Reconstruí la historia a partir de la información que obtuve de los esclavos y mis clones, y la realidad de la situación que vi y escuché a través de ellos. Obtuve bastantes detalles sobre la información que quería.
Por la noche dejé a mis hijos con Herrera-san y Alquimista-san, y fui al [Templo del Castillo de Arena] con Kanami, Pelirroja, Burasato y Supesei. Los soldados de élite de la [Guardia Armada] tenían la base allí.
Ya habíamos inspeccionado más o menos la tienda de la [Guardia Armada] en «Mushroom – Gianna» y los artículos que venden, que son los que arrojan los monstruos de mazmorra de la zona. Los miembros experimentados nos dieron información detallada, de forma que nos será más fácil movernos por ahí.
Estaba nervioso, pero las bellas damas que me rodeaban hicieron que se sintiera mejor en unos minutos. Estábamos en una zona de páramo desértico donde había pocas plantas y se extendía más allá de donde alcanzaban los ojos, al otro lado del horizonte. De vez en cuando veíamos manadas de lobos de arena y lagartos de arenisca. Hasta que encontramos un fuerte construido con rocas procesadas.
Un muro de 10 metros de grosor evitaba que los enemigos pudieran penetrarlo. Por encima de eso, asomaba una cabeza cubierta con un paño de color arena, un vigilante armado miserable con los ojos brillantes. De la fortaleza sobresalían algunas armas grandes, parecidas a ballestas, que eran medidas contra monstruos, con una estructura robusta que sería más dura de lo normal para atacar.
Detrás del muro había un castillo con un techo en forma de cebolla. No se podía ver dónde acababa, pero no solo tenía una estructura robusta, sino que también estaba bien decorado y tenía una buena apariencia. Quizás incluso fuera el [Templo del Castillo de Arena]. Era marrón en su mayoría, dando la impresión de que algo de arena se había asentado sobre él, o tal vez es que realmente está hecho de arena.
Por el nombre, creo que el templo podría colapsar y enterrar a gente con vida que intentase entrar. Incliné un poco la cabeza. De todos modos, sin escaparnos ni escondernos, entramos directamente por la puerta principal.
Por supuesto, aunque era obvio por la cantidad de guardias que había, ignoraron mis brazos plateados como parte de mi armadura protectora y se abrumaron por la tormenta de destrucción causada por los demonios de trueno y vientos del diablo que me rodeaban.
Los causaban una habilidad original proporcionada por mi especie [Overlord Vajrayaksa – Dios Viviente (Especie Vizra)] llamada [Dios de la Tormenta de Viento]. Con ella hice que el sólido muro se desintegrara de un momento a otro sin dejar rastro, como si nunca hubiera estado allí.
Los desafortunados miembros que estaban haciendo guardia allí se convirtieron en una nube de sangre y desaparecieron de este mundo al igual que el gigante muro. He de decir que algunas [Armas de Tormenta] y [Armas de Lluvia] se mantuvieron intactas, pero sin personas que las detonasen no me preocupaban en absoluto.
Mis 4 compañeras corrieron hacia el agujero que había dejado el muro como lobos hambrientos de sangre.
Burasato se lanzó de cabeza. Sus armas no eran comparables a las habituales, y las espadas gemelas en sus manos tenían hambre de sangre. Siguiéndola justo detrás estaba Pelirroja, enamorada de su nueva [Espada Circular de Ofidio] que usaba para cazar y apuntar a objetivos específicos. Kanami entró lentamente con su ligera espada bastarda en una mano, la misma espada especial que construí metales mágicos.
Les dije que evitaran matar a nadie, mientras escuchaba el ruido del daño que hacían. Para ser sincero, aunque se dijera que solo la [Guardia Armada] podía desafiar la mazmorra del [Templo del Castillo de Arena], las 4 que traje conmigo también son buenos ejemplos de fuerza excesiva.
Ni siquiera los residentes del Nuevo Mundo cuyo rendimiento básico es alto debido a lo que hacen para vivir pueden superar a mis [Yuen]. (NT: Otra vez esta palabra que no sé lo que es. Ahora parece que la usa para referirse a sus mujeres.) Son pocos los que pueden desafiar a estas 4 de aquí. Es realmente difícil que pierdan una batalla.
Pensé que tenía tiempo de sobra para terminar mi bebida primero, pero tuve que tragar de golpe inesperadamente.
Aparentemente alguien estaba liderando una batalla, el jefe o su compañera. Mostró un poder único, parecido a un [Poder Divino]. "¡Te tengo!" rugió grave y profundo la bestia gigante, haciendo temblar el suelo.
Me informaron de que los jefes de las 5 organizaciones estaban resguardados, por lo que parecía ser alguien más con capacidades similares.
Pero bueno, el resultado no iba a ser diferente. Y digo todo eso basándome en evidencias sólidas, independientemente de quién sea el enemigo. Cuanto más poderoso sea, con la cantidad de demonios que tengo, lo mejor es que los derrotemos rápidamente para que no sufran.
Mi cantidad de tropas se puso a escupir sangre en el cielo. Solo podía esperar que murieran tan pocos como fuera posible. No podía hacer más que desearlo.