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Chapter 191 - DIOSES DEL MUNDO DEL RÍO (1)

DIOSES DEL MUNDO DEL RÍO (1)

Loga se resquebrajó como un huevo.

A las 10:02, su imagen apareció en las pantallas murales de los apartamentos de sus ocho compañeros inquilinos. Lo veían desde un ángulo ligeramente por encima de él, y la imagen lo ofrecía desde su desnudo ombligo hasta un punto situado unos pocos centímetros por encima de su cabeza. Los lados de su escritorio casi alcanzaban los bordes de su campo de visión, que revelaba también algo de la pared y del suelo que había detrás suyo.

Loga tenía el aspecto de un Buda de pelo rojo y ojos verdes que hubiera vivido durante años en una fábrica de helados y hubiera sido incapaz de resistirse a su producto. Aunque había perdido ocho kilos en las últimas tres semanas, seguía estando muy gordo.

Era, sin embargo, un Buda muy feliz. Sonriendo, con su rostro parecido a una calabaza resplandeciente, dijo en esperanto:

¡He hecho un gran descubrimiento! Resolverá el problema de... Miró hacia su derecha.

Lo siento. Creí haber oído algo.

Tú y Frigate dijo Burton. Estáis volviéndoos paranoicos. Hemos registrado cada una de las treinta y cinco mil setecientas noventa y tres habitaciones de la torre, y...

Las pantallas parpadearon. El cuerpo y rostro de Loga vacilaron, se alargaron, luego se contrajeron. La interrupción duró al menos cinco segundos. Burton se sorprendió. Aquella era la primera vez que alguna pantalla mostraba una interferencia o avería.

La imagen se estabilizó y definió.

¿Y? dijo lentamente Burton. ¿Qué es eso tan excitante? La visión electrónica parpadeó, sumergiéndose en el enigma.

Burton se sobresaltó, y aferró sus manos en los brazos de su sillón. Era un ancla a la realidad. Lo que estaba contemplando pertenecía a todas luces a lo irreal.

Resquebrajaduras en zigzag brotaron de las comisuras de los labios de Loga y se curvaron hacia arriba por sus mejillas, desapareciendo bajo su pelo. Eran profundas y parecían penetrar en su piel y carne hasta la cavidad bucal y los huesos.

Burton se levantó de un salto de su sillón.

¡Loga! ¿Qué ocurre?

Las resquebrajaduras se estaban extendiendo ahora hacia abajo por el rostro del Etico, hacia su pecho, su prominente barriga, sus brazos y sus manos.

La sangre brotó de su enloquecida carne, salpicando el escritorio.

Aún sonriendo, se desmoronó como un huevo cascado, cayendo hacia el lado derecho de su silla sin brazos. Burton oyó un ruido como de cristal rompiéndose. Todo lo que podía ver ahora de Loga era la parte superior de un brazo, fragmentos manchados como trozos de una botella de vino rota.

La carne y la sangre se fundieron. Sólo quedaron brillantes charcos.

Burton se había puesto rígido pero, cuando oyó a Loga gritar en voz muy alta, dio un salto. .

¡I tsab u!

El grito fue seguido por un golpe sordo, como si un cuerpo pesado hubiera golpeado el suelo.

Burton activó con la voz otros visores en la habitación de Loga. No había nadie allí, excepto los charcos rojos en el suelo allá donde había estado Loga.

Burton contuvo el aliento.

Siete pantallas se iluminaron en la pared de Burton. Cada una de ellas contenía la imagen de un inquilino. Los grandes y oscuros ojos de Alice estaban más abiertos de lo normal, y su rostro se veía pálido.

¿Dick? ¡Eso no puede haber sido Loga! ¡Pero sonaba como él!

¡Tú lo viste! dijo Burton. ¿Cómo pudo gritar? ¡Estaba muerto!

Los demás hablaron a la vez, tan impresionados que cada uno lo hizo en su lengua nativa. Incluso el impasible Nur estaba hablando en árabe.

¡Alto! gritó Burton, alzando las manos. Inmediatamente después, se dio cuenta de que había hablado en inglés. No importaba: todos lo comprendían.

No sé más que vosotros de lo que puede haber ocurrido. Parte de ello no puede haber ocurrido, de modo que no ha ocurrido. Nos veremos todos delante del apartamento de Loga. Ahora mismo. ¡Coged vuestras armas!

Extrajo de un armario dos armas que había pensado que nunca iba a volver a necesitar. Cada una de ellas tenía una culata como la de una pistola, un cañón de algo más de siete centímetros de diámetro y treinta de largo, y en su extremo una esfera del tamaño de una manzana grande.

La voz de Alice le llegó desde su pantalla.

¿No van a terminar nunca los horrores?

Nunca lo hacen por mucho tiempo dijo él. En esta vida al menos.

El rostro triangular de Alice y sus grandes ojos oscuros mostraban aquella expresión reservada que a él tanto le desagradaba.

¡Contrólate, Alice! dijo secamente.

Estaré bien dijo Alice. Ya lo sabes.

Nada está bien nunca.

Caminó rápidamente hacia la puerta. Su dispositivo sensor le reconoció, pero no la abrió hasta que él hubo pronunciado la frase código, «¡Ábrete, sésamo!», en árabe clásico. Alice, en su apartamento, debía estar diciendo, en inglés: «¿Quién eres tú?, dijo la Oruga».

La puerta se cerró tras él. En el pasillo había un amplio sillón hecho de metal gris y un suave material escarlata oscuro. Burton se sentó en él. El asiento y el respaldo se agitaron hasta adaptarse al contorno de su cuerpo. Apoyó un dedo en el negro centro de un disco blanco en el amplio brazo izquierdo del sillón. Una larga y delgada varilla de metal brotó hacia arriba del disco blanco de su brazo derecho. Burton tiró de la varilla hacia atrás, una luz blanca brotó de debajo del sillón, y éste se elevó, deteniéndose a medio metro por encima del suelo cuando soltó la varilla dejando que volviera a su posición neutra central. Hizo girar la varilla; el sillón se dio la vuelta, orientándose en dirección opuesta a la que tenía antes.

Utilizando la varilla para controlar el movimiento vertical, y pulsando el punto negro central del disco de la izquierda para controlar la velocidad, hizo que el sillón avanzara por el pasillo.

Finalmente, flotando rápidamente junto a paredes que mostraban murales animados, se reunió con los demás. Flotaron en sus sillones hasta que Burton ocupó la cabeza del grupo, luego le siguieron. Burton disminuyó ligeramente la velocidad del sillón cuando penetraron en un enorme pozo vertical al extremo del corredor. Con la facilidad de la mucha práctica, hizo ascender el sillón por el pozo hasta el siguiente nivel superior y se metió en otro corredor. A unos treinta metros más allá del pozo, detuvo el sillón ante la puerta del apartamento de Loga. El sillón se posó en el suelo, y Burton descendió. Los demás llegaron junto a él apenas unos segundos más tarde. Murmurando, aunque no se dejaban impresionar fácilmente, bajaron de sus vehículos-sillón.

La pared se extendía a lo largo de cien metros desde el pozo hasta un corredor transversal. Toda su superficie desplegaba una imagen en movimiento que parecía tener tres dimensiones. El cielo era claro. Muy a lo lejos había una oscura cordillera de montañas. En primer término había el claro de una jungla con un poblado de chozas de barro seco. Curtidos caucasianos vestidos con las ropas llevadas por los hindúes aproximadamente unos 500 años A.C. se movían por entre las chozas. Un hombre joven, esbelto y bronceado, vestido solamente con un taparrabo, estaba sentado bajo el árbol sagrado de Buda. A su alrededor había una docena de hombres y mujeres sentados con las piernas cruzadas, todos ellos escuchándole atentamente. Era el Buda histórico, y la escena no era una reconstrucción. Había sido filmada por un hombre o mujer, un agente Etico que había pasado por uno de ellos, y cuyo equipo de cámara y sonido estaba oculto en un anillo en uno de sus dedos. En aquel momento su conversación era un ligero murmullo, pero si cualquier espectador pronunciaba una palabra código el murmullo podía hacerse inteligible. Si el espectador no comprendía el indostaní, podía utilizar otra palabra código para hacer que el idioma cambiara al ético.

Otra palabra código podía conseguir que la imagen emitiera los olores existentes en torno a quien había grabado la escena, aunque normalmente el espectador prefería pasar de ellos.

Directamente frente a Burton había un tocón en el cual alguien había pintado un símbolo, un ojo verde en el interior de una pirámide amarillo pálido. Aquello no estaba en el film original; señalaba la entrada del apartamento de Loga.

Si ha situado su puerta de modo que sólo reaccione a su propio código, estamos listos dijo Frigate. Nunca entraremos.

Alguien entró dijo Burton.

Quizá dijo Nur.

Burton pronunció con voz fuerte, demasiado fuerte, como si creyera que podía activar el mecanismo de apertura simplemente con la fuerza de su voz:

¡Loga!

Una rendija formando un círculo de tres metros de diámetro apareció en la pared. La sección se movió ligeramente hacia adentro, luego se convirtió en una rueda y giró metiéndose en la pared. La escena no se desvaneció sino que giró con la superficie.

¡Estaba preparada para cualquiera que deseara entrar! dijo Alice.

Lo cual no es lo más correcto precisamente que uno puede hacer dijo Burton. Nur, el pequeño y cetrino moro de enorme nariz, dijo:

Puede que el intruso haya pasado por encima del código y luego haya vuelto a armar el mecanismo.

¿Cómo pudo hacerlo? dijo Burton. ¿Y por qué?

¿Cómo y por qué se ha hecho nada de esto?

Penetraron cautelosamente por la abertura, Burton delante. La habitación era un cubo de doce metros de lado. La pared detrás del escritorio era de un color verde pálido, pero

las otras mostraban escenas animadas, una de ellas del planeta llamado el Mundo Jardín, otra de una isla tropical vista desde una gran distancia, y otra, que Loga debía estar mirando de frente, de una tormenta diurna a gran altitud. Oscuras y turbulentas nubes giraban en el cielo, y los relámpagos saltaban brillantes pero silenciosos de nube a nube.

Entre las nubes, de forma incongruente, las pantallas activadas colgaban, brillantes, mostrando aún las habitaciones de los inquilinos.

Charcos rojos resplandecían en el escritorio y en el suelo de dura madera.

Toma una muestra del líquido dijo Burton a Frigate. La computadora de aquí podrá analizarlo.

Frigate gruñó y se dirigió hacia un armario para buscar algo con lo que tomar la muestra. Burton dio una vuelta por la habitación, pero no vio nada que pudiera parecer una pista.

Era una lástima que los demás monitores no hubieran estado conectados. De todos modos, quienquiera que hubiera hecho aquello debía haberse asegurado de que no estuvieran activados.

Nur, Behn y Turpin fueron a examinar las habitaciones contiguas. Burton activó las pantallas que mostrarían aquellas habitaciones. Indudablemente, nadie excepto ellos tres estaría i en ellas, pero deseaba mantenerlas vigiladas. Si una persona podía ser convertida en líquido, ¿por qué no otras?

Se agachó y pasó un dedo por la humedad en el suelo. Cuando volvió a alzarse, llevó la punta de su dedo a unos pocos centímetros de sus ojos.

No irás a probarlo dijo Alice.

No debería. En algunos aspectos, Loga era más bien venenoso. Además, sería una extraña forma de canibalismo. O de comunión cristiana.

Se lamió el dedo, hizo una mueca, y dijo:

La masa de la Misa es inversamente proporcional al cuadrado de la fe.

Alice no hubiera debido sentirse impresionada, no después de todas las cosas por las que había pasado en aquel mundo. Pero se sintió repelida, aunque no pudo determinar si era por su acto o por sus palabras.

Sabe a sangre, cosecha humana dijo Burton. Nur, Behn y Li Po entraron en la habitación.

No hay nadie aquí dijo el chino. Ni siquiera su fantasma.

Dick, ¿qué es lo que dijo Loga? preguntó Aphra Behn.

No creo que dijera nada. Lo visteis resquebrajarse y cuartearse y fundirse. ¿Cómo podía hablar después de eso?

Era su voz dijo Behn. Quien fuera que dijese aquello, ¿qué significaba?

I tsab u. Eso significa, en ético, «¿Quién eres tú?».

Eso es lo que dijo la Oruga murmuró Alice.

Y Alicia en el País de las Maravillas no pudo decírselo observó Burton. Todo esto es una locura. Frigate los llamó a la consola del rincón.

Puse la muestra en la ranura y pedí su identificación. Aquí la tenéis. No era posible identificar a un individuo por su sangre en el 1983 D.C., pero ahora...

La pantalla de la consola mostró, en inglés, tal como Frigate lo había pedido: INDIVIDUO IDENTIFICADO: LOGA.

A continuación venía el análisis. El líquido estaba compuesto por todos esos elementos que constituyen el cuerpo humano, y se hallaban en las proporciones adecuadas. Por supuesto, la carne se había convertido en líquido.

A menos que la Computadora esté mintiendo dijo Nur. Burton se volvió para mirarle directamente.

¿Qué quieres decir con esto?

Puede que la Computadora haya recibido órdenes concretas al respecto. Es posible que se le haya indicado que dé este informe.

¿Pero quién? ¡Sólo Loga podía hacer eso! Nur alzó unos delgados y huesudos hombros.

Quizá. Puede que haya algún desconocido en la torre. Recordad que Pete creyó haber oído algo cuando estábamos celebrando nuestra victoria.

¡Pasos en el corredor fuera de la habitación! dijo Burton. ¡Frigate dijo que pensaba que había sido su imaginación!

Oh, pero ¿lo era?

No era necesario utilizar la consola. Burton formuló directamente a la Computadora independiente de todas las demás computadoras auxiliares unas cuantas preguntas. Una sección circular de la pared brilló, y las palabras inscritas en ella indicaron que ninguna persona no autorizada había entrado en la habitación de Loga. Refutó que las órdenes de Loga hubieran sido violadas.

Lo cual tengo que admitir que tal vez es lo que este misterioso extraño le haya ordenado que nos diga murmuró Burton. Si eso es así... bien, por Dios, ¡estamos en problemas!

Pidió ver de nuevo la escena que todos ellos habían presenciado a través de sus visores. No había nada. Loga no había indicado a la Computadora que la grabara.

Pensaba que todo iba a resultar claro, no misterioso, comprensible para nosotros, a partir de ahora dijo Frigate. Hubiera debido haberlo sabido mejor. Nunca lo es.

Hizo una pausa, luego dijo suavemente:

Se resquebrajó como Humpty Dumpty, excepto que Humpty Dumpty se rompió después de caer, no antes. Y luego se convirtió en agua como la Bruja Malvada del Oeste.

Burton, que había muerto en 1890, no comprendió la última referencia. Tomó nota mental de preguntarle sobre ella al americano cuando tuviera tiempo.

Burton pensó en pedirle a la Computadora que enviara un robot a limpiar el líquido. Tras pensarlo un momento, decidió dejar la habitación tal como había sido hallada. Cerraría la puerta del apartamento con un código que solamente él supiera. Y así, si alguien lo abría...

¿Qué podría hacer él?

Nada. Pero al menos sabría que había un intruso. Nur dijo:

Hemos estado suponiendo que lo que hemos creído ver que ocurría había ocurrido realmente.

¿Piensas que lo que vimos fue una simulación de computadora? dijo Frigate.

Es posible.

¿Pero y el líquido? dijo Burton. Esto no es ninguna simulación.

Puede ser sintético, un falso indicio. La voz de Loga pudo ser reproducida para engañarnos y confundirnos.

¿No hubiera sido más lógico secuestrar simplemente a Loga? dijo Alice. Hubiéramos pensado que Loga se había marchado por alguna razón.

¿Por qué infiernos hubiera tenido que hacer eso, Alice? preguntó Burton.

Debíamos regresar al Valle pasado mañana dijo Li Po. Si Loga deseaba librarse de nosotros, lo hubiera hecho dentro de dos días. No, ese líquido... todo esto... hay alguien más en la torre.

Entonces, eso hace diez dentro de la torre dijo Nur.

¿Diez? dijo Burton.

Nosotros ocho. Más el desconocido que liquidó a Loga, aunque eso es algo que pudieron hacer más de uno. Más el Miedo. Eso hace al menos diez.