Gracias al buen tiempo, hoy iba a ser un día memorable ya que la sala de masajes iba a empezar a plena marcha. Lo anuncié en la tienda anteriormente, de manera que los invitados que habían venido a la inauguración podrían haber difundido la palabra.
Una señora y sus hijas llegaron poco después de la apertura en las arañas-esqueleto que ejercían la función de carruaje.
Hubo mucha más gente de la que imaginé, así que tuvieron que esperar un poco. Como la gente se molesta si hay colas demasiado largas, les conduje a una zona donde les ofrecí dulces hechos de la miel de abejas del Gran Bosque. Con esto, pude distraerlos de la demora, y tuvo bastante éxito. Nunca antes había disfrutado de algo tan dulce, y así conseguimos matar el tiempo con charlas distendidas entre los que nos conocíamos.
Funcionó bastante bien para ser una apertura. Parecía que, en líneas generales, todo el mundo estuvo satisfecho, y las ventas del día superaron mis expectativas. Además, cuando pienso que en el futuro podría continuar así de bien, es probable que saque una buena tajada.
El efecto del aceite era tan bueno... Pero la señora y sus hijas no podían permitirse com- prarlo. Tampoco disponía de cantidad suficiente para vender, por lo que les dije que no amablemente. Fue algo que tuve que repetir hasta la saciedad.
Los productos más solicitados pierden su valor al producirlos en masa. ¿Sacaría más provecho vendiéndolos en pequeñas cantidades? Me guardé ese pensamiento en el fon- do de la mente para los negocios que tengo pensado abrir en un futuro.
Principesa estuvo yendo de un sitio a otro durante toda la tarde para felicitarnos. Lue- go, se volvió un festín. Ella trajo mucho alcohol de excelente calidad, hecho con gran destreza por un artesano. Cada botella tenía un sabor ligeramente diferente. Me divertí probando los barriles uno por uno. Traté de decantarme por el que me gustaba más, pero todos tenían algo especial y no pude decidirme. Después de todo, el artesano debió de hacerlos con orgullo, y gracias a él nuestra fiesta fue lo más.