Con los ojos cerrados y entado en el escritorio con vista hacia la ventana, estaba una de las personas que podían provocar mucho miedo solo con su presencia. Al escuchar que tocaban la puerta, y los pasos al caminar hasta el nivel del escritorio, abrió los ojos y se giró para encontrarse cara a cara con Edrea.
Esperando para ver quién de los dos iniciaría la conversación….