Hoy, nos fuimos de la Capital Real. Éramos un grupo de 9 demonios, formado por mí y los [8 Generales Demoníacos].
Pelirroja se quedó cuidando de Opushii, la cual ya ha alcanzado la fase en que empiezan a gatear los bebés. El cuerpo de Pelirroja no está recuperado todavía. En vista de que íbamos a ir a un lugar lejano y hacía frío fuera, le dije que se quedara en casa.
Auro, Argento y Onikawa también parecen querer unírsenos en batalla pero, puesto que no tenemos ninguna información sobre la mazmorra que pretendemos conquistar, no nos lo podemos permitir. En el caso que fuera demasiado difícil, ellos tres serían un lastre. Además, todavía no tenemos una base en el Imperio Demoníaco.
No estoy seguro de si la seguridad allí será similar a la del Reino. Podría no serlo. Se- ría incluso peor que fueran tomados como rehenes, y aún estaría la posibilidad de que fueran asesinados. Así que los dejaremos atrás esta vez. Estarán con los otros miembros también.
Dado que también podríamos comunicarnos a través de los auriculares, nos íbamos a ir de cualquier manera. Y como Principesa dejó un encargo, no me preocupé demasiado.
Y, con eso, dejamos la Capital Real.
Hubo un grupo que esperaba para vernos partir en el portón. Estaban Principesa, Ca- ballerito, la Reina y Heroína Oscura. Varias personas se reunieron despidiéndose triste- mente, y muchas otras pidieron souvenirs de nuestro viaje. Como todo el mundo tenía los ojos sobre nosotros, tuvimos que marchar en el ciempiés esqueleto.
Después de avanzar un breve trecho en nuestra salida, y comfirmar que nadie andaba por los alrededores, bajamos del ciempiés. Iba a ser un viaje más largo que el anterior, en un carruaje normal habríamos tardado un mes en llegar, incluso con el ciempiés es- queleto nos habría llevado mucho tiempo. Como quería minimizar al máximo posible el tiempo de viaje, nos cambiamos a una versión mejorada del ciempiés esqueleto. El resul- tado de su modificación fue un milpiés esqueleto que triplicaba el tamaño del anterior. Es mucho más grande que un tráiler, no sé si dicho así pueden imaginarlo mejor. Para entendernos bien, de ahora en adelante llamaré a este carro mejorado [Gran Milpiés Esqueleto].
Es muy cómodo viajar en él, ya que está equipado con muchos accesorios distintos que te hacen la vida más fácil. Tiene camas individuales, encimeras de cocina, hasta una ne- vera y una lavadora. También tiene una sala de estar y un baño con todas las facilidades. No solo se podría vivir aquí sin problemas, sino que se trata de otro nivel de vida en un ambiente muy superior comparado con las casas privadas normales. El gran milpiés esqueleto es, en otras palabras, como una autocaravana de lujo. Además, puede moverse y transformarse a su antojo como forma de autodefensa. Se podría decir que es una fortaleza viviente.
Con eso, hoy continuamos nuestro camino en el milpiés esqueleto. No teníamos la ne- cesidad de parar con frecuencia, pues podíamos cocinar, lavarnos e ir al baño cuando quisiéramos. Todo lo que hicimos fue pasar el rato estudiando o jugando, y durmiento durante la noche, mientras avanzábamos. Nos dirigíamos a nuestro destino por el cami- no más recto posible, atravesando cualquier obstáculo y siguiendo adelante.
Había un bosque y un valle en la ruta que estaban dominados por monstruos. Me pre- ocupaba que nos atacasen, pero al final no ocurrió nada. Probablemente se abrumaron al ver el tamaño, la velocidad y la monstruosidad del milpiés. Por otra parte, lo encanté con [Sigilo], así que debió de surtir efecto también.
Todo apuntaba a que llegaríamos antes de lo esperado.