Hoy pasé el día con Alquimista-san. ¿Que qué hicimos? Intentamos recrear algunos sabo- res. Por lo general las Hermanas serían las adecuadas para este tipo de trabajo ya que, al fin y al cabo, son las que tienen más experiencia en el campo de la gastronomía. Pero en esta ocasión, a Alquimista-san le venía mejor el encargo.
Puede que suene extraño, pero, ¿recuerdan qué es lo primero que comí una vez renací en este mundo? Era un objeto blanco, redondo, blando y regordete, y lleno de nutrientes. Sí, era una oruga.
En la cueva en la que nací, era relativamente fácil conseguir orugas escarbando en la pa- red. Hace poco, empecé a echar de menos su sabor. Para mi sorpresa, cuando conseguí una, tenía un sabor más suave y simple, como si no fuese una oruga igual. ¿Por qué habría cambiado el sabor? No podía parar de preguntármelo.
Sin embargo, pensándolo bien, creo que las orugas que había comido antes tenían un sabor similar. Cuando las tomé por primera vez no es que tuviera muchas opciones para comer como ahora, así que no me concentré tanto en un sabor. Pero ahora que he probado todo tipo de comidas, puedo decir que son distintas. Me pregunto por qué saben tan distintas...
Cuando usé [Conocimiento del Viejo Goblin] descubrí que Gobuji había creado un vene- no llamado [Veneno de Flecha Goblin], para alimentar a las orugas. Alimentarlas con este veneno añadía un suave regusto a la oruga, mientras que las volvía más gruesas y brillan- tes. En otras palabras, las orugas que nos dieron nada más nacer no eran orugas normales.
Al estar hablando de un veneno, queda fuera del área de conocimiento de las Hermanas o del Héroe de la Comida. Aunque el Héroe es capaz de crear medicinas basándose en sus capacidades culinarias, pedirle que cree un veneno no sería razonable. Por eso, Alquimis- ta-san, que es toda una experta en la creación de venenos y elixires, fue la escogida.
Con el único objetivo de recrear la primera comida que recibí al llegar a este mundo, uti- licé un mortero hecho de piedra Rembara, que tenía una historia realmente interesante, junto con [Drogas De Eficacia Ampliada] para formar un líquido a base de un árbol del Gran Bosque llamado India. Añadiendo las hojas de la Ansebi de la locura raíces de Igurashisa Puntiaguda y las frutas de Isshimis de Muerte Certera que habían estado secándose al sol durante unos días, creé una especie de pasta venenosa.
En el clan en el que nací, la [Pequeña Comunidad Goblin], el mortero era un objeto má- gico que solo podía tener la persona más anciana de la tribu. Para Gobuji este mortero era lo más importante de toda la comunidad, pero desde que murió, nadie se ha preocupado por él, y lleva todo este tiempo abandonado en el almacén.
En fin, volviendo a lo importante, estuve acompañando a Alquimista-san, y de vez en cuando ayudándola con el trabajo.
Aunque puedo trabajar fácilmente con todo tipo de veneno, ya que soy inmune, la pre- paración de este era bastante compleja. Y más si tenemos en cuenta que un único error habría significado la muerte para Gobuji.
Aun así, tardamos unas cuantas horas hasta que conseguimos fabricar el veneno. Dado que no estábamos realmente familiarizados con la fórmula, acabamos teniendo que repe- tir el proceso varias veces hasta que tuvimos éxito. El maldito veneno era casi demasiado para la capacidad analítica de Alquimista-san, pero siguió probándolo mientras insistía en lo feliz que estaba de intentar algo nuevo, mientras que yo me prometía a mí mismo que lo conseguiríamos. No quería que esto fuera un fracaso.
Tras numerosos intentos, por fin tuve la sensación de que lo había conseguido. Parecía que un veneno había nacido del mortero. El comúnmente llamado [Veneno de Flecha Goblin]. Tras recogerlo, usamos una pequeña cantidad.
Mezclamos el [Veneno de Flecha Goblin] con la savia de un árbol medicinal, para ir re- duciendo su potencia. Esto provocó que un denso humo blanco comenzara a surgir del veneno, pero usando [Creador del Universo] pude controlarlo, para a continuación añadir agua a la solución. Poco después el humo volvió a aparecer.
Después de un tiempo, el humo se fue disipando, y el veneno pasó de un color azul oscuro a azul claro. Una vez conseguido esto, el veneno era tan débil que prácticamente perdía todos sus efectos. Tras ello, introducimos varias docenas de orugas en la mezcla.
Según iban consumiendo el veneno, se podía ver como las orugas iban creciendo y cam- biando de tonalidad. Cuando prácticamente hubieron acabado con todo el veneno, tomé una de las orugas, y tras lavarla rápidamente con [Creador del Universo], me la comí de un bocado.
Su cuerpo blando, pero flexible, le proporcionaba una elasticidad más propia de las gam- bas. Sin embargo, gracias al veneno, estaba rebosante de fluidos que llenaron toda mi boca.
Estaba deliciosa, aunque no llegaba ni de lejos al sabor de la carne de dragón. Ni siquiera estaba al nivel de la comida de las mazmorras, pero tenía algo... Un regusto suave que me recordaba a los primeros días en este mundo.
Habiendo descubierto el proceso, creo que los produciremos en masa para que todo el mundo pueda probarlos. Como creo que Alquimista-san ayudará con la producción, será relativamente sencillo.
Ah... El sabor era realmente nostálgico.