Chereads / RE:MONSTER / Chapter 153 - Día 142

Chapter 153 - Día 142

Esta mañana antes de que amaneciera ya me había equipado mi exoesqueleto para volar a Purgatory, la ciudad-laberinto que estaba cerca de Capital Real.

Llegué en treinta minutos y entré volando. La razón por la que evité entrar por la puerta fue que era molesto esperar y luego mostrar la [Prueba de Pertenencia a la Autoridad Real].

¿Qué? Si no me descubrían, no habría ningún problema. Y si era descubierto, solo tendría

que comerme a los testigos y destruir toda evidencia. Como sea, entré sin ningún incidente.

Tenía un clon que entró de antemano para recibir cierto collar que me equipé enseguida. Era un tipo de objeto mágico que los aventureros normales poseían. Su diseño era sim- ple, decorado con una pequeña placa dorada que estaba unida a una cuerda duradera. La administración general era quien los emitía, además, esta se encargaba de supervisar va- rios gremios y organizaciones que tenían la [Licencia para transitar por la Mazmorra].

Este objeto era necesario para que un no-humano fuera diferenciado de los monstruos normales mientras recorría la mazmorra. Fue uno de los objetos que recomendé que estuvieran listos para que cuando entrara, pudiera evitar conflictos innecesarios con los humanos dentro de ella. Por supuesto que también podía entrar sin la necesidad de uno, sin embargo, había muchos beneficios al comprarlo.

Por mencionar alguno, si mientras estuviera en la mazmorra con el collar equipado era sorprendido con la guardia baja y por consiguiente asesinado por algunos aventureros, el otro conjunto de collares tendría un mecanismo que emitiría una luz roja y se identi- ficaría a los criminales. Aunque los criminales obtuvieran uno nuevo o lo cambiaran por otro diferente, el collar seguiría emitiendo la luz roja, entonces cuando se descubriera el crimen, los gremios usarían todo su poder para investigarlo minuciosamente y arrestar a los criminales, el castigo variaría dependiendo de la intensidad del crimen.

De todos modos, si no era para vengar un compañero moribundo, en el caso de que alguien asesinaba un gran número de personas y robaba sus bienes, después del inte- rrogatorio, se le impondría una pena que sería un período indefinido de trabajo manual forzado.

Porsupuestoquehabíavacíoslegales,peroconestosepodíareducirelriesgodeserasesinado por otros aventureros, además se obtenía cierto grado de seguridad y sensación de confian- za. Por otra parte, los empleados del gremio ofrecían descuentos en sus tiendas como tam- bién otros privilegios, sin embargo, la seguridad garantizada parecía ser la mayor ventaja.

Al parecer la razón por la que Minokichi-kun fue atacado previamente fue que el collar se destruyó cuando aumentó de tamaño durante su evolución.

No obstante, era un fastidio que adquirir uno costase cinco monedas de plata. Además, si después de explorar una mazmorra intentara entrar a otra, necesitaría pagar otras cinco monedas de plata, es decir, cada mazmorra tenía su propio collar.

Aunque tratara de ahorrar dinero al portar el mismo collar en otras mazmorras, el efecto no funcionaría fuera de la mazmorra correspondiente. El collar emitiría una luz tenue desde la placa dorada para avisarte de esto.

Era un negocio muy codicioso. Entrar a una mazmorra costaba cerca de 5 monedas de plata. Era una táctica muy astuta dado el hecho de que uno podía obtener fácilmente dinero mientras la atravesaba.

Dejando de lado la cháchara, decidí entrar a la Mina de los Cíclopes. Era un tipo común de mazmorra subterránea de la ciudad Purgatory que, por lo que oí, tenía veinte pisos. Los monstruos emergían de las profundidades y poseían una fuerza intermedia. Ya que no era muy profunda, era un desafío perfecto para un día de vacaciones.

A juzgar por su nombre, antes de entrar imaginé que era una cueva. Sin embargo, lo que vi en su lugar fue un oscuro corredor con los pisos y muros pavimentados, además la superficie lateral tenía un color metálico.

A pesar de que para un humano resultaría un poco dificultoso caminar en la oscuridad, para mí no fue un gran problema debido a mi habilidad innata [Visión Nocturna]. Ade- más las pocas trampas fueron muy fáciles de desarmar porque estaban mal instaladas. Parecía muy aburrida pese a que estaba orientada a aventureros de fuerza intermedia.

Mientras iba avanzando, me sentía insatisfecho por la dificultad. Encontré en el suelo a un goblin de piel oscura que tenía todos los músculos arrancados por un piolet. A este tipo de goblin se le conoce como goblin minero.

Curioso por conocer su sabor, corté inmediatamente su cabeza con mi brazo de plata y me la comí. En cuanto al sabor, estaba más o menos pasable, supongo. A pesar de que no estaba delicioso, no puedo decir que tuviera un sabor desagradable. Probablemente eran algo común en este lugar.

Por lo general no tomaría un pedazo y dejaría el resto del cuerpo, sin embargo, esta vez quería tomar nota de algunas cosas, así que lo dejé a modo de experimento.

Si una persona muriera en la mazmorra, al parecer después de un tiempo su cuerpo desaparecería. Esto fue algo que el grupo de Minokichi-kun comprobó de antemano pero quería verificarlo por mí mismo. Además si no lo sacaba de la mazmorra dentro del plazo de tiempo, se desvanecería aunque lo hubiera guardado en mi mochila.

Escuché que los nombres de los que perecían en la mazmorra eran tallados en un gran mo- numento ubicado en el cementerio público cerca de los límites de la ciudad. En otras pala- bras, debía comer humanos y monstruos no relacionados con la mazmorra antes de irme.

Sin embargo me pareció extraño que los monstruos de la mazmorra pudieran usarse como ingredientes. Al parecer se pueden cocinar y comer cuando las provisiones esca- sean en lo profundo de la mazmorra.

Por esa razón, experimenté para determinar hasta qué punto podría llevarme a los monstruos conmigo. Con el pedazo que cogí aún en mi boca, agarré un dedo del goblin minero con la mano derecha, luego cambié la forma de mi brazo de plata para ocultar otro dedo dentro de él y luego guardé la pierna derecha en mi inventario. Dejé el resto del cuerpo donde estaba.

Estos fueron los resultados del experimento: cuando el cuerpo del goblin minero desa- pareció, el dedo en mi mano derecha también lo hizo, sin embargo, el dedo en mi brazo de plata y la pierna en mi inventario no lo hicieron.

Estaba sorprendido por la pierna derecha en mi inventario pero, dado lo conveniente que era, no pude quejarme. Si tuviera que adivinar la razón de estos resultados, supongo que sería que Mientras estén dentro de tu cuerpo no desaparecerán.

En el caso de mi inventario, me arriesgaría a suponer que también era considerado como parte de mi cuerpo, aunque no necesariamente se pudiera comprobar. En cualquier caso, con esto estaba ansiando llevar algunos souvenirs para Kanami-chan y los otros.

Mientras avanzaba por la ruta más corta, la cual comprobé mientras realizaba mi peque- ño experimento, maté sistemáticamente a cualquier monstruo que encontraba, comía algo de su carne y guardaba el resto para más tarde en mi inventario.

Y así, descendí rápidamente. Después de haber pasado casi cuatro horas, llegué a la par- te más profunda de la mazmorra.

v v v

Dos meses atrás, un enano llamado Barth se reencontró con algunos amigos suyos. Le dijeron que cierto jefe había dejado algo en cierto lugar y ansiaban obtenerlo. Había pa- sado un mes y veintiséis días desde que supieron de su existencia y empezaron a querer usurparlo, ya que su posesión sería beneficiosa para ellos en un futuro.

El grupo de cinco personas hízose llamar «Cazadores de la Espada Metálica» y, lidera- dos por una chica aventurera, entró en la «Mina del Cíclope».

La mazmorra ya había puesto a prueba muchas veces a otros aventureros que habían in- tentado conseguir ese objeto, pero ninguno había podido superar la parte más profunda donde estaba el jefe.

En la zona segura donde no aparecían monstruos, Arty, una diestra espadachína que llevaba el pelo recogido en una coleta, ultimó la estrategia a seguir con sus camaradas.

Bien, repasemos por última vez el procedimiento. Si nos encontramos con Belula Sable, Zack parará sus ataques frontales y Barth se centrará en sus piernas conmigo. Brianna y Aisha dispararán por los laterales y la espalda.

>Y si nos encontramos con Hatchel, la Cantante Demoníaca, Brianna y Aisha se encar- garán de que deje de cantar mientras Zack las protege. Barth y yo la acribillaremos por todos los lados. Lo más importante será que todos estemos atentos a su mazo.

>Finalmente, si nos encontramos con Gründ, el Hacedor Sísmico, usaremos nuestros ataques normales. Sobre todo, habremos de tener cuidado con sus fuertes golpes.

>¿Entendido, chicos?

Arty y los otros ya habían desafiado y matado a los monstruos jefe muchas veces, pero aún no habían sido capaces de obtener el objeto que querían. Las dos razones principa- les de su fracaso eran:

El objeto que tanto anhelaban tenía una tasa extremadamente baja de aparición, para empezar. Si hubiera sido fácil de adquirir, no valdría la pena todo el esfuerzo que pre- sentaba obtenerlo.

Era un artículo mágico de clase [Único] que albergaba unos poderes extraordinarios, por lo que era completamente comprensible que estuviera tan escondido.

Y, en segundo lugar, había tres jefes diferentes allí. Eran tres cíclopes, los cuales daban nombre a la mazmorra, y eran equiparables a los otros monstruos jefe.

La más joven, Belula Sable, blandía su inmenso sable como si fuera una simple rama de árbol. La mediana, Hatchell Cantante Demoníaca, blandía un enorme mazo mágico. Y el mayor, Gründ Hacedor Sísmico, blandía un gigantesco martillo con pinchos que produ- cía sismos en la tierra con cada golpe.

Eso era a lo que tenían que enfrentarse cada vez.

El objeto mágico que el equipo de Arty desea obtener solo aparecía después de derrotar al más fuerte del grupo, Gründ. El problema es que Gründ tampoco era tan fácil de en- contrar en comparación con las otras dos. Y por eso era tan difícil de conseguir el objeto mágico.

Era bastante frustrante, pero no había otra forma de hacerlo. Sí, sí, ya lo sabemos. ¡Venga, entremos ya!

El úrsido Zack respondió a la pregunta de Arty. Él era un oso que caminaba a dos patas como un humano, iba equipado con un escudo de torre que tenía grabada una cabeza de oso y su espada bastarda1 electrificada.

Contradictoriamente, pese a su aspecto feroz, el oso en realidad albergaba un miedo instintivo a los humanos. Destacaba en cualquier lado, dado que estaba cubierto de un denso pelaje y tenía la costumbre dejarse llevar fácilmente.

Vale, vale, pequeño Zack. No te impacientes.

Después de advertir a Zack, Arty se volvió hacia los tres miembros restantes del grupo para comprobar si estaban preparados. Mirándola a los ojos, los tres asintieron indican- do que lo estaban, así que ya podían empezar.

Barth el enano llevaba una armadura pesada y un lucero de alba2. Brianna era [Profesión

Hechicero], vestía una capa de color púrpura oscuro y luchaba con un bastón mágico. Aisha parecía una sacerdotisa sintoísta3, llevaba un mayal4 en su mano izquierda. Tam- bién tenía varios objetos mágicos de apoyo como agua sagrada y otros materiales sacros.

En ese caso... Vamos...

Justo cuando ya estaban a punto de entrar en la mazmorra, su reunión estratégica se vio interrumpida por un fuerte estruendo que causó un temblor en la tierra, como si fuera a caerse a pedazos.

Los temblores asaltaron de improviso al grupo de Arty y su magnitud les dejó comple- tamente de piedra. Los cinco se vieron obligados a esperar a que cesara sin moverse del sitio, ya que era como si la mazmorra en sí hubiera comenzado a crujir hasta el punto de que casi parecía que iba a colapsar.

Cuando finalmente se detuvieron, tan solo quedó polvo esparcido que parecía que estu- viese bailando. Cayeron pequeños fragmentos de tierra y piedra de las paredes al suelo. Aún podían oírse las reverberaciones del temblor a lo lejos.

¿Qué... demonios...? ¿Hay alguien más dentro...?

1 Espada de tamaño medio. Estaría entre una espada mandoble y una corta. Su versatilidad, que permitía emplearla como una maza, una lanza o un hacha, logró que fuera ampliamente utilizada desde finales del siglo XIII hasta principios del XVI.

2 Maza cuya característica principal es que su cabeza armada se compone de una esfera ferrada o plomada de donde parten clavos o púas.

3 Religión japonesa basada en la adoración de los kami o espíritus de la naturaleza.

4 Instrumento tradicional agrícola, compuesto por dos bastones unidos por cadenas o correas. Generalmente el bastón más largo y delgado sirve de mango, y el más corto y grueso se usa para golpear.

Arty fue la primera en recuperarse de los temblores y dedujo por su experiencia de dónde podía provenir el fuerte estruendo que habían oído, así como el temblor. Alzó la vista hacia el cielo, protegiéndose los ojos del sol con la mano. Ese gesto evidenció sus pensamientos.

¡No es posible...!

¡Mierda, chicos! ¡Tienen el mismo objetivo que nosotros! Joder, pero deben de ser no- vatos. ¡¿No saben que antes de luchar contra un jefe hay que reunirse para fijar la es- trategia?!

El úrsido Zack gruñó irritado mientras frotaba a Arty para que esta hiciera algo. Calma, chicos. Estas cosas suelen pasar de vez en cuando. En primer lugar, seguro que

deben de haber entrado sin preparar nada, así que dejemos que hagan lo que quieran.

No pasa nada, ¿vale?

¿Cómo puedes estar tan tranquila, Aisha? ¡Si no se trata de novatos, puede que maten

a Gründ antes que nosotros!

Jajajajaja. Bueno, da igual. Ya han entrado, no podemos hacer nada aunque nos enfu- rezca.

Arty comprendió inmediatamente la causa de la discusión, pero el resto de su grupo no expresó sus respectivos pensamientos sobre el asunto.

Naturalmente, Aisha intentaba consolar a Arty y Zack, que estaban decepcionados al ver que habían perdido la tan esperada oportunidad de luchar contra Gründ. Brianna solo sonrió con amargura, eso la había cogido desprevenida, mientras las francas carca- jadas de Barth seguían resonando.

Era lo más normal para los cinco, que se habían vuelto bastante cercanos con el tiempo, hablar entre ellos sin tapujos. Sin embargo, había una razón por la que reaccionaron de esa manera.

Fundamentalmente, es de sentido común que antes de un jefe siempre hay que atravesar una zona de seguridad. Y si hay un grupo esperando primero, los otros grupos deben hacer cola detrás y esperar su turno. En resumen, el otro grupo no había respetado su turno y se había colado a por el objetivo que les pertenecía a ellos.

Si bien esta regla única de aventureros no era una ley, sino un pacto de sentido común creado para evitar rencores inútiles entre grupos, era una práctica que todo el mundo respetaba en las ciudades-laberinto.

Aunque también podían darse casos como este, en que alguien se la saltara a la torera.

Sin embargo, la mayoría de aventureros que querían evitar conflictos innecesarios la seguían. No había ningún inconveniente real en tomar un descanso dentro de la zona de seguridad antes de desafiar al jefe.

Pese a que eso les había desquiciado, las quejas de los cinco disminuyeron rápidamente. Simplemente, aceptaron situación. La lucha del otro grupo había empezado ya de todos modos, así que no les servía de nada enojarse.

Hmm... Podríamos ir a ver qué está ocurriendo. Tengo curiosidad por ver el resultado

final de su batalla.

Como era de esperar, Arty, la líder del grupo, propuso que se movieran. Puso una sonri- sa bastante siniestra, dado que sus intenciones al querer observar la pelea entre los no- vatos y el jefe eran evidentes. Se preguntaba si el novato no estaba al tanto de la regla. Y quería saber qué tipo de personas eran. Se limitó a sonreír, pero parecía como si tuviera algo en su mente que quería decir.

A mí también me parece bien. Vamos a ver qué clase de novatos son. ¿No crees, Aisha? Vale, Brianna, pero quiero sanarlos si vemos su vida peligrar, nadie merece morir... Kekekekekeke, de acuerdo. Será más interesante que quedarse aquí sentado esperando. ¡Entremos sin demora, pues! ¡Rápido!

Brianna, Aisha, Barth y Zack respondieron con entusiasmo. Y se dirigieron rápidamente a las puertas de la sala del jefe. Habían pasado pocos minutos desde los temblores ante- riores, pero volvieron a notar otro sismo que venía del otro lado de las enormes puertas de la sala del jefe. Gründ Hacedor Sísmico los producía con cada golpe de su martillo. De todos modos, entraron.

Ni siquiera habían pasado 10 minutos en total desde el inicio de la lucha contra el jefe. Aun así, la escena que presenciaron dentro de la sala del jefe fue abrumadora. Era dema- siado aterrador para sus ojos.

¿Qué... demonios... es...?

Ante ese escenario, los otros cuatro ni siquiera consiguieron ofrecerle una respuesta a Arty, quien casi se hablaba a sí misma. Se les paró la respiración como si dentro de la ha- bitación hubiera desaparecido el aire. Superados por la sorpresa, eran incapaces de des- viar su mirada hacia otro sitio aparte de eso. Estaban bloqueados a causa de lo que había dentro de la sala del jefe. Los cinco sentían lo mismo, un miedo intenso, casi imposible.

Toda la superficie de la sala de jefe estaba bañada de sangre. En el centro del gran char- co, el cíclope se puso de pie con solo un brazo restante. Sollozaba en el suelo, con un intento patético y desesperado para escapar a un lugar seguro.

La espléndida barba gris del cíclope estaba teñida de rojo oscuro, por la absorción de su propia sangre, algunas trazas de la cual también tenía aferrada en la piel.

Originalmente, la enorme figura de pie medía más de nueve metros de altura, sin em- bargo, su tamaño actual era inferior dado que tenía ambas piernas brutalmente cortadas por debajo de los muslos, así como el brazo izquierdo arrancado desde el hombro.

De sus muñones chorreaba sangre rojo oscuro sin cesar, empapando el suelo. Además, en el abdomen también tenía cortes abiertos y arrastraba con él sus entrañas. Iba dejan- do un rastro cada vez más largo.

La escena más llamativa, sin embargo, era el hecho de que Gründ siguiera arrastrándose, como si hubiera dejado de recibir golpes desde hace mucho tiempo.

Hasta entonces, este cíclope no había tenido rival, pero ahora el miedo se había apo- derado visiblemente de Gründ, haciendo que actuase de esa manera. Con su único ojo anegado en lágrimas, soltó un extraño y escalofriante grito.

Ese no era el Gründ Hacedor Sísmico que existía en la memoria de grupo de Arty, ya que se habían enfrentado contra él varias veces anteriormente. ¿Qué clase de adversario se antepuso a su poderoso martillo para provocar una derrota tan aplastante hasta el punto de dejar a ese monstruo orgulloso totalmente aterrado? Especialmente cuando él solía tener una apariencia de odio tan imponente. Su estado actual no mostraba ni señal ni rastro de esa criatura.

Se había vuelto tan débil, tratando de escapar desesperadamente, que era desconcertante. Finalmente, vieron a ese... demonio negro de tres cuernos... El grupo entero incluyendo

a Arty entró totalmente en pánico.

Había una gran brecha entre el poder de Gründ y ese demonio negro, el cual era infi- nitamente superior a ellos. No era para tomarlo a la ligera. Ese demonio negro de tres cuernos comenzó a desmantelar a Gründ con una gran espada tan alta como él, ¡con el pobre Gründ todavía vivo! Su hoja era rectangular, similar a la de un cuchillo de cocina de grandes dimensiones.

Después de unos instantes, Arty y el resto se dieron cuenta de que el espécimen que tenían delante pertenecía a la raza de los [Señores]. Ya se habían asociado con algunos señores en el pasado, y sabían que su capacidad de combate era tan excepcional como la de un dragonoide.

Sin embargo, ese estaba muy fuera de lo común ya que había sido capaz de acabar con el jefe de mazmorra en menos de 10 minutos. El grupo de Arty ya no estaba tan aturdido como al principio, pero el miedo en su cuerpo les impedía moverse.

Tan solo podían admirar con gran respeto su gran fuerza. Cada uno de ellos tenía la firme convicción, casi religiosa, de que todo aquel que era tan poderoso como para de- rrotar a los enemigos de las mazmorras, ya sea a través de la violencia, la sabiduría, o por cualquier otro tipo de método, aunque fuera poder financiero para liderar a otros, desafiaba el ciclo normal de las cosas.

No podían dejar de admirar aquel poder abrumador por el temor que les producía. ¿Qué era lo que tanto miedo les daba? Es muy simple.

Esta carne tiene una textura crujiente al masticarla... Ohh, por este lado es aún más deliciosa... Su sangre tiene un sabor tan fuerte... pero... es fácil de tragar... Ohh, ¡quiero más! Sí, sí... esto lo verifica, la carne de cíclope es deliciosa.

Arty, que era [Profesión Ladrón Sigiloso], una rama de [Profesión Espía], tenía la habilidad de analizar al enemigo desde la distancia, y escuchó como murmuraba eso. Ella más que nadie, estaba acongojada por la presencia de ese demonio negro de tres cuernos.

Se lo... Se lo está comiendo mientras... todavía sigue vivo...

Gründ Hacedor Sísmico, el cíclope, era sin duda el monstruo jefe más fuerte de la Mina de los Cíclopes. Sin embargo, estaba siendo devorado vivo por alguien que lo había de- rrotado sin apenas esfuerzo aparente.

Urrgh...

Arty consiguió de algún modo suprimir sus náuseas, aguantándose las ganas de expul- sar todo lo que tenía en el estómago.

Cuando alguien estaba dentro de una mazmorra y se le agotaba el suministro de comida que había preparado de antemano, era normal comerse los monstruos para evitar morir de hambre.

La misma Arty y el resto del grupo lo habían hecho muchas veces. Además, había [Pro- fesiones] especiales y únicas que te obligaban a comer monstruos si querías seguir vivo. Por eso era útil recopilar información sobre los monstruos que matabas.

Por esa razón, el hecho de comer monstruos no producía aversión en sí, sin embargo, en ciertos casos era imposible contrarrestar su veneno sin utilizar métodos de cocción especiales. Por eso no era inteligente comer monstruos de tipo insecto o monstruos de apariencia grotesca, así como varios otros tipos clave de monstruos.

Aun así, nunca antes habían visto a alguien comiendo la carne de su presa en el mismo lugar del combate mientras esta seguía aún con vida.

Técnicamente, un cíclope estaba clasificados como un [Gigante] y un [Demonio] a la vez, ya que tenía cierto grado de inteligencia, aunque no demasiada. Por eso, el grupo de Arty pensaba que esa criatura no tenía que ser capaz de vivir en ese estado, ni tenía que ser posible comer su carne.

Esto es una barbarie...

A pesar de que en el lado derecho Gründ ya no tenía ni brazo ni pierna, cuando ellos entraron el demonio negro acababa de cortarle la pierna izquierda; la carne que había estado comiendo y parecía estar saboreando con gusto.

Era deducible que probablemente ya habría devorado la otra pierna y el brazo. Al darse cuenta de eso, el grupo comenzó a temblar inconscientemente. Sin embargo, mientras observaban en silencio al demonio negro comer la carne, los huesos, y consumir la sangre fresca de la pierna izquierda que era casi del mismo tamaño que él, sin dejar ni rastro, el miedo se apoderó de sus pies y sus mentes, y les entraron ganas de vomitar.

Entonces, el demonio negro levantó su gran espada con una mano, y mientras tomaba el último bocado la pierna, cortó el brazo restante de Gründ.

Lo hizo a tanta velocidad que Arty y el resto del grupo solo vieron el resultado del ata- que: el brazo de Gründ que bailaba en el aire y un fresco rocío de sangre que salpicó por todas partes.

Gründ dejó escapar un grito tan fuerte que su mismo eco destruyó lo que le quedaba de voz. Pero el demonio negro hizo como si nada, tomó el brazo recién cortado y empezó a comer una vez más. Era una escena verdaderamente horrible de contemplar. Además de la velocidad en la que lo consumía, toda esa carne y la sangre, sin duda debían de ser más de lo que su cuerpo podría llegar a digerir. Para Arty y su grupo era una experiencia surrealista.

La realidad era esa, no estaban soñando. No obstante, no podían hacer nada más que quedarse de pie allí, presenciando como Gründ iba siendo sistemáticamente dividido y devorado ante sus propios ojos. No quedaba mucho para que la antigua bestia orgullosa desapareciera en su totalidad. A lo sumo, suponían que no iban a pasar más de quince minutos.

La enorme vitalidad de Gründ se había convertido en su propia desgracia ahora, ya que él continuaría viviendo hasta que el demonio comiera su cabeza. Naturalmente, Arty y el resto del grupo sintieron por la bestia una fuerte sensación similar a la compasión. Sin embargo, cuando finalmente apareció el objeto de Gründ tan deseado por Arty y el demonio negro se lo apropió, al parecer también notó su presencia.

Sus miradas se encontraron, y la mente de ellos se quedó en blanco por un momento. Al instante, un sudor desagradable cubrió todo su cuerpo y sus dientes comenzaron a castañear.

El gran terror abrumador que sentían ahora hacía que no pudiesen ordenar sus propios pensamientos. A pesar de que sus mentes estaban funcionando a una velocidad increí- ble, no podían determinar lo que debían hacer en esa situación.

Durante este tiempo, el demonio negro permaneció en silencio y se acercó despacio al grupo de aventureros. Aisha se desmayó, incapaz de soportar el aura increíblemente abrumadora de ese ser. Brianna extendió su mano, acto reflejo, para sujetar a Aisha, pero no consiguió reunir la fuerza necesaria para soportar ambos cuerpos y se derrum- bó con ella.

Sin embargo, con sus últimas fuerzas restante, Briana pudo hacer que el impacto se redujera lo suficiente de tal forma que sus cabezas no golpearon contra el suelo duro, evitando lesionarse.

A pesar de aquello, el tiempo pasó sin señales de que ninguna de las dos fuera a levan- tarse. No se movían en absoluto. Observando la escena con suficiente atención, parecía que Brianna se estuviera aferrado fuertemente a Aisha pretendiendo estar muertas.

El oso, puesto que su oponente era un demonio de verdad, pensó que podría escapar en lugar de defender a sus compañeros. Zack empezó a recoger instintivamente sus cosas del suelo, pero acabó tumbándose al determinar que no tenía posibilidades de ganar. Expuso su vientre como signo de sumisión total.

Por un momento, Arty estuvo a punto de preguntar a Zack si le quedaba alguna pizca de orgullo, pero de hecho entendía completamente sus sentimientos. Sus propias manos y los pies chocaban entre sí de tanto temblar e incluso tenía problemas para simplemente mantenerse a sí misma de pie. La resolución que Zack mostró en rendirse sin luchar se debía probablemente a sus fuertes instintos de bestia, que habrían motivado a su propio cuerpo a hacerlo.

Barth era el único que seguía de pie sin moverse. Su espléndida barba sin duda secunda- ba su demostración de tener tanto valor en esta situación.

Supongo que es normal ya que él es el mayor entre nosotros...

Sin embargo, el pequeño enano se había desmayado, y eran su pequeña estatura y sus piernas cortas lo que lo mantenían en pie sin caerse.

¿En serio? No jodas, Barth.

Al darse cuenta, Arty borró su previa impresión del viejo enano. Pese a que pensaba que se había librado de su tendencia a escapar de la realidad, como esperaba, su mente llegó a su límite cuando el demonio negro cerró suficiente distancia como para tocarla con la mano.

Voy a... morir...

Mientras lo pensaba, se acordó de la imagen de Gründ llorando lamentablemente con detalles vívidos.

Su carne había sido cortada con tal precisión que no se había muerto ni siquiera cuando el demonio empezó a devorar su cabeza. Había estado tratando desesperadamente de alejarse a rastras, para terminar con cada uno de sus miembros cortados, y las tripas vertidas por todo el suelo, en su vano intento de escapar. Había permanecido con vida mientras era consumido hasta la médula y, al final, los fríos ojos del demonio negro se habían vuelto hacia ella cuando terminó de comerlo. Esta imagen escalofriante abrumó su mente.

Me va a... uhh... comer viva...

El demonio negro abrió la boca un poco, haciendo visibles sus colmillos afilados. Pare- cían de metal blanco con manchas de color rojo. Su voz terrible desbordó sin ninguna conexión con sus intenciones. Ella perdió el último hilo de fuerza en sus piernas y dejó sucumbir su parte inferior hasta el punto de sentarse suavemente en el suelo. Su abdo- men se empapó de sudor por haber ganado cierto grado de libertad.

Procesando lo que había sucedido, su rostro comenzó a arder de vergüenza, pero el mie- do estaba suprimiendo cualquiera de esos sentimientos y su cuerpo se negó a volver a subir. La mirada del demonio negro estaba fija en ella, y la mirada de ella estaba fija en él.

Hmmm... ¿Estás cansada? Bueno, eh... Toma. Esto te servirá.

El demonio negro acababa de hablarle, y luego había colocado una pieza de tela de alta calidad larga y estrecha sobre los hombros de Arty con su enorme y fuerte mano. Arty hace rato que era incapaz de comprender la situación, estaba de piedra con la mente en blanco, mientras que sus ojos ya no podían ni siquiera seguir a la figura que hablaba con ella.

Las palabras del demonio negro resonaron en su mente, era como si se hubiera parado el tiempo, su mente simplemente no podía entender lo que acababa de suceder. No fue hasta que la presencia del demonio negro hubo desaparecido por completo que empezó poco a poco a recuperar sus sentidos.

¿Q...? ¿Qué...? ¿Qué... rayos...?

Arty murmuró, aunque ni siquiera se escuchó a sí misma decirlo.

v v v

El monstruo jefe cíclope que residía en la parte inferior de la mazmorra era bastante grande, creía que tardaría una eternidad en comérmelo entero. Le corté las extremidades y me lo comí mientras todavía estaba vivo para que no desapareciera antes de terminar.

Usé el objeto mágico [Cuchillo Trinchador Duradero de Gigante], el cual había adqui- rido en Capital Real, para desmantelar al cíclope y comer su deliciosa y crujiente carne poco a poco.

Habilidad [Martillazo Hacedor Sísmico] aprendida

Habilidad [Linaje de Gigante] aprendida

Gané dos nuevas habilidades. Dejando a un lado [Linaje de Gigante] por ahora, parece que el [Martillo Hacedor Sísmico] tiene pinta de ser útil. Aun así, creo que no son unas habilidades particularmente importantes esta vez.

Cuando terminé de devorar al cíclope, lo siguiente apareció en mi mente:

El Salmo Decisivo [Martillo de Cíclope] ha sido completado con las siguientes hazañas:

- Victoria en solitario

- Victoria unilateral

- Depredación en vida

Yatendouji ha obtenido las habilidades raras: [Tres Pasos

Destructivos] y [Ser Devorador de Vivos].

Yatendouji ha obtenido el artículo de clase [Único]: [Martillo

Forjador de Demonio].

Yatendouji ha obtenido el logro: [Obsequio por la Victoria

Apabullante (Edición Limitada Especial del Primer Intento)].

Hmm, parece ser que si cumples ciertas condiciones al matar al jefe de una mazmorra, el

[Libro de los Salmos] registra tu victoria.

Por cierto, cuando vi la condición de Victoria en solitario, decidí llamar a Minoki- chi-kun por los pendientes para preguntarle si él también la había desbloqueado. Sin embargo, él no me entendió, ya que al parecer, cuando vio algo similar a lo que estaba describiendo, no estaba completamente consciente y dijo que lo olvidó por completo.

Aunque aparentemente él también tenía esas notificaciones. Ah, bueno, no podía cam- biar el pasado. No era un asunto urgente tampoco.

Después de matar al cíclope, cuando estaba a punto de salir, me di cuenta de que había cinco personas, hombres y mujeres de pie en la puerta, que no paraban de mirarme.

Eran una espadachina que parecía ser el líder del grupo, un joven úrsido que sostenía un gran escudo, un viejo enano con una espléndida barba, una mujer humana que proba- blemente era una hechicera, y otra mujer humana más joven que parecía ser una clérigo.

Supuse que eran un grupo que quería desafiar al jefe después de mí, así que decidí que sería mejor saludarlos rápidamente. Mientras me acercaba, sin embargo, la clérigo se desmayó, cayendo lentamente hacia atrás. Me di cuenta de que ella tenía los ojos en blanco. La maga, la abrazó estrechamente con el fin de protegerla mientras caía, pero ella también estaba demasiado aturdida para soportar su peso, así que ambas cayeron juntas al suelo. Aunque la segunda parecía estar todavía consciente, no intentó levantar- se... No sabía por qué, pero simplemente asumí que también debía estar agotada.

El joven oso se quitó la equipación y se estiró mostrando su estómago. Sinceramente, me entraron ganas de acariciarle la barriguita a ese desconocido. Pese a que tenía el pelo un poco sucio, pensé que sería una sensación agradable como un cojín peludo o un sofá.

El viejo enano se mantuvo de pie en posición firme, tal vez por respeto a mí, ya que yo estaba solo. Sin embargo, parece que fue demasiado para el viejo y tampoco tardó en desvanecerse. A pesar de que se desmayó de agotamiento total, probablemente debido a su avanzada edad, todavía mostraba un nivel extremo de disciplina, ya que mantuvo su postura aún cuando había caído inconsciente.

Solo la líder quedaba en pie, a pesar de que sus extremidades temblaban. Cada vez que daba un paso hacia delante su cuerpo se estremecía en respuesta, sus ojos empezaron a llorar mientras me acercaba a ella.

No le había hecho nada, sin embargo, supongo que fue una combinación del agotamien- to con mi presencia. Estarían bastante cansados ya, y el shock de mi breve contienda y el aperitivo fueron demasiado para ellos. Cuando traté de llamar a la líder, ella se dejó caer y se meó encima. Como no iban a molestarme, pasé de largo sin pararme mucho tiempo. No parecía que fueran a perseguirme por ahora.

Pese a que sus amigos eran los únicos en este lugar aparte de mí, pensé que probable- mente se avergonzaría si la veían de esa manera, así que le di una toalla hecha de mi hilo, la saludé rápidamente y me di el piro.

Bueno, al final no dijeron ni una palabra y yo salí en la dirección opuesta con el fin de volver a la superficie. No tuve problemas después de eso y volé por el cielo de nuevo para regresar al Palacio Ámbar por las calles secundarias.

Hoy solo gané dos nuevas habilidades del cíclope, sin embargo, fue una buena experien- cia, así que fue un día bien empleado.