Ha pasado un día desde que vi a Lionel, el [Rey de las Bestias], quien debe ser tan delicioso como la [Dragona Emperatriz].
Después de cruzar la frontera sobre los [Dragones Tormenta], buscamos un lugar ade- cuado para aterrizar y continuar nuestro viaje sobre los [Milpiés Esqueleto]. Llegamos a una ciudad que está asociada a una mazmorra de la [Era de los Dioses] llamada Dur Gha Varia, y ahí pasamos la noche en un hotel.
La ciudad laberinto Dur Gha Varia contenía una mazmorra pero, a la vez, esa mazmorra estaba localizada en el océano. Así que esta era una nueva clase de ciudad para nosotros, una ciudad portuaria. Por todos lados se podían encontrar monstruos marinos entrena- dos escoltando a los barcos que zarpaban. En este puerto, atracaba una flota completa de barcos mercantes que llegaban desde otros contintentes, portando varios artículos raros que atraían a la nobleza y a la familia real.
La estructura de la ciudad era muy parecida a la de Venecia, conocida como «la Reina del Mar Adriático», de mi vida pasada. Un montón de canales de agua interconectaban la ciudad como un laberinto, por donde navegaban las góndolas que servían como medio de transporte para los locales.
Pero había una gran diferencia, ya que el hecho de que muchos de los habitantes eran parte de razas marinas específicas como [Sirenas] y [Tritones], había una gran variedad de tiendas y negocios tanto bajo la superficie como en la superficie.
Como resultado, por una parte, la ciudad laberinto de Dur Gha Varia es un importante centro estratégico y de comercio del Reino de las Bestias. Y por el otro, es un famoso des- tino turístico.
Ya que llegamos a un sitio como este, habría sido un desperdicio no disfrutar de la expe- riencia. Así, hoy decidimos visitar las atracciones locales.
Sin saber cuáles eran los lugares más populares, nos pusimos de acuerdo para tomar un tour en un bote turístico, los cuales estaban destinados a situaciones como la nuestra.
Dispersos por toda la ciudad, había muchos lugares interesantes por conocer, pero no te- níamos suficiente tiempo para recorrer toda la superficie y debajo del agua.
Aun así, fui capaz de disfrutar de este lugar con mi familia y mis hijos, creando algunos buenos recuerdos. Considerando lo calurosos que han estado estos últimos días, pasear alrededor de una ciudad donde corría la brisa marina todo el tiempo no estuvo nada mal.
Hoy nos fuimos a la cama más temprano después de comer unos cuantos platillos lujosos de otro continente. Estamos listos para nuestro viaje de mañana a la mazmorra.