'¿Qué hacer? ¿Qué hacer?'
Era lo único que se repetía en la mente de Lucia. Hasta hace solo un momento planeaba seguir el curso de la corriente sin embargo, no conto con que al final de esta una cascada cortara su camino. El hombre frente a ella había despertado la respuesta que buscaba sobre su posterior confusión, pero a su vez dio paso a más preguntas y dudas. Donde la más importante era:
¿Cómo proseguir a continuación?
'Primero, tratemos de no estropearlo Lucia…' se dijo a modo de aliento, luego de intentar resolver el asunto en su cabeza sin obtener resultado alguno.
Después de todo, este hombre frente a ella no era como Nadia. Esta última había notado su comportamiento extraño esta mañana, por culpa de su lenta reacción a su entorno, y no pone en duda que más tarde lo reporte al Conde y a su esposa su preocupación en torno a su 'Joven señorita'.
La familia puede ser tratada de forma más segura, pero su "prometido" es un asunto aparte. Al hacer las comparaciones su sirvienta era un gato curioso pero lleno de afecto y preocupación maternal, en cambio el hombre frente a ella parecía un cuervo al asedio; indiferente, pero con un agudo sentido del escrutinio y evaluación. Pareciera que ante el más mínimo rastro de sospecha todo podría ser condenado.
Mientras Lucia llegaba a un acuerdo mental, la persona en cuestión ya se había encaminado en su dirección. Su repentino acercamiento la tomó por sorpresa, pero hizo todo lo posible para enmascararlo con una sonrisa llena de cordialidad.
"Duque… ¿sucede algo?" Pregunto, aparentando confusión en su rostro cuando este se detuvo a unos escasos centímetros de ella dedicándose a observarla fijamente.
Al ver como la mirada de la joven se mantenía sin alteraciones ante su presencia una débil sonrisa de ironía se formó en los labios del Duque Marwoleath.
No había tenido mucho contacto con la hija del Conde Enaid, ni siquiera sabía cómo se veía. Sin embargo, había recibido muchos informes, o más bien quejas, de sus guardias cuando esta intentaba conocerlo y era rechazada por los mismos. Todos y cada uno de sus subordinados tenían la orden de no dejar entrar a ninguna mujer a su mansión y mucho menos a su campo de entrenamiento militar. Aun así, quien diría que la joven señorita que armaba discusiones en su puerta terminaría convirtiéndose en su prometida.
De no ser por el favor no saldado de su abuelo y la constante instigación de su padre para que encontrase una esposa, sus caminos nunca se habrían cruzado.
"¿Por qué no comenzamos de una vez nuestra reunión?" Inquirió este levantando su mano izquierda con respeto, retomando la expresión de indiferencia en su rostro.
Lucia observo aquella gran palma abierta frente a ella y tras unos segundos de vacilación poso su mano derecha sobre esta. Quizás se debió al tacto de su piel contra el guante de cuero negro que cubría aquella mano, o su miedo a mostrar algún error pero, el sentimiento de frialdad que sintió al unir sus manos pareció recorrer por todo su cuerpo helando su sangre en el acto. Por reflejo quiso retraer su mano pero se recordó a si misma que no era el momento para ser imprudente.
Dicho acto no pasó desapercibido a los ojos del Duque, los cuales se entre cerraron hacia ella, profundizando aún más su evaluación.
'¡Mierda!' Lucia no sabía si llorar o clamar a Dios por su impertinente reacción. Se propuso actuar normal y al final solo aumento la vigilancia de este peligroso hombre sobre ella.
"¿Ocurre algo?" preguntó el Duque mirando su rostro con seriedad. "Acaso, ¿A mi prometida le desagrada mi toque?"
'Eres una fuente de destrucción sangrienta andante, ¿cómo no tener miedo al sostener tu mano?' a pesar de que quería gritar eso en respuesta, Lucia lo mantuvo para sí misma.
Fingiendo una sonrisa de despreocupación balanceo su cabeza en negación antes usar el tono más amable y estable para responder: "No, es solo la impresión de sostener la mano del Duque por primera vez. Se siente un tanto extraño para mí."
El duque Marwoleath alzo una de sus cejas ante aquella respuesta, y dejando escapar un leve resoplido de sus labios prosiguió a afianzar su agarre en la pequeña mano de Lucia, causándole un poco de dolor en el proceso.
"¿Es así?, pensé que siempre había anhelado que sostuviese su mano. De no ser así, ¿Por qué intercambiar de forma intransigente un valioso favor de mi familia por un matrimonio?"
Lucia trago saliva al escuchar su cuestionamiento pero, aun así se obligó a mantener la compostura ante el incómodo agarre en su mano. Era de suponer que el Duque estuviese disgustado con el compromiso forzado. Pero no fue su culpa, sin embargo quien organizo toda esta artimaña ya no estaba presente, y por desgracia, ahora ella ocupaba su lugar.
Por tanto, solo podría enfrentar la situación y plantear una solución favorable para ambas partes.
'Intente sostener el acto, pero no puedo más con esta tención' suspiro en su mente. Esto había sido descabellado desde el momento en que se levantó. No importara si agrega otra onza de irracionalidad ¿Verdad?
Con aquella resolución final, Lucia apretó de igual forma el agarre sobre la mano del Duque sorprendiendo a este y declaro lo que para ella sería lo más conveniente.
"Tiene razón Duque, mi actitud fue muy imprudente y cause problemas por mi testarudez y egoísmo. A veces las mujeres hacemos cosas impensables por obtener la atención del hombre que nos interesa, solo después de que nos golpeamos contra la fría realidad nos damos cuenta de que no vale la pena y la única opción es retirarse mientras todavía hay oportunidad" aquellas palabras fueron seguidas de una sonrisa simplista.
Nadia, quien se mantuvo al margen durante toda su interacción solo pudo dejar caer su mandíbula tras escuchar las desvergonzadas palabras de su joven dama.
'Señorita, ¡¿Qué rayos está haciendo?!' Ahora más que nunca creía que su joven señorita estaba mal de la cabeza y quería prescindir del compromiso. Pero, ¡Esto no podría ser!
Lucia obviamente percibió la reacción de su sirvienta, sin embargo las palabras ya habían sido derramadas y no podría volver a recogerlas. Solo quedaba ver la reacción de la otra persona. De todos modos, ninguno de los dos quería el compromiso. Además, todavía tenía que resolver el asunto de su actual presencia aquí y el por qué ahora estaba ocupando un cuerpo que no le pertenece. Solo ella sabía el enredo que había dentro de su cabeza, y si anular de forma directa el compromiso no deseado ayudaría a adquirir más tiempo para su organización, que así sea.
"¿La señorita Lucia esta insinuando que quiere romper el compromiso?" aunque la pregunta fue dicha sin ningún rastro de reprimenda o enojo, el ambiente que rodeaba al Duque había tocado un punto de peligro mortalmente peligroso.
Lucia sabía que obtendría este tipo de reacción de él, pero tenía que soportar. Lo que estaba haciendo era algo despreciable ante los ojos de cualquiera, 'Lucia' había utilizado todo a su alcance para obtener este compromiso y ahora 'Lucia' propuso terminarlo una vez concedido. Era una ofensa para cualquiera, y más para alguien de tal estatus como lo es un Duque. Pero, ella ya había tirado las cartas y aunque el Conde no la perdonase por su desfachatez tenía que apostar hasta el fin.
"Acaso, ¿El Duque no desea lo mismo?" inquirió con calma, la sonrisa aun colgaba de sus labios serena y tranquila, como si su previo nerviosismo al entrar a la habitación hubiese sido un espejismo momentáneo. "Estoy dispuesta a anular el compromiso con el Duque y aceptare las consecuencias de mis-"
"Lamentablemente, no se puede hacer" la profunda voz del Duque interrumpió sus palabras en el acto, causando que esta lo mirase en estado de shock. Este observo su rostro pasmado y sonrió fríamente antes de cambiar el agarre de sus manos entre cruzando sus dedos en un agarre más agudo y fuerte, provocando dolor en la mano de Lucia, quien solo pudo arrugar sus ojos ante tal sentimiento de dolor. "Señorita Lucia, tal vez para usted el desechar cosas que ya no quiere sea muy común pero este compromiso no es el caso."
La atmosfera se tornó más lúgubre y sombría con cada palabra pronunciada. Nadia había perdido su postura recta y servicial, mostrando su nerviosismo ante la situación actual. Sabía que el Duque Marwoleath era alguien que no se podía ofender pero su señorita parecía no entender lo. Anteriormente, aunque su joven dama había causado uno que otro escándalo en su puerta este había hecho oídos sordos y ojos ciegos a tan escandaloso sucesos, incluso cuando esta había logrado su cometido al hacerlo su prometido de forma tan descarada el Duque mostro una mínima reacción de desagrado. Sin embargo, todos tienen un límite y su joven señorita parecía no comprender eso y todavía sigue empujando. Ahora es definitivo, la mansión del Conde está en la cuerda floja y todo por la irracionalidad caprichosa de su joven Dama.
"Pe-Pero, el Duque no está de acuerdo con este compromiso. ¿No es más confortante para usted prescindir de ello?, Estoy dispuesta a aceptar toda la culpa por ello" Negocio Lucia de forma seria y resulte, a pesar de que sus primeras palabras salieron en un tartamudeo.
"No se puede" la sonrisa del Duque se hizo más siniestra al presentar su respuesta.
Y Nadia parecía estar sudando toda el agua de su cuerpo con cada segundo que pasaba, estaba decidida a arrastrar a su joven Dama fuera de la biblioteca en cualquier momento si esta continuaba con su absurda petición.
Lucia podía sentir la nerviosa mirada de Nadia clavada en su cabeza pero decidió ignorarla, lo más importante era el negocio presente "Pero yo esto-"
Antes de que sus palabras terminasen su centro de gravedad se vio alterado cuando su cuerpo fue arrastrado hacia uno de los asientos de la sala en donde termino sentada de una forma desordenada. El brusco movimiento tomo por sorpresa tanto lucia como a Nadia, quien dio varios pasos apresurados hacia esta, sin embargo, cuando su mirada preocupada se topó con los grisáceos ojos del Duque, freno sus pasos. Quería ayudar a su dama, pero la advertencia en los ojos de aquel hombre era clara y precisa. Así que como sirvienta de una casa cuyo título nobiliario era menor, solo pudo morder con ansias su labio inferior y mantenerse al margen.
El Duque volvió su mirada a Lucia al momento en que esta abría los ojos con desconcierto y cautela, luego de que la sorpresa de su repentina acción pasara.
"Duque Marwoleath, ¿Que cree que esta hacendó? Este es un acto de irrespeto hacia esta joven dama" exclamo Lucia con enojo palpable en su tono. Claramente había dado el brazo a torcer en este asunto, sin embargo la otra parte no solo se negó a aceptar su sugerencia humillante si no que la acoso hasta este grado. Toda calma había abandonado su rostro, estaba irritada, enojada, ¡furiosa! Y estaba lista para ventilarla con el hombre despreciable frente a ella.
Al parecer, Lucia se había olvidado de que hasta hace unos diez minutos había clasificado al "hombre despreciable" como una fuente de destrucción sangrienta andante.
"El que debería hacer esa pregunta soy yo, Lucia Enaid" el tono del Duque era sombrío e indiferente, pero el disgusto era palpable en cada palabra. La sonrisa irónica hace tiempo había desaparecido de sus labios, dejando solo una línea recta en ellos. "¿Habla de irrespeto después de todo lo que ha hecho para llegar a obtener este acuerdo de compromiso?" pregunto mientras paso a paso acortaba la distancia entre ambos.
Lucia lo miraba con recelo, la compostura de una "Dama" la había abandonado hace tiempo. En estos momentos parecía un tigre con ansias de saltar sobre su enemigo ante el primer ataque. "He reconocido mis errores y por ello quiero remediarlos a través de la cancelación del compromiso. Asumiré toda la culpa por ello sin protesta alguna, aunque esto me coste la poca dignidad que me queda como hija de un Conde y me lleve a la condena de la aislamiento social"
A pesar de que su mandíbula crujía por el enojo, su voz era de absoluta decisión y firmeza. Lastimosamente el Duque Marwoleath no le prestó atención a su juicio de "auto condena"
Una sombra negra se cernió sobre Lucia, el rostro del duque estaba a unos escasos centímetros del suyo y ambos brazos estaban apoyados en los reposaderos del mueble individual, así que el tigre estaba arrinconado y sin ninguna posibilidad de escape.
Ante tal restricción el ímpetu de Lucia parecía extinguirse tres niveles. Pero, no flaquearía en este momento. Así que manteniendo una mirada ardiente y firme, espero la siguiente acción del Duque.
Al ver su cara de "fortaleza" el Duque le dedico una mirada aburrida antes de sonreír con lo que parecía ser un deje de burla. "Señorita Lucia, creo que hay algo que aclarar aquí. Admito que este compromiso no es algo que sea de mi entero agrado, no, más bien carece de cualquier sentimiento positivo de mi parte"
"Entonces pode-"
"Sin embargo…" nuevamente, las palabras de Lucia fueron interrumpidas, provocando que sus delicadas cejas se fruncieran por la frustración que su dialogo fuese cortado por tercera vez. " A diferencia de otros acuerdos de compromiso, el que se establece con la familia Ducal de Marwoleath es algo que no se puede romper solo porque si"
"Pero, estoy dando mi palabra para asumir toda la culpa." Las cejas de Lucia se arrugaron aún más mientras replanteaba su propuesta. Solo que, lo único que obtuvo fue una risa de burla por parte del Duque. Aquellos ojos grisáceos parecían adquirir el color de la escarcha con cada segundo que pasaba, nuevamente sintió que la sangre de todo su cuerpo se helada al mirarlos.
"Señorita Lucia, creo que no me he dado a entender del todo" expreso el Duque sin apartar la mirada del ahora pálido rostro de Lucia, tras cesar su pequeña risa la sonrisa todavía no había desaparecido de sus labios. Sin embargo, a diferencia de las posteriores, esta denotaba una helada frialdad y despectivismo.
"¿A qu-que se refiere?" pregunto Lucia con un poco de tartamudeo.
El Duque Marwoleath la miro fijamente, antes de declarar con simpleza las palabras que sellarían toda vía de escape para Lucia. "Cuando la casa Ducal Marwoleath acepto la propuesta de compromiso, se llevó acabo el contrato alianza ceremonial por parte de ambas casas nobles"
'¿Contrato?' pensó Lucia, arrugando aún más el entrecejo.
"¡¿Con-Contrato de Alianza Ceremonial?!" el grito nervioso de Nadia interrumpió la interacción entre ambos.
Al escuchar la exagerada reacción de Nadia, Lucia giro su atención hacia ella y pregunto: "¿Por qué reaccionas de esa forma?"
Nadia sabía que había sido grosera al alzar la voz a al extremo, sin embargo la sorpresa se había cernido sobre ella dándole una apariencia descolocada y aturdida. "Señorita, usted ya no puede anular el compromiso"
"No puedo, ¿A qué te refieres?" Lucia miro con incredulidad a su sirvienta.
"Tu sirvienta debe ser especial para saber de dicho contrato" elogio el Duque en un bufido.
"Explíquese" solicito Lucia volviendo su mirada hacia el Duque.
Este ensancho su sonrisa ante la mirada nerviosa de Lucia. "El contrato de Alianza Ceremonial, es un juramento de unión entre dos castas para la unión de ambos lados a través de un acuerdo de matrimonio. En este se estampan tres sellos, dos de estos son los sellos ceremoniales de las familias que solicitan la alianza…"
"¿Y el tercer sello?" pregunto Lucia, al ver la ambigüedad en sus palabras tenía un mal presentimiento.
"…Es el sello del palacio real" las palabras de Nadia fueron pesadas a la hora de responder.
El mal presentimiento golpeaba cada vez más fuerte dentro de Lucia, aun así, con nerviosismo se animó a preguntar "¿E-En otras palabras?"
Al ver que la cara cenicienta de Lucia, el Duque Marwoleath sonrió con gracia antes de responder a la ligera. "En otras palabras, ir en contra del contrato seria desafiar al sello real y por tanto al rey"
'¡En qué diablos me he metido!'