Hoy dejé la remodelación al capataz y los otros artesanos y abandoné la capital real junto a los miembros de Solitud.
Les alineé en dos filas y rápidamente nos dirigimos a un bosque que está apenas a una
hora andando de la capital.
Viendo que vestían armaduras de cuero ligero, con armamento como espadas y lanzas cortas en sus manos, y una mochila con comida y suministros médicos a sus espaldas, los miembros de Solitud habrían quedado hechos polvo anteriormente, con la excepción de algunos como el jefecito.
Sin embargo, como sus hábitos alimenticios han mejorado y han obtenido oficios de combate, han llegado al punto que casi pueden soportar un combate real con la ayuda de encantamientos de fortalecimiento. Cuando llegamos, aunque estaban cansados, ni un solo miembro se dio por vencido.
Después de llegar, les dejé descansar por apenas un minuto para que cogieran aliento. Luego, les agrupé en equipos de 4, les dije que fueran a cazar monstruos en las afueras del bosque, y me despedí de ellos.
Como había 50 de ellos, fui capaz de hacer 12 grupos, aunque quedaron dos personas desparejadas con este cálculo. Decidí que estas dos personas restantes, el líder del grupo y su malcriada segunda al mando (que es chica), se agrupasen con Auro y Argento.
Dado que los monstruos de alto nivel no vienen a las afueras del bosque, también les dije que cazasen más adentro.
Debería estar bien dado que Auro y Argento están con ellos, a menos que aparezcan numerosos monstruos del nivel de osos erguidos. Ya que tienen los pendientes con ellos, no deberían morir igualmente.
Si fuera necesario, solo tendría que ir a salvarlos. Mientras esperábamos la vuelta de to- dos, entrené con Pelirroja y Kanami-chan fuera del bosque. Todos volvieron por la tarde.
Aunque muchos de ellos sufrieron heridas mayores y menores, algunos fueron capaces de cazar conejos cornudos y mapaches blindados. Me daba nostalgia verlos. Otro grupo había conseguido las piernas de arañas demoníacas, pero se las robó un monstruo pare- cido a un lobo justo después. Algunos de ellos cogieron [Raíces de Higos Chumbos] de un árbol, que son deliciosas, pero salen del suelo cuando algo se acerca para apuñalarlo. También hubo quienes cazaron polillas del sueño, una polilla que esparce esporas que causan sueño a aquellos que las inhalan. Sorprendentemente, lo hicieron lo mejor que pudieron.
Como esperaba, el grupo que mejores resultados cosechó fue el de Auro. Básicamente, abrumaron a los otros grupos cazando cosas como:
Orcos, con sus cabezas de cerdo y corpulentos cuerpos.
Felinos funestos, grandes gatos a rayas que confundían a sus oponentes emi- tiendo una esencia que tenía un efecto subyugador.
Lagartos grises, lagartos que tenían como característica escamas grises y ha- cían uso de hachas toscas.
Bueno, no estaba realmente preocupado por ellos. Alabé a ambos dándoles golpecitos en la cabeza. Aunque fue casi como hacerles cosquillas, no parecía molestarles.
Después de eso, reuní los materiales, los coloqué en mi inventario y partimos de vuelta usando un esqueleto centípedo.
Dado que la mayoría de los niños se durmieron, nos tomamos nuestro tiempo en el via- je. Olían a sangre y sudor por correr de un lado al otro del bosque durante todo el día, así que cuando volvimos a la mansión, lo primero que hice fue darles un baño.
Después del baño, preparé comidas para cada grupo en específico usando las presas que cazaron como ingredientes. Ya que la gente que cazó más recibió comidas más lujosas, esto debería motivarles en el futuro.
El mensaje que les di fue: Si quieres comer algo mejor, trabaja más duro. Es simple y efectivo.