Segundo día del festival.
Dado que la «Carrera de Obstáculos de Larga Distancia» que yo supervisé se completó perfectamente, decidí prestarle atención a Kanami-chan hoy. El evento que supervisó ella fue la «Casa Embrujada».
Asue-chan ordenó diligentemente a sus tropas de apoyo logístico [Patri] que hicieran una [Caverna Subterránea], en la cual Kanami-chan invocó soldados de ataque con [Invoca- ción Superior: No-Muertos].
El aroma pútrido de los muertos vivientes adornaba el sitio junto con los fantasmas se- mi-sustanciales que vagaban en el aire a la deriva. Podían oírse ecos de lamentos desgarra- dores sobre la roca desnuda en los pasadizos de la caverna, como si fuera un laberinto. El terror que emanaba el lugar estaba pensado para debilitar lentamente el espíritu de alguien con poca fuerza mental.
Los participantes de la [Caverna Subterránea] debían reunir cinco llaves que tenían que conseguir de los muertos, o las puertas no se abrirían. La supervivencia de los trescientos participantes dependía de la cooperación, el espacio estaba bloqueado y no tenía refugios ni escapes.
Como esperaba, los participantes, entre gritos y sangre, avanzaron solemnes.
Perspectiva de una insectoide mantis
Ante mis ojos se formaron dos grupos. No había señal de que la cantidad de enemigos hubiera disminuido en absoluto. Tuve un mal presentimiento.
Furiosa, golpeé duro, la agudeza de la hoz que tenía por manos, mi orgullo, desgarró sus cuellos.
*Fiis*
La blandí contra sus cuellos, decapitando los tres cuerpos. Nos buscaban a los vivos. Con sus manos extendidas, se aproximaban. Olían fatal, pues su pútrida carne se estaba des- componiendo. Solo imaginarte tocando su extrema impureza era doloroso. Te hacían du- dar de que solo fueran zombis.
En la raza de los muertos vivientes, los más renombrados y débiles no muertos eran los zombis. Tenían la habilidad problemática de poder convertir a los cuerpos sanos en más
zombis. Eran una existencia que podía eliminar fácilmente con una oscilación de mis ho- ces. Si hubieran sido diez o veinte, no habría habido ninguna diferencia.
Como lo supuse, son demasiados...
Ante mis ojos solo podía ver zombis, zombis y más hordas de zombis. El estrecho pasadizo de roca, sin un final a la vista, estaba repleto hasta el fondo de zombis enemigos. Y estos estaban listos para atacarnos a la vez, uno tras otro, lanzándose sucesivamente.
Fuimos atacados por una cantidad física de pesadilla. Pero afortunadamente no nos po- dían rodear, ya que el pasadizo era estrecho. Sin embargo, no nos dejaban bajar la guardia nunca. Todos luchábamos para controlar a varios de ellos, si moríamos devorados por los zombis, podíamos convertirnos en uno. No podíamos relajarnos ni lo más mínimo. Y ellos iban a muerte, en serio, no miento.
Ahí va otro. Ghlori-chan, ¿por qué tu veneno convierte a seres en el mismo tipo de no muerto y el mío no? La probabilidad de controlarlos aumentaría, ¡¿no crees?!
Con el balanceo de mis hoces disparé volando tres cabezas de zombi mientras escuchaba en secreto los combates a mi lado. Ghlori-chan estaba luchando con una lanza.
Ghlori-chan ha sido una hobgoblin hasta hace poco tiempo, pero recientemente ha evolu- cionado en una [Ghoul], lo que ha hecho que su manejo de la lanza sea mucho más fuerte que antes.
Con tres estocadas, perforó al instante las cabezas de los zombis para asegurarse de la matanza.
.6
No seas ingenua. Con zombis normales igual podría, pero los zombis de Kanami- chan no pueden ser controlados.
Mientras lo decía, Ghlori-chan se preparó para atacar con la [Lanza Mortal de Putrefac- ción]. Destrozamos a los zombis usando [Descomposición Putrefacta], una habilidad de la lanza que convertía a los cuerpos corroídos en lodo.
6 Aquí viene un párrafo indescifrable. Podemos deducir que habla de que la ghoul es un ser muy querido con quien antes se llevaba muy bien pero debido a que evolucionó y necesita su apoyo. Si alguien se anima a más, que nos lo transmita.
A las especies llamadas ghoul les gusta la carne podrida y los fluidos corporales de los muertos, por lo que Ghlori-chan se puso a sorber esa carne podrida líquida en intervalos. Verlo fue asqueroso.
Bueno, no lo puede evitar, es el instinto de su especie. Mi especie, la de las mantis, a me- nudo come y mata a los machos durante la copulación.
Como no lo podía remediar, aparté mis ojos de esa realidad asquerosa y centré mi aten- ción en atacar al enemigo frente a mí.
Oh, es increíble. Incluso un zombi es delicioso cuando la hermana mayor Kanami lo genera.
Miraba con repulsión como ella bebía los líquidos en descomposición regocijándose. Glup glup glup. ¡Delicioso! dijo mientras bebía la médula sin sentir asco al hacerlo.
¡No consigo entenderte! ¡¿No tienes fondo o qué?!
No es que me importase, pero las cosas tienen un límite.
Aún en guardia, luché por soportar la situación hasta el último momento. Fuera como fue- ra, solo debía soportar el asco. Sentía la piel erizada, y casi no podía detener las náuseas.
A pesar de que el lugar estaba completamente lleno de enemigos, un aliado estaba trastor- nando mi estado de ánimo.
Me voy. Quiero salir de este lugar tan pronto como sea posible.
Habíamos decapitado decenas de cientos de zombis y su putrefacta carne aún seguía eri- zándome tanto la piel que tuve que apartar la vista. Cientos de pedazos de destrucción se extendían por todas las ruinas inundando completamente mi visión, haciendo que el denso y extenso tiempo pasara extremadamente lento.
Y entonces lo escuché, con una voz apenas audible, un aviso bendito de alguno de mis compañeros abrió el marcador.
¡Encontramos la tercera llave! Es hora de irnos. Genial. Rápido, muévanse.
En la mazmorra se necesitaban las llaves para salir y, cuando finalmente escuchamos el re- porte que la última llave había sido encontrada, aseguramos una ruta de salida y corrimos. En ese momento, sin querer, vi suciedad putrefacta pegada a mis hoces, y tuve que desviar
mis ojos. No entendí de dónde habían aparecido esas vísceras y carne, era desagradable.
Ghlori-chan estaba comiendo una mano de zombi que se había guardado. *Ñom ñom ñom ñom ñom ñom ñom ñom*
Quiero salir de aquí tan pronto como sea posible y disfrutar de las aguas termales. Antes de eso yo me limpiaré completamente el cuerpo.
Por un momento me preguntaba a lo que se refería Ghlori-chan, entonces lo entendí. Oh, sí, en efecto. Todo el grupo de ayer se lavó con agua a presión o algo así. Es verdad.
Todo nuestro cuerpo estaba cubierto de restos y un olor pútrido por la batalla con todos los zombis. Un pedazo de carne se había pegado a mi armadura, los fluidos corporales en descomposición estaban convirtiéndose en manchas. A pesar de no notar el aroma porque mi nariz se había acostumbrado a ello, sin duda, emitíamos un terrible olor.
De hecho, por lo que vimos ayer, los participantes usaban grandes cantidades de agua a presión para limpiar sus cuerpos. Después de eso, se aplicaban desodorantes y esterilizan- tes potentes de hierbas marinas y semillas de kanbu en grandes cantidades en un baño mineral. Las armaduras las dejaban en remojo con las mismas sustancias.
Todo el mundo usaba el manantial, pero no podíamos entrar en nuestra condición. Era necesario lavar encarecidamente toda la suciedad que llevábamos encima. Que no solo era la suciedad que el lugar tenía de por sí, sino que también estaban los que se habían inun- dado en inmundicia por buscar las llaves para escapar.
Los zombis y los necrófagos reforzados con magia de hielo salían de todos los lados, no nos dieron tregua a la hora de luchar, nos atacaron sin cesar, uno tras otro, pero logramos escapar con vida de los muertos vivientes demoníacos.
Estábamos física y mentalmente cansadas así que, después de limpiar cada rincón de nues- tros cuerpos, por fin fuimos capaces de relajarnos en las aguas termales.
El olor pútrido aún se mantenía en mi armadura, por lo que le tuve que pedir a un lepre- chaun que la lavase un poco más. Fuera como fuera, tenía que estar listo para mañana.
Mientras disfrutaba de las aguas termales, pensé: Hasta mañana hay mucho tiempo. De- bería ser suficiente ¿no? Tan improbable como podía parecer, una ligera duda rondaba mi cabeza. Miré al cielo tan lejos como pude.
Oh... Mi ojo compuesto comenzó a sangrar...
Debido a que la mazmorra ponía a prueba la resistencia mental, la gran mayoría de los he- ridos tenía una gran resistencia física pero era mentalmente débil. Aunque había zombis reforzados con magia de hielo distribuidos por toda la caverna, no eran más que zombis.
Los miembros que han pasado por mi severo entrenamiento no fueron derrotados y estoy satisfecho de que casi no hubo abandonos.
Dejé que los miembros que apestaban más se dieran un baño mineral en las aguas terma- les. Me preocupó un poco que, dejando de lado el mal olor, las aguas se infectaran.
Creo que a mí no me pasaría nada porque tengo una fuerte vitalidad, pero ahí podrías enfermar seguro. Puede parecer que exagero, pero si no tienes ninguna habilidad especial es así. Es en los momentos extremos donde se pone a prueba la naturaleza de uno, por lo que es completamente lógico que uno no lo aguante.
En fin, como ya he delegado la responsabilidad de la limpieza de las armaduras, ahora solo me queda disfrutar plenamente el evento de mañana.